XIV

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–¡Vamos, ya queda poco!– a como avanzaban, lograban ver más cantidad de plantas y árboles en peor estado, incluso unos totalmente muertos. Al fin lograron llegar al templo, pero, este era imposible de reconocer. Lo que al parecer eran enormes enredaderas, cubrían por completo al templo– no, no, no, no ahora.

–¿Qué es esa cosa?– el azabache miraba un poco asqueado aquello, pués parecía que gigantes gusanos rodeaban la infraestructura.

–Es una enredadera protectora. Su labor es cubrir al templo en un escudo protector para que sea imposible penetrarlo. Deben de estár protegiendo a Spring– explicó Meg rápidamente.

–¿Spring?– preguntó curioso el peli-morado.

–Springtrap, el dios de la naturaleza– le respondió el elfo, empuñando su espada– si queremos llegar a él, debemos atravesar esto antes de que se cierre por completo, ¿Verdad, Meg?

–Adelante– sonrió. Rápidamente, todos se dirigieron hacia el templo– Puppet y Mai, con su magia eviten que las enredaderas sigan avanzando, hagan su mayor esfuerzo, pués son muy potentes. Bon, corta las más delgadas, así no podrán aumentar de tamaño. Eak, protege a Bonnie, Freddy y Fred, las enredaderas podrían atacarlos al no sentir magia en ellos. Golden, tu y yo iremos al frente, nos abriremos paso quemando las que se interpongan en nuestro camino. ¿¡Entendido!?

–¡Fuerte y claro!– los demás, con determinación, realizaron cada uno su respectiva labor. Al cabo de un rato, tras experimentar algunas dificultades (como, por ejemplo, que Fred a veces se negaba a continuar por "asco" a las enredaderas) lograron entrar al templo, algo exhaustos.

–Lo... Lo logramos– soltó Freddy alegre, para luego caer– necesito... Mejorar mi... Condición... Física...

–Yo ni siquiera... Estoy acostumbrado... A tener cuerpo... ¡Siento que moriré en cualquier momento!– se quejó el de ojos sombríos.

–Sinceramente no entiendo de qué se quejan. No corrimos ni 30 metros– el peli-morado los veía algo decepcionado– pero si debo admitir que me hizo sudar un poco– tomó su coleta, la cuál estaba en su muñeca, para luego atarse el cabello como acostumbraba hacer. En eso, notó como el peli-celeste se le quedaba viendo, con un ligero sonrojo, lo aue hizo que una curiosa idea se le viniera a la mente– um... ¿Te gusta lo que vez?– habló coqueto, mientras le guiñaba un ojo al oji-verde, el cuál simplemente se sonrojó aún más, sacándole una pequeña risa Bonnie.

–No hay tiempo que perder, ¡Así muevan sus traseros!– ordenó la oji-ambar, cosa que todos obedecieron. En unos minutos, lograron llegar con Spring. El pobre se encontraba acostado en un montón de ojas, que, por su apariencia, se notaba que estaban húmedas; no llevaba el traje que suelen usar los dioses, o al menos la parte de arriba, pués solo contaba con su pantalón. Se veía realmente fatal, su rostro estaba completamente rojo, y no es porque se haya sonrojado; sudaba a mares y hasta temblaba. Con tan solo ver su expresión, se notaba que no la estaba pasando bien– por todos los cielos, ¡Spring!– rápidamente, la peli-blanca corrió hacia el mencionado, colocando su mano en su frente– ay no, estás cada vez peor.

–M-meg...– apenas se había escuchado como un susurro, el cuál fué únicamente escuchado por la mencionada.

–Sh, sh, tranquilo, estoy aquí– le calmó. El chico, a duras penas, logró abrir los ojos.

–N-no te... V-vayas...

–Descuida, me quedaré contigo– acarició dulcemente su megilla– lo prometo.

–Aw~, son tan tiernos– se escuchó decir al oji-azul.

–¡Shh!– lo callaron rápidamente Bon y Bonnie, pués no querían que interrumpiera el bonito momento. Freddy solo soltó un tímido "Lo siento".

–Spring...– ambos dioses se acercaron a su hermano.

–A-al fin... Al fin vinieron... S-sabia que... Vendrían– sonrió con dificultad al ver a sus hermanos junto a él.

–L-lamentamos no haber venido antes– se disculpó el rubio menor, Eak simplemente lo veía con arrepentimiento reflejado en sus ojos.

–A-al menos... Ya están aquí...

–Es hora de tu medicina, Spring– la peli-blanca se acercó nuevamente en al mencionado, con un tazón, con un liquido color magenta en él.

–N-no quiero... Sabe horrible...

–No me interesa si sabe bien o no, debes beberla si quieres mejorar. Así que hazlo– ordenó. Spring, a duras penas, logró sentarse, mientras Meg le daba cucharada por cucharada aquella sustancia, lo que provocaba que el dios hiciera alguna que otra mueca, pués sabía realmente mal.

–¿Cuándo fué que comenzó?– preguntó el de cabellos grises, mirando a la oji-ambar, refiriéndose a la enfermedad de su hermano.

–Hace 3 días. Al principio solo fué un simple dolor corporal, pero empeoró rápidamente– suspiró– no tengo idea de porque enfermó, pero empeora cada vez más...

–¿Comió o bebió algo fuera de lo común? ¿Alguna criatura lo atacó o algo?– preguntó esta vez Golden.

–No, su dieta siempre es la misma, no ha comido nada fuera de lo normal. Y es imposible que alguna criatura lo haya atacado, todas lo adoran.

–No todas...– soltó el peli-morado, atrayendo las miradas confundidas de los demás.

–¿A qué te refieres?– preguntó la kodama mayor.

–Allí– señaló a un lado de la cabeza de Spring– hay una criatura liberando una especie de... ¿Aura? Hacia él.

–¿Qué cosa? Bonnie, allí no hay nada– obvió el castaño.

–Yo lo veo...

–Espera un momento– Puppet sacó de su bolsillo un pequeño saco, sacando un polvillo azul de él, soplandolo hacia Spring.

–O-oye... – se quejó, mientras frotaba sus ojos. A un lado suyo, apareció una criatura.

–¿¡Qué es esa cosa!?– ambos hermanos chillaron temerosos, mientras se abrazaban el uno al otro.

–Gumba gumba, gumba gumba– soltó aquella criatura, la cuál envolvía a Spring con sus fantasmales garras, desde la espalda del chico.

–Es... Un muto– Mai miraba aquella "cosa" con gran pesar.

–¿Un muto?– cuestionó el peli-morado, sin quitarle la vista de encima a quella criatura.

–Son... Criaturas que fueron corrompidas por la oscuridad– comenzó a explicar el elfo, soltando un pesado suspiro, a la vez que bajaba su mirada– sus almas son contaminada por la oscuridad, manchandolas, volviéndolos monstruos sin sentimientos, vacíos... Asesinos sin piedad... Y yo sé eso mejor que nadie– levantó su mirada, mirando al muto con furia. Ambos tenían los ojos fijos en el otro– tiempo sin verte...

–Gumba...

–¿Conoces a ese muto?– Puppet lo miró, realmente sorprendida.

–Si... Atacó la aldea de los grifos, en la cuál yo solía vivir...– suspiró– muchos grifos inocentes perdieron la vida ese día...

–Bon...– el de mirada rubí sintió lástima por él. Que ataquen a tu "familia" no es algo bonito...

–¡Oye! ¡Deja a Spring!– gruñó la chica dragón, mirando como la criatura se aferraba más al dios.

–Esa cosa... Es lo que enferma a Spring– continuó el peli-morado.

–¿Cómo es que lo sabes?– cuestionó la de cabellos cortos y blancos– eres solo un humano, y ni siquiera eres de este mundo, ¿Cómo lograste ver al muto, siquiera?

–No lo sé. Simplemente lo supe– soltó sencillo, encogiendose de hombros.

–Am... Chicos...– el rubio más joven llamó la atención de todos, mientras retrocedía junto al peli-gris. La criatura, había comenzado a flotar sobre Spring, mientras un aura oscura lo envolvía. Se escuchó un gran estruendo, y al segundo siguiente unas enredaderas entraron y atraparon a todos los presentes, incluyendo a Meg.

–¡Ag! ¿¡Qué ocurre!?– la oji-ambar, al igual que los demás, luchaba por liberarse. Miró nuevamente al muto, notando que Spring se había levantado, con la mirada baja– ¿Eh?– el dios levantó la mirada, dejando ver que sus ojos ahora eran totalmente blancos, y unas extrañas lineas de tonalidades aparecieron en su cuerpo– ¿Spring?– el mencionado se colocó en posición de ataque.

–Los deseos del emperador serán cumplidos sin importar las consecuencias...

[…]

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