Confución

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Frustración, eso era lo que describía al rubio ahora mismo.
¿Cómo hechó todo a perder? Quería ayudar a su amigo, y esa palabra también le frustraba.
Se levantó de la cama y tomó su celular tratando de calmarse.
Lo desbloqueó con torpeza, tenía prisa y sólo por eso tuvo que desbloquearlo como tres veces, ponía el patrón mal.
Estaba nervioso.

Marcó del número del castaño, esperando que él contestara, pero, no funcionaba.

Trató de llamarlo como unas cien veces, tal vez estaba exagerando, tal vez no.
No había nada que hacer, ir a su casa no era opción, perdió el papel que le dió Chica y no recordaba donde quedaba.
En ese momento estaba tan nervioso que no recordó que podría pedirle el número de la casa a alguno de los otros chicos.

—De igual forma...mañana lo veré en el ensayo—y rápidamente empezó la confución, de nuevo.
Por un lado tenía a aquel chico tierno y bipolar, pero tiene sus razones, que lo volvía loco.

Por otra parte, a la chica que siempre lo apoyó, con la que coqueteaba sutilmente.

Necesitaba aclararse, y sabía que tenía que hacer.

(...)

Se depertó algo preocupado, se vistió y desayunó, sólo como siempre, se lavó los dientes y ocupó la hora que le quedaba para arreglarse el cabello.

Salió de su casa para irse en su Limusina al Instituto, lo típico, escuchar gritos de fangirls, talvez de fanboys, y no salir tranquilo

—¿Cuánto falta?—le preguntó a su asistente, quien respondió con su mano subiendo 5 dedos.
Suspiró, pero sonrió al ver a aquel chico castaño caminando, su sonrisa se desvaneció al darse cuenta que este iba cabizbajo y pequeñas lágrimas salían de sus ojos.

—demonios...—susurró el rubio, ganándose la atención de su asistente.

—¿Dijo algo Joven Golden?—preguntó y dirigió su mirada al castaño, soltando un mini gruñido.

—No—respondió seco.
Y así pasaron los minutos dentro de aquel auto para “Mimados”, con un Golden aburrido y preocupado.

Al llegar al Instituto sus clases se pasaron lentas y aburridas, lo único que escuchó fue “Guitarra” y aún no sabe por qué.
Observaba a sus compañeros, ahí se dió cuenta de varias cosas, la rubia que adoraba se la pasaba mirando a Foxy con algo de pena mientras que él desviaba la mirada siempre.
Algo de celos sugieron dentro de él.

Luego dirigió la mirada al ojiazul, quien tristemente miraba a su mesa y susurraba palabras.
Trató de escuchar pero lo único que pudo oír fue “Gracias Fred, te quiero ” seguido de una sonrisa.
Ahora si se molesto un poco más.

¿Acaso Freddy sentía algo por el parásito?lo dudaba, es raro enamorarse de tu propia enfermedad.

(...)

Antes de ir a la práctica, el rubio llamó a Chica para decirle algo.

—Dime—susurró la chica sin ánimo, aunque, disimulando.

—no te enojes ¿está bien?—la rubia asintió.
El ojigris le tomó delicadamente  el mentón, cerrando sus ojos, sin estar completamente seguro de que estaba haciendo.
Pero lo hizo.
La besó.
Unió sus labios en un tierno beso, para los dos, pues, se suponía que se gustaban ¿no?.
La besó sin darse cuenta de que cierto castaño observaba perplejo la escena, titubeando.
La besó, sin saber que había roto el corazón de la persona que amaba.
La besó, rompiendo la confianza de él.
La besó, y lo rompió.

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