Prólogo

21 de Enero de 2012...

"Que tu alma /corra libre con /la brisa marina /No mires atrás /Nada más que /un cuerpo inerte /y mil lágrimas /con nosotros dejás"

Miguel observaba el funeral muy desde la distancia. Tomaba precauciones para que los Guardianes no se percataran de su presencia.

Vestía un traje de gala negro, más oscuro que el del Guardián que no se apartaba ni un momento de Alicia, y tenía puestas unas gafas de sol. En esta ocasión, no quiso usar su sombrero tanguero, y sus mechones pelirrojos eran como una antorcha en la penumbra de un árbol contra el cual se apoyaba.

―Y... voy a hacer que Lucas pague... por todo lo que hizo... – escuchó decir a Alicia, tan débilmente que hasta para su sentido auditivo, más agudo que el de cualquier humano, se oyó más bajo que un susurro.

Se dirigió a una de las salidas del cementerio, y se subió al Lamborghini Aventador, en donde encontró a Jez en medio de una sesión de maquillaje. La exótica y atractiva vampiresa de tez morena, pelo castaño oscuro y ojos pardos, tenía puesto un conjunto blanco y liviano, y llevaba consigo el típico humor desinteresado de siempre.

―Y... ¿Cuál es tu plan ahora? – le preguntó Jez, pintándose los labios de rojo intenso.

―Los Guardianes van a entrenarla. Tiene que aprender a defenderse, aprender a luchar... Esta también es su venganza ahora – respondió Miguel.

―¿Por qué no la convertís, mejor? Digo, ¿no tendría más chances así?

―Ella jamás querrá convertirse en un monstruo como el que asesinó a su mamá.

―Va a ser una Guardiana, Miguel. ¿Qué es peor que eso?

Miguel volvió la vista hacia el cementerio, pensativo.

―Peor sería que estuviera muerta.