Nagisa no era un misterio para nadie, pero extrañamente su actitud con su mejor amigo había empezado a cambiar. Muchos lo notaron, pero decidieron no hacerlo evidente para no incomodar a ninguno de los dos.

Pero la realidad era que el peli-celeste tomó aquella actitud como un modo repentino de defensa. No del modo literal en cuanto a un ataque físico, sino algo más allá de eso que iría a lo emocional.

El chico dio un agotado suspiro meciendo sus pies levemente bajo la mesa. Estaba desesperado. Ya no soportaba tener a su amado a su lado y no poder hacer nada más que presenciarlo.

Pero no tenía muy en claro por qué se quejaba si anteriormente había intentado varias veces confesársele, pero cuando estaba tan cerca perdía todo el valor. Y por hacer saber claros sus sentimientos tomó un cambio en su trato hacia él.

  —Nagisa, qué extraño has estado conmigo... —declaró Karma apareciendo de la nada frente a sus ojos. Fue horrible que lo hubiera tomado desprevenido, ya no podía pensar claramente, pero tenía claro que ya no debía darle el gusto de demostrarle cómo se sentía cuando lo tenía a esa distancia.

  —Eso qué importa —levantó sus hombros también en respuesta—. Déjame solo, no quiero que estés conmigo.

  —¿Qué te pasa?

   —¡Que no te importa! —exclamó alarmando —no muy intencionalmente— al pelirrojo.

Karma no dijo nada más dejándolo solo con sus extrañezas. Justo después Nagisa estaba arrepentido y tan frustrado. Le gustaba, pero últimamente era doloroso, demasiado doloroso. Porque era frustrante no poder hacer nada y sentía que Karma no era merecedor de sus sentimientos por no demostrar que sentía lo mismo por él.

  —No creas que voy a rendirme. Quiero saber qué te pasa —hizo aparición nuevamente aquella voz. No había tenido que lidiar con él los últimos días y en ese momento sí debía hacerlo—. Nagisa, ¡no entiendo qué he hecho para que seas tan frío conmigo!

   —¿Puedes irte?

   —No.

   Lo estaba desafiando. Quería dejarlo sin qué decir o sin formas de deshacerse de él y por lo visto fue rápido porque Nagisa se había quedado callado.

   —Si eso quieres —se levantó de su lugar yendo hacia una de sus amigas.

  Karma no comprendía por qué con ella si entablaba una conversación tan amigable y llena de alegría, mientras que quería deshacerse de él y no charlar para nada. Su amistad se estaba deteriorando y exprimía su mente por saber qué había hecho mal o por qué razón Nagisa debía estar de tal forma.

   —Nagisa, espera. Quiero ir contigo —demandó al salir del instituto. No descansaría hasta que todo quedara aclarado. Si Nagisa le daba una buena razón lo dejaría en paz.

  —Aléjate —aceleró el paso. Quería perderlo de vista lo más pronto posible.

  —¿Por qué tienes que hacerme esto? —seguía el mismo paso que Nagisa iba llevando—. Parece que para ti olvidarme es tan fácil como haberme conocido.

  Nagisa dejó de caminar rápido tomando algo de aire por estar agotado. Tanto los nervios como  la velocidad que había llevado en sus piernas le hicieron perder gran parte de oxígeno en su cuerpo. A pesar de que hubiera sido poco lo que llevaban caminando.

   Gracias a eso Karma pudo alcanzarlo con facilidad. Una desgracia para Nagisa, parecía no tener más escapatoria y no le quedaría de otra que revelarlo todo.

  —¡No te acerques! —le gritó encarándolo finalmente. Sus emociones estaban revueltas y su mente demasiado confundida—. Déjame solo. No quiero verte.

   —¿Por qué?

   —¡Solo aléjate de mí! —tenía miedo, de muchas cosas en realidad. Miedo de que a Karma no le gustara lo que le revelaría, de perderlo para siempre, de salir lastimado, de sentirse peor que en esos momentos, de arrepentirse. Realmente había un sinfín de razones.

     —¿Acaso no quieres que haga esto? —se acercó poco a poco a Nagisa y él se lo permitió por la gran intriga que poseía. Tenía demasiados pensamientos apareciendo en su mente en esos momentos.

  Sus ojos se abrieron cuales platos cuando sintió los labios del pelirrojo posarse sobre los suyos haciendo lentos movimientos. No lo dudó y lo empujó. ¿Acaso lo había descubierto todo o solo estaba jugando con él?

   —¡¿Qué te pasa?!

   —¡Es cierto! —rio un poco—. Estás enamorado de mí.

  —No te rías —se dio la vuelta y en lugar de caminar más rápido, emprendió una carrera.

  Lamentablemente Karma había cruzado los muros que ocultaban su mayor secreto. Se había esforzado en vano últimamente, pero parecía que algo había quedado en evidencia como para que hubiera sido descubierto de tal forma.

    —¡Nagisa, la verdad tú también me gustas!

  Oyó a lo lejos, siendo aquello emitido por la voz que era prácticamente una dulce melodía para sus oídos. Se detuvo y unos segundos después Karma ya estaba justo frente a él.

   —¿Ya puedo acercarme a ti?

   Nagisa asintió para después sentir los labios de Karma en los suyos nuevamente. Seguía sin estar seguro de confiar, pero esa vez correspondió.

  —Recordé las veces en que quisiste decírmelo. Siempre empezabas con lo mismo y no lograbas terminar. Qué lindo te veías cuando lo intentabas —revolvió sus celestes cabellos divertido—. ¡Me hiciste pensar como nunca para ponerle lógica a tu comportamiento! Fue por eso que eras tan seco, ¿no?

   El más bajo asintió levemente sonrojado. Estaba tan avergonzado y se sentía tonto por haber hecho todo eso para nada.

  —No te preocupes. Si no hubiera sido por eso yo no me habría dado cuenta de que también estoy enamorado.

  Qué aterrador era. Parecía como si le leyera la mente.

    Les voy avisando que solo quedan cuatro one-shots basados en las canciones de la Bebe :^

  Por cierto, como han notado ya he podido hacer los separadores de nuevo. Así que les aviso que los one-shots anteriores también los tienen. Ya no me exijan más que cumpla con mi trabajo alv.

  Y pos, aquí la canción:

https://www.youtube.com/watch?v=uOQLjVJm1E4