And then he smiled.

Y ahí fue cuando finalmente entre toda la catástrofe; un remolino de emociones lo aventó por la mueca esbozada en el guitarrista que durante todo ese caos ni siquiera demostró una mínima señal de regocijo. Cautivando al moreno al que solo se le dilataban sus pupilas con un brillo inefable, semejante al de un infante al presenciar un juguete que sería de su pertenencia.

Entrecerrando sus párpados y con su puño cerrado lo miró de reojo; examinando el rubor en los pómulos del alborotado Justin trás mencionar un chiste en su repertorio, con esos diamantes reluciendo y su corona de flores reposando en su cabeza.

And that's what i'm after.

El modelo no se percataba que él también le devolvió el sonrojo porque su mayor distracción fueron las facciones del azabache que solo con él daba a exhibir su verdadero ser cordial.

Él ya no era un coqueto que simplemente se la pasaba empalagando a Gwen con sus oraciones poéticas que Justin anhelaba que fueran para él; ese era otro elemento detrás de esa capa de mentiras.

The smile in his eyes.

Y durante su falacia; sus esmeraldas cruzándose en su sendero sobre esos zafiros eran un embeleco superior, aquel que lo lograba engatusar con un solo roce visual mientras los nervios incrementan en el de oficio famoso.

Embobado dirige su vigía a la línea de abajo; trazada con unos hilos tan sutiles cómo la seda, justo cómo ese agarre que había tejido Trent con sus dedos entrelazados.

The sound of his laughter.

Ubicó su palma abierta a sus comisuras, resguardando su supuesto estruendo que para Justin era una melodía atrayente que cada día lo enamoraba más.

Trent le sonrió así con ternura, entre caricias con sus yemas antes de apoyarse en el hombro de Justin; clausurando cualquier entrada de lo malévolo debido a la paz y cómo se complementaban sus cualidades mutuas.

Él aceptó el gesto, con esa minúscula curvatura que no era una tontería cómo solía posar para todas sus revistas... No, esa era expulsada de lo más rotundo de su latir al cual solo le interesaba el habitar con ese joven que le alivia el alma, carente del abrumador público.