CAPÍTULO NUEVE

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Jungkook estaba preparando un poco de café cuando Taehyung ingresó a la cocina. Ambos se habían duchado, y cuando había entrado a su habitación, Taehyung la había dejado en completo orden.

Escuchó la silla rodarse, y miró de reojo al mayor, quien se había sentado y jugaba con sus dedos por encima de la mesa. Llevaba puesto sus jeans, pero había tomado una de las camisas de Jungkook, dándole un aire más juvenil, sumándole además su desordenado y húmedo cabello rizado.

Sirvió dos tazas de café, —aunque la del contrario tenía leche— y dejó una al frente de Taehyung, tomando asiento en otra silla de la cocina para así quedar cara a cara. Mientras Jungkook miraba a Taehyung, al tiempo en que bebía de su café, el mayor jugaba con la taza, sin levantar la cabeza.

—¿No quieres? No es café solo, tiene leche.

Taehyung negó. —No quiero.

Jungkook tomó la taza y la apartó de la mesa, para seguir con su bebida. —Aún estoy molesto contigo.

—Lo sé... —murmuró el mayor, encogiéndose de hombros—. ¿Podemos hablar? ¿O prefieres hacerlo luego?

Jungkook entrecerró los ojos, y tarareó una respuesta afirmativa, bebiendo de su café sin quitar la vista de Taehyung. Este último suspiró, y subió por fin la mirada, uniéndola con la del contrario.

—Lamento mucho lo que te dije. Estuve pensando en lo que me dijiste, y tienes razón. La última vez que estudiamos juntos no te fue bien, y es comprensible que hayas buscado otras alternativas para salir mejor —hizo una pausa, y bajó nuevamente la mirada—. Sé que te digo que no te sientas inseguro a mi lado, que yo te escogeré siempre, pero la verdad es que yo también tengo miedo, Jungkook, porque tú eres joven, y a penas estás empezando a vivir tu vida. Tengo miedo de que te des cuenta de que soy mayor para ti, y que te aburras de estar a mi lado. Que encuentres a alguien con quién sí puedes hacer cosas de tu edad y decidas alejarte.

Jungkook alzó una ceja. —¿Y pensaste que te dejaría por una mujer incluso mayor que tú?

—Soy un tonto, lo sé.

Taehyung lucía totalmente derrotado, y Jungkook no pudo sentir enojo contra él. Es decir, sí, le molestó todo lo que sucedió, y cómo actuó Taehyung en aquel momento, pero sus inseguridades lo acarrearon a eso. Jungkook siempre pensaba que Taehyung merecía alguien mejor que él, un chico de apenas diecinueve años recién cumplidos, pero nunca se detuvo a pensar que Taehyung pasaba por las mismas inseguridades, pensando que lo reemplazaría en cualquier momento.

—Yo nunca pensé en ti como uno de esos chicos que va de profesor en profesor —agregó Taehyung, subiendo la mirada—. Quizás en el momento se dio a entender, pero jamás pensaría eso de ti. Tenía celos, de que sea Jieun la que ahora te ayude como yo lo hacía, y me sentía un tonto porque yo mismo ocasioné eso al no ayudarte como debía.

—Tú no tienes la oblígame de ayudarme, Taehyung —dijo Jungkook con suavidad—. También fue mi culpa, ¿Sabes? Porque yo mismo fui quien siempre te buscaba y por eso asumes que es tu responsabilidad, pero no es así. Eres mi novio, y claro que me ayudarás cada vez que puedas, pero es eso, cada vez que tú tengas la posibilidad me ayudarás, y no me molestaré por eso.

—Lo entiendo —suspiró.

—En tu trabajo te explotan lo suficiente como para también ser una carga yo.

Taehyung frunció el ceño. —Tú nunca has sido una carga para mí, Jungkook. No vuelvas a decir algo así.

Una leve ráfaga de alivio cubrió a Jungkook cuando escuchó a Taehyung decir eso. Tzuyu había logrado calar en su mente, y una parte de él necesitaba escuchar que Taehyung no pensaba lo mismo.

—¿Qué hay con lo de Tzuyu?

—Oh, sobre eso. Hablé con ella hoy en la mañana. Yo no sabía que ella te había contestado el teléfono porque en ese momento estaba dormido, pero cuando en la mañana miré el registro de llamadas, me di cuenta de que había una en la cual tú me habías contestado, y no tuve que ser adivino para saber que habías hablado con ella.

—No me gustó eso, Taehyung —Jungkook se apoyó en el respaldo de la silla y se cruzó de brazos—. Ayer quería hablar contigo, solucionar las cosas, y el hecho de que me contestara ella simplemente me hizo enfadar más.

—A mi tampoco me gustó y se lo dije. Debía pasarme el teléfono a mi, sin importar que ya estaba dormido o no.

—Le hiciste caso, en no irme a buscar. ¿Acaso ella manda en tus decisiones? Ella te dice que no vayas por mí, y tú lo haces, ella te dice que no me llames más y descanses y tú lo haces —alzó una de sus cejas con seriedad—. Anoche esperé por tu llamada, y lloré como un imbécil por ti.

—Jungkook, créeme cuando te digo que hablé con Tzuyu y le reclamé el haberte contestado, incluso me pidió disculpas y planea pedirte disculpas a ti por haberlo hecho —el menor rodó los ojos y desvío la mirada—. Me molestó que no me comentara nada, aún cuando ella misma sabía lo preocupado que estaba por ti.

Jungkook movió su pierna de arriba a abajo con rapidez, sintiendo la furia recorrer su cuerpo. ¿Planeaba pedirle disculpas? ¡Era tan hipócrita! Luego de haberle dicho lo que le dijo estaba más que claro que no lo quería cerca, pero claro, era obvio que no le demostraría lo mismo a Taehyung. Se sintió frustrado, porque estaban sucediendo cosas y el mayor no se daba cuenta.

—Que no vuelva a suceder, Taehyung —dijo, volviendo su mirada al contrario—. No quiero volver a llamarte y que me conteste alguien que no seas tú.

—No sucederá otra vez, lo prometo.

Jungkook asintió, y se levantó de su asiento hasta el fregadero para comenzar a lavar su taza. Dio un respingo en su lugar cuando sintió los brazos de Taehyung rodear su cintura, y apoyar su barbilla en su hombro, muy cerca de su cara. —¿Aún sigues molesto conmigo? —preguntó en un murmuró, y lo miró de reojo para encontrarse la expresión abatida del mayor.

Chasqueó la lengua. —Eres un imbécil y te comportaste como uno... pero ya no estoy tan molesto contigo.

Taehyung sonrió, mostrando su sonrisa cuadrada y apretó un poco más a Jungkook entre sus brazos. —¿Me das un besito?

—No.

—¿Ah? ¿Por qué? —berreó, tomando la cintura de Jungkook y girándolo para estar frente a frente—. No he recibido un beso tuyo en dos días, casi tres. ¡Eso es mucho para mí!

Jungkook apretó sus labios, reprimiendo la sonrisa que quería salir. —¿Después de todo lo que hiciste crees que te mereces un beso?

—No, pero nada me cuesta rogar. Anda, bebé, déjame besarte.

Taehyung abultó sus labios y cerró sus ojos con fuerza, dándole una imagen muy adorable y graciosa a Jungkook. Habían veces en la que el menor parecía Taehyung y no él. Sin darse mucho de rogar, —y porque él también lo quería— tomó las mejillas de Taehyung y unió sus labios en un corto beso, aunque el mayor sonrió en grande cuando se separaron y no tardó mucho en volver a unirlos en otro beso mucho más largo e íntimo.

Movían sus labios con sincronización, y se abrazaron para estar más juntos. Tres días fueron suficientes para extrañarse como nunca. Taehyung tomó las piernas de Jungkook, alzándolo y cargándolo.

—¿Qué haces? —preguntó Jungkook separándose del beso, y sosteniéndose de Taehyung.

—Voy a hacerte el amor —respondió Taehyung besando su mejilla—. Sí me gustó lo que hiciste antes, y podemos repetirlo otro día, pero por ahora solo quiero besarte mucho y dedicarte todo el tiempo del mundo para demostrarte lo mucho que te amo.

Jungkook sonrió, con sus mejillas sonrojadas, dejándose llevar por Taehyung de nuevo a su habitación.

Dos semanas después.

—Cuanto ruido —se quejó Lisa, mirando a su alrededor con desagrado—. No se pueden callar la puta boca o qué.

—Cálmate, fiera —dijo Yugyeom, colocando una mano sobre el hombro de la chica—. Es el último día de clases, hasta yo estoy emocionado.

Luego de un trimestre algo catastrófico y estresante, por fin había llegado a su fin. Los tres chicos, —Yugyeom, Lisa y Jungkook— habían terminando con todas sus evaluaciones y exámenes, obteniendo buenas calificaciones y la tranquilidad de tener unas vacaciones libres de recuperativos.

Se encontraban en el auditorio de la universidad para recibir una charla dirigida por Taehyung, aunque esto solo lo sabía Jungkook. Estaba emocionado, y ya quería saber de qué trataría el tema que su novio iba a hablar con todos los alumnos.

Estaba jugando con su teléfono, cuando muchos jadeos de asombro y murmullo se escucharon por el lugar. Sonrió de lado, sabiendo que Taehyung daba ese impacto a las personas cada que entraba a un sitio. Levantó la mirada, y quedó sorprendido, sintiendo su sonrisa desaparecer lentamente.

Taehyung iba vestido con un traje negro en su totalidad y entallado a su figura, con sus oscuras hebras peinadas hacia atrás, dejando ver su frente. Detrás de él venía Tzuyu, con un vestido de igual color, tacones altos y su pelo peinado en una estilizada cola alta. Llevaba maquillaje, y se veía sumamente elegante en el lugar.

Todos tienen sus mirada fijas en los dos adultos que entraron en el auditorio, y es que ambos se miraban imponentes, y atractivos a la vista. Robándose todas las miradas de las personas que ahí se encontraban.

Sintió un leve golpe a su costado, y miró a Lisa, quien al igual que Yugyeom que se encontraba al otro lado de la chica, lo miraba sumamente preocupados e interrogantes.

—¿Es Tzuyu, no? —preguntó y Jungkook asintió, volviendo su vista al frente, mirando como Taehyung y la mujer arreglaban un par de hojas y demás instrumentos que utilizarían para la presentación—. ¿Tú sabías que ambos estarían aquí?

—S-solo sabía de Taehyung —respondió sin quitar su mirada de los otros dos.

—Bien, quizás y solo fue cosa de último minuto. No nos exaltemos —dijo Yugyeom, intentando mantener la calma en el asunto—. No creo que sea capaz de hacer algo aquí, así que despreocúpate. Igual todos en la universal saben que tú y Taehyung tienen algo.

Jungkook simplemente asintió, pero no de manera segura. Miró a los demás alumnos, encontrando a algunos tomando fotos de la bonita mujer, y murmurando cosas que posiblemente eran sobre ella. Y es que no podía negarlo, Chou Tzuyu era una mujer bellísima, y al igual que Taehyung se robaba las miradas de todos al llegar a un lugar. Todos estaban embelesados por ella, y los entendió. Una mujer de figura fina y estilizada con un rostro simétrico y agraciado. Era comprensible que todos la miraran como lo hacían.

—Hey, Kook —llamó Yugyeom, y Jungkook lo miró. El chico señaló hacía el pequeño escenario—. Te buscan.

Miró hacia el lugar, y una sonrisa tonta salió de sus labios al encontrar a Taehyung mirarlo fijamente. El hombre le guiñó un ojo, y levantó sus dedos índice y pulgar para regalarle un corazón. Jungkook devolvió el gesto, riendo enternecido. Desvió su mirada, y se encontró con la de Tzuyu. La mujer sonrió sin mostrar sus dientes, y sacudió su mano a modo de saludo. Estuvo tentado a no responderle, pero se abstuvo de hacer algo malo y correspondió el saludo.

—Que hipócrita de mierda —Lisa rodó los ojos y se cruzó de brazos—. Yo tú le hubiese sacado el dedo.

—Pero Taehyung lo iba a ver —agregó Yugyeom—. Kook hizo bien. Tratarse bien cuando está Kim, y sacar los cuchillos a solas.

Jungkook rió por ese comentario. —Nada de cuchillos. He decidido que la ignoraré, igual ya tiene una falta con Taehyung.

Lisa y Yugyeom lo miraron interrogantes, pero Taehyung parecía a punto de empezar con su charla. —Nos contarás después qué sucedió —dijo Yugyeom, y los tres se dispusieron a prestar atención.

—Buenas tardes, jóvenes —la voz de Taehyung, gruesa y baja, resonó por todo el lugar, llamando la atención de todas las personas—. Mi nombre es Kim Taehyung, para los que no me conocen. Soy un alumno egresado de esta institución en la carrera de derecho, y suelo dar charlas o suplencias cuando es necesario.

Taehyung miró a Tzuyu, y la mujer dio un paso al frente, posicionándose al lado del otro, y acomodando su micrófono inalámbrico sobre su boca. Miró por todo el lugar, y sonrió.

—Buenas tardes, mi nombre es Chou Tzuyu, licenciada en idiomas y piloto de avión —varios jadeos se escucharon por el lugar, y no pudo evitar sonreír un poco más grande cuando los escuchó—. Ambas carreras las estudié en Taiwán, mi país de origen, y regresé aquí a Corea hace un mes aproximadamente. Luego de enviar mi currículum a varias aerolíneas, fui aceptada la semana pasada y comenzaré a trabajar en el mes de enero —los aplausos no se hicieron esperar, y Tzuyu les agradeció a todos por el gesto.

—¿Tú sabías que ya tenía trabajo? —susurró Lisa, y Jungkook negó.

—No he sabido de ella en días.

—Mira el lado bueno, ya tiene trabajo y se irá pronto —intervino Yugyeom, susurrando de igual modo.

—Comenzará en enero —Jungkook hizo una mueca con los labios—. Aún debe reunir para tener su propio departamento.

Bien, el lado bueno no era tan esperanzador.

—Quiero aclarar que sé de derecho lo mismo que ustedes saben de ingeniería petroquímica —la mujer miró a todos y se encogió de hombros—. Absolutamente nada, ¡Pero hey! Por suerte solo vengo de apoyo para Taehyung que sí sabe de esto.

Varias risas se escucharon por el lugar, y Jungkook rodó los ojos, no encontrándole lo divertido. Aunque parecía que a Taehyung sí le dio gracia el comentario, ya que negaba divertido.

—Doña comedia, cuidado mata a alguien de la risa.

Lisa y Jungkook taparon sus bocas, aguantando la risa por el comentario de Yugyeom.

—En esta ocasión no hablaremos sobre la carrera de derecho, o alguna materia relacionada —Taehyung volvió a tomar la palabra—. Muchos están en su último año, otros están cercanos a terminar, pero lo que sí tienen en común es que deben comenzar a pensar en el futuro.

»Cuando empezamos una carrera universitaria siempre existen las mismas dudas e interrogantes; "¿Será facil?", "¿Realmente me gusta o descubriré que no?", "¿Me irá bien?". Y a medida que vamos avanzando con los estudios, estás interrogantes van siendo respondidas una a una.

Taehyung paseó su mirada por todos los estudiantes. »Sin embargo, en este punto de sus estudios surgen otras interrogantes; "¿Podré ejercer mi carrera?", "¿Podré vivir de ella?", "¿Conseguiré trabajo?". Porque el miedo está ahí. Mientras estudiamos no nos preocupamos tanto por esto, pero al llegar a la meta final es cuando comenzamos a tomar en cuenta estas situaciones.

—Estas dudas siempre están —intervino Tzuyu—. Es decir, en una promoción se gradúan cuarenta abogados, treinta médicos, veinte pilotos, y es ahí que nos damos cuenta que existen muchas más personas que comparten nuestra profesión, pero el factor dominante es el sobresalir y creer en nosotros mismos. Confiar en nuestros conocimientos, y salir adelante gracias a ellos.

»Existen compañeros entre ustedes que no les gusta esta carrera, no necesito que me lo digan para saberlo. Pueden variar las circunstancias; padres exigentes, miedo de no poder sobrevivir de lo que realmente quieren, o el hecho de que no sabían que estudiar y tomaron esta carrera. A esas personas quiero decirles, que tienen todo el tiempo del mundo. Aún pueden empezar de cero, y hacer lo que de verdad quieran, y sí no lo saben, aún tienen tiempo para descubrirlo. Chicos, jóvenes y adultos presentes, aún tienen la oportunidad de que sus vidas tomen el curso que desean, y vivan como sus corazones dicten.

La conversación fluyó de manera orgánica, y parecía como si Taehyung y Tzuyu habían organizado muy bien el tema a tratar. La charla estaba siendo dinámica, y todos los estudiantes se veían genuinamente interesados en el tema. Luego de tantas clases, era refrescante para todos escuchar a dos personas que tenían la intención de orientarlos para el futuro.

Y aunque al principio Jungkook estaba prestando atención, cautivado por las palabras de Taehyung y Tzuyu, no pudo evitar pensar en lo bien compaginados que estaban, y lo bien que lucían juntos. Sus ideas estaban conectadas, y parecían leer la mente del otro al momento de hablar.

Pero Jungkook no era el único que lo había notado, puesto que desde su asiento podía escuchar claramente los comentarios malintencionados de sus compañeros, opinando de lo genial que lucían Tzuyu y Taehyung en ese momento. Los podía escuchar, a cada uno de ellos, decir con emoción lo lindo que se verían juntos, y un sinfín de cosas más que calaban profundo en la mente y corazón de Jungkook.

Por eso, sin soportarlo más, tomó su mochila y se levantó del su asiento, saliendo del auditorio sin mirar atrás e ignorando los bajos llamados de sus amigos. Caminaba por los pasillos de la universidad, con los latidos de su corazón acelerados, y sintiendo una suave presión en su garganta.

¿Por qué? ¿Por qué debían decir esas cosas? ¿Por qué tuvieron que llenar su mente con más inseguridades? Estaba harto, hastiado de sentirse intimidado por Tzuyu. Siempre que creía que estaba un paso adelante, ella sin esfuerzo corría kilómetros lejos de él. ¿Por qué lo hacían sentir diminuto a su lado?

Su vista estaba algo borrosa, y apresuraba el paso para irse lo más rápido posible, pero una mano tomó su brazo y detuvo su andar, girándolo y teniéndolo cara a cara.

—Jungkook... —susurró Jieun, mirando al chico con preocupación. Era la primera vez que lo veía en aquel estado—. ¿Sucedió algo?

—E-estoy bien, yo debo irme.

—No puedo dejarte ir así. Mira nada más cómo estás, pareces tener un ataque de ansiedad —la mujer tomó sus manos, y sobándolas un poco—. Necesitas calmarte antes.

Jungkook iba a negarse, pero las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, y no pudo soportarlo más, cubriendo su rostro y comenzando a sollozar.

Jieun se sintió aún más preocupada, y guío al chico hasta la sala de profesores, que por suerte estaba vacía. Se sentó a su lados, y acarició la espalda de Jungkook, intentando calmar aquel doloroso llanto que su alumno tenía.

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