07: Melodías enamoradas.

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Bonnie ya no sabía que era lo que amaba más, si aquel firmamento estrellado que observaba antes de dormir, o la brillantez del cielo que presenciaba al despertar.

No, ¡Qué digo! Sin duda alguna lo amaba más a él.

Pero en fin, el día, al igual que la noche, contaba con sus propios encantos que conseguía hacer de ellos algo sumamente hermoso.
La mañana, que era caracterizada por la brillantes de sus múltiples colores y por aparentar gritar a sus alrededores que una nueva ocasión para ser feliz había comenzando, poseía aquel cielo celeste en el cual destacaba el llamado sol; que era una estructura que transmitía calidez y una asombrosa sensación hogareña. Bonnie se había vuelto fanático de recostarse en el suelo y buscarle forma a los objetos blanquecinos que acompañaban al sol.
Y ahora es una gran prueba de eso. Pues, desde fuera de casa observa con ojos soñadores los breves y casi nulos movimientos de las nubes, y se deleita al sentir los pequeños rayos de sol chocar en su colorido rostro. Es una sensación cálida, y solo puede asemejarla con el calor que la llama de la estufa se encarga de proporcionar. Aunque claro, esta última no desprende la magia que la primera si. Se da cuenta de que la luz de la luna transmite todo lo opuesto, algo frío, como una ducha al despertar.

No puede evitar preguntarse como dos cosas tan contrarias pueden generar la misma satisfacción y hermosura, pero no se consume pensando en la posible respuesta, pues considera que no todo lo existente debe poseer una, ya que si ese fuese el caso, ¿Qué sentido tendría el mundo? ¿En donde quedaría la diversión y curiosidad si les pusieran una razón a todo? Hasta a lo que sencillamente no posee explicación.
Yo siempre he pensado lo mismo, y es por eso que jamás lograré comprender a los humanos y a su extraña e innecesaria manía de buscar respuestas inexistentes a todo lo que les rodea. Pues, al darse cuenta de que no están, se inclinan por la absurda opción de inventarlas. Y lo peor de esto es que el resto de ellos les creen, muchos no tienen otro remedio, porque como si fuera poco, son obligados a grabarse en la mente aquellos falsos testimonios acerca de la vida.

Ellos buscan un sentido para su existencia, para la vida. Pero nunca se detienen a pesar en que quizá su verdadero sentido, es no tenerlo.

No se puede hacer nada para para evitarlo, ya que por desgracia, el viaje cambia sus maneras de percibir las cosas. Quizá, en su nueva vida en la tierra, Bon y Bonnie pierdan su esencia actual para formar otra. Quizá para ese entonces Bon sea el inseguro, y Bonnie el que llegue a la vida del otro para cuestionar todo en lo que creía. Quien sabe, porque en realidad nadie sabe.

Tampoco quiero que me malentiendan, siempre es bueno dejar a flote tu imaginación, ser curioso y experimentar. Pero hay que conocer los limites, pues ciertas cosas se encuentran mejor en el anonimato.

Lo que si sé, es que justo ahora nuestro pequeño sonríe mientras piensa en lo dichoso que es. Tapa el sol con una mano y se da cuenta de lo grande que parece ser, pero lo pequeño que es en realidad.
Porque, después de todo, nada es lo que parece. Bien tú podrías estar soñando justo ahora pero no saberlo. O ella que cree estar pasando el peor momento de su vida en realidad podría estar viviendo el último mal momento por el resto de su existencia. O él, que está llorando por perder al amor de vida sin saber que tan solo es un amorío pasajero, o tú, que crees leer esto, pero que bien podría ser solo un producto de tu imaginación.

O yo, que amo. Pero quizá en la realidad no es así.

O nosotros, que creemos estar viviendo un simple día más, pero que bien podría ser el último.

Con todo esto solo anhelo que comprendan con mayor exactitud la manera en la cual Bonnie observa el cielo, como si fuera la primera vez, pero al mismo tiempo la última.
Sueña a lo grande, como si con hacerlo podrían cumplirse sus deseos, sueña con una vida perfecta, y concluye que ésta solo podría serlo cuando se encuentre rodeado de colores y tomando la mano de BS.
Pero, esto solo me deja en claro que ha olvidado las múltiples señales que el chico de ojos blancos le ha proporcionado, en las cuales deja muy en claro que no puede tener ambas cosas.

En este aspecto, Bonnie es como un niño humano, pues no comprenden que en ciertos momentos debemos de aprender a ser felices con lo que se posee, ellos solo se encargan de pedir lo que quieren sin detenerse a pensar en que la cartera de mamá no posee lo suficiente como para adquirir ambos juguetes de la tienda. Aunque todos sabemos que al final del día, ella opta por resignarse y dejar en el olvido aquel vestido que planeaba comprar después de admirarlo por meses para conseguir eliminar las lágrimas en el rostro de su pequeño y reemplazarlas por una sonrisa temporal, pues en un par de días en muñeco nuevo termina en el olvido junto a los demás.

Los niños, comunmente, consiguen lo que quieren.

Pero Bonnie, amor mio, tú ya no eres un niño...

Divagando se encontraba cuando una melodía rompió el silencio que instantes atrás parecía eterno.
Era música, aunque él no supiera el significado de esa palabra. Él de orbes magentas se emocionó, pues sabia que era Bon haciéndose presente una vez más con algo nuevo, y seguramente maravilloso.
El sonido penetraba en su ser generando pequeñas descargas que transmitían una inmensa paz, era algo indescriptible -porque las mejores cosas de la vida no se pueden explicar-, y casi le da un vuelco el corazón cuando a esa melodía se le añadió el cantar de una afinada voz que no había escuchado desde hace mucho.

Mientras el amor perdure,
jamás seremos mundos separados,
pues tú serás por siempre
la luz que he de asegurar que continúe
brillando. Aún si eso significa dejar todo lo demás.


Lágrimas, un sin fin de ellas se hicieron presentes, aquella canción era perfecta, por lo menos para él. Pues cuando alguien que queremos nos da algo, siempre lo consideramos hermoso.
Aquella melodía le resultaba familiar, como si la conociera de mil vidas atrás. Y a lo mejor así era. Y por ello, de manera involuntaria, de sus blanquescos labios comenzó a salir la letra que continuaba la canción. La conocía, y eso lo volvía maravilloso.

Fue cuando sus voces se fusionaron en un perfecto compás -ellas danzaban en medio de la nada- cuando la magia colorida volvió a hacerse presente. Sin previo aviso la lluvia inició, solo que esta vez al chocar en el suelo las gotas rebotaban transformadas en colores, y estas generaban un paisaje al rededor de Bonnie, de tonos obscuros, pero igualmente bellos. Grandes arboles que parecían tocar el cielo, y un sin fin de maravillas más, que a nuestro pequeño no le alcanzó tiempo para observar todo.

Una nueva etapa daría inicio dentro de poco, y todos lo sabíamos.

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