#19

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OC-Verse UA + Medaka Box

En el Salón del Consejo Estudiantil, la luz del sol se filtraba a través de las ventanas, creando un patrón de rayos brillantes que iluminaban el espacio con un brillo cálido y acogedor. Cada partícula de polvo parecía bailar en el aire, acentuando la atmósfera tranquila y sosegada del lugar. Medaka, la presidenta del consejo estudiantil, estaba sentada con elegancia detrás de su pulcro escritorio, con una expresión serena y confiada en su rostro. Su mirada estaba fija en un punto lejano, como si estuviera contemplando un horizonte invisible.

En ese momento, la puerta se abrió con suavidad, y Dairiki, un estudiante de aspecto apuesto y serio, entró en el salón. Sus ojos se posaron de inmediato en Medaka, quien lo observaba con una sonrisa traviesa que bailaba en sus labios. La chispa de complicidad en su mirada no pasó desapercibida para Dairiki, quien se mantuvo en guardia, consciente de la naturaleza impredecible de Medaka.

"Medaka, ¿qué es lo que quieres?" preguntó Dairiki, su tono revelando una pizca de desconfianza. Medaka se levantó con gracia de su asiento y se acercó a él, con una mirada juguetona en sus ojos que parecía desafiar las reglas establecidas.

"¿Acaso no puedo pasar el tiempo contigo?" preguntó Medaka, su tono coqueto resonando en el aire como una melodía tentadora. Dairiki retrocedió ligeramente, consciente de las posibles repercusiones de cualquier acercamiento entre ellos.

"Sabes que tu madre me hará pedazos si tengo una relación contigo," dijo Dairiki, luchando por mantener la compostura mientras sus ojos buscaban los de Medaka en busca de alguna señal de sinceridad. Medaka solo sonrió con más intensidad, como si disfrutara del desafío.

"No tengas miedo, mamá está en casa y no vendrá a la escuela," dijo Medaka con un tono pícaro, acercándose más a Dairiki y acorralándolo suavemente contra la pared. "No te dejaré escapar," añadió con un tono juguetón, antes de apartarse y regresar a su escritorio, dejando a Dairiki con una mezcla de confusión y nerviosismo que lo dejó sin aliento por un momento.

En ese preciso instante, Darkness, entró en el salón, sosteniendo un almuerzo cuidadosamente preparado en sus manos. "Medaka, hija, se te olvidó tu almuerzo," dijo Darkness con ternura, depositando la comida en el escritorio de Medaka. "¿Dairiki? ¿Qué haces aquí?" preguntó, un tanto confundida al ver a su pareja en el salón en un momento tan inusual.

Medaka, con una sonrisa inocente en su rostro, respondió con naturalidad. "Como me quedaré hasta la tarde, él se ofreció a ayudarme," dijo, tratando de aparentar tranquilidad. Darkness observó a Dairiki con cierta desconfianza, como si estuviera evaluando cada gesto y palabra en busca de alguna señal de intenciones ocultas.

"¿Eso es cierto?" preguntó, escudriñando a Dairiki con sus ojos penetrantes, como si pudiera leer sus pensamientos con solo mirarlo. Dairiki, consciente de la mirada escrutadora de Darkness, sonrió nervioso, intentando mantener la compostura bajo su atenta mirada.

"Sí, Darkness, cariño, estaba ayudando a tu hija," respondió Dairiki con nerviosismo, sintiendo la presión de la situación. Darkness lo miró con mayor suspicacia, como si estuviera a punto de descubrir algún secreto oculto. "¿Y por qué estás sonrojado?" preguntó, desconfiada, como si hubiera captado un detalle que escapaba a la vista de los demás.

Dairiki pensó rápidamente, tratando de encontrar una respuesta que pudiera satisfacer a Darkness y disipar sus dudas. "Pues, es porque eres muy hermosa," respondió rápidamente, esperando convencer a Darkness con un cumplido sincero. Esta última sonrió con coquetería, como si disfrutara de la atención.

"Cuando termines, ven a casa para que veas más," dijo con un tono sugerente antes de salir del salón, dejando a Dairiki suspirando aliviado, sintiendo que había esquivado una situación complicada y con la sensación de que había ganado un pequeño respiro en medio de la intriga y el misterio que rodeaban a Medaka y su familia.

Dairiki mira a Medaka con una mezcla de emociones que le resulta difícil de contener. Su corazón late con fuerza en su pecho, y una sensación de alivio momentáneo lo invade al ver que Darkness se ha retirado del salón. Sin embargo, sabe que su tranquilidad es efímera, ya que Medaka se levanta con una mirada coqueta que lo hace sentir aún más nervioso.

"Maldita sea, Medaka, tu madre por poco me hace cenizas", susurra Dairiki, tratando de mantener la compostura mientras observa a Medaka acercarse a él con una actitud juguetona. "Sé que quieres estar conmigo", dice ella con un tono desafiante, sacando una lista. "Estas son todas tus esposas. Es por si intentas jugar la carta de la fidelidad", agrega con una risita traviesa.

Dairiki retrocede un paso, consciente de que Darkness podría regresar en cualquier momento, sintiendo la tensión en el aire como una presión constante sobre sus hombros. Medaka cierra la puerta con un chasquido, dejando en claro que no serán interrumpidos. "Ahora no nos podrá interrumpir, Dairiki-Kun", dice con una sonrisa traviesa, acercándose más a él.

Finalmente, Dairiki cede a la presión del momento. "Está bien", murmura, abrazando a Medaka por la cintura, sintiendo una mezcla de emoción y temor por lo que pueda suceder a continuación. Ella se acurruca contra él, disfrutando de la cercanía y provocando en él una sensación de complicidad y peligro al mismo tiempo.

De repente, alguien intenta abrir la puerta. Está cerrada, pero la persona insiste. Es Darkness, que toca la puerta con respeto antes de reafirmar su autoridad como madre, irrumpiendo en la habitación de todos modos con una fuerza que rompe la puerta en el proceso. Medaka y Dairiki se separan rápidamente, sorprendidos por la irrupción de Darkness.

"Mamá", balbucea Medaka, sin saber qué decir ante la presencia imponente de su madre. Darkness se cruza de brazos, su mirada llena de furia. "¿Qué significa esto?", pregunta con voz amenazante, dirigiéndose a Dairiki. "¿Qué crees que haces con mi hija?", continúa, acercándose peligrosamente a él.

Dairiki suda profusamente, sintiendo el peso de la ira de Darkness sobre él. "Puedo explicarlo", balbucea, sabiendo que está en problemas de proporciones divinas. La tensión en la habitación es palpable, y el destino de estos tres personajes parece estar en un punto crítico.

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