Capítulo XIV

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Transcurrieron quizá un poco más que cien días tras lo sucedido. En resumen, un aproximados de tres meses que fueron bastantes armoniosos gracias a la familia Son. Está claro que fuera de su entorno hogareño aún permanecía mi mundo de peleas y entrenamientos arduos. Pada continuaba siendo el mismo, ruin y estricto, y ahora más ya que habíamos cortado un poco nuestro vinculo, el pequeñísimo que teníamos, desde aquella batalla.

La vida escolar continuaba como tal, hastiada del continuo esfuerzo mental, pero de alguna manera útil en nuestra futura vida como "Adultos". Y si esto es lo que soñaba mi madre para lo que sería yo, no puedo abstenerme a no cumplir su sueño.

Las temporadas de exámenes fueron el mayor suplicio que los días comunes de estudio. Más que los entrenamientos o las dinámicas sesiones de aprendizaje de mi tutor, el fisgón de Son Gohan. En los primeros días de estos, pensaba que sería infalible, responder todas aquellas dudas que los profesores nos colocaban. Pero sorprendentemente, gracias debo decir al enano ese, claro que no en persona, por su ayuda.

Ya habían llegado a su conclusión las pruebas finales, y después de estas, se daría inicio a la "vacaciones", que, según averigüé significan un largo descanso de este bendito lugar. Y nadie se puede sentir triste con tremenda noticia. La mejor en todo este tiempo.

Tanto como mis días diarios en el colegio y como en casa fueron peculiares, pero hubo algo que superaba a estos desastrosos lugares.

Los días en los que pasaba en la casa de mi fastidioso tutor, fueron más que increíbles. Su familia era más que especial, era muchísimo más. Por más que no quería atosigarlos con mi presencia yendo cada día, no era solo algo no simple de hacer, era imposible para mí. Los constantes autoritarios alaridos de la señora Milk eran algo que me causaba mucha gracia, por el hecho de que asustaba a Gohan y compañía. Una mujer totalmente admirable, mostraba gran poder.

Claro está que por más que lo haga, el señor Goku pareciera que no prestara atención a lo dicho. Y eso que él era la mejor parte de esto.

Cada vez que llegaba junto con Gohan a la montaña Paoz, lo que más ansiaba era verle aunque sea una sola vez. Todos los días eran así desde que lo conocí en aquella salida de colegio, cuando el sol aún no se ocultaba. El oír el tan característico tono de su voz era una satisfacción enorme. Me volvía feliz el que se encuentre al rededor.

Había días, si, en el que no lo encontraba en casa. Seguro que en el trabajo o algo estaba, pero no retornaba a casa hasta que yo me iba, o es lo que me imagino. Pero tenía la certeza en que lo vería de todas formas al día siguiente, con aquel vestuario naranja y azul.

No puedo describir bien en palabras lo que llego a experimentar cuando paso las horas en la casa de Gohan.

Desde aquella tarde en la que por fin podría ir a tal grandioso lugar, he pasado cosas que con añoranza algún día tendré que recordar. El constante empuje de la madre a que su hijo sea el mejor de mejores, el mejor científico, uno tan reconocido que lo alabarían en cualquier rincón del mundo. Y tener que reprenderlo todos los días por más que él quiera marcharse después de los estudios con su padre, supongo que valía la pena.

Eran momentos muy sublimes, que pese a la rigurosa educación que tiene la señora Milk, todos la pasaban increíble, como una verdadera familia. Una familia que cualquier niña como yo podría codiciar. Una familia común y corriente.

Desde lejos podría apreciar cada momento de felicidad que compartían, cada plato que ambos hombres de casa se atragantaban, como reían sin parar. Como ha determinado tiempo de la tarde el Señor Goku se marchaba firme y muy decidido, con grandes auras de cumplir su objetivo. Se podía sentir una leve presión, pero nada del otro mundo.

Era increíble como todo este tiempo no he podido conocerlos, era una experiencia sumamente grata por su parte, y que podía disfrutarla con muchísimo entusiasmo.

El convivir todo este tiempo con la familia Son ha sido lo mejor que me ha sucedido.

Y... Por otra parte...

El Ying siempre tiene su Yang.

O eso es lo que he escuchado decir acerca de todo lo bueno tiene su lado malo.

El tolerar a mi padre ya es algo con lo que debo vivir y he sobrevivido con mucho esfuerzo el que él me críe.

La carente comunicación que compartíamos se esfumó. Desapareció pese a que solo pude cumplir con lo que pretendía. Y él mismo fue el que propuso tal pelea, y al creer que no podría darle ni un solo rasguño, erró y mucho. Cuantiosa eran las veces, las veces en que él me repetía sin cesar que era una enclenque, una cobarde, una débil. Con solo eso pude darle el golpe final, y fue ameno.

Mañana sería el día final de todas mis clases. Ya no hay razón para encaminarse hacia la residencia Son, ya no hay nada que estudiar, por ahora.

Sentada en faz de la puerta, esperaba extrema ansia a mi padre, que llegara con los resultados de mis calificaciones, y que de una vez por todas pueda quedarme satisfecha con mi ahínco.

— Llegué –Anuncian después de entreabrir el pórtico de madera.

Un sobre blanco resaltaba de sus robustas manos. Pada lucia fastidiado.

— ¿Qué ta-tal?

— Míralo por ti misma, no me importa –Arrojando la envoltura— Iré a dormir.

Me estremeció. Aguardé a que se reiterara a su habitación para poder confirmar mi éxito en las notas. Si el resultado daba más de sesenta puntos, podría respirar tranquila.

Despegué aquel sobre para poder ver su contenido, de una vez por todas.

— A ver a ver...— Habían más de dos hojas allí adentro por lo que demoré en encontrar la dichosa conclusión de todo.

<< 61 PUNTOS. >>

Quería saltar de alegría. Soltar unas verdaderas lágrimas de felicidad pura. Lo había logrado al fin. Tenía la victoria al fin. Fui capaz de superarme, al fin.

Lo he hecho, ¡lo he conseguido!

<< Pero... No sola. >>

No avisé a Gohan de que iría a su casa hoy, pero debo de contárselo, se lo debo de muchas formas, aunque no quiera aceptarlo. Pero le caeré de sorpresa, no puedo aguardar hasta mañana para darle la noticia. ¡En especial al señor Goku y a la señora Milk!

<< Pada estará durmiendo... Pues, que me tome un minuto para ir... Puedo ir cuando yo lo desee. >>

Partí desde la puerta decidida a detallarle todos mis resultados, para que vea que soy tan capaz como él. Aunque dudo de haber obtenido aunque sea una nota cercana a la suya.

Por el mismo camino a travieso el pueblo, colmado de gente por algún extraño motivo, nunca es así un día jueves como hoy. Pero nada de eso me detendrá. La emoción me invade, un poco de más de personas no daña a nadie.

Después de pasar por tal punto, empezaba a aproximarme a las partes de las montañas del este. Se lo podía reconocer por la extensa senda verdosa y aquella cascada que reflejaba cada ser que sobrevolaba por sus aguas.

La ruta, a este punto de vista, se volvía muy prolongada a las veces anteriores. Y eso que aquellas veces he ido a pie y caminando con mucha calma. Ahora era tan distinto. Era la primera vez que iba con tanto entusiasmo.

— Señora Milk –Dije no tan estruendosamente apenas presencié la redonda casa— Soy yo, Rin.

Nadie atendía...

— Rayos... Parece que he llegado en mal momento, quizá han salido por allí.

Tembló el suelo. Tembló la casa. Tembló todo lo que me rodeaba. Provocando el miedo en unas aves que residían en el aquellos gigantescos árboles. Y no fueron los únicos.

Tragué salva amarga. ¿Por qué de la nada todo empezó a temblar?

<< ¿Qué sucede aquí? >>

Nuevamente. Casi no contengo mi equilibrio y pude caer de espaldas en ese instante. Un nuevo temblor sacudió mi cuerpo y la montaña Paoz. Y junto a este último, un esplendor coloreó amarillento el cielo por un corto segundo.

— ¿Una pelea? –Anuncié bajo. Asombrada—.

<< ¡IMPOSIBLE! >>

Si antes corrí con emoción, esta vez fue con gran desesperación. ¿Acaso hay alguien más que pueda lanzar esferas de energía? ¡No me lo creo! Espero se trate de cualquier otra cosa resplandeciente.

Con la mayor agilidad que puedo contener llegué hasta el punto donde creí haber escuchado voces y de donde había provenido el tercer temblor.

Me escondí tras unos arbustos, esperando ver a los causantes de todo esto.

— Debes apuntar antes de lanzar el Masenko Gohan, no cierres para nada los ojos. –Pronunciaba y mandaba una voz ronca.

<< ¿Go-go-go-gohan? >>

Debe ser alguien de nombre igual.

— Lo sé señor Piccoro, solo que estoy muy nervioso aún, por haber perdido varios días de entrenamiento.

<< ¡E-ESA VOZ! >>

— Tranquilo hijo, verás que aún nos queda bastante tiempo, podrás recuperarte muy rápido.

<< ¡SOBRETODO ESA! >>

Salí de mi escondite para ratificar lo que estaba oyendo.

Un hombre verde, un hombre de traje anaranjado y un niño vestido de color morado eran aquellas figuras que flotaban en el aire. Ellos posaron los ojos en mi apenas fui visible, y no podía tragarme lo que estaba presenciado. Era nada más y nada menos que...

— Rin... AHHHH, ¿RIN? –Ambos soltaron, uno con sorpresa y el otro con naturalidad.

<< ¿Qué clase de broma es esta? >>



!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

MARATÓN 2/4

 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro