𝚁𝚞𝚗

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Llegué a mi habitación, me quité los zapatos y la ropa, quedando en ropa interior.

Abrí el armario, para buscar ropa limpia.
Dejé salir mi espíritu campestre, en cuanto vi un overol jean, una camisa roja pequeña y ajustada, con unos tenis rojos.

Si, probablemente el rojo, es mi color favorito.

Dejé mi cabello suelto.

Me tiré en la cama, pero inmediatamente tocaron la puerta.
Salí de mi habitación, llegando a la pequeña sala, abrí la puerta.

-Tenemos. - pausó para tomar aire. - como una hora esperándote.

-Lo siento, no sabía. - le respondí a Kaly, ella sudaba.-subiste las escaleras?.

Asintió.

-Una chica dijo que estaba descompuesta.

Bueno, esa chica le mintió.

Con mi celular en el bolsillo, cerré la puerta.

Esperamos por el ascensor, varios minutos, aún así escuchando por parte de Kaly, que estaba descompuesto, pero no era cierto. Además quien quiere bajar, cuatro pisos?

La puerta se abrió, y entramos, nadie más lo hizo, hasta que la puerta se volvió a cerrar.

-Le tienes miedo?. - pregunté, no quería ser la culpable, de algun ataque.

Negó.

Salimos del ascensor, me despedí de la chica que siempre estaba ahí, por algún problema.

Este edificio, era como un hotel, dentro de cada habitación, habían dos habitaciones más, un baño y más cosas, en el primer piso, estaba la chica, tipo recepcionista, en el segundo piso, había una gran cocina, con  mucha comida, una habitación de juegos, y otra con equipos de belleza, del tercer piso para arriba, ya se encontraban las habitaciones, el sexto piso, era una terraza, disponible para lavar tu ropa sucia en sus grandes lavadoras y secadoras.

Fuera del carro estaba Jordan, llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros, estaba arrimado al carro.

-Toma. - kaly le dio las llaves a Jordan. - voy a dormir mientras tú conduces.

Sacó su celular, hizo algo en él, luego me lo entregó.

-Y tú, encargate de que no se pierda. - kaly me dio su celular, que ya estaba en la aplicación de google maps, el lugar de destino, se encontraba a una hora y media.

Kaly dio la vuelta y abrió la puerta de atrás del carro, sacó una colcha y una almohada y terminó por acostarse muy bien en todo el asiento.

Al otro lado, ya estaba Jordan, encendiendo el carro.

Me subí de copiloto, ya que no tenía más opciones o podría ir en el techo del carro. Me parecía buena idea.

-Que esperas?. - habló el chico con cierto amargor en su voz.

Me puse unas gafas ochenteras, rojas, mates, probablemente eran mis favoritas.

Encendió el motor y aceleró, dejando atrás, en la lejanía al campus, después de ahí, el camino, solo fue árboles y más árboles.
El silencio era tan incómodo, que miraba atrás, de vez en cuando, para ver a kaly dormir.

Mi teléfono empezó a sonar, corté la llamada al instante.

Después de una hora, ya estábamos perdidos.

-Despiertala, para que nos indique bien. - dijo Jordan.

-Despiertala tú, tu conduces, tu preguntas.

Suspiró.

-Kaly. - la chica se empezó a mover.-necesito tu ayuda.

La voz de Jordan, la hizo refunfuñar, pero despertó.

-Que quieren? Llegamos?.

-No, nos perdimos.- aclare al verla confundida.

-Como no se van a perder. - miró los árboles. - si era la primera entrada a la derecha, no la segunda.

Mire a Jordan, quien no me hizo caso cuando le avise que girara en la primera entrada, al parecer su nerquedad ganaba e hizo lo que quizo.

Jordan, regresó, y está vez giró en la primera entrada, después de unos minutos, llegamos.

Bienvenidos a "La Estrella".

Salimos del carro, observando el lugar, esto no era una granja pequeña, como dijo kaly, esto era demasiado grande.

-Vengan, avisemos que ya llegamos. - kaly se estiró y fue la primera en entrar.

Abrí la puerta blanca de madera, para entrar y seguir a la chica.

De un granero salieron unos señores mayores.

-Hija. - la señora de cabello corto y ojos grandes, saludó a kaly, luego nos miró. - hola.

Nos saludó.

-Abuelos ellos son mis compañeros de clases, ella es Abril y él Jordan. - nos sonrió dulcemente. - ellos son mis abuelos, Inés y Carlos.

Saludamos, amablemente.

-Necesitamos una gallina, para una tarea, se las devolveré en cuanto pueda.-terminó de decir.

-Dile a Jesús, que te dé una, nosotros tenemos que ir a revisar a las vacas, unas de ellas enfermó, no queremos que enferme a las demás. - dijo la señora, recogiendo una valde vacío, dijo que nos vería después y se fue, arrastrando al señor, el abuelo de Kaly.

-Vamos a buscar a Jesús. - seguimos a kaly.

Me preguntaba si Jesús era una persona, un animal o el hijo de Dios.

Los corrales eran grandes, dentro del corral, ya hacían los animales descansando, comiendo o cagando. Buena vida se llevaban estos animales.

Buena vida hasta que los llevan a los mataderos.

Buen punto.

Kaly, nos hablaba de los animales, hasta que llegamos con Jesús y descubrimos que era un niño de 8 años, ojos azules y un cabello tan claro y amarillo como el sol.

-Toma. - le encargó su celular. - graba todo, es para un trabajo.

El niño bien mandado, empezó a grabarnos.

-Vamos, entren al corral, eligan a su gallina.

La primera en entrar fue kaly, le seguí.

En el gallinero, las gallinas comían tranquilamente, sin darle importancia a nuestra presencia.

-Kaly?.-un chico alto, rubio y ojos azules entró al gallinero, junto a Kaly. - eres tú.

El chico abrazó fuertemente a kaly.
Me preguntaba si era hermano de Jesús, el pequeño que grababa todo.

-Dyan.- Dyan, el chico llegaba sombrero color cafe. - cómo estas?. - Kaly nos observó. - ya vuelvo, ustedes eligan con comodidad a la gallina.

Kaly se fue dejándome sola con jordan, y el niño que grababa, desde afuera, para no ensuciar sus botas relucientes con la tierra húmeda del gallinero.

Mi celular empezó a sonar, e inmediatamente cerré la llamada, guardé mi celular en mis bolsillos.
La cabeza me empezaba a doler, una vez más, saqué la pequeña pastilla que traia en los bolsillos, la lleve a mi boca sin necesidad de tomar agua.

-Tus hermanos saben que constantemente tomas pastillas?. - Jordan le puso fin al silencio.

-Porque deberían de saberlo?. - pregunté aún sin miralo.

Las gallinas estaban en su mundo, nos ignoraban.

-Porque son tus hermanos. - dijo obvio.

-Y son controladores. - dije usando el mismo tono.

-Solo tratan de cuidarte. - dijo observando a las gallinas.

-No se los he pedido. - respondí, tratando de cerrar el tema.

-Eres una malagradecida. - dijo casi enojado.- deberías de estar agradecida de tenerlos, aun si tratan de protegerte de la maldad del mundo.

Mis hermanos solo me molestaban, de que maldad estaba hablando este chico? La única maldad que siempre me perseguían eran las bromas pesadas que los gemelos me jugaban desde pequeña, los quería sí, pero tampoco iba aguantar su sobreporteccion.

La mirada del chico se tornaba molesta, lo observé, esperando más de sus toscas palabras sobre mi vida, que por cierto ni me conocía del todo para hablar sobre ello, de cierta forma estaba enojada, por su opinión,  detrás de él había un gran recipiente con agua, para las gallinas, varias de ellas se alejaban después de beber agua.

Avancé, acercándome a Jordán, y lo empujé haciéndolo caer al agua, ayudó que se encontraba desprevenido.

Un poco de agua salpicó, y el ruido alborotó a las gallinas, que dejaron de comer, y empezaron a correr por todos lados, pizando mis zapatos, chocando se entre ellas.

En cuanto observé el rostro de Jordan, lleno de ira y confusión, todo en mi cerebro hizo clic, el había dicho cosas que me habían enojado sin notarlo, mi comportamiento fue un poco infantil al empujarlo, mi arrepentimiento fue inmediato.

Él intento levantarse del agua, ya que había caído sentado, le fue difícil reincorporarse, pero lo logró.

Si, entonces mi cerebro dijo "Run" y si, era mejor decir, aquí corrió que aqui murió.

Corrí fuera del gallinero, mi cerebro me envió la señal de advertencia, él iba a vengarse, fue lo que hizo, empezó a correr detrás de mí.

Me metí entre los corrales, estaba a un metro de alcanzarme, tenía que tomar muy rápido las decisiones.

Me metí a una casa roja de madera, pensando que estaría a salvo, pero no era una casa, o si, pero una casa de cerditos bebés.

A la mierda!.

Había visto muchos videos, los cerditos podían ser agresivos, solo si se sentían amenazados, yo solo esperaba que la madre de estos angelicales animalitos no se apareciera con ganas de arrastrarme por todo el barro.

El gran ruido de Jordan detrás de mi hizo que los cerditos se asustaran, corriendo por todo el lugar.

Me giré para encontrarme con Jordan, este estaba tirado en el charco, se había resbalado.

Empecé a reírme, demasiado fuerte, caminé para ayudarlo, pero el suelo estaba resbaladizo, haciéndome caer encima de él, justo en el charco.

Seguí riendo, hasta que vi, como los cerditos se escapaban del corral.

Intente levantarme, pero caí de nuevo, tocando algo anormal, no sabía que era, lo imaginaba, pero no quería asegurarme de que estaba en lo correcto.

Jordan gritaba, al igual que yo.

Esta vez me levanté y corrí para que los cerditos no se escaparan, pero fracasamos, y los cerditos corrían por toda la granja.

Choqué con una bala de hieno, que era cargada por un chico.

El hieno voló por todas partes.

-Que sucede aquí?.-preguntó kaly, con asombro.

Supongo que el paisaje no era nada agradable.

-La culpa es de Jordan.- alcé mis brazos, por instinto, quitandome varias pajillas de la cara.

Mire a Jordan, su camisa blanca, ahora, era café, el estaba completo de barro y llevaba heno en todo su cuerpo.

-Abril, pareces un chocolate, uno con mucho heno.

-Los cerditos se escaparon. - apenas dije, cansada.

-No te preocupes, ya los encierran. - me miró seria, luego a Jordan, alternando la mirada. - ustedes dos, vayan a quitarse ese lodo. - se acercó a Jordan. - que es eso? Huele horrible.

Jordan siguió al chico que hace un rato, apareció en el gallinero, y yo seguí a Kaly.

-Que pasó?. - preguntó.

-Nada importante ¿dónde vamos?.

-A qué te des una ducha, hueles horrible.

Bueno, para que decir que no, si, si olía fatal.

-Tus abuelos, querrán matarme?. - pregunté con culpa.

-No, esto pasa todos los días, la otra vez, dejé escapar a los caballos, solo encontraron a la mitad, muchos de ellos se perdieron al llegar al río.

La tranquilidad llegó de nuevo a mi cuerpo.

Entramos a una gran casa.

Subimos unas escaleras.

-Este era mi cuarto, cuando vivía aquí. - señaló una puerta blanca. - ahí está el baño. - señaló otra puerta. - ahí hay ropa. Iré al gallinero, la gallina no se escogerá sola.

Salió del cuarto.

Entre al baño, era sencillo, pero había una enorme ventana, que daba a las colinas.

Me observé en el espejo, que estaba en la pared.

Me veía horrible, estaba llena de lodo.

Bañarte con los cerditos. Listo.

Parece que empezaba a llenar la lista de cosas que nunca haría.

Decidí que sería mejor, meterme a la ducha, con ropa, para así enjuagarla, mataría dos pájaros de un solo tiro.

Normalmente, siempre que tenía que entrar al baño ponía música, pero no música cualquiera, sino, la de mi Playlist que se llamaba "ducha+el emoji de la ducha".

Había de todos los géneros, desde Julieta Venegas hasta Michael Jackson.

La primera canción en salir fue Limón y sal. Me la sabia de pie a cabeza y de cabeza a pie.

-Yo te quiero con limón y sal... Tal y como estas.-cantaba mientras le quitaba el lodo a mi ropa.

Me salpicó un poco en la boca y ojos, pero el agua de la ducha me limpió, haciendo rodar el lodo.

Después de dos canciones más, salí y peiné mi cabello, que llegaba por encima de mi trasero, nunca me atreví a cortarlo, no desde que a los 15 lo cortó Ariel, cualquiera que me veía pensaba que era un niño, por lo corto que lo dejó.

#traumasadolescentes .

Salí a buscar ropa limpia y abrí la pequeña puerta del armario.

Encontrándome con ropas holgadas y extra-extra grande.

Me puse unos calentadores negros, tuve que amarrarlos en la cintura, era eso, o arriesgarme a que se me caigan.
Una camisa blanca, que más bien parecía bata, me recogí el cabello, que ya estaba seco, en una bola, aunque varios cabellos rebeldes se salían de mi hermosa bola.

Me puse unas medias blancas, altas, porque no habían más, y no tenía más zapatos.

A la vista de cualquiera, me vería como un reggetonero o rapero. Solo me faltaba la gorra y disfraz completo.

Ya casi estaba oscureciendo, por lo que decidí bajar, para poder irnos.

Llegué hasta la cocina, porque habían susurros.

-Abril. - kaly, trató de no reír. - pareces, pensé que había ropa mía.

Soltó la risa.

Contagiandome, a mi también.

-Solo había de estas ropas. - dije, calmando mi risa.

Observé a Jordan, el a diferencia de mi, llevaba unos shorts deportivos rosados, apretados y una camisa de tiras.

-Definitivamente, esto da mucha risa. - kaly volvió a soltar la risa.

Jordan estaba enojado, lo único que podía hacer para no reírme de él, fue morder mis labios, tomando una postura más seria.

Escuchamos la voz de la abuela Inés, aunque no se entendió lo que dijo.

-Es. -kaly respiró. - es mi abuela, ya vuelvo.

La puerta de la cocina, se cerró.

-Quítate la camisa. - dijo Jordan, de un tono no muy alegre.

-Que? Para qué?

Se acercó a mí.

-Yo me pongo eso. - señaló mi camisa. - tu te pones esto. - señaló su camisa de chica.

Solté la risa, pero me volví a poner seria.

-Chicos, vengan a comer. - escuchamos a kaly, en la lejanía.

-Es ahora o nunca.-volvió a decir, esta vez, menos enojado.

Me giré, quedando de espaldas a él, me quité la camisa, quedando sin nada, mi sosten estaba mojado, y no me lo iba a poner. Me cubrí los pechos, con mi brazo izquierdo, y con el derecho le ofrecí la camisa a Jordan, quien demoró segundos para cogerla. Después de unos segundos, me pasó la que llevaba puesta, y me la puse inmediatamente.

Saber que alguien podía entrar, descubrirnos, pensar mal, me ponía la piel de gallina, hacía que la adrenalina corriera por mis venas.

Por lo apurada en ponerme la blusa, se enredó en mi cabello, que se soltó, y no dejó que la blusa bajara bien.

Escuchamos pasos cercas, cada vez más cerca, fue entonces cuando sentí las manos de Jordan, tocando mi abdomen, bajó mi camisa, mientras yo me quedé inmóvil.

La puerta se abrió de nuevo.

Me asusté y me moví muy lejos de Jordan.

-Venia por unos vasos, no escucharon que los llamaba?. - preguntó kaly, abriendo la alacena para sacar algunos vasos.

-No. - respondimos al mismo tiempo.

Nos observó a los dos, buscando algo.

-Te veo diferente. - dijo mirándome, concentrada. - ah, si, te soltaste el cabello, vamos, mis abuelos hicieron un asado.

Salió contenta con sus vasos.

Limpie una gota de sudor en mi frente, puse mi cabello en los lados, para evitar que se note, que no cargaba más que esa blusa.

---𑁍---

Uy, por aquí, alguien casi fue descubierto, jajajaja.

---𑁍---

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