Lawless

Me dirigía de vuelta a la clase que compartía con Nii-san, pero un maestro me detuvo en el camino pidiéndome que lo ayude a llevar unos materiales a primer año. No me negué y lo ayudé sin más.

No eran cosa pesadas, pero eran muchas.

- Disculpa por hacerte cargar estas cosas Lawless, pero se podría decir que el alumnado en primer año aumentó considerablemente. –comentó el maestro.

- No hay problema. –respondí sin más.

Fuimos avanzando por los pasillos hasta llegar a la puerta con el letrero arriba que indicaba la clase de primer año.

El maestro abrió la puerta e ingresó con los materiales que llevaba, yo lo seguí entrando de igual manera.

Noté como dejaba las cosas sobre su escritorio, por lo que copié la acción. Se puso a revisar sus cosas por lo que me dio una señal de que lo esperara, mientras iba viendo a los alumnos de esta clase.

Eran muchos rostros nuevos, pues no conocía a nadie salvo al pequeño novio de mi hermano menor Lily, Misono.

- Hey Misono. –lo llamé amistosamente.

Este volteó a verme, mientras hacía una señal a unos chicos que estaban con él.

- Lawless. –saludó mientras se acercaba.

- Misono, ¿cómo te va? –no nos habíamos visto en un tiempo.

- Bien, creo que hasta ahora se podría decir que sí. –dijo sin más, pues estaba comenzando su primer año.

- Ah ya veo. –sonreí. – ¿Cómo te va con Lily? Hace mucho que no me cuenta nada acerca de su relación y me gusta cotillear. –reí.

- Lawless. –bufó. – Para que lo sepas, nos va muy bien y no estés de entrometido. –desvió sus vista hacia los chicos con los que antes hablaba.

- ¿Amigos tuyos? –pregunté.

- Son chicos que acabo de conocer, pero me estoy llevando bien con ellos hasta ahora. –volvió a hablar calmadamente.

- Oh... ¿y me los presentarás? –dije con tonó malicioso.

- Pervertido. –acusó. – Recuerda que estás en la clase de primer año. –su humor era cambiante.

- Pero Lily está en segundo, él también sería un pervertido. –comencé a reír.

- Eso es diferente. –se sonrojó. – Bien como quieras, ven. –comenzó a caminar hacia aquellos chicos.

Miré hacia el maestro, quien seguía ocupado. Tendría tiempo libre, conocer nuevas personas no me haría nada. O eso pensé.