—¿Por qué quisiste venir conmigo, rubia? —preguntó burlón.

—Quiero hacerte una pregunta. —declaró. Ambos venían hablando mientras caminaban hacia sus hogares. Todo normal hasta que Karma pregunto lo anterior.

—¿Que clase de pregunta? —estaba algo desconfiado.

—Sencillo —se detuvo frente a el haciéndolo detener—, ¿te gusta Kaede? —El rostro de Karma demostraba cierta sorpresa, pero después fue remplazada por unas sonoras carcajadas.

—¿Yo enamorado de ella? —empezaba a calmarse. Rio solo se mantenía al margen muy confundida ¿no lo estaba?

—¿No lo estás?

—¿Qué te hace pensar eso?
—estaba equivocada. Finalmente Karma calmó su risa y Rio estaba dispuesta a dar explicaciones.

—¿Entonces por qué estabas triste cuando ella y Nagisa demostraban su amor?

—Lo siento rubia, no puedo decirte —continuó su camino dejando a Rio paralizada atrás. Reaccionó y tomó fuertemente a Karma de los hombros haciéndolo girar.

—¡Vamos! Dime la verdad
—exigió.

—¡Ya cállate!

—Quieres callarme porque es verdad. ¡Te gusta Kaede! ¡Te gusta Kaede! —resaltó nuevamente. Pero luego reaccionó a sus propias palabras—. Espera ¡No! —bajó la mirada pensativa—.  No te gusta Kaede, ¡te gusta Nagisa! —concluyó como si de un rompecabezas se tratase. Un tono rosa apareció en los pómulos del chico, trató de ocultarlo, pero eso lo delató.

—Te sonrojaste, eso lo demuestra —se burló. Cuánto quisiera Karma en ese preciso momento matar a Rio.

—¡Cállate!

—El hecho de que me calle no quita que no sea verdad —ese tono burlón no hacia falta en esa frase.

—¡Bien!  Si, me gusta Nagisa —admitió enojado y Rio sonrió—, ¿ahora me dejarás en paz?

—No, necesito saber más —ahora esto parecía un interrogatorio—
Amo el amor entre chicos
—admitió con una sonrisa pervertida en su rostro.

—Pervertida—murmuró Karma—. Ya me voy —iba a retomar su camino, pero Rio lo detuvo tomándolo del brazo.

—¡Espera! —Karma la miró molesto—. Sé que no quieres que me meta en lo tuyo, pero por lo menos hablemos ¿sí? —Karma suspiró.

—¿Y ahora de qué quieres hablar?

—Quieres desahogarte con alguien ¿verdad? —era cierto, mas no quería admitirlo—.
Dejame escucharte —ya no había burla en su voz, se había esfumando. Parecía comprenderlo, esto sería una oportunidad ¿debería aceptarla?

—Agh, esta bien —realmente quería ser escuchado y aconsejado por alguien, pero odiaba pedir ayuda. Esta vez haría una pequeña excepción.

—Bien, mejor vamos a otro lugar para poder hablar mejor ¿te parece? —Karma solo asintió no muy convencido. Rio sugirió que fueran a su casa y así hicieron. Ambos se dirigieron allí.

•••

—Dime ¿desde cuando te gusta Nagisa? —comenzó Rio con ese interrogatorio —como era de esperarse—. Ambos ya se encontraban en el hogar de la chica, en la sala para ser más específicos.

—No hace mucho realmente. Creo que desde que empezamos la escuela este año —no sabía muy bien con exactitud.

—Oh, ya veo —de nuevo ese tono burlón—. Estás tratando de conquistarlo ¿verdad? —una duda que quería despejar. El porqué de los coqueteos y regalos de Karma hacia Nagisa.

—No —¿dijo no? ¿entonces qué quería decir con todas esas acciones?

—¿Entonces por qué le coqueteas y por qué le diste ese oso de peluche?

—Te lo diré, pero promete que no le dirás a nadie.

—Lo prometo —dijo levantando su mano derecha.

—Bien. Nagisa me dijo que tu besaste a Kaede y el quiso darle celos conmigo —explicó en un pequeño resumen. Rio abrió sus ojos a la par sorprendida, pero luego su ceño se fruncio.

—¡¿Qué?! —se levantó de golpe—. ¿Te usó para darle celos? —odiaba que la gente usara a los demás para su propio beneficio.

—Cálmate Nakamura
—pareció un regaño—. Él no sabe que me gusta y yo acepté ayudarlo —aclaró. Rio calmándose volvió a tomar asiento.

—¿Por qué lo hiciste?

—Él es muy importante para mí y quiero ayudarlo —nunca lo había oído hablar así de alguien.

—Karma. ¡Te estás lastimando!

—Lo sé, pero no me importa. —¿era en serio?

—¿Y no quisieras conquistarlo de verdad? —ahora su tono era de picardía.

—No. A menos que termine con Kaede, en ese caso sí.

—Pero vamos Karma. A ti te gusta Nagisa y a mi Kaede ¿por qué no los conquistamos? —sugirió. Esa idea no convencía del todo a Karma.

—No rubia. Ellos dos se aman y hacer algo así sería muy egoísta —estaba seguro de sus palabras y cabía decir que tenía razón.

—Claro que no, ellos se enamorarán de nosotros.

—¿Qué tal que no?

—Agh —se quejó—, no seas negativo. No perderemos nada con intentarlo.

—Nosotros no, pero ellos sí. Si yo intento conquistar a Nagisa él podría perder a Kaede o al revés, pero en este caso contigo —en parte tenía razón.

—No pasará si ambos lo intentamos a la vez.

—Rubia. ¡Abre los ojos! No todo es de color rosa, no todo sale bien y quizá eso lo aprenderás de la peor manera.

—¡Me vale mierda! ¡La conquistare yo sola, no me importa lo que pase y no me importa lo que hagas! —exclamó a gritos—. Trate de ayudarte, pero no aceptaste.

—No necesito de tu ayuda, gracias —se levantó—. Si me disculpas ya me voy y espero que puedas conquistar a tu chica —le deseó con tono frío.

—Gracias, nos vemos después —respondió de igual forma.