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Tropecé al querer llegar al sofá, pero logré evitar una nueva caída.

Esto de caminar era más difícil de lo que pensé y lo mismo era con hablar.

Aunque era más fácil dar pasitos de bebé que tratar de decir alguna cosa sin que el estúpido de Namjoon se burle de mi.

Como en esos momentos.

-Eres pésimo.-se burló Namjoon sentándose en el sofá.

Rodé los ojos y me lancé sobre él para golpearlo. Namjoon se defendió de inmediato, sujetándome por los hombros y atacandome de una forma horrible, con cosquillas.

-¡No!-exclamé mientras me reía y trataba de sujetar las manos de Namjoon.-P-Por fa-favor.

Namjoon se rió ante mi tartamudeó y no paró con las cosquillas, no me dio de otra que defenderme de la mejor forma, tal vez todavía no caminaba como un experto, pero podía hacer otras cosas, como dar patadas.

Justo lo que hice en esos momentos, golpeé el pecho de Namjoon con mi pie derecho y el peligris cayó al suelo exageradamente.

Namjoon me fulminó con la mirada y tragué saliva esperando a que mi hermano se comportara como el adulto que es y no empiece una pelea conmigo.

-Me vengaré.-dijo entre dientes para luego levantarse y alejarse hacia la cocina con la cabeza alzada.

No sé que podría ser peor, recibir su berrinche ahora o esperar a ver como se "vengaba". 

Me encogí de hombros y con una pequeña sonrisa me arrastre en el sillón para así llegar a la mesita al lado, donde había dejado un espejo mediano y redondo.

Me observé con curiosidad el rostro, así como acostumbraba a hacer desde que mamá me regaló el espejo, a mi parecer, no estaba mal, mamá dijo que era bastante guapo y para ser honestos...

Estoy de acuerdo con ella.

Mi cabello a diferencia del de mi hermano, era de un llamativo rojo, también era un poco largo y rizado en las puntas. Mis orejitas y cola seguían visibles, no sabía cómo se supone que debo esconderlas, aunque les pidiera que se vayan, no me hacían caso así que me resigné a estar de esta forma el tiempo que mi cuerpo deseara.

Seguía usando la ropa de mi hermano, pero mamá aseguró que pronto compraremos la mía y que papá está pensando en que zona construir mi habitación, todo eso me tenía extremadamente emocionado.

La puerta de entrada se abrió de golpe, asustandome por completo.

No conocía el nombre de quien acababa de entrar precipitado, pero sabía que era un amigo de papá encargado del patrullaje.

-¿Dónde está Aron?-preguntó de inmediato.

-Pa-Papá e-está...-empecé a hablar con nerviosismo, pero fui interrumpido por la voz de mi madre quien apareció por la cocina donde siempre suele estar.

-¿Yunho qué sucede?-preguntó preocupada.-Aron está en la parte de atrás cortando madera.

-Atrapamos a un cazador.-respondió.-Necesito que Aron lo vea.

Ladeé la cabeza mientras que mamá y Yunho caminaban con prisa fuera de casa para ir tras mi padre, Namjoon salió en ese mismo instante con una expresión bastante atemorizante y caminó hasta mi para ver por la ventana que estaba por encima del sofá.

Gruñó y no pude evitar temblar asustado.

-Taehyung, no salgas.-me ordenó y también salió fuera.

Por supuesto que no iba a salir, pero, si que necesitaba saciar mi curiosidad, con cuidado me hinqué sobre el sillón y asomé un poco mi cabeza hacia la ventana, lo primero que logré ver fue a mi hermano hablando con cuatro hombres, tres de ellos parecían sostener a uno que no lograba verlo bien.

Oh, pero cuando lo hice todo se removió en mi interior.

Jadeé sin poder creerlo, el hombre al que sujetaban trató de zafarse, manteniendo una expresión furiosa en su rostro y que provocó un cosquilleo en mi cuerpo.

-E-Es él.-murmuré emocionado.

El hombre guapo que me había salvado de la trampa, al que recordaba con tanto cariño y que esperaba volver a verlo.

La emoción me ganó, sabía que debía obedecer a mi hermano, pero tampoco quería que le hicieran daño a mi salvador, así que con una rapidez impresionante fui a su rescate, en el momento que me giré para bajar del sofá, sentí que me transformaba y que todo se veía demasiado alto para mi, había vuelto a mi forma de zorro.

Pero estaba bien porque era más rápido de esa forma.

Salí de la casa por el pequeño portón que le habían hecho a la puerta especialmente para mi y chillé hacia mi hermano quien se giró preocupado.

-¡Taehyung! Te dije que...

Mi hermano dejó de hablar al ver como pasaba de él y llegaba frente al hermoso pelinegro, agité mi colita y apoyé mis patitas delanteras en su pierna.

Hubieron jadeos a mi alrededor, pero yo solo podía ver la expresión sorprendida del hombre.

-Taehyung regresa a casa.-demandó Namjoon y cuando trató de tomarme gruñí, amenazando morderle si me alejaba.

Namjoon se alejó sin poder creer que acababa de gruñirle, la verdad era que hasta yo estaba sorprendido de ello, pero por alguna razón no me pude detener y mi cuerpo parecía hacer lo que quisiera sin pensar en cual será la consecuencia de esto luego.

-¿Qué está pasando aquí?

La voz molesta de mi padre hizo que agachara las orejas, retrocedí y me escondí entre las piernas del pelinegro al que todavía mantenían sujetado.

-Eso me gustaría saber también.-dijo con irritación el pelinegro.-Me han traído a la fuerza a este lugar y no sé porque.

-¿No lo sabes?-le preguntó con ironía uno de los hombres que le tenía sujeto.-Estabas poniendo trampas en nuestro territorio.

El pelinegro suspiró cansino.

-Las estaba quitando.-murmuró.-Ya lo expliqué, yo solo las estaba quitando.

-¡Mientes!-le gritó el mismo hombre y yo ya estaba listo para saltarle encima.-¡Tu...! 

-Es suficiente, Chanho.-habló mi padre.-Yo me encargaré de él.

Murmullos volvieron a surgir y yo no pude más que frotar mi cabezita en el talón del pelinegro para hacerle saber que yo estaba a su lado.

-Namjoon, traelo dentro, a tu herma... Es decir, a Taehyung también.-ordenó su padre.

Correteé entonces hacia la casa, no sin antes asegurarme de que Namjoon tratara con amabilidad al pelinegro.

Ahora era mi turno de salvarlo.