Зависть

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El kazajo había llegado a Rusia y Yuri estaba ansioso esperándolo en el aeropuerto, pronto lo tendría cerca, lo había extrañado tanto y no importase de que tanto me hablase la bruja de Mila al lado suyo, solo tenía pensamientos para Otabek. Mila le hizo una pregunta que simplemente ignoro Yuri y solo asintió sin mucho interés, sin percatarse de que Mila se había aliviado ante tal respuesta.

Llego, Yuri se paró de su asiento para saludar a su amigo y la persona que amaba, ese día se lo diría, no esperaba que una vez cerca el kazajo lo ignorara olímpicamente para saludar a Mila, maldita bruja, ¿Eso era un beso? ¿Que? ¿Como? ¿Cuando? ¿Donde? ¿Que estaba pasando? Ambos mayores parecían ignorar la presencia del menor, quien prefirió simplemente marcharse del lugar.

Maldita sea, tal vez si le hubiese dicho sus sentimientos a Otabek antes de que conociese a Mila todo habría sido distinto, pero nunca se podrá saber y todo era culpa de ella. Si ella no hubiese llegado a interrumpir y a insistirle en conocer al kazajo, si el no hubiese sido tan cobarde. No ella lo arruino todo, y no solo eso, ella era la que recibía los besos y las caricias que Yuri anhelaba, maldita afortunada

Joder, se encontraba tirado en su sofá con el gato encima mientras miraba el techo y maldiciendo a todos, estuvo así por un par de horas hasta que la puerta se abrió y de esa entró Otabek, con maletas y un par de bolsas de compras, Yuri lo miró con fastidio, había olvidado de que Otabek estaría allí en su estancia en Rusia.

—Perdón la demora—Dijo—Iba a llegar apenas terminase todo lo del aeropuerto, pero Mila...
—No me interesa—Lanzó al aire—Ma vale lo mismo si es que fueron de compras, a cenar o a follar. Da igual—Dijo lo ultimo en susurro.
—Supongo que ya lo sabes.
—Hay que ser idiota para no saber después de ese beso.
—Pensé que no habías ido al...
—Pues entérate de que si, pero al parecer algunos olvidaron mi existencia—Se dirigió a la puerta.
—Yuri—Este lo ignoro y salió.

Era odioso ver que a pesar de haber sido él quien los presento que ahora lo excluyesen, si no fuera por él ni siquiera se conocerían, exigía al menos poder pasar tiempo con su mejor amigo cuando iba a Rusia, no podía creer el como Otabek había cambiado de prioridades, lo dejo a un lado para poder pasar más tiempo con cierta pelirroja que Yuri no quería ni saber de ella ni en pelea de perros.

No era justo, Mila tenía lo que él quería, tenía todo, no solo a Otabek tenía una familia numerosa y amorosa, y el solo tenía una medalla de oro que ya se sentía vacía y un abuelo que ahora tenía que estar conectado, y su gran soporte había sido su amigo que ahora estaba con la chica más afortunada y lo había dejado de lado.

No me gusta el Otamila, tampoco es que lo odie, pero tampoco se me ocurría otra forma de poder transmitir lo que quería.

No se que problema tengo con hacer sufrir al ruso, #sorrynotsorry después le haré un drabble o algún one-shot donde al fin sea feliz.

En fin. Nos leemos mañana.

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