Capitulo 7 - La pelota de Corpa

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    Quintillones y David trabajaban en un centro de investigación poco conocido y Elba, como bióloga, en un lugar diferente.

   — ¿No tienes que trabajar Elba? —preguntó Sink.

    —No, no tengo que hacerlo los domingos.

    —Entendido, entonces... ¿por qué David y Quintillones trabajan hoy? —Contestó y preguntó el robot.

    —Pues... Ellos lo hacen en un lugar diferente, por eso deben de tener otras reglas...                      —respondió Elba-... aparte... tienen que vigilar a los extraterrestres que encuentra Niels y luego liberarlos (sin que su jefe se de cuenta).

    Elba se había quedado en el edificio abandonado, con tal de proteger a los aliens, no lo hacía como niñera, sino como guardia, vigilaba las pocas ventanas del edificio con cautela y buscaba el origen de cada ruido raro (la mayoría originados por el edificio en sí).

    Elba estaba nerviosa por Niels y los enemigos de Kimil, sin duda nunca habían tenido tantos problemas al liberar un alien.

    —Me aburroooooooo —avisó corpa, acostado en el suelo sobre su lado derecho.- ¿Alguien quiere jugar a la pelota? —el furro se levantó del suelo y fue a buscar su juguete.

    —Me encantaría jugar contigo Corpa —dijo Sink.

   — Yo también quiero —avisó Oxio.

    —¡YAY! ¡Dos personas quieren jugar conmigo! —Corpa le tiró la pelota a Oxio y este mismo hizo que rodara por el suelo. El furro tomó la pelota con la boca y se la dio llena de baba a Sink. El cyber-joven, tiro la pelota por el suelo y Corpa la volvió a agarrar con la boca. Oxio volvió a tirarla, pero esta vez Corpa no llegó a atraparla. La pelota, se había ido por un nauseabundo y opaco agujero del piso.

    —¡Pelotita! —exclamó Corpa con quebranto.

    El edificio estaba lleno de agujeros (por suerte la mayoría pequeños), había agujeros en la pared, en el piso y en el techo y el color amarillo pastel de las paredes, hacía parecer al edificio un queso gigante.

   — ¿Qué pasa? —se acercó Elba.

    —¡Mi pelotita se cayó por ese agujero! ¡Esa pelotita era de mi madre! ¡Hay que rescatarla!

   —Vale, pronto vamos a buscarla, sólo hay que esperar a David y Quintillones, para que se queden aquí cuidando al resto.

   — No creo poder esperar tanto... ¡¿Sí mi pelotita está cayendo al vacío?! ¡¿Si está a punto de ser masticada por una rata?! ¡O PEOR! ¡¿SIENDO TRAGADA POR UNA RATA ENORME?! —el furro estaba en un grave estado de zozobra, no podía permitir que la pelota de su mamá lo dejara para siempre, ya que era... lo único que tenía de ella.

    —Tranquilo, no le va a pasar nada —lo tranquilizó Oxio

   — Gracias...- contestó con menos ansiedad Corpa.

...

   — ¡Hola!- saludó David.

   — ¡Saludos! —saludó Quintillones.

    —Hola a ambos ¿Se quedarían por favor a vigilar al resto de los extraterrestres mientras ayudo a Corpa a buscar su pelota?

   — ¡Claro Elba! —contestó David.

    —¡Gracias! —exclamó Elba. —Vayamos a buscar tu pelotita Corpa.

    Elba tomó a Corpa del brazo y se dirigió hacia el agujero más grande, acto seguido, saltó hacia la oscuridad del hoyo.

    Sink se quedó mirando un tiempo el agujero con preocupación y luego peroró:

   — Ese lugar me da mala espina.

    —Relax Sink —dijo Oxio con tono de playero.

    —¿¡Eh!? ¿Qué significa "Relax"?

    —Es como decir... relájate.

    —Pero... ¿Cómo me relajo? Sí nunca estuve nervioso, solo tuve un mal presentimiento.

    —Pues... En ese caso no sé... —Oxio se encogió de hombros y luego se quedó con cabeza gacha, la verdad es que había malinterpretado brutalmente la sospecha de su amigo.

    Sink lo miró y le dijo:

   — No pasa nada "Bro "—dijo con una sonrisa traviesa de 20 milímetros Sink.

    —Que bien "Bro" —respondió Oxio arruinándole el chiste al Cyber-joven, acto seguido, el antes nombrado refunfuñó. Él había pensado, que no se iba a saber el significado de la palabra, pero parecía haber fracasado.

...

    Elba caminaba sumida en una misión, encontrar la pelota del furro, el cual caminaba a su lado con una gran carga de ansiedad, causada por la falta de su objeto favorito y su ubicación; un parvo, ceñido, lóbrego, fétido y asqueroso lugar.

    —¿Te pasa algo Corpa? —preguntó preocupada la bióloga.

    —No sé....

    —Estás triste por lo de la pelota ¿verdad?

    —Sí.

    —Tranquilo Corpa, la vamos a recuperar.

    —Gracias...

...

    —Está atardeciendo ¿Cierto? —preguntó Kimil plasmada en el delicado y difuminado cielo, color naranja, ámbar y escarlata.

    —Sip, está atardeciendo —contestó Xilva, que estaba sentada al lado.

    Kimil dejó de mirar el cielo y miró a la chica de tentáculos.

    —Gracias por salvarme...

    —De nada, después de todo es lo que las fugitivas hacen.

    —Yo no soy fugitiva ¿¡Vos sí!?

    —Sip, yo soy fugitiva, no te lo tendría que haber...

   — ¿Por qué eres fugitiva?

    Xilva le regaló una pequeña sonrisa a Kimil.

    —Algún día te contaré...

...

    Un goteo de agua, exaltó a Corpa y él muy nervioso guío a Elba hacia el origen del ruido, ¿cómo? mordiéndole el pantalón.

    —¡Ayyy! ¿Qué pasa Corpa? —preguntó Elba mientras era tirada de su pantalón.

    —sCUchO dn GoTEo —trató de decir Corpa —ID CREod QuE AHÍ puEdE StAR mI PeLoTA.

    —Dejá de morderme Corpa, es que no se te entiende. —El mitad perro soltó el pantalón de la bióloga y volvió a decir:

    —Escucho un goteo...— Volvió a decir el furro —...Y creo que ahí puede estar mi pelota.

    —Bien, entonces guíame, ¡pero sin babearme el pantalón!

    —Bueno. —Corpa se dirigió hacia donde provenía el ruido y Elba lo empezó a seguir.

    Después de caminar un rato, encontraron la pelotita de Corpa y algo más...

    Los investigadores y Niels.

   — ¡ATRÁPENLOS! —gritó el antes nombrado.

    —Adiós pelotita —dijo Corpa mientras corría.

    —No, no le dirás adiós, la voy a rescatar —peroró decididamente Elba antes de dirigirse a la pelotita.

    —¡ELBA!

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