-¿Cómo rayos terminaron allí arriba?- Puppet los miraba desde el suelo.

-Yo me pregunto lo mismo- Golden estaba junto a ella.

-Deben ser muy descuidados para caer en una trampa tan obvia- habló Mai desepcionada.

-¿No creen que deberíamos bajarlos?- Bon estaba preocupado.

-Creo que deberíamos dejarlos un rato colgados, para que se enteren lo que se siente- habló Bonnie entre molesto y divertido.

Fred y Freddy se habían puesto a discutir sobre Dios sabe qué, y no miraban por dónde iban. Callendo en una trampa de cuerda, la más sencilla y obvia de todas. La soga que, cuando te paras en ella, te atrapa el pié y quedas colgando de un árbol. Fred y Freddy tenía un pie, cada uno, atado por la trampa. Quedando ambos colgados de cabeza.

-¡Bajenos!- gritó Fred.

-¡Por favor!- le siguió Freddy.

-¡Nos sentimos nuestros pies!- terminaron ambos al unísono.

-Muy bien, yo me encargo- Golden tomó la espada de Bon, lanzándola y cortando la soga. Le devolvió la espada a Bon, y atrapó a ambos hermanos antes de que calleran. Técnicamente, sostenía a uno en cada brazo. Ellos solo se sonrojaron y apartaron la mirada.

-Gracias...- dijeron ambos en susurro. Casi inaudible. Casi.

-No hay de qué, ositos- Golden les guiñó un ojo mientras los bajaba. Ellos se alejaron de él yendo al frente del grupo. Mientras hablaban entre ellos un tanto avergonzados. Golden solo rió ante el acto de los mellizos.

-Vaya, vaya. Los tienes a tus piés, oxigenado- se burló Puppet.

-Me agrada- Golden sonrió maliciosamente- tendré a esos 2 para mí, no importa lo que tenga que hacer. Serán míos.

-Lo que digas, tigre.

~~~

-Tengo hambre- se quejó Bonnie, tocando su estómago.

-¡Oigan!- llamó Bon a los líderes del grupo, Golden y Puppet- Bonnie está hambriento, al igual que yo ¿Podríamos parar para comer?

-No lo sé- cuestionó Puppet.

-Yo también tengo hambre- se quejó Freddy.

-Si, igual yo- le siguió Fred.

-Sí, pararemos para comer- habló Golden convencido.

-¡Yo prepararé mi especialidad!- chilló Mai alegre.

-Muy bien. Fred y Freddy, busquen madera para la fogata; Puppet y Mai, busquen lo que necesiten para lo que sea que vayan a preparar; Bon y Bonnie, preparen el lugar- ordenó el rubio.

-¿Qué haras tú?- cuestionó Bonnie.

-Revisaré el área para asegurar que no hayan peligros. Buena suerte con sus labores- dicho esto, unas llamas lo envolvieron y se transformó en fénix, alzando el vuelo. Los demás, se encargaron de hacer su parte del trabajo.

•

-¿Esta funcionaria?- preguntó el castaño al azabache.

-Podría ser. Pero necesitamos mucha madera.

-Si...- el silencio reinó. No estaban acostumbrados a poder verse mutuamente de esa manera. Se les hacía extraño. El hecho de que Fred tenga su propio cuerpo, se les hacía imposible de creer. Hasta que Fred rompió el silencio.

-¿Qué piensas de Golden?- esa pregunta sorprendió a Freddy- M-me refiero, a este Golden. El de este mundo- Fred, obviamente, sabía que Freddy estaba enamorado del Golden de su mundo. Pero ese Golden, no le prestaba mucha atención a Freddy. Ni siquiera se molestó en ir a la "cita" que Freddy planeó con tanto esmero para ellos. Y no fué por culpa del trabajo, ya que ese día estaba libre.

-B-bueno, él es... Agradable...-

-Freddy, sé que sufres porque el Golden de nuestro mundo no te presta atención. Somos prácticamente la misma persona. Sé lo que sientes... Te entiendo, sabes que siempre lo he hecho- Fred y Freddy habían aprendido a llevarse bien entre ellos hace ya varias semanas. Mejorando su relación.

-Y-yo... S-solo...- al borde del llanto, Freddy se volteo para mirar a Fred, quién se encontraba con los brazos abiertos, y una sonrisa y mirada comprensiva. Freddy no pudo más, y se lanzó a los brazos de su hermano mientras lloraba. Fred lo abrazó protectora y cariñosamente. Como cualquier hermano mayor haría.

-Te aseguro que, mientras yo viva, no dejaré que nadie te dañe.

-¿L-lo prometes?

-Lo prometo.

•

-No entiendo por qué nos tocó acomodar el lugar- se quejó Bon- es más divertido revisar el área. Estúpido Golden.

-Bon, no uses ese vocabulario. Es algo ofensivo- le regañó el menor.

-Oh, l-lo lamento. No quise molestarte- se disculpó avergonzado.

-Descuida.

-Oye, ¿Como es tu mundo?- curioseo el peli-celeste.

-¿Mi mundo?

-Si, el lugar de donde vienes, ¿Como es?

-Bueno, es un lindo lugar... Al menos, para los demás.

-¿Por qué lo dices?

-Mi vida no es la más lujosa- Bonnie se sentó en un tronco caído, Bon se sentó a su lado- mis padres me abandonaron cuando cumplí 14, me tuve que valer por mí mismo mucho tiempo. Además, hay unos chicos que siempre me golpean. Mi vida es horrible...

-¿Te digo algo?

-¿Qué?

-Mis padres también me abandonaron, solo que cuando me dejaron, yo tenía 3 años. Toku y Mikury me encontraron y crecí con ellos. Y, al ser el único elfo del lugar, siempre me marginaron...

-Wow, nuestras vidas apestan...

-Si...- ambos se miraron, comprensivos. Pero luego estallaron en risas- ven, arreglemos este lugar.

-Muy bien.

•

-¿Que prepararás, exactamente?- Puppet y Mai recolectaban algunas frutas de los árboles.

-Es una sorpresa- respondió divertida. Pero noto a su hermana algo pensativa- ¿Que tienes, hermana?

-Oh, no es nada. No te preocupes- claramente estaba mintiendo, pero logró convencer a su hermanita con una radiante sonrisa. Esa que ya estaba acostumbrada a fingir.

-Oki doki. Vamos a por esas frutas- habló alegremente Mai. Puppet solo suspiró. No debía dejar que Mai supiera que tenía sus dudas sobre todo esto.

•

Golden se encontraba verificando el área, volando alrededor. Pensativo. No dejaba de maldecir a su "copia" por tratar de tal manera al castaño. Era imperdonable, en su opinión. ¿Cómo es que alguien podría ignorar a ese par de ángeles? No lograba entenderlo. La ira lo consumía, efectectando su vuelo. Viéndose obligado a aterrizar.

Intentando tranquilizarse, comenzó a patear algunas rocas. Pero solo las derretía al entrar en contacto con ellas.

Respiró profundo, cerró sus ojos e intentó calmase. Al fin lo logró.

Alzó nuevamente el vuelo, en su forma de fénix, para volver con su grupo.

[…]