3 Llegada de Feng y plumas

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Pensaron que habían visto mal pero efectivamente el joven que se encontraba en el techo del edificio de enfrente era Volker, tenía la suerte que él no los había visto pues en ese momento miraba en otra dirección por lo que aprovecharon la oportunidad para llegar al salón de detención mágica pero cuando ya faltaba poco para llegar fueron atacados por una mujer con magia de plumas, para mantener segura a Ágata los chicos tomaron la decisión de enfrentarse a la mujer, Kalet le dio el pase mágico a Ágata para que se escondiera.

Ahora la joven se encontraba en el salón de detención mágica, estaba sentada en el piso abrazando sus rodillas asustada esperando a Elián y Kalet.

...

Volker caminaba por los techos de los edificios en busca de algo dejando un rastro de copos de nieve, esto era algo que hacía por instinto ya que no le gustan los lugares calientes por lo que para refrescarse a su alrededor empezaba a sacar copos de nieve y algunos aires fríos, se detuvo en seco al ver que Esfena fue a pedirle indicaciones.

— iré a buscar a Ágata, ya sabes que hacer.— ordenó Volker sin mostrar ninguna emoción.

— si, maestro.— se inclinó un poco.

Cuando el joven se volteó para recordarle que no lo llamara maestro, la rubia ya no estaba por lo que continúo con su búsqueda.

...

En uno de los jardines de la escuela se encontraban Elián y Kalet peleando juntos contra una mujer de capa amarilla casi blanca, tenían tierra, rasguños hechos por las plumas y mucho sudor, se notaban algo cansados.

La mujer rebosaba de energía no tenía ningún daño, con su magia hizo que aparecieran alas en su espalda saco una espada del interior de su capa con una sonrisa malvada miró hacia Kalet. Voló a alta velocidad hacia el cielo que ninguno de los chicos la logro ver, cuando la buscaban había un montón de plumas volando en todas direcciones.

— ¡Es tu fin, niño rico!— gritó malicia la mujer que ahora se dirigía a Kalet.

—¡Ten cuidado!— Elián trató de prevenirlo.

Pero Kalet no reaccionaba solo miraba hacia los lados pues con las plumas no podía ver a la mujer dirigirse a él, miro a Elián parecía que este le había dicho algo.

"!¿Qué diablos te pasa?!" Pensó Elián para si mientras lanzo un gran ave fénix de fuego para proteger a Kalet, el fénix logro quemar parte de las alas de la mujer por lo que se alejó de él. Ahí fue cuando Kalet se dió cuenta de lo que Elián le trataba de decir.

— ¡No te distraigas!

—¡¿Qué?!, ¡no te escuchó habla más alto!— dijo Kalet elevando la voz.

—tú... ¿Acaso quedaste sordo por las explosiones de hace rato?— preguntó inquieto.

Cómo si le hubiera leído los labios Kalet quedó atónito por un momento no hizo nada hasta que mordió su labio inferior para después asentir apenado.

— ¡Idiota! ¡Podrías haberlo dicho antes!— con la voz levantada Elián empezó a regañar a Kalet.

Los regaños hicieron que ambos se olvidarán del enemigo que tenía enfrente,el cual decidió usar esta oportunidad para lanzar otro ataque en el cual las plumas caían como cuchillos hacia ellos, para cuando uno de los dos se dió cuenta las plumas estaban tan cerca que no iban a alcanzar a repeler el ataque, pensaron que serían heridos pero una corriente de aire alejó todas las plumas y de paso le causó una cortada a la mujer desde el hombro derecho hasta el pecho, ambos jóvenes miraron en dirección de dónde vino la corriente de aire.

En el segundo piso del edificio que los rodeaba había un joven parado en un barandal de hierro tenía un abanico abierto de tela blanca y madera en dirección a ellos, era alto, delgado, de piel bronceada, ojos grises, cabello corto y lacio color negro, vestía una camisa rojo cereza le quedaba algo grande y floja, en la cintura llevaba un cinturón del tela amarillo del grosor de tres dedos, también llevaba un pantalón del mismo rojo y unas botas negras.

—¡Joven Yen!— llamó Kalet como si hubiera llegado un rayo de esperanza.

El nombrado miro a esa dirección, parecía que los dos jóvenes querían preguntarle qué hacía allí, pero debido a que el pelinegro tenía el ceño fruncido decidieron esperar a que él hablara.

—las flores...— fue lo único que salió de su boca mientras miraba a hacía abajo.

-—¿Flores?— Elián estaba confundido.

Miró hacia su alrededor donde todas las flores estaban dañadas por la pelea. Al fin había entendido la verdadera razón por la que había ido, por todos en la escuela era sabido que Yen Feng se encargaba de cuidar todas las flores de Eula incluso había plantado algunas, por eso sí alguien las dañaba o arrancaba se enoja mucho.

—lo siento, no tuvimos cuidado.— exclamó Elián apenado.

De pronto Yen Feng había bajado del barandal ahora estaba enmedio de los dos chicos a unos tres pasos más adelante.

—cualquiera que dañe las flores se las verá conmigo.— sentenció el pelinegro mirando a la mujer mientras abría de nuevo su abanico.

...

Ágata seguía sentada en el suelo durante todo este tiempo no había pasado nada, nadie había ido hacia el salón por un lado era bueno pues no había enemigos con los que lidiar pero malo porque aún no había noticias de los chicos. De pronto se escucharon unos pasos que iban hacia el salón esto alarmó a la chica la cual a se escondió en el escritorio sin hacer ruido, aunque sabía que era difícil que quién sea que estuviera detrás de la puerta pueda entrar sin el pase seguía asustada. Para su mala suerte la persona detrás de la puerta logró abrirla sin ningún esfuerzo, en reacción a eso Ágata se tapó la boca con ambas manos para evitar gritar del miedo, los pasos se acercaban cada vez más a ella, entonces miro unos dedos pálidos en el escritorio era de la persona dueña de los pasos el cuál se inclinó un poco para poder ver mejor a la chica.

— te encontré.— dijo Volker sin demostrar emoción alguna.

...

El combate continuaba del lado con los tres chicos,Yen Feng seguía al frente no tenía ninguna herida ni estaba cansado pero sudaba mucho, buscaba una forma de sacar a la mujer de la escuela pues no quería lastimar a las flores y su magia era muy destructiva.

— ¿A qué vinieron estos tipos tan molestos?— preguntó Feng a los dos chicos a sus espaldas.

— vienen por la piedra de sangre.— contestó Kalet.

A pesar de su sordera temporal al ser el que más cerca estaba del pelinegro trató de leer sus labios y se hizo más o menos una idea de lo que el contrario decía.

— si ya están aquí significa ya que saben el nombre y apariencia de la portadora, sino tiene a nadie que la proteja probablemente ahora esté en problemas.— mencionó Feng en voz alta para si mismo.

—por esa razón tenemos que darnos prisa ella nos está esperando.— anunció Elián.

Feng lo miró durante un segundo, después de examinarlo por completo cerró su abanico.

— ¿Es Ágata, verdad?... Iré con ustedes.

—ahora mismo esa chica ya debía ser capturada por Volker.— declaró con malicia la mujer.

El solo escuchar su nombre hacía enojar a Elián ya que le guardaba resentimiento por haber lastimado a Ágata.

— no entiendo que pudo haber pasado para que Volker este del lado del enemigo.— habló Kalet algo decepcionado.

—¿Quién carajos es Volker?— preguntó Feng confundido pero por su tono de voz parecía que estuviera enojado.

—sus padres murieron por proteger a Ágata.— confesó Elián.

Los otros dos jóvenes quedaron sorprendidos ante tal revelación incluso Feng que no entendía del todo de que estaban hablando. La mujer luego de contemplar la conversación de los jóvenes se dispuso a atacar.

— así que era por eso que alguien como Volker se hizo cercano al joven amo Indra en tan poco tiempo, incluso lo dejo a cargo de la invasión— dicho esto la mujer empezó a reír desquiciada.

La risa de la mujer ponía nerviosos a los chicos, el miedo aumento cuando la mujer estaba dispuesta a atacar las plumas empezaron a rodear a los chicos con la intención de algún momento caer sobre ellos como si fueran cuchillos, pero entonces algo sucedió se escuchó el grito de alguien a la vez que la mujer cayó al piso tras haber sido golpeada con un puño hecho de tierra y las plumas se esfumaron de la vista de los jóvenes, a menos de dos metros de ellos estaba una chica de capucha blanca la cual no se le podía ver la cara, Feng tenía pensando atacar.

— soy su aliado no pienso hacerles daño.— levantó las manos como si se estuviera rindiendo.

—¿Qué planeas?— preguntó Feng con desconfianza.

—solo vengo a ayudar, una vez todo termine los llevaré a un lugar seguro.— confesó parecía que no estaba mintiendo.

—el de magia de fuego, trae al sordo junto a ti, no confío en ella pero en esta situación no nos queda más que aceptar su ayuda... Pero si intenta algo extraño la cortaré en dos.— dijo Feng con el ceño fruncido con notoria desconfianza.

Elián obedeció, jalando a Kalet junto a él, ahora Feng era el que más cerca de la chica estaba. Pero aún con la desconfianza los chicos empezaron a pelear.

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