Prólogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

  –¡No manches! –insultó una niña morena de unos 9 o 10 años.

  –¡Ronnie Anne! –gritó la madre de la niña–, ¡el vocabulario!

  –¿Hermana por qué te enojas? –preguntó su hermano mayor Bobby.

  –¿Por qué me enojo? ¡Sólo mira con quién sales! –apuntó al teléfono de su hermano, donde había una foto de una linda adolescente rubia que sonreía–, se nota a distancia que es de esas rubias descerebrada engreída que se la pasa usando su teléfono...

  –Oh vamos, ni siquiera la conociste. Ella es la mejor chica de mundo.

  –¡No me importa!

  Bobby suspiró.

  –Está bién, ¿qué te parece si mañana la conoces? Podemos ir por unos helados, ¿qué dices hermanita? –se agachó a la altura de su hermana y le acarició la cabeza.

  Ronnie hizó un puchero con los cachetes como tomates.

  –B-b-bueno, ¡pero sólo iré para demostrarte que no te merece! –aclaró para luego salir corriendo por la escalera hacía su habitación, a entrar dió un portazo.

  –Esa niña... –suspiró la señora.

  –No te preocupes mamá, cuando ella la conozca, sabrá que tan buena novia es –mencionó con una sonrisa.

  –Eso espero...

  Al día siguiente, tanto Bobby como Ronnie Ann estaban bien vestido. Eran como las 13:15, por suerte, a estar en vacaciones de verano, ellos no tenía por que preocuparse de asistir a clase. Mientras Bobby arreglaba correctamente a su hermana, se escuchó que alguien tocaba el timbre.

  –¡Debe de ser ella! –rápidamente, Bobby fué a abrir la puerta encontrándose con su novia.

  –¿Cómo te va Bubbybobosito? –preguntó tiernamente una chica rubia para después abrazar a Bobby.

  –Bien, ¿cómo te va a tí bebé?

  –Estupendo ahora que estoy aquí contigo –empezó a besarle toda la cara al chico.

  –¡Jajaja, basta bebé, me haces cosquillas!

  –¡No me detendré nunca!

  Entre risas y besos, una niña mirara fríamente todo. Ya cuando empezó a sentir que iba a vomitar por tanta cursilería, fingió tocer.

  –Ah, si, jeje. Bueno, Lori, te presento a mi Hermanita Ronnie Ann, Ronnie Ann, te presento a Lori.

  –¿Así qué tu eres Ronnie Ann? –sé empezó a acercar a ella–. Sabes, Bobby me habló mucho sobre tí –estiró su mano en forma de saludo–, mucho gusto y espero que nos...

  Antes de que terminara de hablar, la niña abofeteó su mano, para luego salir y quedarse esperando en la puerta.

  –¿Vamos a salir o qué? –preguntó tajante. Tanto cómo tanto su hermano y la chica se quedaron en shock.

  –E-eh si –respondió Bobby.

  Luego de unos minutos, se encontraba los hermanos Santiago y Lori comprando un helado.

  –Quiero dos de crema de Vainilla y uno de chocolate, por favor –ordenó Bobby.

  –Aquí tiene tus helados mocoso. Ahora largo –le dio los helados un señor con cara de pocos amigos.

  –OK, muchas gracias –el hombre simplemente arrancó el vehículo

  Bobby fué donde estaba su novia y su hermanita.

  –Acá están sus helados, uno de vainilla para tí –le dió la paleta a su hermana.

  –Gracias... –agradeció mientras seguía mirando fríamente a la novia de su hermano.

  –Uno de chocalete para tí.

  –G-g-gracias bubosito –agradeció Lori algo incómoda por cómo la miraba aquella niña.

  –Y uno de vainilla para mí.

  Se la pasaron comiendo el helado y conversando –aúnque los únicos que conversaban eran Bobby y Lori, Ronnie Ann sólo no le sacaba el ojo encima a Lori, cosa que incomodaba complementamente a Lori.

  –Oigan chicas, ahora necesito ir al baño, ¿me esperan?

  –Claro bubobosito.

  Cuando Bobby fué al baño, Ronnie Anne decidió al fin hablar.

  –Escucha, sé lo que tramas... ¡Así que si le haces algo a mi hermano, te juro qué...!

  –Espera, espera, espera, ¿qué rayos te sucede mocosa?

  –¡No te hagas la idiota maldita rubia oxigenada!

  –¡¿Cómo me llamaste?!

  –¡Oxigenada!

  –No sé qué te sucede mocosa, pero yo sólo vine a esta cita para pasarla bien con tu hermano. No entiendo por qué te enojas... ¡Ah, ya sé!

  –¿Qué ya sabes? 

  –Estás celosa.

  –¿Q-qué?

  –Tiene sentido. Sabes, yo también tengo un hermanito, y también es muy celoso con su hermanas, en especial con Lynn. Me acuerdo que una vez, ellos dos..

  Antes de que termina de hablar, Lori recibió la paleta de lleno en la cara, con helado y todo, haciendo que se le pegue.

  –¡Jajajajajaja! –se río fuertemente Ronnie Anne.

  –¡Maldita moco...!

  –Veo que ya empezaron a hablar –mencionó feliz Bobby a notar como las chicas que más quería se llevaban bien.

  –Eh... si –Lori se recompuso.

  –Tengo una idea Bobby, ¿qué tal si vamos a un restaurante.

  –Me parece una muy buena idea hermana, ¿que dices bebé?

–Me parece bien... –respondió aún limpiandose parte de helado.

  Cuando Bobby se adelantó, Ronnie Anne se acercó a Lori para decirle algo.

  –Pinche perra mal parida... –la insultó en español y en casi un susurro.

  Lo que Ronnie Ann no sabía, es que Lori si sabía español, gracias que aprendió por Bobby, así que a escuchar lo que ella dijo, quedó con su quijada hasta el piso.

  Cuando llegaron al restaurante, orderaron un menú común, y una Coca-Cola. Mientras comían, a Ronnie Ann se le ocurrió algo.

  –¡Ahhh! –exclamó de dolor Lori

  –¡¿Bebé que pasó?!

  –¡Ronnie Ann me pateó!

  –¿Eso es verdad Ronnie?

  –S-si, pero fue sin querer, es que tengo un tic nervioso, me pasa cada vez que conozco a personas nuevas –fingió avergonzarse.

  –Ohh, no te preocupes hermanita.

  Siguieron comiendo.

  –¡Ahhh! –gritó de vuelta Lori.

  –Tic nerviosa.

  Volvieron a comer, pero cuando Lori quiso servirse gaseoso, volvió a gritar.

  –Tic nerviosooo –dijo esta vez en tono melodioso.

  Siguieron comiendo, pero cuando Lori quiso agarra sal, volvió a gritar.

  –¡Ahhh!

  –Ups, perdóname bebé, está vez fui yo. Creo que también tengo un Tic nervioso.

  A terminar de comer, Bobby pagó la cuenta y saliendo del restaurante.

  –Tengo una idea –propuso Bobby–, ¿qué tal si nos sacamos una foto? Súbete a mi espalda Ronnie.

  –¿E-e-eh?

  –¿Acaso no quieres?

  En realidad, Ronnie Anne extrañaba demasiado que su hermano la llevara en sus hombros, pero obviamente no lo iba a demostrar.

  –Claro que no quiero..., pero... ya que insistes... –se subió a los musculosos hombros de sus hermano.

  Bobby le pidió a Lori que le sacara una foto. Cuando salió la foto, en ella se veía a un Bobby muy contento, pero a una Ronnie Anne amargada, lo que ellos no sabían, es que Ronnie disfrutó demasiado eso, pero obviamente no lo iba a demostrar.

  N/A

  Bueno, tal vez Ronnie Anne no me cae muy bien, bah, el único Casagrande que me cae bien es Bobby, aún así, la razón por la que hago esta historia, es porque... nadie más hizo un fanfic que cuente la historia de Ronnie Ane a conocer a Lori –eso espero, y así que si alguien más lo hizo, avisen para denunciarlo por Copyright prematuro–.

 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro