𝙴𝚕 𝚙𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘.

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Parte 1/2
Moscow.
6 meses atrás.

-El día está para dormir. - dijo Sheyla, aún acostada con demasiadas sábanas encima. - quién necesita estudiar si se puede dormir.

-Nosotras y si no te levantas de esa cama, te aseguro que iré a los baños y traeré agua fría para tirarla sobre ti.

Al decir esas palabras, fue como hacer magia, ya que Sheyla se levantó de inmediato.

-Lo hubieras dicho hace rato y ya estuviera hasta lista.

Esperé unos minutos mientras Sheyla se preparaba para ir a clases, ella aveces podía ser perezosa pero aún asi odiaba perder clases, al igual que yo.

-Lista y hermosa como el día.- dijo sarcástica ya que odiaba el frío.

Salimos de los dormitorios, encontrándonos con chicas apuradas para ir a clases, era normal estar atrasada en días de invierno, la razón era querer quedarse bajo las calientes colchas.

***

-Hola bebé!. - llegó Edward, el novio de Sheyla, dándole un cálido y amoroso abrazo. - Hola, sirenita.

Levanté mi mano, saludándolo sin molestarme por su apodo, ya me había acostumbrado.

-Hola James.- dijo Sheyla.

-Hola. - saludó en general.

James, ojos azules como el mar, alto, cabello castaño claro, labios pálidos y finos, grandes pestañas y pómulos rosados por el frío, muy reservado, no se notaría su presencia ha no ser de su atractivo físico, había que aclarar que tenía un club de fans, chicas que tenían cierto crush con el mencionado, él por otro lado no sabía de este pequeño club de fans, no lo hubiéramos conocido si no fuera amigo de Edward, ya que  compartían clases y estudiaban lo mismo, administración de empresas y probablemente era la primera vez que lo veía, ya que siempre iba de un lado a otro sin percatarme de los demás.

-Por cierto, ella es Abril, estudia la comida. - dijo molestándome, según él con cariño. - creo que la conoces, es imposible olvidar a una pelirroja como ella.

Él me observó por un largo y detenido tiempo, creí que no respondería, pero cuando estaba por hacerlo mi celular sonó, me disculpé y me alejé un poco del ruido para contestar la llamada.

-Hola cariño, como estas?. - habló del otro lado la tía Lana.

-Esto es un milagro de Dios.

Lana se carcajeo un rato en la llamada.

-Niña, te llamo, para saber cuando vienes de visita, estoy en casa de tu padre y no te gustaría ver lo que estoy viendo.

-Que sucede? Papá esta bien? Tiene algo?.

-Él está perfectamente, preferiría no decirte lo que veo, será mejor para ti, en otras noticias, te extrañamos, deberías de terminar tus estudios inmediatamente.

-También los extraño, pero, aún no termino la carrera y no puedo volver hasta las vacaciones.

-Lo sabemos, pero sabes que te apoyo en todo, solo que tus hermanos me obligaron a decir eso, estoy encerrandome en el baño, para poder hablar sin la ropa tendida que hay en esta casa, esos niños aún no saben lo que significa la privacidad, cuéntame, ya estás mejor?.

Sabía a lo que se refería.

-Papá te lo contó?.

-Si, hace poco, mi niña estos sucesos cada vez son más lamentables, desearía que no lo hubieras pasado.

-También lo deseo, pero, ya estamos en terapia y eso nos ha ayudado mucho... Tengo que ir a clases, los quiero a todos, adiós.

-Adiós.

Cerré la llamada y silencié el teléfono, para no interrumpir las siguientes clases.

Sheyla me tomó de la muñeca y me condujo a clases.

-Abril, creo que acabas de pescar algo muy interesante.

-De que hablas?

-Eres ciega o te haces?. - dudé en responder. - bien, al parecer no te diste cuenta, pero, tararara! Le gustas a James!

Mi rostro se disfiguró.

-De quién hablas?. - me miró mal. - ah si, ya lo recuerdo.

-Si, le gustas estoy muy segura de eso.

-Pero si recién nos conocemos, estas loca.

Se detuvo bruscamente.

-Abril, estarías de acuerdo conmigo, si lo hubieras observado y no hubieras contestado esa llamada, no lo sé, habia algo en su mirada y no dejó de mirarte cuando te apártaste para responder la llamada.

Pensé un momento.

-Esas cosas no suceden tan rápido.

-Cómo lo sabes, si tu misma has dicho que no has tenido un novio oficial.

-Tienes razón, no sé mucho de eso, si ese fuera el caso, sabes que no puedo ni quiero novios, estoy y estaré cien por ciento ocupada en los estudios, no me casaré hasta los 30.

-Aburrido! Pero debes admitir que es interesante que le gustes cuando a otras chicas no les presta ni un minuto de su atención, además es de buena familia, es lo que dicen.

Entramos a clases y no salimos hasta después de las cuatro.

-Necesito un chocolate caliente. - comentó Sheyla con angustia.

-Señorita Hilton, necesito hablar con usted un momento. - apareció de pronto la consejera que tomó el lugar de Viki, nuestra antigua y hermosa consejera. - Ven conmigo.

Sheyla entendió y seguí a la consejera, hasta llegar a su lugar de trabajo, cerró la puerta y se sentó abriendo su libreta.

-Señorita Tara, necesita algo de mi?.

-Abril, como estas?.

-Bien, creo... Estoy en problemas?.

-No, por supuesto que no, solo quería asegurarme de que estés bien y que tengo noticias para ti.

La señorita Tara, había llegado hace unos meses, era amable y responsable con su trabajo, siempre que alguien necesitaba verla, ella estaba ahí, dispuesta a ayudarte, lo sabía, porque ella estuvo dispuesta a escucharme cuando en serio me sentía mal, en todas las formas posibles.

-Hablaré como una amiga, olvida que sólo soy la vieja consejera de la universidad. - rió suavemente. -Abril desde el trauma que adquiriste esa noche, en el restaurante, no eres la misma de antes, ya no sonríes tan seguido, siempre estás sería o enojada, se que es algo difícil de superar, pero es necesario que pases la página, te vendría bien estar junto a tu familia, puedes visitar a tu familia en las vacaciones o como última opción transferirte, te falta solo un semestre y medio.

-No creo que eso sea posible, lo de transferirme, aquí he estado desde el principio y quisiera terminarlo aquí, tengo que irme, gracias.

Tomé mi bolso y salí sin mirar atrás.

Tenía razón, desde mucho tiempo atrás no soy la misma, me siento diferente, casi siempre paso enojada o indiferente a las cosas, tengo miedo de ir a un restaurante, digo, todos nos sentimos así, Sheyla que siempre ha sido alegre y carismática, también siente lo mismo, solo que ella esconde sus verdaderas emociones.

Llegue a la habitación, cerrando la puerta de un fuerte golpe.

-Pensé que demoraría tu charla con Tara.

-Esta vez dijo idioteces, digo, sugirió que me transfiera de universidad.

-Le afecta la maternidad, pero, oye no vas a hacerlo o si? Te extrañaría muchísimo.

-No, ni lo había pensado, como es posible que un profesional te recomiende volver a tu país nativo?.

-Eso dijo?.

-Algo así, no se supone que te animan a seguir con tus sueños?.

-Tal vez piensa que eso será lo mejor para ti.

-Estas de acuerdo con ella?.

-No he dicho eso, solo, piénsalo, estar de vuelta con tu familia, tus hermanos, el clima cálido, eso estaría muy bien, además dejarías en el pasado lo que vivimos hace unos meses, Abril no lo admites pero eso te tiene mal.

-Eso no me tiene mal.

-Ves, no te atreves a mencionarlo.

-Tú tampoco lo mencionas.

-Pero admito que no es lo mismo de antes, ambas tenemos miedo de salir, ir a comer en otros lugares, sé que al igual que yo, tan solo de pensar en ir a comer en un restaurante, recuerdas lo que vimos esa noche, es difícil si, pero no imposible de superar, los chicos ya lo superaron, Blas ya asiste a fiesta y sin mencionar que Leonel ya come en cualquier lugar.

-Pensé que estábamos bien con nuestras ensaladas.

Sheyla empezó a reírse sin parar.

-Las detesto, estoy aburrida y harta de esas verduras...Cierto, Edw me llevará a su casa.

-Por favor, nada de estar solos en la habitación.

-Algo más, mamá?.

-Nada por ahora.

Las dos reímos como locas.

-Constantemente tengo pesadillas...

-También yo.

***

Llegamos al parque, la tarde estaba fría y nublada, pero aún así las flores y arbustos se veían hermosos y melancólicos.

-No ha de tardar.

Sheyla tenía una cita con su apuesto novio, ya que se había puesto a pensar lo de ir y conocer a la familia de Edward, los nervios la invadieron y rápidamente cambió los planes de ir a su casa a ir al parque, ingenioso lo admito.

-Si en 10 minutos no llega, me voy, sabes que tengo que hacer tareas.

-Abril, relajate, esas tareas son para las próximas semanas, además dijimos que vamos a salir mas seguido, lo prometiste.

Me quedé en silencio, porque era verdad, lo había prometido.

-Viste, ahí vienen.

Y si, ahí estaban, Edward y su amigo James.

-No sabía que él estaba invitado.

-Si? Se me olvidó mencionarlo.

Sheyla, corrió y se lanzó sobre Edward, ellos dos parecían muy felices juntos y me alegraba demasiado por ellos.

-Hola, fresita. - saludó Edward.

-Cada día es un apodo diferente? Superalo.

-Nunca!.

Se carcajeo y caminaron a lo largo del río.

-Hola, Abril.

Giré hacia James, que por un instante olvidé de su presencia, él ya hacía sentado sobre la banca.

-Hola.

Me senté junto a él, el ambiente era algo tenso e incómodo, yo no lo conocía mucho y el tampoco, además por lo que sabía, él era algo reservado.

-El color de tu cabello es muy bonito.

Era la primera vez que alguien me decía algo así, de verdad, mis hermanos siempre me molestaban por ello y a los demás se le parecían normal o preferían ponerme apodo por el simple color rojizo en mi cabello.

-Tienes frío?.

-No, porqué?

-Porque tus mejillas están rosadas. - sonrió cómo si le pareciera chistoso. - me gusta.

Dicho eso abrió el libro que cargaba en su mano, aclarando que me había dejado sin respiración.

-Simon es asesinado por Jacquie e inmediatamente se suicida.

-Acabas de contarme el final?.

Me lo pensé.

-Creí que ya lo habías terminado.

-Ahora nunca lo haré.

-Lo siento, no quería arruinarte el final.

-Aún así lo hiciste y no te lo perdonaré nunca.

Parecía enojado y no lo culpaba, odiaba cuando sin querer leía el final del libro o cuando me contaban el final.

-Te compraré otro con tal de que no me tires al río.

-Creo que lo haré, todos pensaran que fue un accidente y nadie me culparia.

-Estas enojado?.

-No, es solo un libro que me interesaba mucho.

-Lo dijiste en pasado.

-Ahora que se el final, no lo leeré, la autora estará odiandote en el cielo.

-Seguro que si.

Nos quedamos ahí, sentados en la banca, esperando el regreso de los tortolitos, pero estos no aparecieron, por lo que decidimos dar un paseo por el lugar, hicimos una competencia de velocidad, obviamente le gané, en la revancha también le gané y terminó comprando helados, sin importar lo frío que estaba la tarde, en fin, creí que me aburriría o que el ambiente sería incómodo, pero fue más que eso, fue divertido.

-Quieres darme tu número?.-preguntó con una pequeña sonrisa.

Asentí y escribí mi número en su celular.

-Puedes agregarme como Abril Hilton o Abril H, como quieras.

-Estamos de vuelta. - llegó Sheyla junto a Edward, ambos sonriendo como el gato de Alicia en el país de las maravillas. - nos perdimos y fue difícil encontrarlos.

Sabia que estaban diciendo mentiras ya que este era el parque favorito de Sheyla y que lo conocía de pies a cabeza, algo se traían y no sabía que era.

-No están molestos con nosotros?.

Negamos sin dar detalles de lo que hicimos, aunque ellos estaban muy curiosos con eso.

-Bye, amor.

Sheyla se despidió de su novio y me tomó de la mano.

-Espero volver a verte, Abril. - se despidió James.

Asentí y seguí a Sheyla.

-Que hiciste en el tiempo que no estaba? O sea, en el tiempo que nos perdimos.

-Nada interesante.

-Con qué nada interesante, pero, igual él quiere volverte a ver.

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