Capítulo 20| Vidrios rotos

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A G A T H A
💋💋💋

La hija mayor de Poseidón era reconocida por los demás dioses y declarada como princesa. Mi madre tenia el rostro rojo pero estaba segura que no era por la vergüenza sino la completa ira. Quería gritarle en la cara por su culpa fui abandonada en el campamento ella debió decirle a mi ese hombre que me crio que yo no era su hija. Ella hizo lo mismo con Alysa, la persona que era su padre y Adonis su creación perfecta.

- ¿Porque mi mamá no hablo antes? - llore contra el pecho de Apolión quien intentaba consolarme. Una nueva grieta se forma en mi corazón porque una vez mas las personas que quiero me lastimaron.

- Afrodita y Ares tienen una hija en común que es una Diosa pudo vivir en el Olimpo desde un principio - la voz de Zeus sonaba estruendosa en el lugar - ¿Por qué no hablaron antes? - mis padres se encogieron en sus asientos con temor a cada palabra del rey olímpico.

- Zeus yo no hable porque cuando quise hacerlo Poseidón ya había dado la noticia de que iba a ser padre - mi mamá agacho la cabeza escondiéndose de las miradas acusatorias de los demás dioses.

- Ares ¿tú por qué no dijiste que Agatha es tu hija? ¿sabes bien lo peligroso que pudo ser para tu hija vivir en el mundo de los mortales? - la gruesa voz enfadada de Zeus hacia que todos se sintieran pequeñitos ante su presencia.

- No dije nada porque yo sabia que Afrodita estaba con un mortal y supuse que su nuevo embarazó seria de ese mortal - mi progenitor hablo pasando una mano por su rostro.

- ¿Por qué no hablaste con mi mamá? Estuve dieciocho años pensando que Corey West era mi papá y cuando tenia nueve años simplemente me abandono por ser una semidiosa. Ahora resulta que no me dejo por no ser normal sino que sabía que no era su hija, soy la hija de dos dioses y eso me vuelve en una estúpida diosa - mi sangre hervía de rabia y alejándome de mi novio camino hacia mis padres secándome las lagrimas con rabia.

- Agatha yo no sabia como decirle a tu padre que no eras su hija yo solo quería lo mejor para ti - mi madre se levanto de su trono pero levante mi mano para que no se me acerque.

- Silencio después hablaré con ustedes a solas - Zeus miro a mis padres - Agatha, ¿tú quieres vivir en el Olimpo junto a tus padres y que Corey tu papá de crianza se olvide de ti? O ¿prefieres vivir en el mundo de los mortales junto a Corey que seguirá pensando que eres su hija? - Zeus me miro con tranquilidad en sus ojos podía ver que en verdad quería ayudarme.

- Zeus quiero vivir en el Olimpo, pero quiero que mi padre Corey se olvide de mi. Él necesita seguir con su vida sin recordarme es lo mejor para todos - lagrimas continuaron rodando por mis mejillas esto me estaba doliendo y mucho.

- Tu petición será concedida, West se olvidará de ti y vivirás aquí junto a tus padres - el estruendo de un trueno fue lo que cerro todo aquel circo que mis padres armaron.

- Gracias - le agradecí a Zeus inclinándome delante suyo con respeto.

- Tío podrían explicar a cada uno nuestra tarea - intervino Apolión tomando mi mano y gracias a él pude mantenerme en pie.

- Si Apolión, cada uno irá con su padre o madre y ellos les digan que hacer en nuestra ausencia tú ya conoces las reglas - señalo el rey al príncipe del inframundo.

- Bien tío gracias iré con Agatha a ver a sus padres y dile a mi padre que lo veo al rato en casa - me tomo de la cintura pegándome a su costado me deje guiar todavía no quería enfrentar mi nueva realidad.

A P O L I Ó N
🔥🔥🔥

Agatha me pidió no ver a sus padres ella quería procesar todo lo nuevo que estaba pasando en su vida. La guie a su nueva habitación en el Olimpo, estaba muy callada y yo no tenía idea de que hacer en estos casos, al menos dejo de llorar. Cuando entramos en su habitación ni siquiera se quito los zapatos cuando se tiro en la cama mirando el techo. Estuvo un largo rato en silencio mientras lagrimas caían por sus mejillas.

- No puedo verte así Agatha, ¿quieres ir conmigo a ver los trabajos que tengo que hacer? - me cruce de brazos mirándola tal vez distrayéndose podría sentirse mejor.

-Dime Apolión ¿que se supone que debo hacer ahora? - murmuro cerrando sus ojos y acurrucándose en la cama en posición fetal. - ¿Acaso debo seguir haciendo los trabajos de mi madre o seré mejor haciendo los de Ares? - susurro débil volviendo a romper en llanto ahogando los sollozos contra su acolchado.

- Creo que es mejor que hables con ellos y descubrir en lo que eres buena. No estarás sola me tienes a mi - intente acercarme, pero ella se incorporo de golpe viéndome con la cara roja.

- ¿Cómo piensas estar conmigo? - grito ella viéndome con sus ojos llorosos - Las personas que amo siempre me lastiman y ya no quiero eso Apolión. Tu no eres para mi y yo no soy para ti, aléjate antes de que te lastime - en ese momento sentí como nuevamente mi corazón era destrozado por culpa del amor.

- ¿Me estas dejando? - sabía que era mala idea enamorarme el amor es estúpido lo único que te hace sentir es dolor, soledad y furia.

- Solo te alejo antes de que salgas lastimado Apolión, te quiero pero yo se que tu lugar es alado de alguien mas. Siempre lo supe pero quise mantenerte a mi lado por que soy egoísta - su voz quebrada no me hizo sentir mejor y sus palabras solo me enfurecían.

- Tenías que esperar a que este perdidamente enamorado de ti para romperme en mil pedazos ¿acaso es tu juego? - estaba alterado no podía controlar mi furia y quería arrasar con todo a mi paso.

- Para mi nunca fuiste un juego, no quise lastimarte - arrodillada en su cama me veía con tristeza.

- Pero lo hiciste - giro para salir de la habitacion pero me detengo para decirle una ultima cosa - Déjame decirte que te pareces mucho a tu madre, por su comportamiento egoísta siempre termina lastimando a los demás - abro la puerta ignorando las lagrimas de la chica que esta todavía sobre la cama.

- Apolión perdóname no quería terminar así - su voz quebrantada era como un ruido insoportable que no quería volver a oír.

- Agatha con un perdón no arreglas lo que esta roto, solo te pediré que no vuelvas en mi oscuridad solo abran vidrios rotos - cierro la puerta tras mi espalda y apoyándome contra esta siento un fuerte dolor.

Camine hasta la habitación de mi prima Ylenia debía hablar con alguien mi pecho duele y no tenía con quien mas hablar que entienda mi dolor. Ylenia es la única que puede ayudarme a que no me vuelva loco y termine matando a medio mundo necesitaba sentir que tenía una amiga que me escuchara. Ya que gracias a Agatha aleje a la única verdadera amiga que tenía.

Y L E N I A
🌊🌊🌊

La gran ceremonia donde fui presentada y coronada como princesa paso. Mas haya de que Afrodita revelo un secreto doloroso con respecto a su hija Agatha las cosas transcurrieron con normalidad. Mi padre me llevo por todo el olimpo diciéndome donde se encontraba cada cosa y por ultimo me enseño su taller.

- Hija en este taller encontraras todo lo necesario para mantener el océano en orden - hablo mi papá enseñándome el gran lugar, era un sitio amplio con ventanales enormes y con un pequeño estanque en el medio del taller. - ¿Qué te parece? - pregunta mi padre extendiendo sus brazos hacia los costados enseñando el lugar.

- Es diferente a como me lo imaginaba, me gusta y no se escuchan los murmullos de fuera - mencionó con entusiasmo acercándome al pequeño estanque del suelo. Mis dedos rozan el agua y puedo sentir las energías recorrer todo mi cuerpo. Es agua marina y no de un lago o un río, al retirar mi mano del agua se asoman tres cabezas. Dos niñas y una adolescente nos ven desde el agua, noto su timidez por lo que les hablo sin hacer movimientos bruscos. - Hola yo soy Ylenia y no les hare daño ¿de donde vienen? - sentándome con las piernas cruzadas las miro verse entre ellas hasta que las niñas empujan a la mayor para que hable.

- Hola princesa Ylenia nosotras somos de la manada del sur y hemos venido por medicinas para nuestra amiga Blue - sacando su mano del agua la sirena me enseña su marca confirmando que si son de la manada del sur. - Blue se comió un pez venenoso a pesar de que le dije que no lo hiciera y si su mamá se entera me echarán de la manada - habla rápido la rubia acercándose un poco hasta donde yo me encuentro.

- Tranquilas ayudare a Blue, dime ¿Qué tipo de pez se comió y hace cuanto tiempo de eso? - pregunto para recaudar información y darles la medicina correcta. Las sirenas a diferencia de los humanos llegan a tolerar ciertos tipos de peces venenosos. Incluso hasta se los llegan a comer, pero se debe tener cuidado si esa sirena es alérgica a ese pez en particular.

- Se comió un pez león aproximadamente hace cinco o seis minutos - hablo nuevamente la mayor y ahora las niñas se acercaron a ella. De inmediato me pongo de pie y con la ayuda de mi papá encuentro el antídoto.

- Escuchen con atención chicas deben darle a Blue tres gotas de esta medicina y cuando pase una hora otras tres gotas. Repiten eso unas seis veces cada una hora si no ven mejorías tráiganla - le entrego a las chicas la pequeña botella con el antídoto.

- Gracias su excelencia - antes de que pueda objetar algo las tres sirenas desaparecen. El pequeño estanque sirve como portal para viajar a cualquier parte del océano y que las sirenas puedan venir usando un portal sagrado en su manada.

- Sirenita no puedo estar mas orgulloso de como manejaste esta situación - habla mi padre ayudándome a levantarme del suelo. Momentos como este había pasado muchos en el campamento las sirenas jóvenes por curiosidad terminaban probando cosas que no debían y venían a mi para que las ayudara. Esto genero un lazo muy fuerte con esta especie y les estaré eternamente agradecida que me hayan enseñando a ser una de los suyos.

- Nací para esto papá - abrazando a mi progenitor escondo mi rostro en su pecho y permanecemos así unos instantes.

Luego de eso mi padre me enseñara donde esta cada cosa, me presenta a las ninfas que me ayudarán y por ultimo el tridente que utilice en el campamento. Ahora esta un poco mejorado contiene mucho mas poder y solo un miembro de la familia Tálassha puede usarlo.

Cuando el tur por el taller acabo mi padre me llevo a mi habitación. Un cuarto enrome pintado de blanco, con un techo alto y un enorme candelabro colgando del centro. Una cama king con los acolchados blancos y almohadas en tonos dorados y negros. Los muebles negros con detalles en oro y diversas cosas que adornan mi habitacion muy parecidas a las que tengo en la tierra.

Este cuarto es un sueño y solo le hacía falta una cosa para que se sintiera como mi habitación. Dentro de una pequeña mochila que Hermes¹ me envió por parte de mi mamá, saco una foto enmarcada en dorado. Fue la primer foto que sacamos cuando regrese a casa del campamento. Estábamos Adonis, mi mamá y yo en la entrada de la casa sonriendo. La dejo sobre mi mesilla de noche y beso mis dedos para llevarlos al rostro de mi madre. Voy a extrañarla demasiado.

Vuelvo a la realidad cuando escucho golpes contra la madera de la puerta y camino hacia allí para abrir. Del otro lado esta Adonis quien apenas me ve toma mi cintura para acercarme a él y permitir que me bese. Correspondo a su amoroso saludo y cuando nos separamos lo dejo entrar.

- Princesa moría de ganas por robarte un beso de buenas noches - acunando mi rostro en sus manos Adonis me roba un beso corto. Sonrió pegando mi frente a la suya y lo rodeo con mis brazos para que no se aleje.

- ¿No te han dicho que es malo robar? - bromeo acercando mi boca a sus labios queriendo probarlos una vez mas. Había algo en los besos de mi novio que me generaban querer mas que solo uno.

- Por ti me volvería en el criminal mas buscado de todo el olimpo - acercándonos rozamos nuestros labios pero los golpes en la puerta nos interrumpen y parce que es urgente por la manera en que llaman. Separándonos voy a abrir encontrarme con Apolión como nunca jamás ni en mis sueños mas ridículos pensé encontrar, él estaba llorando.

- ¿Qué te paso? - rodeándolo con uno de mis brazos lo hago pasar en mi habitacion.

- Es Agatha - se veía realmente muy mal lagrimas caían de sus ojos y por primera vez pude ver a mi primo en un estado vulnerable. Lo abrazo permitiéndole llorar contra mi hombro y Adonis que se acerca a mi no sabe muy bien que hacer.

🌊🌊🌊

Disculpen por no actualizar los días que debía estuve muy enferma. estuve en cama dos días estaba muy débil.

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