𝚁𝚎𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘𝚜.

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Eran las cinco de la madrugada cuando la alarma de mi celular sonó, despertandonos por completo, habíamos quedado con Lía de irnos muy temprano, mi excusa muy creíble era la llegada de mi padre, la de Lesly, la llegada de su madre y la de Lía, su discusión con su prima kim, un pequeño conflicto que había sucedido la noche anterior, en la cena que no asistí, y agradecía a Dios por ser tan misericordioso y ayudarme a evitar serios y vergonzosos problemas con la novia actual de Jordan, no se mucho sobre la pequeña riña y agradezco no saberlo, ya que aparentemente yo era la causa principal por ser una completa desconocida para la chica. Esas eran excusas aceptables para marcharnos a tempranas horas sin despedirnos más que de la abuela Martha, una persona especial y alegre.

-Segura que no quieres venir conmigo? Creí que tú y mi hermano salían.

-Sabes que mi madre llega casi todos los domingos y es seguro que me tenga ocupada con sus cosas, pero, estaré contigo todo el día de tu cumpleaños ya que serás la festejada y con lo de tu hermano, las cosas están raras, creo que lo arruiné de la peor manera.

-Nada puede ser peor para él que confundirlo con Artur y no creo que lo hayas hecho, en fin, sea lo que sea no es tan grave si para ustedes las cosas van en serio. - comenté tomando mi bolso. - desearia que vengas conmigo, aun no puedo imaginar la razón de la visita repentina de mi padre. 

-Te equivocas, lo confundí y fue horrible, creo que no volverá a llamarme. - mi gesto fue de puro asombro. - si, lo confundí y no quiero hablar de eso.-dijo algo cabizbaja. - hey! En dos días es tu cumpleaños, esa ha de ser la única razón por la que el señor Tom está de visita, tú eres como una santa paloma, muy seria para estar en problemas y cuando lo estás no es porque lo quieres.

Asimilé las palabras de Lesly y me convencí que aquello que decía era cierto.

Llegamos a la puerta sin hacer muchos ruidos, encontrándonos con los tres hermanos, Lía parecía estar feliz, mientras sus hermanos seguían algo dormidos.

-Adiós, abuela. - se despidieron los tres, saliendo de la casa.

Lesly se despidió y siguió a los demás.

-Gracias Martha por recibir a un par de desconocidas.

-Nada de eso, es mejor para mí, tener un poco de compañía en esta casa, al menos por unos días... Sabes que no deberías sufrir nunca por un hombre indeciso, eres una increíble persona, reconzco a una cuando la veo y tú eres una, creeme olvida al tipo y veras que cuando lo hagas, miraras atrás y verás que estabas sufriendo por alguien que no valía la pena.- sonrió y me dio unas galletas de chocolate para el camino. - puedes volver cuando quieras, eres bienvenida.

Sus palabras se quedaron en mi cabeza, analizando cada palabra, está señora era un pan de Dios.

El viaje de regreso fue largo y tranquilo, nada novedoso, unos dormían, otros leían y yo solo tarareaba la canción de la radio.

Al llegar, nos despedimos de los chicos, ellos prometieron un próximo paseo, nosotras estuvimos de acuerdo, aunque claramente esa no era la repuesta, claro que no iría de vuelta a un viaje donde estaría el chico que me usó como un juguete sin emociones, peor cuando estaría su novia, que llevaba consigo un gran dolor y la había vuelto dura.

-Estamos de acuerdo que jamás iremos de paseo con ellos?.

Asentí a las palabras de Lesly.

-Es obvio que estas de acuerdo, casi mueres en el trayecto.

Entramos al departamento rápidamente, recogí ropa limpia y la guardé en el bolso, me despedí de la rubia y volví a salir, ya en el ascensor recordé que mi celular estaba sin batería y que no llevaba el cargador, si regresaba por el, no saldría de este lugar y probablemente me quedaría a seguir durmiendo, mis hermanos se molestarían y mi padre también, si eso pasaba los tres irían en mi contra.

Tomé un taxi y le di la dirección del hotel.

-Señor, tiene un cargador que me preste, por favor?.

-No señorita, el que tengo no le va a servir.

-Bueno, gracias.

Cuando llegamos, pagué y agradecí al taxista, el hotel era extravagante, no lo había visto antes, ni sabia que existía, pero era bonito y se veía muy grande.

En recepción pregunté por mi padre, afortunadamente si se encontraba hospedado en el hotel y no había sido una broma de mis hermanos.

-Habitación 121.

-Gracias, esperaré aquí... Tiene un cargador que me preste, por favor?.

-Seguro que hay, iré a buscarlo.

-Gracias!

La señora amablemente fue en busca de un cargador que sirva.

-Zanahoria!. - habló Artur, entrando al hotel junto a Ariel.

El segundo parecía aún dormido, al parecer era muy temprano para todos.

-Deja de llamarme así!. - una vez más rogué sin ser escuchada.

-De acuerdo zanahoria!

Ni siquiera me molesté en molestarme con Artur.

-Dónde está papá?. - habló Ariel, con cansancio.

-Ustedes? Acaso fueron de fiesta?. - pregunté.

-Se la pasó haciendo sus tareas, solo necesita recuperar el sueño, aunque eso ya es imposible, y tú donde estabas?.

-Yo estaba... Estaba con Lesly.

-Si? En donde?.

-Mis hijos queridos!.- habló papá caminando a nosotros.

Fui la primera a la que envolvió en un fuerte y cariñoso abrazo, mire a Artur, le guiñe el ojo y le susurre que aun soy la favorita.

-Están grandes o es porque los extrañaba?.

-La segunda. - respondimos al unísono.

-Bien, parece que están de buen humor, hay muchas cosas de las que tenemos que conversar.

Bien, eso me aterraba por una razón.

-Al contrario solo quiero dormir un poco. - respondimos.

Ariel le contó a mi padre sobre sus estudios, lo cansado que se sentía, entre otras cosas, al final mi padre nos pagó la estadía en el hotel, eso fue lo único que alegró a Ariel, ya que podía ir y dormir hasta la cena si así lo quisiera, llegué a la habitación que me asignó mi padre, no sabía lo cansada que estaba hasta que toqué la cama, las siguientes horas de sueño fueron interrumpidos por los golpes en la puerta.

-Que sucede?. - Artur era el responsable de interrumpir mi sueño.

-Llevamos esperándote más de media hora... Estabas durmiendo?.

-Estaba, ahora no lo estoy gracias a tus fuertes golpes.

-Sabes que papá odia la irresponsabilidad.

-Tú o él?. - pregunté para molestarlo.

-Los dos.

Cerré la puerta de la habitación y seguí a Artur por los pasillos, el hotel era grande con paredes blancas y elegantes, esculturas por todos lados y creo que era fácil de perderse en el lugar.

Llegamos al restaurante del hotel, la escena me sorprendió.

-Y tenías razón de que papá está saliendo con la vecina.

Llegamos a nuestra mesa, tomé mi lugar y Artur también, Ariel parecía zombie y mi padre sonreía energeticamente a su lado estaba la señora Lins, la vecina, ella jugaba con sus manos de manera nerviosa.

-Abril estas hermosa.

Su cumplido era uno vacío, ya que no me consideraba hermosa con unos jeans oscuros y una camisa larga negra, sin mencionar las ojeras debajo de mis ojos y mi despeinado cabello, el cual no había lavado en dos días.

-Gracias Señora Lins.

-Oh niña, no me digas señora, puedes llamarme como tus hermanos me llaman. - mire a mis hermanos sin emoción. - Margaret o Margi.

Todos mirábamos a papá para que interrumpiera el incómodo momento en el que nos encontramos, él parecía no entender y alguien más tuvo que interrumpir el silencio y si, ese fue el mesero, que tomó nuestra orden y se marchó en silencio, no antes sin darme una ligera sonrisa que terminó molestando a papá y a Artur.

-Tengo la ligera sensación de que tienen algo que decirnos, estoy en lo correcto?. - pregunté, dejando de lado la ensalada.

Mi padre y Margaret, se miraron y luego sonrieron como un par de tortolitos, Margaret levantó su mano, mostrándonos su anillo.

-Margaret y yo, vamos a casarnos!.

La voz de papá estaba llena de emoción, pero, aún no lograba asimilar la noticia, ambos eran mayores y podían hacer de su vida lo que mejor les plazca, pero el hecho de ver a mi padre con otra mujer se me hacía algo raro, definitivamente no me lo esperaba, si el silencio de antes era incómodo, éste lo superaba, era sepulcral.

-Eso no es posible. - Artur se levantó de su asiento, hechandolo para atrás. - padre estas bromeando?

Papá no se esperaba esta reacción negativa de Artur.

-No veo cual es el problema? Soy adulto y soy tu padre, deberías respetar mis decisiones, se los digo porque son mis hijos y no porque busque su aprobación, puedes sentarte o simplemente irte, no permito ni permitiré que armes un show.

Papá hablaba bajo pero con suficiente demanda.

-Cómo quieras.

Artur tiró la servilleta sobre la mesa y se marchó sin dudarlo.

Margaret parecía avergonzada y triste, miró a papá y le dijo algo que sólo él escuchó, luego de eso papá se fue por el mismo camino que Artur.

El mesero regresó con el postre y con mi celular, agradecí por el hecho de haberle dado batería a mi aparato electrónico y se retiró.

Ariel ya hacía dormido sobre la mesa, guardé el celular en los bolsillos pero este no dejaba de vibrar.

-Podrías, podrías despertarlo?. - pregunte a Margaret, ella asintió dándome una sonrisa triste. - estoy algo cansada, hasta luego.

Salí del restaurante, tan rápido como mis pies lo permitían, tenía un mal presentimiento sobre mi celular y si, dirán, Abril, es un simple celular que estuvo sin batería como 11 horas, solo son notificaciones de las apps y si, tal vez lo eran.

Caminando por los pasillos, antes de llegar a la habitación del hotel, me detuve, la curiosidad era mucho más grande que mi necesidad de llegar a la habitación.

Desbloquee el celular y entre inmediatamente a los mensajes recibidos, la mayoría era de Sheyla, mi amiga en Moscow, antes de leerlos me preparé mentalmente de que no sería nada importante, pero no fue así.

Abrí la llamada de Sheyla, con cierto temor.

-Abril, estuve tratando de comunicarme contigo hace días, pero, mi celular se cayó en las bañeras y hace unas horas me lo devolvieron como nuevo.

-Shey, al punto!

-Abril, intenté de ayudarte pero creo que lo arruiné. - dejó de hablar, poniéndome mucha más nerviosa que antes. - seguramente él está llegando.

Con esas palabras fue suficiente para dejarme petrificada, no pude escuchar lo que decía Sheyla, simplemente me despedí y cerré la llamada.

Todos cometemos errores, posiblemente yo más que todos pero eso era por mi mala suerte.

Dios, definitivamente se divertía conmigo, era como su estambre de lana con el cual jugar o solo era yo tomando malas decisiones.

-Señorita está bien?. - una chica del personal del hotel preguntó. - necesita ayuda en algo?.

-Si, si, estoy bien... Si alguien me busca, no estoy.

Ella sintió algo confundida, claramente creía que era una loca.

Caminé inmediatamente a la habitación, antes de que me encontrara con Artur o papá o alguien más, abrí la puerta con la tarjeta y cerré inmediatamente, estaba asustada, es más, no quería salir nunca más de esta habitación ni siquiera para ir a estudiar y eso que yo amaba mucho estudiar. Dude entre meterme directamente a la cama o regresar al campus, elegí meterme al baño.

Me liberé de los apretados jeans y de la camisa, proseguir con mi ropa interior y cuando estaba a punto de entrar a la ducha tocaron repetidamente la puerta, me puse la bata de baño y apurada la até alrededor de mi cintura, mientras caminaba a la puerta, en cuanto la abrí volví a cerrarla inmediatamente, entonces volvieron a tocarla y volví a abrirla.

-Привет еще раз. - saludó descaradamente como si dijera "hi, bitch".

-Hola.

Que me lleve el tren.

No sabía que hacer, que decir o como actuar, si debía de dejarlo pasar o mandarlo a volar, de nuevo, si lo dejaba afuera alguien podía verlo y estaría envuelta en un gran problema familiar.

-Yo-yo, deberías pasar.

Él estuvo de acuerdo y entró con una sonrisa más grande que el país.

Mi voz interior decía que estaba haciendo mal, que debería aventarme del piso y así acabaría todo, pero decidí ignorarla.

-James, yo.

-Lo sé, sé todo.

Sí, seguramente lo sabía por que fue la razón de mi intento fallido de escape.

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