2 Un copo de nieve volvió

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Era de mañana Ágata ya estaba caminando por los pasillos de la escuela cuando su amigo Elián la abrazó por la espalda con una gran alegría, al principio se exaltó hasta que se dió cuenta que se trataba de él, no era nada raro ese tipo de trato entre ellos pues se conocían desde niños.

- Ágata, estoy feliz de que te quitarán el castigo si tú no estuvieras aquí, me sentiría muy solo.- declaró dichoso abrazando más fuerte a la joven como si de un peluche se tratará.

-¿Qué estás diciendo? Si eres bastante sociable, no conozco a nadie a quién no le agrades.- declaró con un tono juguetón sin mostrar intención de zafarse del abrazo.

- ¡si tú no estás no tiene sentido!- exclamó como si fuera un niño pequeño hizo un puchero y frotó su mejilla izquierda con la mejilla derecha de la chica.

Esto era lo normal para ellos aunque los de la escuela los mirarán raro. Se escuchaban pasos aproximándose a ellos, Ágata levantó la mirada.

- señorita Ágata, ¿Puedo hablar con usted?- interrogó Kalet con su característico tono de voz que reflejaba su elegancia y vanidad, tenía su palma derecha en su pecho además de una pequeña sonrisa.

Elián al escuchar eso soltó a la joven para ponerse enfrente de ella como si tratará de protegerla, se podía notar la molestia en su mirada, acto que confundió a Ágata.

- ¿Por qué tendría que ir ella contigo? No te creas tanto por ser de la realeza.- habló Elián con desagrado mientras extendía su mano izquierda para cubrir a la chica.

- joven Ágata, ¿Podría aclararle a su novio que no quiero conversar con usted por algo como "eso"?, No soy de esos que aprovechan su posición social para conseguir una novia.- contestó sin mostrar molestia alguna pero si algo incómodo.

-¡¿Novio?!..- titubeó ruborizado hasta las orejas.

El joven desde que eran niños ha estado enamorado de Ágata, obviamente ella no lo sabía, ni tampoco pensaba en un futuro contarle pues no sé sentía digno de ella, para él no existía nadie merecedor de ella ni siquiera Volker, durante el tiempo que esos dos fueron novios no mostró estar en contra porque solo se conformaba con estar junto a Ágata incluso siento solo amigos. La joven nunca lo ha sospechado incluso ahora con la reacción de Elián la joven no se dió cuenta de nada solo bajó la mano del joven y dió unos pasos adelante.

- no te preocupes Elián estaré bien... Kalet vamos.- mencionó Ágata tranquila.

Caminaron por los pasillos, hasta llegar al campo verde que tenía la escuela había flores de todo tipo en especial rosas y orquídeas las cuales llamaron la atención de la chica trato de tomar una pero una voz la llamó.

- si hace eso el joven Yen se enojará, pero bueno no la traje aquí para contemplar las flores sino para hacerle una pregunta...¿Sabe que es la piedra de sangre?- cuestionó el chico mirando en dirección a ella.

- lo vimos en clases de historia hace un tiempo pero si no recuerdo mal es un arma mágica antigua creada por una reina para traer la paz a su país, es de las pocas armas que solo puede ser usada por su amo, lo mismo ocurre para dársela alguien más además es la única hasta el momento que se sabe que dejó su forma material para convertirse en una especie de poder que pasa de generación en generación, ¿Me equivoco?- explicó la chica.

- tiene razón, aunque desde hace unas generaciones se perdió el rastro de los portadores aunque hay una cosa de la que podemos estar casi seguros es que el portador actual es una mujer, pues la mayoría de antiguos portadores fueron mujeres en honor a la creadora del arma.- comentó con las manos en la espalda.

- ¿Enserio? Kalet todo eso ¿Qué tiene que ver conmigo?- preguntó sin intención de ser grosera.

Kalet abrió sus ojos con asombro, pensó "¿Acaso su padre no le ha dicho nada?

- nada realmente pero yo estoy tratando de buscar a la portadora para protegerla pues al tener un arma tan poderosa existen organizaciones que tratarán de cazarla y tengo la sospecha de que ella podría estar en la escuela.- respondió con su elegancia y vanidad de siempre.

...

Por un callejón a paso firme caminaba una chica de cabello rizado rubio oscuro y ojos dorados traía una capa blanca pero no traía la parte de la capucha puesta, se dirigió a una casa en malas condiciones abriendo la puerta sin avisar dónde se encontraba adentro un joven de cabello lacio negro un poco largo con partido al medio, tenía los ojos de color rojo vino vestía una capa blanca en cada extremo tenía el emblema del copo de nieve los dos eran blancos y alrededor eran azul cielo, al igual que la chica no tenía el gorro de la capa puesto, estaba sentando en una silla mientras se apoyaba de una mesa donde leía un libro, llevaba puesta una camisa manga larga lila, un pantalón negro y unas botas cafés.

- Maestro, ya reuní a la gente que pidió.- anunció la chica.

El joven cerró el libro que leía para levantarse de su asiento y dirigirse a la chica.

- bien hecho Esfena... Por cierto no me llames maestro.- dijo en un tono serio.

Salieron de la casa, fueron a la parte del callejón donde salió Esfena donde encontraron reunidas al menos unas 25 personas de todos tenían una capa color amarillo casi blanco, el chico dió un paso hacia adelante y con las manos entrelazadas hacia atrás.

- vamos a la escuela Eula más les vale no cometer errores.- ordenó con frialdad.

Todos asintieron y se dirigieron a la escuela.

...

Después de esa rara conversación con Kalet, la joven regreso con su amigo platicaron de cosas triviales a la vez paseaban por toda la escuela.

En ese mismo tiempo cerca de la entrada de Eula se encontraba el grupo de las personas capas amarillas dirigidas por el joven pelinegro.

- escuchen Indra nos mandó aquí para capturar a la portadora de la piedra de sangre, no es necesario explicar que nos va a hacer Indra si fallamos la misión, ¿Verdad?- advirtió el chico peligro que era líder del grupo.

- como se esperaba de ti tan frío como descortés solo tú llamarías solo por su nombre al joven amo Indra, pero tienes razón no me gustaría conocer su ira.- comentó uno de los hombres.

- disparen a ese edificio.- ordenó el chico ignorando por completo comentario del hombre.

Las cosas con Ágata estaban bastante tranquilas caminando por los pasillos del primer piso al lado de las ventanas hasta que se escuchó una explosión.

- ¡Ágata, al suelo!- gritó Elián que empezó a usar su cuerpo para protegerla.

Las explosiones fueron consecutivas en varias partes de la escuela provocando qué los vidrios de las ventanas cercanas a ellos se destruyeron, la chica no recibió ningún daño pues Elián la protegió en cuando el joven solo tuvo unos leves cortes de no haber usado su magia de fuego dónde creo un ave fénix para que sirviera de escudo probablemente hubiera sufrido más daños.

- tenemos que buscar un lugar seguro, ¡Hay que darnos prisa!- sugirió el rubio cenizo.

Se levantaron del suelo, mirando a su alrededor caminaron con cuidado por todo el lugar solo se escuchaban explosiones, gritos y pasos acelerados de personas tratando de escapar.

- ¡Encuentren a la portadora de la piedra de sangre!- gritó uno de los hombres de capa amarilla del bando enemigo.

Al escuchar eso Elián se detuvo un momento y se puso nervioso, Ágata le quería preguntar qué porque se detuvo pero al escuchar unos pasos apresurados dirigiéndose a ellos miro hacia adelante dónde se encontró con Kalet quien estaba algo sucio por el polvo de las explosiones.

- señorita Ágata, tenemos que llevarla a un lugar seguro no podemos dejar que esos tipos se la lleven.- habló Kalet con la voz entrecortada y algunos jadeos.

- ¿Por qué me tendrían que llevar a mi?- preguntó confundida y nerviosa.

- porque tú eres la portadora de la piedra de sangre.- confesó Kalet.

Con tal revelación Ágata dió un paso a atrás del asombro, con los ojos bien abiertos y sin poder hablar.

-¿A dónde iremos?- interrogó Elián con una voz seria dispuesto a cooperar.

- al salón de detención mágica ahí la señorita Ágata estará a salvo.- respondió Kalet.

- pero se necesita un pase mágico para poder entrar allí.- debatió Ágata.

- yo tengo el pase.- afirmó Kalet mientras levantaba la mano derecha para mostrarlo.

- ¿Cómo fue que lo conseguiste?- preguntó Ágata.

-¡Se los diré en el camino!- gritó alterado mientras jalaba del brazo de la joven con su mano desocupada obligando a la chica y Elián a seguirle el paso.

Mientras caminaban Ágata seguía sin poder procesar tanta información en tan poco tiempo ¿Cómo es que nunca se dió cuenta? ¿Por qué Elián acepto como si nada la ayuda de Kalet si tiempo atrás no lo quería cerca?

- Elián ¿Desde cuándo sabias esto? ¿Quién te lo dijo?- soltó la chica tratando de aclarar sus dudas.

- desde que Volker se fue me lo contó tu padre.- sin soltar el agarre del hombro derecho de la chica Elián respondió tratando de mantener la calma.

Al tener más dudas que respuestas la joven decidió permanecer callada y con la cabeza gacha hasta que sintió un aire frío levantó la mirada y se encontró con un copo de nieve.

- ¿Qué hace un copo de nieve aquí?- dijo para si misma en voz alta.

Entonces los tres jóvenes detuvieron su andar, Elián sentía que algo no andaba bien así que le hizo una señal a Kalet para que juntos mirarán a su alrededor, al mirar por las ventanas con sus vidrios ahora ya rotos que en la torre de enfrente se encontraba una silueta era de un chico con una capa blanca, cabello negro lacio y corto, al verle Elián inmediatamente le reconoció.

-¿Volker?- mencionó en voz alta pensando que sus ojos le engañaban.

Al escuchar ese nombre Ágata miró en esa dirección, quedó sorprendida, en efecto se trataba de Volker.

Volker era el líder del grupo que tenía como objetivo atraparla.

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