Noche de Locos

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Lo había olvidado por completo, lo había olvidado por completo.

Un sujeto corría como podía hasta su trabajo, llegaba tarde otra vez.

-¡¡B-b-bu-uenos días jefe!!- gritó este al llegar, mas su Jefe no se veía complacido ni tenía la más mínima intención de responder con gratitud.

-Otra vez, has llegado tarde- le recriminó su jefe con bastante enojo.

-¡Y-yo lo siento de verdad! Es que...-

-¡¡Nada de excusas!! Esta es la octava vez en este mes. Te acepté pese a tu historial sanitario, pero no paras de llegar tarde y de tener un trabajo laboral lamentable-

-L-lo siento, no volveré a...-

-No me lo vuelvas a decir, no quiero escucharlo más, estás despedido. Saca tu cara de mi vista- le dijo su jefe, mientras le daba la espalda.

Se terminó yendo de su trabajo con una mirada decaída, mirando el suelo con desesperación. Otro trabajo perdido, y todo fruto de su incompetencia. Lo había intentado todo, pero siempre tenía problemas, nunca lograba concentrarse bien.

Era fruto a que padecía "TDAH", una especie de enfermedad o problema que provocaba falta de concentración, y esto siempre le afectaba en su ámbito laboral, incluso hasta el más sencillo trabajo como cargar cajas presentaba multitud de problemas.

Le gustaría tener un trabajo adecuado a él, pero no había tantas ofertas para gente con esas condiciones, y necesitaba comer de alguna manera.

Al llegar a su hogar, tardó unos minutos en tan solo abrir la puerta al no recordar bien donde dejó las llaves, molestó, enfadado, cayó encima de su cama, dispuesto a dormir. Al día siguiente lidiará con sus problemas económicos.

...........

......

Al siguiente día, el sujeto agarró muchas cosas de su pequeño departamento: libros, cuadernos, utensilios de cocina, etc. Necesitaba dinero para comer este mes, sino moriría del hambre. Fue a una vieja casa de empeños donde vendió dichas cosas a un precio no tan aclamable.

-(Esperaba más...)- pensó mientras se daba la vuelta-(Pensé que valdría más)-

A sus espaldas, el dueño de la tienda sonreía.

-Gracias por los materiales chico, y ten un buen día- dijo sonriendo landinamente a la par que guardaba los objetos empeñados en una caja, más tarde las colocaría para vender.

No tenía mucho dinero, tendría que comer casi migajas para lograr aguantar este mes. La vida no le sonreía precisamente, y menos podía responder con una emotividad fingida. Sentía ganas de llorar, deseaba que su vida fuese a mejor.

Estuvo apunto de irse de la tienda sin hacer nada más, cuando en eso empezó a escuchar algo. Era una especie de susurro, bastante siniestro y que retumbo tenuamente en sus oídos como el rudio del viento. Parecía que algo lo llamaba, y él empezó a sucumbir a su llamada cual pecador al diablo. Caminó hasta el fondo del pasillo en aquella vieja tienda, donde había diversas cosas viejas que no le llamaban la atención, mas una en concreto le estaba atrayendo poderosamente, era incoherente la razón, no sabía porqué. ¿Se estaba volviendo loco?¿estaba alucinando? Solo era una caja de madera, que se veía totalmente polvorienta y desgastada por los años. La abrió sin pestañear, hallando una máscara verde y de piedra.

Esta máscara era horrible, no tenía ninguna cualidad agradable. Era una máscara bastante antipática, sin ninguna gracia. En general, una máscara intentaba crear una "nueva identidad" a una persona, ocultando su rostro con un aspecto más benévolo o agradable, pero esta era horrible, ese aspecto piedroso era casi arrugas de un agrio cocodrilo. Daba mucha incomodidad a propósito, y por lo que parecía a primera vista, no tenía ni un agarre para que se mantega en su rostro. Sin embargo, era inexplicable porqué pese a eso sentía que esa macabra cara le estaba llamando la atención de manera sobrenatural. Intentó aguantar la tentación, pero terminó agarrando la máscara y colocandosela confundido. Sin saber que eso era un error.

Se empezaron a escuchar ruidos al fondo de la tienda de empeños, de objetos cayendo al suelo y rompiéndose.

-¡¡Hey, ¿¡qué está pasando ahí!?!!- gritó el dueño del lugar, mientras salía de su puesto y se encaminaba donde había ruido. Mas, en unos pasos, se encontró de cara con el hombre de antes, con una cara más alegre.

-¡¡Hola camarada!!¿Vende Plomo?-

..........

......

Horas más tarde, había todo un caos en las calles. Decenas de patrullas policiales destruidas y policías victimas de disparados, muertos en el acto, con partes desmembradas producto de explosiones. Los coches patrullas, agujereados de tantos disparos de bala, y bastantes heridos. Los oficiales estaban ante una escena muy surrealista que acontecía delante de sus ojos.

-¡¡Ding, Dong, Ding, Dong!!- decía el mismo sujeto de antes con una cara con tanta expresión que parecía viva por si sola- ¿Quién quiere comer Dinamita? Es buena para los dientes, ¡¡elimina todas las bacterias!!, ah, y los dientes-

Había destruido su anterior establecimiento de trabajo, matando a su jefe al arrancarle los ojos y colocar una bomba en su culo. Había después, arrasado decenas de cuadras, matando a gente a diestra y siniestra, y varios grupos de policías sin rencor, riendo juguetonamente, como un niño lleno de regalos.

-¡¡Es un puto demonio!!- gritó un policía, al ver que sus balas no funcionaban, salió corriendo para intentar huir. Pero el sujeto enmascarado vio esto y, sacando una caña de pescar de la nada, lo uso para agarrar al oficial y atraerlo hacia él.

-¡¡Funciona My Beach Boy!!¡¡No escaparás de mi cuerda, Sami!!- le dijo al arrastralo contra su propia intencionalidad, el policia desesperadamente se movía para intentar soltarse, pero era inútil, le tenía bien agarrado del brazo- ¿quieres irte? Bueno...- jaló el sujeto de Máscara con mucha fuerza para arrancarle su brazo al oficial, el cual empezó a gritar y llorar del dolor- me quedo con una aleta suya, jajaja, que adorable- sacó una pieza de madera, donde colocó el brazo como si fuera un trofeo- ¡¡Mamá, papá, atrapé al hombre de las pajas!!- bramo con ánimo, estremeciendo a las personas en el perímetro que no paraban de temblar ni lograban asimilar a este tipejo.

El reía y reía, nadie podía pararlo, se sentía invencible, y bastante caricaturesco, cuando era niño amaba ver cartoons, pese a su problema de no poder concentrarse, las caricaturas siempre habían logrado llamarle la atención. El mundo que tan difícil, duro y egoísta había sido con él, estaba sufriendo su propio egoísmo y recelo.

-¡¡Nadie puede pararlo!!- gritó un jefe de policía, deseando irse de ahí incluso con su cargo oficial-¿¡Dónde está ese puto Hancock cuando se lo necesita!?-

Pronto, llegaron patrullas de un agencia especial, no eran ni el FBI ni la CIA, en sus siglas aparecía "AIDP". Salieron de estos sujetos armados, como si fueran SWAT, quienes sin pestañear dispararon a la máscara.

-¡¡Denme más plomo!!- gritó el aludido, recibiendo como respuesta no lo que tanto anhelaba, sino, un disparo Sónico que lo lanzó hasta dentro de un Mercado. Posterior a eso, el automóvil donde vinieron condujo hasta dentro del mercado sin ninguna consideración

-¿Quiénes son ustedes?- preguntó un oficial acercándose a uno de los miembros de la agencia.

-Es información confidencial- respondió sin siquiera mirarle, a la par que ellos empezaron a situar el sitio.

La máscara cayó sobre una pila de bananas en una frutería del mercado, se levantó para reincorporarse, mas notó un extraño objeto incrustado en su ano.

-Nooooo ¿¡dónde me senté!?- dijo mientras se agarró la banana y se la comía- Mmmmm sabe a Amber Head- tiró la cascara tras devorar la fruta, y posó su vista al automóvil que entró-¿Quién estará ahí, lero, lero~?- lanzó la pregunta al aire, terminando por abrirse la puerta del transporte, saliendo alguien muy extraño. Era enorme; de gran musculatura y proporciones, una barba negra; unos ojos penetrantes como el infierno; con una mano más grande que la otra; y por último, iba sin camisa solo llevando una gabardina.

-Listo, ya no hay nadie más cerca, hola loco- expresó el mismo mientras cargaba un arma, en específico una magnum.

-Ohhhhh Little Boy~ ¿¡Quién pidió un cosplay sadomasoquista de demonio!?- expresó "La máscara" mirando a varias partes-¡¿Tú!? Sí, yo- habló consigo mismo, apuntadose con el dedo.

- ¿Sadomasoquista? Vaya, apenas llegué y tienes ganas de dolor. Jaja, entonces será rápido- apuntó con su arma a la Máscara, quien sonrió de oreja a oreja. Él era un sujeto especial de la agencia secreta, algunos lo llamaban "Rojo", ¿otros? Hellboy.

Disparó al sujeto de la máscara en la cara, usando su arma de gran calibre para reventarle el cráneo, mas el sujeto recibió el disparó abriendo la boca, mordiendo la bala y empezando a masticarla.

-Mmmm sabe a plomo- dijo mientras masticaba y ponía cara de pensar seriamente- Tiene polvora, alguna dosis de metano, tiene forma cilíndrica, como la vagina de tu madre- dijo mientras seguía masticando- En definitiva, un gran plato de Sushi, 1000/10, lo recomiendo bastante señor Cangrejo-

-¿Qué carajos?- dijo con sorpresa Hellboy, a la vez que "La máscara" le disparaba devuelta la bala con su boca-¡AY, MIERDA!- gritó el demonio, mientras miraba enfadado al sujeto estrafalario y se agarraba de la herida.

-¡¡Dispárale mijito Jhonny, Jhonny!!- le gritó la máscara intentando atraer su atención.

-¿No te afectó el disparo?- se preguntó el Rojo, confundido, podría entender que su piel sea invulnerable, sin embargo la circunstancia era muy distinta. No resistió la bala, literalmente se la comió y la escupió de regreso. Su cuerpo no era normal- Ya entiendo porqué los polis no podían hacer nada- entonces, empezó a correr sin previo aviso hacia él, apuntando con su arma al enmascarado.

-¡¡¡Jaja!!!¡Ven Boy red!- gritó este animandolo, y estando a una distancia bastante prudente, lanzó su arma hacia él en vez de disparar, distrayendolo, y lanzando un puñetazo en su rostro con mucha fuerza.

La máscara cayó al suelo y luego fue recibido ante el demonio, que le agarró de las piernas para alzarlo desde ahí.

-¿No aguantas ni un golpe?- preguntó sarcástico Hellboy, mientras se preparaba para proporcionar uno más.

-¿y tú una bomba?- preguntó La máscara sacando una torta con una bomba.


-¿¡Qué carajos!?- se sorprendió Hellboy al verlo, lo había sacado de la misma nada.

- Apagala la vela y pide el deseo, o mejor espera a que se apague- acercó el pastel a su rostro, a lo cual Hellboy respondió aventandole lejos. Explotando a la final con la bomba en manos.

-¡¡¡Ay, el dolor!!!- gritó La máscara mientras empezaba a dar vueltas-¡¡Es broma!!- pegó un grito a la par que se levantaba del suelo-¿Lloraste por mi, Red Hot?-

-Pareces sacado de los Looney Toons- le dijo Hellboy mientras caminaba hacia él, a la vez, intentaba entender la extraña naturaleza de sus poderes.

-¿soy una caricatura?¡¡que inmaduro eres!! Deberías ver la pequeña Lulu, es mejor que todos esos personajes de Comics como los tres cerditos o Sherlock Holmes- La máscara derepente convirtió su mano en una pistola, y disparó hacia Hellboy sin discreción. El demonio carmesí antepuso su antebrazo para así protegerse de los disparos, corriendo hacia el cara verde y saltando encima suyo.

Al aterrizar sobre él, la Máscara pareció gemir, gemir como una mujer.

-Papi, aquí no, los niños nos ven- dijo mientras apuntaba a unos niños que aparecieron derepente.

-¿Qué mierda?- se preguntó Hellboy otra vez, cada vez no entendía nada de lo que pasaba; en eso, La máscara salió de debajo suyo, moviéndose como una serpiente, y le apuntó con una ametralladora.

-Jajajajaja, Muere Papulince- empezó nuevamente a disparar, pero esta vez con una gran cadencia y ritmo de disparo que hizo al demonio tener que cubrirse donde pudiera; el mismo se corrió hacia varios lados cubriéndose con estanterías mientras huía de las balas, que le perseguían como perros falderos.

-Hoy no es mi puto día de suerte- dijo Hellboy mientras se arriesgaba, y corría hacia él otra vez, pateó una estantería que cayó sobre la Máscara, y aterrizó sobre esta misma para intentar aplastarlo bajo esta. Mas el enmascarado se volvió varios mini sujetos partidos, y se fue del lugar.

-Me diviertes papu, jajaja, eres un fenómeno. ¿No serás como ese héroe llamado Hancock, no?- preguntó realmente interesado en el demonio carmesí, rearmandose de nuevo en u hombre de tamaño normal. Lo veía como un loco, igual a él. Un fenómeno de la naturaleza.

-¿Héroe? No me vengas con payasadas, si existiese héroes reales en este mundo, el mundo tendría finales felices- contestó Hellboy, a la vez que apretaba su puño-(Es casi indestructible, ¿de qué carajos está hecho?)-

-¿Sabes? Me caes bien, no eres como el resto de personas, creo que no tengo motivo para matarte, ¡Ja!- declaró mientras deshacía toda posible arma de sus manos- ¿Estás resentido con el mundo, Rojito? Seguro con tu horrible aspecto te han llovido más insultos que yo en mi vida, debes sufrir mucho muchito-

-¿Y qué importa?- preguntó Hellboy a regañadientes, no sabiendo qué hacer para dejarlo fuera de juego. Le había golpeado, disparado, aplastado, y muchas cosas, pero nada le hacía daño- El mundo es una mierda peor para muchos otros, no porqué seas marica y creas que el mundo te debe algo, tienes el derecho para arruinar a otros-

-....- La máscara no tuvo una respuesta ingeniosa para esa respuesta, empezó a sudar un poco, hasta que extrañamente se convirtió en agua. Hellboy se sorprendió, y vio como este se metía dentro de unos tubos expuestos del suelo después de tanta explosión

-¡¡Oye!!- le gritó, queriendo ir a por él, pero ya era tarde, escapó sin poder hacerse algo- Joder...- Había fracasado, aunque más que importarle el propio fracaso, sería el sujeto del fracaso. Era invulnerable, invencible, ¿qué rayos podía hacer él o los demás para detenerlo? Solo espera que él, no aparezca en mucho tiempo- Tendré que pedir que se investigue, ese culero va a recibir su merecido-

A regañadientes, Hellboy se subió a la camioneta, no había logrado triunfar, la naturaleza de este sujeto era extraña, pero cuando tenga la oportunidad, lograría detenerle.

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