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🦊🦊🦊

Definitivamente iba a morir ese día, si no era de forma literal, sería de pura vergüenza ¡¿Cómo se atrevían a arrastrarme la distancia que faltaba hacia casa estando desnudo?! Y lo peor de todo era que mamá no dejaba de regañarme estando mi hombre a poca distancia.

¿Dónde quedó su preocupación? ¿Por qué ahora me trataba así? Hubiera preferido esconderme el resto del día en alguna parte del cuarto de Jungkook y quedarme ahí por siempre, aunque claro, tendría que buscar una forma de echar al hermano psicópata que trató de matarme a sangre fría.

-Ro-Ropa...-pedí, estaba a nada de ponerme a lloriquear por lo insensible que estaban siendo conmigo.

-Tu castigo.-murmuró Namjoon quien me llevaba solo de un brazo, rodeándome por el estómago, mi traserito estaba a la vista de Jungkook y como podía trataba de ocultarlo con mi colita.

-Puedo prestarle mi chaqueta.-habló Jungkook tras nosotros.

Había estado callado, no lograba ver su expresión por como era llevado, pero así como ayer, esperaba que no me viera como un monstruo o un fenómeno.

Los pasos tras de mi dejaron de escucharse y pronto Namjoon dejó de caminar también.

-Dejen que le ponga la ropa.-dijo papá.

Namjoon se giró hacia papá justo cuando los hombres que sostenían a Jungkook lo soltaban, el pelinegro se quitó la chaqueta y yo me retorcí hasta que mi hermano me dejó sobre la tierra y si no me agarraba de su brazo hubiera caído ahí mismo para agregarle a la situación vergonzosa.

Observé tímidamente al pelinegro quien se acercó a mí con una sonrisa tranquilizadora, se quitó la chaqueta que de hecho hasta a él le quedaba algo grande y larga.

-Extiende tus manos hacia los lados.-pidió suavemente y yo obedientemente lo hice.

Por un segundo miré a mi padre y me arrepentí de inmediato al ver la expresión entre curiosa y sorprendida que tenía, si él estaba así no me quería ni imaginar a mamá.

Le advertí con la mirada que no fuera a decir o hacer cualquier cosa que pusiera en una situación incómoda, Jungkook mientras tanto me vestía con cuidado con su chaqueta, abotonó casi todos los botones exceptuando los tres primeros y por suerte quedé cubierto hasta la mitad de mis muslos.

-Listo.-dijo acomodando bien la prenda por sobre mis hombros, luego observó hacia abajo, hacia mis pies descalzos.-¿Quieres que te preste mis zapatos? Vas a lastimarte con alguna piedra o rama.

Negué de inmediato porque eso significaría que él se lastimaría y no quería eso, pero definitivamente tenía una mejor opción.

Alcé mis brazos hacia él y di un paso más cerca.

-Lle-Llévame.-pedí en voz baja.-Po-Por favor.

Mi madre jadeó tras de mí y Namjoon gruñó en advertencia, no les presté atención y me concentré nadap más en Jungkook.

-Yo mhh e-está bien.-murmuró y luego miró tras él, hacia papá.

Mi padre asintió con lentitud.

-Te dejaré llevarlo.-fue lo único que dijo y yo suspiré aliviado.

-Bien.-murmuró y levantó las manos con inseguridad hacia mi y luego susurró para él mismo aunque alcancé a escucharlo.-¿Cómo debería llevarte...?

Reí encontrándolo demasiado tierno y terminé con nuestra distancia hasta que mis brazos rodearon su cuello, di un pequeño salto hasta que mis piernas abrazaron su cadera y las manos de Jungkook me sostuvieron por mis muslos así como antes.

Me sonrojé ante su toque un tanto helado por el clima y me escondí en su cuello para no ver a los demás y poder así concentrarme en su aroma.

-Avancemos.-ordenó papá caminando de nuevo.

Por supuesto todos le obedecieron, ya estábamos por cruzar la entrada de mi manada así que debía de disfrutar de la corta distancia.

-Me llamo Jungkook.-Una de mis orejitas se alzó atento ante su susurro.-No recuerdo si me presenté antes, pero ese es mi nombre.

Sonreí mientras frotaba mi nariz sobre su hombro.

-Bo-Bonito no-nombre.-murmuré con timidez.-Yo... Tae-Taehyung.

Jungkook rió suavemente.

-Lo sé, Kim Taehyung.-dijo con el mismo tono.-También es un nombre muy bonito.

No dije nada más que todo porque mi cerebro dejó de funcionar ¡Mi nombre le parecía bonito! Ya está, nos casamos mañana.

Aunque no quería parecer demasiado emocionado por lo que dijo, mi cola se movía rápida y emocionada, en mi rostro había una sonrisa imposible de borrar y mis mejillas se sentían calientes.

Si mis padres se dan cuenta quién sabe de lo que serian capaz de hacerle a mi Jungkook.

No se dijo más luego nuestra “presentación”, ni siquiera de mamá quien pensé que me seguiría regañando, el jaleo que siempre se escuchaba en la manada de silenció apenas ingresamos.

-Vayan a sus casas.-ordenó papá, suponía que a los hombres que lo acompañaron.-Taehyung está bien y a salvo, yo me encargaré del resto.

Cuando decía del resto no se refería a mi Jungkook ¿Verdad?

Los brazos del pelinegro se presionaron un poco a mi alrededor y supe que también estaba inquieto.

Froté mi mejilla contra su hombro esperando que eso lo reconfortara, Jungkook suspiró y suavizó su agarre, avanzando con un poco de tranquilidad.

Supe que ya habíamos llegado a casa al escuchar como la puerta de entrada era abierta y unos segundos después, Jungkook caminaba dentro, hasta detenerse en medio de la sala.

Papá cerró la puerta de un portazo, haciendo que diera un saltito del susto.

-Ya puedes bajarlo.-dijo en un tono neutro.-Hablaremos en la cocina como la ocasión anterior.

-Entendido...-murmuró Jungkook y cuando trató de bajarme de él me quejé y me aferré más.

Estaba tan cómodo.

-Taehyung suéltalo.-dijo papá.-No hagas las cosas más difíciles, bájate y ve al cuarto de Namjoon, luego hablaré contigo.

Puchereé y me bajé con cuidado del cuerpo de Jungkook, tampoco quería meterlo en problemas por mis negativas.

Lo miré entonces a los ojos, estando a poca distancia, nos observamos unos cuantos segundos, segundos en los que me perdí en su bonita mirada que inspiraba seguridad y calidez, el tipo de refugio que yo quería.

Mi corazón no me daba ningún respiro latiendo como si hubiera hecho alguna maratón, latía emocionado ante la presencia de Jungkook y eso en vez de asustarme me alegraba.

Me sorprendí cuando de repente sentí algo sobre mi cabeza, pronto descubrí que se trataba de su mano acariciando mi cabello.

-Ten más cuidado la próxima vez, si quieres acercarte a mi pueblo no lo hagas solo, es peligroso.-dijo con calma.

-L-Lo siento.-murmuré bajando la mirada, después de todo la culpa era mía por acercarme ahí.

-No tienes que disculparte, me alegra que estés bien, cuídate ¿De acuerdo?

Asentí de inmediato y di un paso hacia atrás, me di palmaditas mentales por no caer y observé la chaqueta con la que todavía seguía vestido.

No quería entregarla.

-Puedes quedarte con la chaqueta.-dijo Jungkook como si hubiera escuchado mis pensamientos.-Así estás abrigado.

Sonreí con timidez y crucé los brazos para auto abrazarme.

-Gra-Gracias.-murmuré.

Alcé la mirada para ver a mi familia quien extrañamente estaban callados, solo para ver una expresión de extrañeza e incredulidad en sus rostros, desvié la mirada al instante y le pedí al cielo que de verdad no me avergonzaran.

-A-Adiós Jung-Jungkoo...-logré decir y si hubiera podido corría hacia el cuarto pero no me quería caer como sabía que me pasaría, así que caminé con cuidado hacia mi destino.

-Adiós Tae.-dijo tras de mí y estuve a punto de darme vuelta.

¡Me dijo Tae! Me ama, me ama yo lo sé.

En vez de hacer lo que desesperadamente quería (Darme vuelta, saltar sobre el y darle besitos) solo giré un poco mi cuerpo y agité mi mano en forma de despedida antes de abrir la puerta del cuarto de mi hermano, entrar y cerrar con prisa.

Solo espero que mi futuro esposo sobreviva a mis padres, todavía necesito conquistarlo y no quiero que ellos lo espanten.

Feliz año nuevo otra vez, gracias por leer mi historia y apoyarla, no pensé que fuera a ser del agrado de alguien la verdad 👉🏻👈🏻 pero me alegra que si lo fuera.

Para éste nuevo año espero ser más activa y publicar más historias para ustedes ♥️

Nos vemos en el siguiente capítulo 😁

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