—Bueeeeeno... —dijo Froze, frotándose las manos— ¿Qué queréis ver primero?

    —Nada —contestó Gris, penetrando al ángel con su mirada verde.

    Yosafire miró a la chica con los labios apretados y soltó una risita incómoda.

    —Ehehehe —se rió—. Me ha parecido oírte decir que no quieres ver nada. Pero seguro que no has dicho eso, ¿verdad?

    Antes de que Gris pudiera volver a responder con una de sus crueles formas, Leila le tapó la boca y tomó la palabra con una sonrisa en la cara.

    —Lo que E... —Sacudió la cabeza y se corrigió— Lo que Gris quiere decir es que no es necesario. Ya hemos tomado la visita por nuestra cuenta.

    Gris miró a su amiga con el ceño fruncido al darse cuenta de que había estado a punto de decir su nombre real.

    —Lei, ten cuidado —la regañó.

    —P-perdóname, Gris...

    Froze resopló y cerró los ojos.

    —¿Y por qué no le dijisteis a Kcalb que ya os conocíais el lugar? —dijo— Así nos habríais ahorrado todo esto.

    —Es que se le veía algo tristón... —reconoció Leila— Así que queríamos que por lo menos viera a alguien a quien quiere. O sea, vosotras...

    —¿Tristón? —repitió Froze.

    —¿Qué más da todo esto ahora? —interrumpió Gris— Lei y yo tenemos trabajo que hacer, así que, ¡adiós! —Hizo un gesto con la mano, como echándolas.

    —¡No seas desagradable, Gris! —exclamó Leila— Además, la señorita Etihw y Kcalb han dicho que ELLAS son nuestras guías, por lo que debemos obedecerlas.

    —¿Guías? ¿Algo así como jefas? —preguntó Yosafire, con un brillo en los ojos.

    —No seas ridícula... —gruñó Gris— Tan sólo guías. Nos ayudaréis contra lo que sea que está atacando a vuestro mundo.

    —¿Y se puede saber por qué nuestra ayuda en especial? —interrogó Froze.

    Gris suspiró y se puso en jarras.

    —Pero mira que sois cansinas. ¡Necesitáis respuesta a todo, jod...!

    —¡Gris! —la riñó Leila— ¡Déjalo! —Se volvió a Froze y a Yosafire y esbozó una sonrisita cansada— Lo siento por su comportamiento. Yo responderé a todas vuestras dudas, tranquilas. La señorita Etihw dijo que vosotras eráis las más indicadas para ayudarnos, pues os conocéis este mundo casi mejor que ella misma. Aunque creo recordar que mencionó a dos chicas más para ser nuestras guías...

    —¡Debió referirse a Macarona y a Rawberry! —gritó Yosafire, entusiasmada— ¡Vamos a buscarlas!

    Agarró del brazo a Froze y la arrastró con ella hacia algún punto de la aldea.

    Leila sonrió más y murmuró:

    —La llevamos clara si ellas van a ser nuestras guías.

    —Ya te digo, amiga... —dijo Gris, dándole unas palmaditas en la espalda, y comenzó a seguir a Froze y a Yosafire.