❝Me siento como si estuviera esperando algo que no va a suceder❞

Loki había preparado una cesta con comida para que ellos pasaran el día, había estado revisando un papel una y otra vez como si quisiera asegurarse de algo.

Atenea había salido un poco más arreglada de lo usual pero no lo suficiente como para levantar sospechas de su madre. Su hermana, por suerte, había dicho guardar su secreto, pero le advirtió que tuviera cuidado.

Ella asintió como si no fuera a pasar nada malo, porque no esperaba que nada así sucediera.

Loki la vio llegar y su sonrisa se hizo más grande al verla. Otro beso en la mejilla cubrió a la chica lo que le hizo sonreír.

Sin perder mucho tiempo ambos comenzaron a caminar.

Ella no notaba que la gente estaba bastante inquieta el día de hoy, se movían de un lado a otro con rapidez y exclamando cosas que ella no oía. Estaba en su propio mundo. Un mundo donde ella y Loki eran los protagonistas.

El cielo se había tornado oscuro, pero eso no dejaría que el día de Atenea se arruinara. Simplemente siguió con la sonrisa en el rostro.

Una vez que se alejaron un poco de la aldea y empezaron a subir la loma donde el bosque estaba Loki tomó su mano. Ella lo miro algo extrañada, pero sonrió sin quejarse por eso.

Trató de aguantar la emoción y suspiro para no pegar un grito.

Loki la condujo ya por el bosque de un lado a otros, esquivando ágilmente los árboles como si supiera a donde estaban yendo.

Así era, él sabía exactamente a donde estaba yendo.

Llegaron a una zona alta, donde se veía a lo lejos más bosque y el principio de las montañas. Atenea lo miro enseguida algo preocupada porque él supiera donde estaban.

—Me gusta aquí, ¿a ti? —le preguntó con una inocencia en el rostro que Atenea suspiro aliviada.

Ella supuso que él no sabía exactamente que había un importante lugar cerca. Además de peligroso.

—Claro, me parece bien —enseguida ella se sentó en el suelo con él a su lado bastante cerca de ella.

Loki sacó la comida y ambos se pusieron a comer tranquilamente disfrutando de ese momento.

Atenea se sentía más feliz que nunca, estaba pasando un tiempo maravilloso con la persona menos pensada. Al parecer ella ya se había olvidado de todo lo que Loki había hecho.

Ella creyó sus palabras, sus miradas y sus lágrimas de arrepentimiento entendiendo que en verdad él quería una mejor vida y vivía con la pesadumbre de los actos que había cometido.

Él sabía exactamente como conseguir lo que quería, dejo las cosas a un lado luego que ellos terminaran de comer y tomó un mechón de cabello de ella, colocándolo detrás de su oreja al tiempo que acariciaba su mejilla.

Ella se estremeció ante su frío tacto, pero no se apartó, ella quería eso. Miro cada detalle de su rostro antes de cerrar los ojos debido a la cercanía que él tenía sobre ella.

—¿Te han besado alguna vez? —susurró en su oído.

Ella asintió tímida. —Pero fue horrible —explicó. —Él no me preguntó si yo quería y fue muy grotesco.

—¿Podría hacerlo yo? Prometo ser mejor —él volvió a susurrar y ella simplemente asintió hipnotizada por su voz.

Quería que la besara y así lo hizo.

Loki besó a Atenea lentamente con sus finos labios mientras posaba su mano en la mejilla de ella. La chica se dejó llevar por los labios expertos del príncipe.

Estaba a su total merced y él lo sabía.

La siguió besando justamente como ella había fantaseado que sería, le dio justo lo que ella necesitaba y se separó antes de que ella lo siguiera disfrutando aún más.

Él ya le había dado lo que quería ella, ahora era el turno de la chica para darle lo que tanto anhelaba él.

—¿Podría pedirte algo? —preguntó con el mismo tono de voz que antes había utilizado.

Notó que esa voz la dejaba satisfecha.

—Cualquier cosa que quieras —ella respondió nuevamente hipnotizada.

Esa era su oportunidad. No la podía desperdiciar. Continuó hablando como a ella le gustaba.

—Necesito escapar y que tú me cubras —él dijo como si nada en un lento susurro.