Capítulo 2 | Hermanito menor

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

ALAN

Al salir del embarque camino buscando a mi hermano mayor, hace un año que no nos vemos y a pesar de las diferencias no negaré que me alegraba de verlo otra vez. Buscándome con la mirada, encuentro los ojos claros de mi hermano James, se encontraba cruzado de brazos viendo la salida de pasajeros hasta que me encuentra y una sonrisa se ensancha en sus labios. Extendió sus brazos caminando en mi dirección, en cuanto estuvimos frente a frente nos dimos un apretado abrazo y por ese breve momento nuestras rivalidades estaban echadas a un lado.

—Alan es bueno verte de nuevo, tienes músculos hermanito, probaste las proteínas que te recomendé —golpeando mi espalda me suelta dejando que pueda avanzar unos pasos antes de ayudarme con uno de mis enormes bolsos.

—Gracias por venir, sé qué mamá te habrá obligado, pero aprecio que no me lo eches en cara —intentó bromear, pero otro golpe de mi hermano en la espalda me deja sin aire, James tiene la mano pesada desde que éramos unos niños daba golpes que me dejaban en el suelo sin aire en los pulmones.

—Deja de decir tonterías, mamá, no me lo pidió, fue papá, quería asegurarse de que no escapes y eres mi hermano, está claro que vendré por ti. Te echaba de menos tonto —se ríe James desordenando mi cabello, juntos salimos del aeropuerto para subir a su auto.

Mi padre se había encargado de mover sus influencias, por lo que mi ingreso tardío en la fraternidad no fue un problema para nadie, algunos de los novatos pensaron que tenía ciertos privilegios, pero la verdad es que Valentino, el presidente de la casa, no me daría ninguno. La fraternidad es una enorme mansión de tres plantas, casi tan grande como la universidad, con diversas áreas comunes para el disfrute de cada uno de los miembros. Me dieron una habitación individual, los de primer año comparten habitación, mientras que algunos de segundo año tenemos la posibilidad de tener cuartos solos, son pequeños, pero es mejor que compartir con personas desconocidas.

Me instalé rápido muchas de mis cosas ya estaban aquí y las que faltaban llegarían en unos días, el cuarto contaba con una cama grande, un armario y un escritorio donde poder estudiar. En las estanterías coloqué mis libros en su mayoría de medicina, otros de misterio y terror, géneros que me fascinaba leer. En las paredes pegué algún póster del nuevo equipo de fútbol americano al que pertenecería de ahora en más, y unas pocas fotos con mi familia.

Sentado en la cama, saqué mi celular para enviarle un mensaje a mi madre diciéndole que ya me instalé en la fraternidad y que no se preocupara. No vería mi mensaje hasta que termine su turno en el hospital, pero al menos se quedara tranquila sabiendo que ya estaba en la universidad, ella se sentía mejor sabiendo que estaba en la misma universidad que mi hermano mayor. James se encargó de presentarme a todos en la fraternidad como su hermano menor, no me agrado demasiado, pero al menos la mayoría no me veía como la sombra de mi hermano.

🍭🍬🍭

Colgué la llamada con mi madre, como había pronosticado me llamó en cuanto salió de una cirugía de apéndice, mi progenitora se especializó en cirugía de medicina general, por lo que la que acaba de realizar era una cirugía bastante sencilla dentro de las que hace casi a diario. No estaba nerviosa ni preocupada por su paciente, la cirugía salió sin problemas y lo que más le estaba preocupando ahora era que su hijito menor se mudó a otra universidad aún más lejos de casa.

—Llámame si necesitas algo, dile a tu hermano que me llame o iré personalmente a la universidad para saber que está bien, hijo, no estoy enojada porque te hayas cambiado de universidad. Pensilvania fue mi sueño, no el tuyo y espero que en California logres lo que te propones, estoy orgullosa de ambos. Te amo corderito, hablamos, luego tengo que ver a mis pacientes en su postoperatorio —se despide mi madre colgando la llamada porque una de las enfermeras la solicita su ayuda, bajo el celular de mi oído dejándolo sobre mi cama y me dejo caer hacia atrás pensando en las palabras de mamá. No quería irme de la universidad de Pensilvania porque mi madre estudió allí, quería hacerla sentir orgullosa y por eso me resistí un año entero a cambiar. Ahora me quedaba una sensación amarga en el pecho, sé que ella está feliz por mi decisión, pero hubiera preferido seguir en Pensilvania lejos de mi hermano, muy lejos de su sombra.

Unos golpes en la puerta de mi cuarto hacen que me siente en la cama, en el marco de la puerta estaba mi hermano cruzado de brazos viéndome con una sonrisa de lado. Solté un suspiro largo porque sabía lo que eso significaba para mí, él me estaba por pedir algo o proponerme ser su compañero de parrandas para que pueda beber hasta perder la conciencia o encuentre su próxima cita de esta noche. Lo que ocurra primero.

—Hermanito, esta noche tenemos la fiesta de comienzo de clases en casa de Juliet. Una estudiante de diseño de modas, estamos todos invitados, alcohol gratis, buena música y chicas —comenta mi hermano con una enorme sonrisa —Debes ir, conocer a más gente, integrarte a la universidad, no puedes pasar encerrado y se lo prometí a mamá, por lo que esta noche no beberé demasiado. Vamos a divertirnos y no aceptaré un no como respuesta, alístate o te llevo en pijama —sin darme oportunidad de contestar, James se va cerrando la puerta de mi habitación, me dejé caer en la cama de nuevo sin oportunidad de poder decidir y resignado me busco mi ropa para tomar una ducha.

Tarde un poco más de lo esperado en la fila del baño, la mansión tenía dos baños por piso de habitaciones y esta noche todos parecían querer irse de fiesta por lo que tomar una ducha un día como hoy era cosa de tener paciencia. Con una toalla enrollada en mi cintura me encerré en mi cuarto para ponerme mi bóxer, una camiseta blanca, por encima una camisa azul marino abierta y un pantalón de jean. Peine mi cabello con los dedos, me puse algo de colonia y me calcé unos zapatos blancos justo a tiempo de que mi hermano aparezca en mi habitación listo para la fiesta.

—Hora de irnos hermanito —anuncia James palmeando mi espalda con ánimos, fuera se escuchan los gritos de algunos de mis compañeros listos para irse de parranda y algunos otros se preparan para el reclutamiento de nuevos miembros. Mi caso es que fui un agregado por ser el hijo de un expresidente de la fraternidad y el legado es algo que pesa mucho para ingresar a este tipo de lugares, por lo que estoy en la casa, pero aun así soy un novato el cual deberá pasar las pruebas si es que quiero quedarme aquí. —Deja de preocuparte por las pruebas, eres listo, fuerte y astuto, las pasarás todas, no puedo decirte que se tratan, pero déjame decirte que estás preparado Alan, lo pasaras —me anima James saliendo de mi habitación, no me estresa pasar la prueba. ¿Qué tan difícil es pasar una prueba de fraternidad?

La fiesta en verdad era enorme, muchos universitarios ebrios divirtiéndose y mi hermano no tardó en buscar a una chica con la cual divertirse esta noche. Me alejé de su presencia, estuve hablando con Adán y Joy, un par de compañeros de la fraternidad, era agradable charlar con ellos y estuve con estos dos hasta que un par de chicas aparecieron. Era mi momento de irme, tomando otra cerveza de uno de los refrigeradores me fui al balcón, era el único sitio donde no había nadie y necesitaba pensar estando solo.

Fuera un aire frío me pegó en la cara, tomé un trago de mi cerveza antes de darme cuenta de que había una chica, una rubia de espaldas con un vestido y chaqueta de jean. Estaba con ambas manos apoyadas en el barandal, un trago a su costado y la cabeza gacha. Hable interrumpiendo el silencio que había, ella se asustó, pero de inmediato me siguió la conversación y pude apreciar que estaba llorando aunque intentó disimularlo. Me preguntaba quién pudo hacer que una criatura tan hermosa como ella esté llorando, si tuviera la oportunidad de conocerla y pasar tiempo juntos jamás la haría llorar, de tristeza, al menos solo de risa. Por las pocas palabras que compartimos se nota que es una chica muy dulce y amable, pero estaba triste y me gustaría saber por qué.

Me encantaría decir que pudimos seguir con nuestra interesante charla, pero mi hermano interrumpió con su cita de esa noche, algo que incomodó a Agustina, la linda rubia se fue corriendo y miró mal a mi hermano. No esperaba repetir lo que estuve haciendo estas dos últimas semanas, pero la única oportunidad de tener una amiga se acaba de ir espantada luego de conocer a mi hermano y dudo mucho que me dé una segunda oportunidad si es que conoce la reputación de James.

AGUSTINA

No me noto. Desde que llegué a la fiesta, James no vio ni mis luces, estaba demasiado concentrado mirando a la delgada chica que bailaba en la pista. Hablarle no sería buena idea porque note como otra chica lo intentó, pero él no prestaba atención, solo miraba a esa chica de la pista. Isabella me aconsejo que bebiera si me emborrachaba, no recordaré ni siquiera como me llamo. Solo, tome una cerveza de una de las muchas que tenían en las neveras con hielo que había por toda la casa.

James camino hacia la chica de la pista con decisión, es hora de que me vaya a otro sitio. Camine hacia el patio de afuera con algo de suerte, no veré como el amor de mi vida coquetea con una chica que no soy yo.

Fuera no había mucha gente, estaban todos dentro, bebiendo, bailando y riendo. Mejor quería estar sola para llorar. Aferrando una mano en el barandal, inclino mi rostro hacia abajo, cubriéndolo por una cortina rubia de cabellos. En las películas el amor es difícil, pero los protagonistas saben la existencia del otro, en mi caso él no sabía que existía. Una primera lágrima cae volando por el aire hasta deshacerse en el barandal. Sus hermanas la siguieron mientras pensaba que soy una cobarde, había encontrado a mi primer amor, pero no podía hablarle.

—Hermosa noche —la voz de un chico hablo a mis espaldas. Rápido sequé mis lágrimas con el dorso de mi mano ocultando mi rostro hasta que los sollozos se calmaran. —Mi hermano tenía razón, las fiestas de Juliet son las mejores —tomé una bocanada de aire para luego alzar mi mirada girando para ver al chico. Alto con los músculos marcados bajo su camiseta, cabello oscuro y ojos azules. Muy parecidos a los de James, juraría que se ven casi iguales.

—Estoy de acuerdo contigo, esta es la primera fiesta de Juliet a la que asisto y es increíble —mi voz salió algo quebrada, pero intente que no se notara bebiendo un trago de mi cerveza. Observe al chico que tenía enfrente, sus rasgos son similares a los de James, pero su cabello y nariz son diferentes. —Soy Agustina Lemus un placer conocerte... —deje la frase inconclusa para que él me dijera su nombre y cuando lo hizo quedé petrificada.

—Alan Sullivan, un gusto conocerte Agustina —tenía delante de mí al hermano menor del amor de mi vida. Mi cuñado. Bueno, su hermano aún no sabe que somos novios, pero ustedes me entienden. Supongo que por la cara que puse él volvió a hablar. Yo no tenía palabras. —Supongo que conoces a mi hermano James, todo el mundo lo conoce —tomo un trago de su vaso y volvió a mirarme, ahora entendía por qué esos ojos me parecían tan iguales a los del amor de mi vida.

—Si lo conozco a él, pero él no me conoce a mí —me encogí de hombros bebiendo otro trago de mi cerveza, por alguna extraña razón me sentía cómoda hablando con el menor de los Sullivan.

—Eres la primera que no me dice que estuvo con mi hermano —se rio alzando su vaso —Brindemos, salud, por eso —tomó otro sorbo. Apoyando su cadera en el barandal muy cerca de mí que aún me encontraba parada pasmada mirando a Alan.

—Gracias, creo, ¿vienes de visita? —aparté un mechón de cabello de mi rostro apoyándome de la misma forma que Alan en el barandal.

—Me transfirieron aquí por mi beca deportiva. ¿Tú estudias aquí?

El gran dilema que convocó a mis padres cuando salí de la secundaria. Por un lado, mi mamá quería que fuera cirujana de medicina general como ella y mi papá quería que fuera abogada como él. Terminé decidiendo por mí sin escuchar las quejas de mamá y con el apoyo de mi padre, elegí ser una artista, una pintora. Obviamente, mi madre puso el grito en el cielo diciendo que me moriría de hambre, siendo algo como eso, pero papá me dijo que no la escuchara. Luego de varios berrinches por parte de mi madre terminé viniendo a la misma universidad que James y ese primer amor en mí nació de nuevo. El chico de mi niñez, al fin lo había encontrado.

—No te rías, pero estoy estudiando dibujo y pintura — esperé su risa como la de todos cada vez que escuchaban lo que estudiaría o incluso sus argumentos de que con esa carrera mis ingresos serán escasos. Nada de eso pasó, las apariencias engañan y Alan lo hizo cuando me respondió.

—Me gustaría algún día colgar una de tus pinturas en mi sala —volteo su rostro para verme y con los mismos ojos de su hermano, él me sonrió con amabilidad. Le devolví el gesto sin ningún rastro de vergüenza, él fue acercando su rostro al mío y el pánico comenzó a crecer dentro de mí. No quiero que me bese, sino que me presente a su hermano.

No sé si fue la salvación del destino o una cachetada dura hacia mí. La puerta corrediza que daba al patio volvió a moverse y por ella salió la chica de la pista besándose con James. Siento que mi corazón es arrancado de mi pecho y pisoteado por una bailarina de flamenco. Lo que muchas veces las películas y novelas románticas no llegan a transmitir es el dolor que te causa ver a la persona que quieres besarse con otra. La tos fingida de Alan sacó de su sesión de besos a su hermano y la chica del baile.

—Hermanito —hablo muy risueño James, el olor a alcohol llegaba hasta nosotros. Quise irme, pero la mano de Alan alrededor de mi cintura me frenó.

—James te presento a Agustina, estudia aquí también —el mayor de los Sullivan me escaneo desde los pies hasta la cabeza con sus penetrantes ojos azules. Con un asentimiento de cabeza se acercó a su hermano palmeando su hombro con orgullo.

—Es muy hermosa, ella es Kenzie es prima de Juliet —acercó a la bailarina a su lado acercándola mucho contra él. La mano de Alan en mi cintura aflojo su agarre. Creo que me vi muy infantil, pero salí corriendo cuando pude esquivar a la gente por la fiesta y encontré a Bella bailando en la pista. Quiero irme.

🍭🍬🍭

La universidad parecía ser lo único que podía lograr animarme, ya que veía a James desde lejos, pero podía verlo. Sentada en el patio de la universidad, podía apreciar al amor de mi vida hablando con los demás chicos populares. Ocultándome tras mi bloc de dibujo plasmaba un hermoso paisaje donde la princesa se escapa con el caballero. Anoche quedé en total ridículo, espero que no se acuerde de nada, James, o moriría de la vergüenza. Isabella estaba a mi lado abanicándose con su bloc, movió con su pierna mi rodilla llamando mi atención.

—¿Qué pasa? —aparte mi mirada de James para ver como Bella miraba algo más allá de donde me encontraba. Seguí su mirada encontrando a Alan Sullivan con una hoja de papel en su mano mirando hacia todos lados. —Él es el hermano menor de James, se llama Alan —comentó para mi amiga que asintió y continuó abanicándose mirando hacia otros chicos. Volví a mirar a Alan que se veía bastante perdido y debería ayudarlo, al fin de cuentas le debo una disculpa por salir corriendo anoche.

Junte mis cosas guardándolas en mi bolso rápido, Isabella me miraba sin mover un músculo. Señale con la cabeza al menor de los Sullivan y Bella solo asintió, pero continúo abanicándose. No me acompañará. Bufé resignada y emprendí mi camino hacia Alan, que veía su horario como si fueran jeroglíficos egipcios. Sonreí viendo su cara de confusión, pero en cuanto me vio sonrió de lado intentando ocultar su confusión con el horario.

—Hola, Alan — saludé amigable viendo mejor las facciones del rostro del chico. Lo que primero llama mi atención son sus ojos azules, me recuerda a los ojos de James cuando era pequeño. Ahora, estando a la luz del día, notaba que su cabello es un poco más claro, no tan oscuro como anoche.

—Hola, Agustina —mi nombre saliendo de su boca me pareció tan fino y refinado, debe ser porque es de las pocas personas que me llaman por mi nombre completo cuando apenas me conocen. La mayoría de las personas lo abrevian a Agus o Tina, aun sin conocernos bien eso me molesta un poco porque apenas los conozco y ya están confiados de ponerme un apodo. Tampoco me gustan los apodos Bella, me puso uno y me llama así cuando quiere verme enojada "algodón rubio" dice ella que es porque soy muy dulce.

—Note que estás algo perdido con tus horarios, puedo ayudarte, ¿si quieres?

—Eres mi salvación, no entiendo nada de estos horarios y con los salones me pierdo —me puse a su lado cuando saco el papel y su primera clase es de histología en el ala de medicina del campus al frente otro lado de donde nos encontrábamos.

—Estás muy lejos, pero puedo llevarte, ¿no te dieron una visita guiada por la universidad? — miré la hora en mi celular para asegurarme que llegaría a tiempo a mi clase de taller expresionismo. No puedo llegar tarde, a la profesora Brown no le agrada la impuntualidad. Una de mis compañeras llegó tarde por dos minutos y la señorita Brown no la dejó entrar.

—No, me perdí la visita guiada y mi hermano tenía entrenamiento temprano, no pudo enseñarme nada del lugar —responde comenzando a caminar hacia el lado contrario a donde debíamos ir.

—Alan tu clase queda hacia el otro lado —me burló comenzando a caminar en la dirección correcta.

🍭🍬🍭
Hola Candies, ¿qué tal vieron el segundo capítulo? ¿Les gustan los cambios? Espero leer sus comentarios 💛

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro