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"Recuerda que siempre habrá algo
que te impulsé a recordar el pasado"



30/5/2015

Aquella noche me sentía nostálgica, acababa de ver el resultado del Barça vs Athletic club, en aquel partido brilló el tridente de Messi, Suárez y Neymar. Definitivamente, habían hecho una auténtica maravilla, la emoción de la victoria traspasaba la pantalla del restaurante en donde estaba teniendo mi cuarta cita a solas con Niel, el chico que venía a la tienda de deportes en donde yo trabajaba simplemente para verme. Se pasaba dos veces por semana y ni siquiera venía a comprar nada, simplemente venía a verme durante un par de minutos y me parecía tan dulce su entusiasmo por mí que termine por aceptar salir con él cuando me lo pidió un par de veces.

Apenas había tocado mi plato, la pantalla plana estaba bastante cerca de donde estábamos sentados y no podía apartar la vista de la celebración que estaban teniendo en las calles de España.

- Lolita, no has comido nada, ¿no te gusta lo que pediste?

Aparte la mirada del televisor en cuanto salió la imagen de Neymar levantando la copa del rey desde el autobús del equipo. Sonreí al chico frente a mí sin saber que decir, lo cierto es que me había dado cuenta de que el sitio al que me había llevado estaba bastante solo para la hora que era y mi cabeza estaba preguntándose si era cosa mía o lo había hecho a propósito para que nadie nos viera juntos. Aunque viendo su actitud en las últimas semanas cuando empezó a venir seguido a mi trabajo, dejaba claro delante de todos mis compañeros que venía por qué le gustaba.

- Si no te gusta, puedes pedir otra cosa y me lo termino yo.

Su sonrisa era preciosa, tenía unos dientes perfectos y una barba que le hacía ver aún más atractivo de lo que a mí ya me parecía. En cierto modo tampoco había tocado mucho mi plato por qué me daba vergüenza y por otro estaba demasiado concentrada en el partido. Apenas le había prestado atención al pobre y encima había tenido que soportar el "mal carácter" que se me levanta cada vez que veo un partido de fútbol. Lo cierto es que da igual que equipos estén jugando, siempre que voy con uno me enfado, me quejo, río y grito como si estuviera allí en el estadio. Lo cierto es que soy demasiado emocional con todo.

- Sí que me gusta, es que estaba concentrada en el partido.

- Ya me he dado cuenta y me encantan tus reacciones, vas con todo.

Dios mío, no dejes que me ilusione tan rápido esta vez, te lo suplico. Hace un par de meses que no salía con nadie, de hecho le prometí a mi hermana que no saldría con nadie durante todo este año después de mi última y gran desilusión. Salí con un chico durante un par de meses y parecía respetar y compartir el hecho de que yo no estuviera lista para pasar de segunda base, lo que para mí ya era demasiado. Todo parecía ir de maravilla, hasta conocí a su familia y él a la mía, pero como todo en mi vida tiene fecha de caducidad rápida, al poco tiempo me enteré de que jugaba a dos bandas. Según él, la otra chica solo era para quitarse la calentura del momento, pero que yo era con la que se imaginaba en un futuro cercano. Lo acepté, le perdoné y seguimos un par de semanas hasta que vi unos mensajes en la pantalla bloqueada de su teléfono. Al parecer yo solo era la chica perfecta a los ojos de su madre, pero a los de él yo solo era una buena amiga con unos bonitos pechos. Los demás mensajes me terminaron de romper el encanto por completo, ambos se reían de mí. Así que de esto ni una sola palabra a Eva.

- ¿Quién es tu jugador favorito del Barça?

- En realidad yo siempre he sido del Real Madrid.

Él abrió sus ojos sorprendidos y dejó caer el tenedor sobre la mesa con un sonido molesto que me hizo reír. Empezó a negar con la cabeza sin creerse lo que le acaba de decir, acababa de decepcionarlo sin duda.

- ¿Cómo puedes no ser del Barça si acabas de ver este partido como una fanática del equipo? Me acabas de romper el corazón, ¡por el amor de Dios en ese equipo está Neymar, Neymar!

- ¿Y eso que tiene que ver? Hay muchos jugadores del mismo nivel que él. Además, me gusta más el estilo de Suárez.

Sonreí con gracia al ver como gesticulaba horrorizado con sus manos.

- ¡Venga ya! Eres una traidora, ¿cómo puedes preferir a Suárez? Neymar es uno de los mejores, en mi opinión él es digno de ser el heredero al trono de Pelé. Es uno los mejores jugadores que tiene Brasil.

- Bueno, bueno, tampoco es para que te pongas así. Lo acepto, el Barça tiene muy buen equipo, pero el Madrid tiene a Ronaldo y él mismo Pelé dijo que era el mejor.

- También lo dijo de Messi.

Asentí dándole la razón, la verdad es que eran dos equipos extraordinarios, a mí me encantaba ver el clásico en casa con mis padres y mis hermanos. Allí se olvidaban los modales y las malas palabras en español de mamá se nos salían por los poros, hasta papá que era un orgulloso Brasileño, cien por ciento se le escapaban de vez en cuando.

- ¿Quieres ir a dar un paseo por la playa después de cenar?

Sonreí y asentí encantada, amaba la playa cuando estaba a punto de anochecer, me parecía lo más bonito del mundo. El cielo se pintaba de colores preciosos y el mar se mecía con calma con la marea baja. Parecía que mi cabeza se equivocaba y a él no le importaba que lo vieran conmigo.

En cuanto terminemos de cenar él se levantó primero mientras yo cogía la chaqueta fina del trabajo y mi bolso para invitarme y pagar él la cena y me pareció un bollito de canela cuando me pregunto si quería ir por un helado antes de entrar a la playa.

- ¿Cuál es tu color favorito?

Me reí ante su pregunta, parecía un niño, solo hacía preguntas inocentes, ni siquiera podía mantener una conversación más seria durante cinco minutos. En cuanto pisemos la arena de la playa con los pies descalzos y dejemos los zapatos tirados en la arena cerca del agua, se acercó a mí con su helado en la mano derecha y con la otra me sujeto el mentón.

- ¿No vas a decirme tu color favorito? Muy bien, lo tendré que adivinar entonces... quizás... ¿Verde? Tienes pinta de que te gusta el verde.

Estaba embobada mirando sus ojos que me recorrían y descendían desde mis ojos hasta mis labios, pero aun así me hizo tanta gracia que rompiera el momento de esa manera que me reí sin apartarme de él. Me mordí el labio inferior haciéndome la pensativa y lo miré directo a los ojos.

- Morado.

- Menos mal que no has dicho negro, por qué casi todas las chicas que conozco dicen negro.

- Me encanta el negro.

Hizo una mueca arrugando su nariz y cerrando su ojo izquierdo y volví a reírme. Se terminó de acercar y rozo mi nariz con la suya antes de finalmente darme un beso dulce con sabor a helado de menta. Me gustaba.

- ¿Lolita?

La magia se rompió en cuanto escuche aquella voz. Me aparté de Niel y ambos giremos para ver a la persona que me había llamado y sonreí incómoda mirándola a solo un metro de mí.

- Rafaella.

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