Hyde

- Licht, hey Licht despierta aún estamos en la escuela. –moví suavemente su cuerpo esperando despertarlo, pero era difícil.

Aun sin la noción del tiempo era notorio que habíamos perdido horas de clase. Permanecí intentando despertarlo mucho tiempo sin obtener resultado.

- Mnh... Melón... –soltó entre sueños mi kohai.

- Tsk, este chico. –rechisté para mí.

En ese momento mi estómago sonó dándome a entender que Licht no era el único con hambre.

- Melón... Pan de melón... –seguía balbuceando mientras mi hambre aumentaba.

- ¡Ya despierta, Licht! –esta vez moví más fuerte su cuerpo notando como a duras penas abría los ojos observándome.

- Eh... ¿Hyde? –me reconoció a lo que asentí.

- Por fin despiertas, Licht. –suspiré. – Vamos a clases Licht o a buscar algo de comer. –hablé mientras sobaba mi estómago.

- Oh cierto, veré la hora en mi... –y se calló al instante.

- ¿Ey? Licht, ¿qué sucede? –pregunté mientras veía su rostro muy confundido.

- Hyde. –me llamó. – ¿Yo traje una mochila conmigo? –hablaba mientras miraba a lo lejos cada rincón que podía del salón de música.

- No, no vi ninguna mochila. –respondí.

- ¡¿Eh?! –y como rápida reacción corrió hacia la puerta.

Tardé unos segundos para darme cuenta que mi ángel-chan se estaba yendo.

- ¡Hey! ¡Licht! –lo llamaba hasta que choqué con alguien de cabellos verdes que iba en dirección contraria a la mía y se dirigía a la enfermería. – Ten cuidado. –avisé.

Él no se molestó en mirarme y siguió su camino, mientras yo retomaba el mío hacia la clase de primer año. Caminé un corto tramo hasta encontrar a Licht parado en la puerta asomando su cabeza hacia adentro.

- Licht. –lo llamé, pero enseguida él volteó cubriendo mi boca con una mano y haciendo señal de silencio con la otra.

Pude notar en seguida de que estaba espiando, pero me sorprendí cuando vi de quienes se trataban.

Eran Lily y Misono que se estaban besando en medio de la vacía clase. Misono soltó unas palabras que no escuché y se abrazó a Lily. Me sonrojé al instante al ver cuán cariñosa era la pareja y más cuando me percate de la cercanía que tenía con ángel-chan. Noté como un leve sonrojo coloraba sus pálidas mejillas.

- Lindo. –dije a duras penas notando como su mano dejaba mi boca y a su vez volteaba a verme con sus mejillas coloradas de un rojo más intenso. – Te ves lindo ángel-chan. –solté.