Happy to listen

Trent adoraba escuchar cada una de las estrofas que Justin recitaba con su afección profesada; aferrándose a él sin nunca soltarlo para que a sus costados, él sea su serafín protector.

¿Cómo la perfección humana se posiciona ante sus orbes y él era digno de su amistad? No comprendía la existencia de tan prístina vida que estimaba siempre en compañía, evitando el daño de las lenguas afiladas que eran de la menor afición mientras los mimos no carecían de inasistencia.

Happy to play

Revueltos en el césped yacían en el suelo, sus coronas de flores siendo sacudidas por la brisa trás diversas actividades de correr; con el modelo acariciándole sus hebras al guitarrista entre carcajadas que le estremecían su corazón, erradicando la creencia de que supuestamente idolatra a la gótica.

Happily watching him...

Padecía en el conjunto que lo agobia durante el merodear casual por la búsqueda del campamento que ejecutan debido a este ser el método más efectivo de la pecosa que conservaba razonamiento.

Con nervios Trent estaba entablando una conversación con la de cabellera azulada pero... Su cuestión era la misma incógnita que fue trazada conforme el tiempo se frenó y se anticipó la llegada al destino.

"¿Dónde está Justin?"

Drift away.

Navegando con ansiedad debido a la tardía estancia de su amado de atractivos rasgos; espiaba en los sitios donde posiblemente podría ocultarse aquel que tanto le atraía, ese sería el atardecer dónde le dedicaría sus miles de canciones de amor que escribió exclusivamente para él... ¿Por qué ahora se perdía?

Pero con el vistazo al estanque donde se sumergió en agonía; lo entendió.

Las lágrimas resbalaron de sus mejillas anteriormente ardiendo por Justin, el cual sujetó con pánico mientras sus alaridos viajaban por la zona boscosa debido al arrebatar de aire de parte del asesino hacia su amante.

Era una imágen terrible.

Esa cara que tanto amaba y ya jamás podrá besar estaba completamente destrozada en añicos, todo el acto de un cuchillo que perforó hasta exponer sus tejidos y reducirlo a la muerte.

Solo permaneció enfocado en él, con un llanto desolado y su silencio que se distinguía a distancia. Pero no podía dejar de fijarse en lo único que restó del cadáver al que tanto admiró.

Porque Trent no dejó de observar el diamante restante que solía apreciar hasta que los adolescentes lo separaron; con sus gotas que solo manifestaban una promesa a la que no se le proporcionó cumplimiento.

El deseo de que en la eternidad estuviera entrelazado con Justin.

Aunque este desde el cielo le agradecía a su superior de que la última cosa que contempló y quedó grabada en su pensamiento fue esa hermosa sonrisa de Trent que le cautivaba a sus sentidos, fabricando al Trent que si lo quiso venerar.

Ya no podría elaborar esas acciones con un cariño infiltrado más allá de la cercanía amistosa.

Y todo por la cobardía que le impulsó a no confesarse al amor de su vida.