-¿Q-que has dicho?- susurra el mayor, poniendo una de sus manos en su pecho. La morena se alarma, y corre a auxiliarlo.

Con esa simple acción Timoteo se calmó, ya que vio en los ojos de la chica una genuina preocupación.

-Nono, por favor cálmese, le explicaré todo.

En cuanto el octagenario se calmó, la chica le contó todo lo que pasaba, y el motivo de las acciones de sus compañeros.

Nono escucho estupefacto, y decidió ayudarlos. Lo primero era hablar con Bermuda, ya que si las cosas eran así, necesitarían la ayuda de los que castigan, a los que la ley común no puede.

La chica se retiró del despacho, y mando un mensaje a los demás, y los puso al tanto. Había llegado el momento de hacer el movimiento más importante.

Mientras la chica hablaba con su jefe, Nono convocó a sus guardianes y les explicó la situación.

-Nececito que investiguen a las familias que se oponen. Tambien preparen todo. Adelantaremos la sucesión, será dentro de una semana.

Los guardianes asintieron, y se retiraron a hacer lo que al parecer, sería su última misión.

Mientras tanto...

En cuanto el avión toco tierra, la intuición del castaño se activó. Algo estaba por comenzar.

Apenas había caminado unos pasos lejos él avión, cuando fue abrazado por un joven de cabellos rojos, cayendo al piso.

-¡Tsuna-kun!- Enma Kozato, Décimo jefe de la famiglia Shimon.

-¡Enma-kun!- el castaño estaba sorprendido, no se imagino que su mejor amigo iría a recogerlo.

-Jajajaja, cálmate Enma, deja al pobre respirar - dijo entre risas un rubio de ojos cafés, y varios tatuajes. Era Dino Cavallone, y cerca de él, su fiel mano derecha, Romario.

-¡Dino-san!- el castaño estaba asombrado, aunque le alegraba el verlos. -¿Que hacen aquí?

-Nono nos aviso que hoy llegabas a Italia- le contestó Enma, ayudando a levantarse a su amigo -así que Dino y yo vinimos a recogerlos

Tsuna les sonrió como solo él sabe, y después de que sus guardianes saludaran a ese par, y una bromas por parte de Reborn, subieron a una limosina que los llevaría hasta la mansión.

El viaje fue "normal" para Tsuna, léase como amenazas, gritos varios, kufufufu, kamikorozu, y disparos.

Al llegar a la mansión Vongola, los chicos la admiraron bastante sorprendidos.

La mansión parecía más un castillo y el pequeño bosque que lo rodean daban una imagen espectacular.

Mientras la décima generación admiraba lo que sería su nuevo hogar, el ex arcobaleno noto que había un gran movimiento, Tanto de sirvientes, como de seguridad.

Al bajar de la limosina, fueron recibidos por una reverencia de parte de los que estaban en ese momento en la entrada. De esas personas, uno se les acerco.

-Décimo, bienvenido a Italia - de unos 40 años, cabello rojizo con algunas vetas canosas, ojos verde oliva, le hacia una reverencia llena de respeto. - Me llamo Mario Giaccometi. Soy el mayordomo principal de la mansión Vongola.

-¿Eh? - el castaño aun no está acostumbrado a ese tratamiento, sin embargo, la mirada de su tutor le demostraba que lo haría ver el infierno si se comportaba como un dame- Gracias, es un gusto conocerlo.

El hombre se dio la vuelta, mientras les decía que los llevaría a sus habitaciones para que descansaran hasta la hora de la cena, aunque le dijo a Reborn que Nono quería verlo.

El sicario asintió, y sin decir nada, se dirigió al despacho de Nono.

Tocó la puerta, y tres un suave "pase", abrio la puerta, encontrándose con Nono, sus guardianes, y dos personas más, un hombre y una mujer. Cabe destacar que la chica iba vestida como una de las empleados de la mansión.

-Hola Reborn, que bueno que llegaste - el azabache ve que los reunidos tienen un semblante serio - cierra la puerta, tenemos un serio problema.

-¿Es sobre Akatsuki?- pregunta serio, enojándose con los extraños, ya que soltaron una leve risita -¿que es tan gracioso?

-Lo siento mucho, es solo que nos tienen por unos asesinos sanguinarios - le responde el joven de tez muy oscura.

Los ojos del asesino se abren sorprendidos, si lo que escucho es cierto...

-¿¡Que significa esto Nono!?- grita al tiempo de convertir a León en su amada Glock.

-Cálmese Reborn-san, resulta que nosotros estamos aquí para ayudarlos.

El sicario baja su arma, pero no baja por completo la guardia.

-Bien, soy todo oídos.

-Bien, mi nombre es Zak Do'Urden, soy el lider de Akatsuki, y ella es mi mano derecha, Tarja Lewis.- comienza presentándose a él y a su acompañante.  - le contare el porque de nuestra presencia aquí, y le pedire que por favor no me interrumpa.

Reborn asiento, y por casi una hora, Zak le explica la situación, y los planes que tienen, logrando que en la cara del patilludo se aloje una expresión de incredulidad.

Luego Nono le suelta otra noticia: la sucesión se efectuará en 7 días. Y una sádica sonrisa apareció en su rostro.

-¿Y cuando le diras a Dame Tsuna?- a la novena generación se le resbalo una gotita por la sien, es más que obvio que va a usar ese evento para torturar al menor.

-Se lo dire hoy después de la cena- suspiro al ver como la cabeza del hitman elaboraba "tutorías" contra al que veía como un nieto - solo te pido que llegue vivo y cuerdo a la ceremonia.

-No te prometo nada sobre su cordura. -exclamo saliendo del despacho.

Después de aclarar unas cosas mas con los miembros de Akatsuki y que estos se retiraran, bajo a ver a sus invitados.

Debía decirle a su sucesor lo de su ceremonia, pero no le diría el verdadero motivo el por cual la adelantarían, solo esperaba que su nieto no le de un infarto.

La cena paso relativamente tranquila; Nono soltó la bomba.

Contrario a lo que se imaginaron, Tsuna se tomó con calma la noticia.

Dentro de una semana todo comenzaría, y Tsuna tenía el presentimiento de que algo importante estaba por pasarle.

El reloj comenzó a moverse...