Dos

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-N. O.-

Luzu veía enternecido al híbrido frente a él, jugando con Manolo, su pequeño cerdo mascota.
A pesar de verse prácticamente de una edad parecida a la suya, el pelinegro actuaba de una forma tan infantil que Luzu no podía evitar sonreír cada vez que lo veía emocionarse por cosas tan simples como alimentar un cerdo, o ver la televisión, incluso la variedad de comida que había lo impresionaba.

Después de que le presentara a Manolo, Luzu le ofreció algo de comer, y sintió algo de ternura al ver los ojos del lobo iluminarse con el pescado que había cocinado. Una vez le contó acerca de la variedad de comida, vieron un poco de televisión, y nuevamente Vegetta sintió curiosidad por aquel objeto.

Luzu estuvo respondiendo todas las dudas y preguntas que el chico le hacía, Vegetta se sentía completamente fascinado por todo lo que había en tan sólo una habitación, aún no habían recorrido todas las habitaciones de la casa y aún así había aprendido muchísimas cosas estando tan sólo ahí, señalando cosas que no sabía qué eran.

Apreciaba la paciencia que el castaño estaba teniendo con él, sabía perfectamente que a veces podía ser algo estresante su actitud, sabía que debido a que no conocía muchas cosas del exterior quizá sería desesperante tener que estar respondiendo a todas las preguntas que hacía, pero la curiosidad podía con él y realmente necesitaba saber qué era todo aquello que desconocía.

Luzu le respondía con bastante amabilidad mientras le sonreía, y le mostraba más cosas de la habitación, e inclusive le enseñaba cómo es que funcionaban.
Vegetta estaba maravillado.

El timbre de casa se escuchó, y al hacerlo, el pelinegro soltó un pequeño grito, asustado. Luzu rió ante la reacción del chico.

Luzu.- Tranquilo, es sólo el timbre
Vegetta.- ¿Timbre?
Luzu.- Así es

El timbre suena nuevamente, llamando la atención del híbrido.

Luzu.- Alguien está esperando afuera, vayamos a ver quién es ¿Vale?

Vegetta asintió, levantándose del suelo con prisa y yendo hacia la puerta detrás de Luzu.

El castaño abrió la puerta, y Vegetta inmediatamente salió, tratando de descubrir qué había sido ese sonido.

Auron.- Hey, venía a ver cómo iba todo
Luzu.- Todo va bien, es divertido estar con él

Auron miraba confundido al pelinegro, quien miraba hacia todos lados, para luego mirarlo a él fijamente.

Auron.- Eh... ¿Qué le pasa? ¿Por qué me mira así?
Luzu.- *Ríe* Fuiste tú quien hizo que el timbre sonara
Auron.- ¿El timbre?
Vegetta.- ¿Puedes hacerlo sonar otra vez, por favor?

Auron estaba más que confundido ¿Pará qué quería hacer sonar el timbre?
Lo miró, y pese a que era una petición algo curiosa no pudo negarse al ver la mirada suplicante del híbrido, quien además movía la cola de un lado a otro, mientras sus orejas se habían levantado por completo, haciéndolo ver demasiado tierno incluso hasta para él.

Miró a Luzu por unos segundos, quien le sonrió y Auron procedió a hacer lo que el híbrido le había pedido.
Ante la expectante mirada del pelinegro, el chico presionó el timbre nuevamente, mientras Vegetta miraba atento.

Una gran sonrisa se formó en el rostro del ojimorado, Luzu miraba enternecido, mientras Auron seguía sin entender cómo algo como hacer sonar un timbre podía verse tan increíble.

Vegetta.- P- ¿Puedo intentar?
Luzu.- Adelante

Vegetta sonrió, y con bastante emoción hizo sonar el timbre. En ningún momento había dejado de mover la cola, y sus ojos se mantenían bien atentos a lo que sucedía. Dio un pequeño saltito de felicidad al escuchar el sonido.

Vegetta.- ¡Ha sonado!
Luzu.- Por supuesto, esa es su función

Auron y Luzu miraban al híbrido, quien se mantenía presionando una y otra vez el timbre, impresionado por la función del mismo.

Auron.- Me encantaría que todos fueran felices con cosas tan simples como el sonido de un timbre...
Luzu.- No me imagino cómo ha vivido hasta ahora para que algo así le parezca tan emocionante...
Auron.- Bueno, al menos sabemos que entretenerlo será fácil
Luzu.- Veg, ya que Auron está aquí ¿Te apetece dar una vuelta por el pueblo?

El nombrado dejó de presionar el timbre, y miró al castaño con emoción.

Auron.- Eso parece ser un sí
Luzu.- Sí nos acompañarás ¿Verdad, Auron?
Auron.- Por supuesto, tengo curiosidad de cómo actuará con todo lo que hay en el pueblo
Luzu.- Akira salió por un rato con él, y parece que los cerdos son lo que más le gustó
Auron.- Oh, bueno, eso es mejor que un timbre
Luzu.- Calla. Venga, Veg, vayamos a dar una vuelta

El pelinegro comenzó a caminar detrás de Luzu, mientras observaba con atención todo a su alrededor.
Karmaland era bastante grande, y a comparación de su pueblo, se sentía libre y demasiado pequeño en aquel sitio.

Vegetta.- Auron...
Auron.- Dime
Vegetta.- ¿Tú también tienes una mascota?
Auron.- Sí, también tengo una
Vegetta.- ¿En serio! ¿Qué es?
Auron.- Es un pollo, su nombre es Frederick
Vegetta.- ¿Puedo conocerlo?
Auron.- Por supuesto ¿Quieres ir ya?

El ojimorado asiente, sonriendo.

Luzu.- Vale, vamos a casa de Auron entonces

Los tres chicos se dirigieron al hogar del mencionado, mientras Vegetta tarareaba una melodía quizá inventada por él mismo.
Al llegar, el híbrido miró impresionado la casa frente a él, siguió a ambos chicos hasta llegar a la entrada de la casa, y no pudo evitar sentir cierta emoción por conocer a la mascota de Auron.

Al abrir la puerta, Auron les indicó a ambos que entraran, y después cerró la puerta tras de sí.

Auron.- Frederick, estoy en casa

De uno de los pasillos, salió un pollo, el cual llamó la atención del híbrido al instante.
Auron cargó a su mascota y se acercó a donde Vegetta, quien movía su cola efusivamente, mientras su rostro se mantenía con una sonrisa y sus ojos demostraban cierta emoción.

Auron.- Ten cuidado, a veces se pone agresivo

El pelinegro comenzó a acariciar a la mascota, y Auron, aunque no era de sentirse enternecido con casi nada, admitió que el chico frente a él era demasiado inocente que hasta él podía caer ante esa mirada de cachorro.

Mientras Vegetta jugaba con Frederick, Auron y Luzu hablaban mientras veían que el chico no se lastimara.

Luzu.- Quiero adoptarlo y cuidarlo con mi vida...
Auron.- Parece un niño realmente... Espero que quienes lo dejaron aquí de verdad regresen... Seguro que los extraña
Luzu.- Probablemente... Después le preguntaré a Merlon si sabe algo de Oasis, siento que he escuchado ese nombre antes
Auron.- ¿Crees que sea buena idea dejarlo solo con alguno de los otros...? Merlon te pidió a ti que fueras el primero en cuidarlo porque eres tú ¿Sabes? Pero ¿De verdad es seguro dejar que los demás se ocupen de él...? Lolito podría convertirlo en un asesino serial, y Fargan y Willy lo convertirían en un fanático de las minas, con lo curioso que es estará por ahí poniendo minas para saber cómo funcionan... Alex tal vez sí es una buena opción, pero Rubius le enseñaría todo lo ilegal del pueblo, y Mangel... Bueno, Mangel no es que sea una amenaza, pero cerca de Mangel está Lolito y él sí es una amenaza
Luzu.- Tienes razón... ¿Sabes qué? Creo que prefiero que se quede conmigo...
Auron.- Definitivamente eres la mejor opción, me da pánico tan solo pensar en qué harían ellos con alguien tan inocente y curioso como él
Luzu.- Podría pedirle a Akira que cuide de él cuando yo no pueda hacerlo
Auron.- Cuenta conmigo también

Vegetta escuchaba lo que ambos decían, no es que quisiera hacerlo en realidad, pero su oído era bastante bueno debido a que era un híbrido de lobo.
Agradecía que se preocuparan por él, Luzu y Auron eran unas personas agradables, además le habían permitido jugar con sus mascotas y parecía que no les molestaba que fuese tan curioso, Karmaland era un lugar increíble, y las personas que había conocido hasta ahora realmente le agradaban

Extrañaba a sus amigos claramente, pero le habían prometido que volverían y él sería paciente. Esperaría a que regresaran, porque sabía que lo harían, aunque no sabía cuándo. Por el momento se aseguraría de aprender todo lo que pudiera para que cuando se encontrara con ellos pudiera impresionarlos con su conocimiento.

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