𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚. mercury

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EXTRA I ᅳ mercury

song of the chapter
enchanted,
taylor swift

📍Soho, Londres
📆 2019 (Años terranos)
🔊 Narrador omnisciente

SEIS MESES DESDE EL ARMAGEDON'T

  ᅳ¿Dónde está Azalea? ᅳpreguntó Fell viendo que solo estaba Crowley sentado en el sillón.

ᅳTuvo que salir ᅳrosmó.

ᅳ¿A qué?

ᅳNo estoy seguro, pero no tardará mucho, ¿por? ᅳexplicó, girándose hacia Azirafel.

Él suspiró un poco y fue hasta en frente de Crowley.

ᅳ¿Recuerdas la última vez que Aza se fue sola por Londres a "por una cosa"?

Crowley soltó un gruñido y se recolocó en el asiento.

ᅳNo va a volver a traer un patito del parque St. James de nuevo. Por mucho que me hubiera gustado.

Justo en ese instante Azalea entró en la tienda con una caja en las manos y una sonrisita en la cara.

ᅳ¡Hola! ᅳsaludó alegremente, acercándose a Crowley para darle un fugaz beso en los labios. Luego se fue corriendo al mostrador de la floristería y dejó la caja sobre él.

Crowley se acercó furtivamente hacia ella, viendo como Aza se agachaba detrás del mostrador

ᅳ¿Es lo que tenías que ir a buscar? ᅳpreguntó, asomándose.

Aza se levantó al instante, se hubiera golpeado con la esquina si Crowley no hubiera tenido su mano colocada ahí.

ᅳNo exactamente... ᅳse mordió el labio y dejó que Crowley abriera la caja.

ᅳ¡¿Gatos?! ᅳchilló, saltando hacia atrás.

ᅳ¡¿Gatos?! ᅳexclamó también Azirafel desde la otra esquina, yendo apurado hasta allí.

ᅳGatitos ᅳcorrigió Aza, con cierto rintintín en la voz.

ᅳ¡Te lo dije! ᅳhabló Fell, hacia Crowley.

ᅳ¿Eh? ᅳpreguntó Aza, girándose hacia Crowley.

ᅳNada ᅳdijo Crowleyᅳ. Volvamos a los gatos.

ᅳ¡Ah, sí! Puedo explicarlo, lo prometo ᅳdijo Azalea rápidamenteᅳ. Me los encontré en esta caja en la calle, me quedé casi cuarenta minutos esperando a que alguien los cogiera, pero nadie lo hizo...

ᅳAsí que te los llevaste ᅳcompletó Crowley, poniendo los ojos en blancoᅳ. Todos.

ᅳSí...

Azirafel abrió la caja, viendo a todos los gatitos acurrucados unos encima de otros, algunos incluso temblando.

ᅳLos diez...

ᅳLos diez.

ᅳ¿Qué vamos a hacer con diez gatos? ᅳcuestionó Fell.

ᅳNo nos los podemos quedar, obviamente.

ᅳ¿¡Cómo que no!? ᅳsaltó Aza, con el ceño totalmente fruncido.

ᅳSabes que no me gustan los gatos. Ningún tipo de animal, en realidad.

ᅳPues estuviste encantado con Jerry el Pato ᅳdijo Aza, encogiéndose de hombros.

ᅳNo es lo mismo.

ᅳSí lo es ᅳNo dejó que Crowley contraatacara, fue hacia la caja y cogió uno de los gatitosᅳ. ¿Has visto esta cosita? ¿No te parece la cosa más bonita que has visto nunca?

Lo acercó a la cara de Crowley, haciendo que él se echara hacia atrás muy rapidamente, incluso tropezando con una silla.

ᅳ¡Oh, venga, Crowley! ᅳAza hizo un puchero, acariciando la cabecita al gatito negroᅳ. Es imposible que no te parezca precioso.

Azirafel miró hacia los gatitos, notando que sobraba un poco en toda la conversación entre Crowley y Aza. Así que hizo un milagro y le dio de comer a los gatitos, sentado en el mostrador de la floristería.

Mientras, Azalea perseguía a Crowley con el gatito en las manos.

ᅳ¡No! ¡No quiero saber nada del gato!

ᅳ¡Pues nos lo vamos a quedar, que lo sepas!

Crowley hizo una mueca. Aza rodó los ojos y fue donde Azirafel aún con el gatito en brazos, como si fuera un bebé.

ᅳ¿Qué vamos a hacer con los otros nueve? ᅳpreguntó Fell, acariciándole la cabeza al gatito que tenía Aza en brazos.

ᅳPodemos regalarlos a los clientes ᅳsugirióᅳ. Por la compra de flores te regalamos un gato. Yo creo que está genial.

・🍷・

ᅳMuchas gracias por su compra, aquí tienes tu ramo y, tenga un gato.

Cada vez que Azalea decía esa frase, Crowley soltaba una risilla de burla desde su sillón.

ᅳ¿Y si es un gato infernal? Como el sabueso del Anticristo ᅳmencionó Crowley, al ver que el gato se acercaba a él.

ᅳPues no le ponemos nombre ᅳarregló Aza, guardando unos papeles.

Crowley soltó un gruñido y echó la cabeza hacia atrás.

ᅳEntonces haz que me dejé en paz.

ᅳTal vez le gustas ᅳAza sonrió cogiendo al gatito y sentándose en el reposabrazos del sillón.

ᅳNo. Ni de coña. No me acerques a ese bicho de nuevo ᅳnegó Crowley, inclinándose lo máximo que pudo hacia atrásᅳ. Anoche tuve pesadillas con él.

Aza rodó los ojos e hizo caso omiso de lo que había dicho Crowley y dejó al gatito en el reposabrazos, obligando a Crowley o a dejar la comodidad de su asiento o a aprender a convivir con el gato.

Y escogió la segunda. Ese mismo día el resto de los gatitos ya tenían un nuevo dueño y el gato negro no se había separado de Crowley en ningún momento; cuando estaba sentado, el gato también lo estaba, en el momento que se ponía de pie, el gato hacía malabares para bajarse del sillón y seguirle a donde fuera.

En un principio Crowley aplicaba la ley del hielo. Ignoraba totalmente al gato, incluso le daba malas miradas. Pero en un momento lo pilló desprevenido y se enrolló en su zapato, apoyando su cabecita en la suela de su zapato.

ᅳ¡Oh, genial! ᅳexclamó, de forma sarcásticaᅳ. ¡Aza!

ᅳ¡¿Qué?!

ᅳ¡¿Puedes quitarme a tu gato de encima?!

Aza vio la oportunidad y no la desaprovechó. Ni siquiera contestó a Crowley.

ᅳ¿Aza? ¿Azalea? ᅳsoltó un gruñidoᅳ. Joder...

Los primeros diez minutos lo ignoró, pero escuchar el ronroneo le hizo agacharse y acariciarle la cabecita.

A partir de ahí, los días siguientes Crowley estuvo acariciando y cuidando al gatito, incluso comprando galletitas para gatos. Pero lo hizo a escondidas para evitarse las burlas y los te lo dije de Azalea.

Incluso le puso nombre al gatito, sin importarle si fuera o no un gato infernal. Mercury. Así lo había llamado, obviamente por Freddie Mercury. También lo había escogido porque no sabía si era macho o hembra, y tampoco le apetecía mirar. Así que lo eligió también porque era bastante neutro. Y le pegaba, iba acorde con el gato y su personalidad.

Azalea estaba terminando de arreglar unas cosas de la tienda, para irse al piso. Se despidió de Azirafel, que se estaba tomando un té en la parte de arriba. Eran casi las once, llevaban trabajando desde las cinco y estaban cansados.

Ella bajó las escaleras, bostezando y vio la escena: Crowley totalmente dormido, casi roncando, con el gatito acurrucado en su pecho también dormido. Esbozó una sonrisita y pasó una mano por la mejilla de Crowley, quitándole las gafas.

ᅳTe has vuelto a dormir con las gafas puestas, demonio tonto ᅳsusurró, colocándolas en el cuello de su blusa.

Se despertó al momento, soltando un ruidito corto por el contacto físico.

ᅳ¿No te vas a burlar de mí por Mercury? ᅳdijo, entre bostezos.

ᅳ¿Mercury? ¿Le has puesto nombre al gato? ¿Sin consultármelo?

ᅳ¿Estás enfadada?

ᅳDebería ᅳmusitóᅳ, pero yo estoy demasiado cansada y tú estás demasiado guapo.

Crowley se rió bajito.

ᅳ¿Nos vamos?

ᅳVámonos.

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