¡Hola!

Se suponía que subiría el capítulo ayer en la noche, pero no lo pude hacer por motivos personales. De verdad lo lamento.

Pero aquí está el episodio, espero que les guste.

Era un nuevo día en donde Min Yoongi no habría podido pegar el ojo en toda la noche.

Las leves marcas de ojeras se encontraban debajo de sus ojos, su mirada estaba cansada y su cuerpo solo pedía quedarse en la cama con una sábana suave y su peluchito de kumamon. Estaba agotado de tanto papeleo y bla bla bla.

-Buen día, hyung..- el mayor rodó los ojos, acomodándose en su lugar de trabajo para luego ignorar a jungkook.

Se mantuvo quieto, sacando lentamente de su maletín unas carpetas con documentos importantes, según su padre.

-Hyung, casi lo olvidaba..- prosiguió la pantera.

-Donghae hyung lo mandó a llamar, dijo que era importante y así..- el menor solo le restó importancia, volviendo a fijar su vista en la pantalla del computador.

Yoongi sobó su cien, preguntándose por centésima vez el porque de la insistencia de su padre con el compartir escritorio con Jungkook.

-Esta bien..- respondió, dejando sus cosas en orden y volviendo a ponerse de pie.

Jungkook solo se mantuvo callado, tecleando nuevamente algunos detalles para concluir el informe que presentaría al día siguiente, en esos momentos no estaba concentrado en molestar con su hyung. El trabajo es mucho mas importante que eso.

Yoongi salió de la oficina, respirando tranquilamente con una fatiga increíble en su cabeza. El insomnio volvía a hacer de las suyas y no pudo descansar correctamente, esperaba que su padre no le colocara mucho trabajo.

Él era asistente, y ser asistente nunca fue un problema, empezó desde abajo y ahora ascendería. Así que solo esperaba unas buenas y merecidas noticias.

El mayor se adentró en el ascensor, presionando el botón con el numero nueve, justamente en donde se encontraba la oficina de su padre.

El jaguar espero a que las puertas se cerraran, tarareando alguna melodía cualquiera para poder distraerse y no quedarse dormido.

Los segundos aun seguían pasando, pero justamente el ceño de Yoongi se frunció cuando el elevador se detuvo en el séptimo piso, abriendo sus puertas y dejando ver a un hermoso pelirubio.

Yoongi esquivó la mirada del omega, sintiendo sus mejillas calentarse un poco y su cuerpo se tensó.

El bonito omega estaba vestido con un precioso traje rojo, sus pantalones eran de tela pero aun así se notaban esos deliciosos muslos, y su pecho se hallaba descubierto por una tela casi transparente.

Solamente lo cubría una leva roja completando el conjunto.

-Buenos días..- escuchó la dulce voz del omega, Yoongi se sintió desfallecer cuando pudo observar la etérea sonrisa de ese chico perfecto.

-Buen día..- susurró ligeramente, volviendo a fijar su vista en otra dirección.

Era ta perfecto para ser real.

El pequeño omega presionó el botón del noveno piso, tratando de calmar a su gatito interior que rasguñaba por salir.

¡Dios!, estaba tan nervioso por estar tan cerca del alfa, y más aun cuando el mayor de los Min los había llamado a ambos para decir algo importante.

Todo estaba de acuerdo al plan.

Jiminie suspiró, recargando su peso en la pared del elevador mientras que sus labios se frotaban unos contra otros, repartiendo la cantidad de brillo labial rosado.

Estaba tan emocionado.

Espero que les guste, perdón por la tardanza y si ven algún error.

¿Que les parece?

¿Como va la historia?

Este capítulo tiene continuación, y lo subiré cuando dos personitas me sigan porque me falta poquito para completar el sesenta.

se que es injusto, pero me da ilusión. lo lamento por ilusionarme a mí misma. Por favor no me den malos comentarios que desequilibren mis ánimos y hagan que elimine la historia. (muy aparte de que subí otra llamada SAY SO)

Se lo agradezco de todo corazón por el apoyo.

No me odien que yo los amo.

Cuídense mucho por favor, yo en estos momentos estoy algo enferma y espero que solo sea una alergia no tan grave.

¡Los amo!

Sempai❤