❝ No puedo volver al pasado porque entonces era una persona diferente❞

—Quiero entender, déjame entenderte —ahora ella le suplicó con la mirada.

Loki pensó un poco las palabras que diría. Este era su momento y no podía desperdiciarlo.

Debía saber jugar las cartas a su favor, así, al final, podría conseguir todo lo que quería. Necesitaba a la pelirroja en su futuro.

—Me arrepiento de lo que he hecho —admite en un murmuro. —Pero no puedo volver al pasado, eso lo tengo claro. Sólo queda conformarme con sufrir en el presente los castigos de mis acciones.

La mirada que él tenía rompió el corazón de Atenea. Ella le sonrió tratando de no hacerlo sentir peor. Sabía que debía estar pasando por un momento duro y simplemente no quería hacer de aquello algo peor.

Quería quizá, hasta por un momento, hacerlo sentir bien, mejor. Para que su estancia aquí no fuera tan pesada ni tortuosa. Ella seguía con la idea de que todos merecían una segunda oportunidad.

—Sabes que puedes hacer eso Loki, puedes reivindicarte aquí para ser alguien mejor en el presente.

Otra cosa en la que ella quería ayudarle. A que pudiera tener un mejor presente ahora, sin dejarse influenciar por las cosas de su pasado.

Él le regaló una sonrisa ladina. —¿En verdad piensas eso o lo dices sólo porque soy un príncipe? —él levantó una ceja.

—Lo digo porque lo pienso, no por quién eres —ella respondió con sinceridad.

La única sinceridad completa que había allí.

Lo que decía Loki no tenía tanta verdad como parecía, pero ella no lo notó.

Ambos siguieron el camino en silencio hasta la casa de Muriel. Ella les abrió la puerta encantada de tener ayuda, aunque no faltó su trato seco y tosco hacía el príncipe.

Ella no podía ni ver a aquel "monstruo con corona", como solía llamarle. Ella solo veía a Thor como el único y legítimo heredero hijo de Odín. También solía decir que él debería haber dejado morir a Loki. Así Midgard y ellos se hubieran ahorrado varios problemas.

Atenea, de todas formas, no dijo nada. Esa señora le daba miedo cuando se enojaba y era mejor simplemente hacer las cosas rápidas y bajar la mirada.

No buscaba líos con nadie y menos por defender lo indefendible.

Quiera o no, Loki ya no podía ser defendido.

[...]

Ya de regreso a su hogar, bastante tarde por la noche Atenea, ahora en su cama, miraba al techo sin poder creer con quien había pasado su día.

Comenzó a analizar los sucesos en su mente y pensó que Loki no era tan malo como aparentaba ser. Con ella se había mostrado amable y hasta sonrió en varias ocasiones.

Eso la había hecho sonreír mucho.

No podía negar que Loki tenía sus encantos con las mujeres y ella no sería una excepción de eso. Lentamente estaba cayendo directamente a los brazos del príncipe.

Justamente lo que él quería también, que ella fuese suya. La necesitaba y estaba entendiendo de a poco eso. Requería tiempo trazar en su mente lo que en verdad querría para su futuro.

A pesar del poco tiempo él sabía que necesitaba de ella. Debía seguir con sus miradas intensas y sonrisas sensuales para así poder conseguir lo que tanto anhelaba.

Ambos durmieron pensando en el otro aquella noche.

Lo único que lo diferenciaba eran los verdaderos sentimientos de ambos, que lamentablemente no eran los mismos.

Pero quien sabe si podrían llegar a ser los mismos.

Eso sólo el tiempo lo dirá.