Capitulo 6 (El apetito de una Diosa)

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Se me quedó una duda... ¿La Gran Devoradora se hará más grande si le dan agua? Porque imaginense que en lugar de haber ido a Ninjago, se hubiese ido al mar.

La Gran Devoradora es la única del verso que se hace más fuerte al meterse la verdadera espada de Lloyd en la boca

Lloyd: *Se hace legal* El que perdona murió en la cruz *Viendo a La Gran Devoradora*

Lloyd: Que hermosa mujer
Kai: Lloyd... eso es una serpiente
Lloyd: Ella quiere hijos
Kai: Eso es una serpiente
Lloyd: La más divina que he visto
Kai: Lloyd, ¿Te estás escuchando?
Lloyd: Le mostaré mi verdadera espada

Lord Garmadon: Lloyd
Lloyd: Lo haré, padre, lo haré
Lord Garmadon: ¡Espera, Lloyd! ¡Eso es una serpiente!
Lloyd: Ella conocerá mi verdadera espada *Salta épicamente hacia La Gran Devoradora*
Lord Garmadon: ... Pero si el no tiene espada

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¿Que fanfic de Ninjago quieren que actualice?

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Esto es un capitulo de relleno, saqué la idea de este capítulo mientras veía un video de Reddit sobre los pendejos que creen que animales carnívoros pueden sobrevivir comiendo plantas

Narrador Omnisciente

Era una oscura noche cuando Kai, Jay, Zane y Cole se encontraban frente a una imponente prisión. La luna apenas dejaba filtrar su débil luz, creando una atmósfera de misterio y tensión.

Jay miró a sus compañeros con confusión y preguntó: "¿Qué estamos haciendo aquí?". Su voz mostraba su desconcierto y curiosidad.

Zane, siempre serio y analítico, tomó la palabra y respondió con voz grave: "Numerosos prisioneros peligrosos han estado desapareciendo misteriosamente. Estamos aquí porque lo que los está haciendo desaparecer podría representar una amenaza para los inocentes". Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de preocupación y determinación.

Cole, siempre atento y perceptivo, notó algo moverse en la oscuridad y dijo con seriedad: "Creo que lo veo". Su voz era apenas un susurro, pero los demás captaron su inquietud.

Los cuatro ninjas observaron asombrados cómo algo invisible, creaba un pequeño agujero en el muro de la prisión utilizando un potente ácido. El misterio se desvelaba ante sus ojos, dejándolos perplejos y alerta.

De repente, la figura invisible se hizo visible ante ellos. Era La Gran Devoradora, la temible diosa serpiente envuelta en un aura de oscuridad y malicia. Su presencia era tan imponente como aterradora.

Kai, lleno de desconfianza y resentimiento, gruñó con desdén: "Sabía que no podíamos confiar en esa serpiente". Sus palabras reflejaban su profundo desprecio hacia la malvada deidad serpentina.

Jay, Cole, Kai y Zane observaban con incredulidad mientras Lloyd se adentraba en el agujero que la Diosa Serpiente había creado en el muro de la prisión.

Con el corazón en la boca, esperaron ansiosos a que Lloyd regresara. Después de lo que pareció una eternidad, finalmente emergió de aquel oscuro agujero, llevando consigo a los tres prisioneros.

La Gran Devoradora se agitaba con anticipación mientras los prisioneros eran colocados frente a ella. Con movimientos rápidos y precisos, la serpiente comenzó a devorar a los prisioneros uno a uno, sus fauces afiladas y letales cerrándose alrededor de sus cuerpos.

Jay no pudo evitar hacer un comentario sarcástico para romper la tensión. "Al menos Lloyd es responsable alimentando a su mascota", dijo entre risas nerviosas. Sin embargo, su humor no lograba ocultar la preocupación que sentía por la situación.

Zane reflexionó en silencio por un momento antes de hablar. "Lo que hace Lloyd al alimentar a La Gran Devoradora es purificarla, pero eso no cambia el hecho de que sus instintos de serpiente aún están presentes", dijo con seriedad, su voz llena de preocupación por las consecuencias de esa conexión entre Lloyd y la criatura.

Kai suspiró profundamente, mostrando su resignación ante la difícil tarea que les esperaba. "Mañana tendremos que hablar con Lloyd. Necesitamos asegurarnos de que esté tomando las precauciones necesarias", expresó con un tono de voz cargado de responsabilidad.

{Día siguiente}

La Gran Devoradora está dormida debajo del sofá. Lloyd, Kai, Zane, Cole y Jay entraron en el departamento con expresiones serias en sus rostros. Parecían estar cargando con un peso en sus hombros, y todos se sentaron en el sofá en un intento de aliviar la tensión que se había acumulado.

Lloyd, confundido por la atmósfera sombría, miró a sus amigos con curiosidad. "¿Qué pasa?" preguntó, tratando de entender la razón detrás de su actitud.

Cole, adoptando una postura firme mientras cruzaba los brazos, se dirigió directamente a Lloyd. "Niño, ya sabemos lo que estás haciendo para mantener a raya el hambre de tu mascota", dijo con una seriedad inquebrantable en su voz.

Lloyd asintió lentamente, reconociendo la afirmación de Cole. "Sí, es cierto. Dejo que ella se alimente de varios criminales a la semana", respondió con una sorprendente calma, como si estuviera hablando de un hábito común.

La declaración de Lloyd dejó a Jay en estado de shock. "¡Lloyd! ¿¡Te estás escuchando!?" exclamó incrédulo, incapaz de comprender cómo su amigo podía tomar algo tan macabro con tanta naturalidad.

Lloyd, sin inmutarse por la reacción de Jay, explicó su perspectiva sin darle importancia. "La Gran Devoradora puede ser una diosa, pero sigue siendo una serpiente. No puedo evitar que sus instintos más primitivos salgan a flote", dijo con una sinceridad desarmante, como si estuviera tratando de justificar su decisión.

Kai con una expresión de sorpresa en su rostro habló. "Lloyd, no puedes estar alimentando a tu mascota con personas", exclamó Kai, su voz llena de incredulidad. "Pueden ser criminales, pero eso no significa que esté bien", agregó, mostrando su desaprobación ante la situación.

Lloyd volteó hacia la ventana, como si estuviera buscando una respuesta en el horizonte. "He intentado darle comida que no esté viva, pero simplemente no le gusta", admitió, con una expresión derrotada en su rostro. "Les repito, La Gran Devoradora es una serpiente, le encanta sentir cómo esos criminales se retuercen en su garganta", dijo con una naturalidad que dejó a todos boquiabiertos.

Zane interrumpió a Lloyd. "Creo que ya has compartido suficiente información", dijo con tono serio, tratando de mantener el equilibrio y la compostura en la situación.

Cole miró a Lloyd con seriedad y dijo: "Debes buscar otra forma de alimentar a esa serpiente". Sus palabras resonaron en el aire, llenas de preocupación y responsabilidad. Sabía que era necesario encontrar una solución más ética y segura para satisfacer las necesidades de La Gran Devoradora.

Lloyd observa detenidamente cómo Kai, Zane, Cole y Jay salen del departamento. Suspira profundamente mientras sus ojos siguen fijos en la puerta, sintiendo una mezcla de melancolía y desafío.

"Amiga, me lo pones muy difícil", murmura Lloyd en voz baja. En ese momento, ve cómo La Gran Devoradora emerge de debajo del sofá, mostrando señales de haber despertado recientemente. Sus ojos se encuentran con los de la majestuosa Diosa Serpiente, y una chispa de complicidad y afecto se enciende en su mirada.

Lloyd no puede evitar sonreír ante la presencia de su querida Diosa. Acaricia suavemente la imponente cabeza de La Gran Devoradora, sintiendo la suavidad de sus escamas y la calidez de su presencia. "No puedo enojarme contigo, mi querida Diosa", murmura Lloyd con ternura, expresando su profundo cariño hacia su fiel compañera.

La Gran Devoradora responde a las caricias con una sonrisa, disfrutando plenamente de la atención y el afecto de Lloyd. Su lengua bífida se desliza suavemente, mostrando su aprecio y lealtad hacia su joven amo.

Lloyd suspira nuevamente, esta vez con un dejo de preocupación. "Amiguita, sé que tus instintos de serpiente están aflorando, pero te pido que controles tus impulsos mientras hablo con mi padre", le ruega Lloyd a su leal mascota. Sabe que La Gran Devoradora es un ser poderoso y salvaje por naturaleza, pero también confía en su capacidad para comprender su petición.

La Gran Devoradora, obediente y comprensiva, se encarama al sofá y se acomoda con elegancia. Sin perder detalle, se acomoda para ver la televisión. Mientras tanto, Lloyd se despide de su fiel amiga con una última mirada llena de cariño antes de abandonar el departamento.

{Aeronave}

Lord Garmadon avanzó lentamente hacia su hijo, Lloyd, con una curiosidad evidente en su mirada. "¿Qué quieres, hijo?" preguntó con cautela, expectante por saber cuál era la razón de la preocupación de su hijo.

Lloyd apartó la mirada, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus hombros. "La Gran Devoradora ha desarrollado un apetito voraz nuevamente, esta vez por las personas y las estructuras. Esto último creo se debe a que hay personas dentro de dichas estructuras", informó a su padre, tratando de transmitir la gravedad de la situación.

Lord Garmadon observó a su hijo con sorpresa, asimilando la información que acababa de recibir. "Afortunadamente, estoy aquí en el aire", dijo con ironía, reconociendo la ventaja de su posición. Luego, su tono se volvió serio mientras hablaba con Lloyd. "Lloyd, tú la adoptaste y tú la controlas. Tienes el poder de influir en ella", le recordó, señalando la importancia de su papel en esta crisis.

Lloyd se volvió hacia su padre, buscando su apoyo y orientación. "Papá, por favor, necesito tu ayuda", suplicó con un tono lleno de desesperación y determinación.

Lord Garmadon suspiró, comprendiendo la angustia de su hijo. Sabía que tenía que encontrar una solución rápida y efectiva para lidiar con la situación. "Dale poder dorado, eso la calmará", sugirió, ofreciendo una solución aparentemente sencilla a Lloyd. Era consciente del poder del poder dorado y de cómo podía influir en la Gran Devoradora, brindando una oportunidad para mitigar su voracidad y proteger a Lloyd.

Lloyd observa a su padre con sorpresa en sus ojos. Sus cejas se fruncen mientras lucha por comprender lo que acaba de escuchar. "¿Me devolverás las armas doradas?" pregunta, su voz llena de incredulidad.

Lord Garmadon niega con rotundidad, manteniendo su mirada fija en su hijo. "No, las robé limpiamente", responde con un tono desafiante, dejando claro que no tiene intención alguna de entregar la preciada arma.

Justo en ese momento, la Gran Devoradora emerge sigilosamente detrás de Lloyd y Lord Garmadon. La imponente Diosa Serpiente abre su boca, revelando colmillos afilados y goteando con veneno letal. La atmósfera se tensa mientras el peligro se cierne sobre ellos.

Lord Garmadon retrocede instintivamente, pero no puede evitar soltar una broma sarcástica en medio de la tensión. "Bueno, al menos tu mascota te pide permiso para ir a comer personas", dice con un toque de humor oscuro, intentando aliviar la situación.

Lloyd, desesperado por encontrar una solución, busca los ojos de su padre. "Papá, por favor, necesito las armas doradas", suplica, su voz temblorosa de angustia. Sabe que su destino y el de vidas no inocentes están en juego.

Lord Garmadon suspira, comprendiendo el peligro inminente que enfrentan. Aunque está renuente a ceder su poderosa arma, intenta encontrar una alternativa. "Usa tu poder verde, Lloyd", sugiere finalmente, su voz cargada de negación. "Es similar al poder dorado, y eso solía tranquilizarla antes", agrega, negándose a entregar su Mega arma, consciente del poder que alberga en su interior.

Lloyd se acerca cautelosamente a La Gran Devoradora, su corazón latiendo aceleradamente en su pecho. A pesar de su tamaño imponente y sus colmillos afilados, Lloyd sabe que esta criatura no le hará daño intencionalmente. Ambos han desarrollado una conexión especial a lo largo del tiempo, una que va más allá de la comprensión humana.

La Gran Devoradora, con sus ojos penetrantes y su lengua bífida, cierra su boca lentamente, observando a Lloyd con una mezcla de curiosidad y expectativa. Parece esperar algo de él, algo que solo él puede proporcionarle.

Con manos temblorosas, Lloyd se acerca aún más, sintiendo la suave textura de las escamas de la Diosa Serpiente bajo sus dedos. Su voz, llena de ternura y confianza, se eleva en el aire. "Tengo algo especial para ti, mi querida Devoradora", le dice, su voz resonando en el vasto espacio que los rodea.

La Gran Devoradora parece escuchar cada palabra de Lloyd, sus ojos brillando con una inteligencia sorprendente. Lloyd continúa, su voz llena de un ruego sincero: "Prométeme que si esto calma tu hambre, no te comerás a nadie más. No quiero que nadie más sufra por tu apetito insaciable".

La Diosa Serpiente, consciente de la honestidad en las palabras de Lloyd y deseando complacerlo, asiente con su cabeza majestuosa. Es como si entendiera el peso de su promesa y estuviera dispuesta a cumplirlo por el bien de su amigo.

Lloyd sonríe con gratitud y admira la magnificencia de La Gran Devoradora. Con cuidado, coloca sus manos a los lados de su cabeza, sintiendo la energía fluir entre ellos. Su poder se desata, envolviendo a la Diosa en una luz brillante y cálida.

La energía de Lloyd recorre el cuerpo de La Gran Devoradora, hasta la punta de la cola. La Diosa Serpiente emite sonidos de satisfacción, como si la energía de Lloyd la revitalizara y la llenara de una nueva fuerza vital.

La Gran Devoradora cierra lentamente sus ojos reptilianos, permitiéndose relajarse por completo después de haber sido saciada por el poderoso fulgor verde que emanaba de Lloyd. Cada célula de su enorme cuerpo se sentía revitalizada y satisfecha. Un aura de energía verde envolvía a la criatura.

Lord Garmadon se acerca a ellos con una sonrisa irónica. Con un tono cargado de sarcasmo, le dice a su hijo: "¿Ves, Lloyd? Tu dominio sobre el poder verde ha dado resultado". Sus ojos brillan con orgullo, consciente de la magnitud del poder que Lloyd ha alcanzado.

La Gran Devoradora, sintiendo la presencia de Lord Garmadon, decide reducir su tamaño imponente. Su cuerpo se enrosca suavemente alrededor del joven ninja, creando una especie de abrazo protector. A medida que se va encogiendo, se acurruca junto a Lloyd, dejando escapar un suspiro de satisfacción antes de quedarse profundamente dormida.

Lord Garmadon, contemplando la escena, no puede evitar soltar una risa irónica. "¿Quién lo diría?", murmura con humor. "La Gran Devoradora, una Diosa Serpiente tan temida por todos, ahora es tan dócil". Se da cuenta de la ironía de la situación y de cómo los roles han cambiado, pero no puede evitar sentir un atisbo de admiración hacia Lloyd por domesticar a la Diosa Serpiente.

Lloyd, sintiendo el sereno aliento de La Gran Devoradora y la suavidad de sus escamas bajo sus dedos, acaricia suavemente la cabeza de la serpiente. "Nos vemos, padre", murmura con un tono lleno de gratitud y determinación. Con un salto ágil y elegante, Lloyd se lanza desde la aeronave en la que se encuentran, dirigiéndose de regreso al Mojo Dojo, donde le esperan sus amigos y compañeros ninjas.

{Departamento}

Lloyd regresa al departamento, con La Gran Devoradora aún dormida y enroscada en su cuerpo. Su presencia imponente y majestuosa hace que todos los demás se detengan y lo observen con asombro.

Jay y Kai se encuentran absortos en su juego de consola, mientras Zane se ocupa de preparar el almuerzo. Cole, por su parte, está esperando pacientemente a que Zane termine de cocinar para ser el primero en satisfacer su apetito.

Al notar la llegada de Lloyd, los ojos curiosos de sus amigos se dirigen hacia él. Con una sonrisa en el rostro, Lloyd anuncia su regreso: "Ya volví", dice con una voz llena de entusiasmo y alegría.

Zane, siempre el más tranquilo y sereno del grupo, lo observa y no puede evitar preguntar: "¿Has logrado solucionar el problema de apetito de tu mascota?", manteniendo su calma característica.

Lloyd asiente con confianza, sabiendo que ha encontrado la solución perfecta para satisfacer el hambre insaciable de La Gran Devoradora. "¡Claro que sí! Un poco del poder verde y ya no tiene hambre", responde con diversión en su voz, consciente de la peculiaridad de la situación.

Cole, aunque algo preocupado, no puede evitar expresar su temor: "No quisiera ser la cena de esa cosa", murmura mientras sus ojos se posan en La Gran Devoradora.

Sin embargo, Lloyd se acerca a Cole, mirándolo con tranquilidad y confianza. "Tranquilo, le he enseñado a no comerse a nuestros amigos", dice con naturalidad, como si fuera algo completamente normal.

Kai, dejando a un lado el control de la consola, añade con cierta ironía: "No me sorprende en lo absoluto... para ti es fácil decir algo así, esa serpiente te ama".

Jay, con una sonrisa irónica en su rostro, agrega con humor: "Mientras Lloyd esté de nuestro lado, esa Diosa estará de nuestro lado".

Lloyd, acariciando cuidadosamente la cabeza de La Gran Devoradora para no despertarla, la elogia con calma y afecto. "Es una buena chica", murmura suavemente hacia la Diosa Serpiente, demostrando el vínculo especial que comparten.

Zane, siempre atento a las necesidades de los demás, sonríe y pregunta con calma: "¿Quieres algo de comer?".

Lloyd asiente con tranquilidad, reconociendo su propio apetito: "Claro, tengo hambre", responde de manera relajada.

...

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