33. Struck

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Capítulo XXXIII 

Kain esta aquí.

Mis ojos indagan todo el lugar, en la oscuridad de los arboles pero no veo nada.

—¿Qué les has hecho?— pregunto, preocupada por mi clan.

—Están a salvo,— Kain responde, y es como si su voz viniera de todos lados, —no quería estorbos en nuestra conversación.

—¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué no te muestras?

—¿Por qué estás a la defensiva? ¿Por qué asumes que soy el villano?

—Porque es lo que has demostrado hasta ahora.

Una risa ronca, masculina y corta hace eco a mi alrededor.

—¿Y como he demostrado eso, Morgan?

—Has ayudado a Nhyme y estoy segura que ese ataque que viene a nosotros tiene que ver contigo.

—Hmmm,— él toma una pausa, —tal vez.

—¿Qué es lo que quieres, Kain?

—Mi nombre suena bien en tu voz.

—No estoy para tus juegos, dime, ¿qué es lo que quieres? Se que si quisieras matarme ya lo habrías hecho, entonces, ¿Qué es lo que quieres de mi?

—Quiero que hagas la Purificación.

Eso me hace arrugar mis cejas.

—No te creo.

—Esa es la razón por la que estoy aquí, estoy dispuesto a darte el poder restante que necesitas para ser capaz de realizar la Purificación.

—¿Qué? ¿Por qué harías eso?

—Nunca dije que fuera el villano, Morgan.

—Entonces, ¿Por que actuar como el villano hasta ahora? ¿Por qué ahora?

—Tengo mis razones.

—No confío en ti en lo absoluto.

—Buena chica, pero si confías o no en mí no es algo que me importe, — él susurra, y casi puedo sentir su aliento en mi oreja pero cuando me giro no hay nada, —solo quiero una cosa de ti por ahora y es que cumplas tu misión.

—¿Por qué ahora? Hay tantas cosas que no entiendo sobre ti.

—Y tendremos todo el tiempo del mundo para tener una conversación sobre tus dudas y preguntas después de que hagas la Purificación.

—Como si fuera a acercarme a ti después de la Purificación.

—Oh, lo harás, Morgan, créeme.

El silencio reina entre nosotros por unos segundos, quiero preguntarles tantas cosas pero Kain no ha venido a aclarar mis dudas, él viene con un propósito.

—¿Qué te hace pensar que aceptaría tu poder?

—Lo harás, por las buenas o por las malas.— puedo percibir la diversión en su voz, —y puedo ser muy creativo por las malas, Morgan.

—¿Me estás amenazando?

—No, solo estoy diciéndote los hechos. Preferiría que aceptaras lo que ofrezco voluntariamente pero no me temblará el pulso para recurrir a métodos... digamos, un poco más sangrientos.

—No te tengo miedo.

—Oh, no me refería a usar esos métodos contigo.

Escucho un quejido de dolor y mis ojos van a Milosh. Él aún esta paralizado pero sangre brota de sus ojos y rueda por sus mejillas, una linea sangrienta saliendo de sus oídos también.

—¡No!— quiero correr a él pero es como si mis pies estuvieran atados al suelo.

—Puedo matarlos a todos en cuestión de segundos, así que se una buena chica, y acepta.

—Ellos son inocentes, si los matas, morirás en la Purificación que tanto deseas que haga.

Kain se ríe de nuevo.

—Tu inocencia me divierte tanto.

¿A qué se refería? ¿Por qué Kain no le teme a la Purificación?

—No tengo toda la noche, Morgan. Decide antes de que reviente todos los órganos de tu hermano con el chasquido de mis dedos.

—¡No! ¡Esta bien! Aceptaré pero por favor, no los lastimes.

De repente, siento la fuerte presencia de Kain justo detrás de mí. Su respiración en la parte de atrás de mi cuello. Quiero girarme hacia él pero mi cuerpo no me obedece.

Kain pega su cuerpo al mío desde atrás, y pasa su brazo por encima de mi hombro, exponiendo su muñeca pálida frente a mi, noto que él tiene la misma marca que me salió hace unos meses, esa que traté de cubrir con los brazaletes de Lyla. Confirmo que debe ser una marca de Purificadores.

Kain usa su otro brazo y lo envuelve alrededor de mi, su mano descansado sobre mi abdomen, pegándome aún más a él. Su helada respiración esta sobre mi oído.

—Sabes lo que tienes que hacer.— su voz profunda me guía.

Tengo que morderlo.

Los colmillos de Kain rasguñan la piel de mi cuello.

—¿Vas a morderme?— tengo que preguntar.

—Si.

—No quiero un vinculo contigo.

—Y no lo tendrás, entre Purificadores no existe esa vinculación arcaica y automática que existe entre otras criaturas, solo creamos vínculos si así lo deseamos.

—¿Cómo se que no mientes?

—¿Crees que querría un vinculo contigo? El hecho de que ambos seamos Purificadores no quiere decir que tenga algún interés personal en ti.

Kain me presiona aún más contra él y tomo su muñeca frente a mi, extendiendo mis colmillos. Su otra mano deja mis abdomen para subir hasta mi cabello y agarrar un puño del mismo, echando mi cabeza a un lado, exponiendo mi cuello aún más para él.

Antes de que pueda pensar en miles de razones para no hacer esto, cierro los ojos y entierro mis colmillos en su muñeca. Al mismo tiempo, Kain clava los suyos en mi cuello.

En el momento que su sangre se apresura dentro de mi boca, me doy cuenta de lo poderoso que él realmente es. No puedo describir con palabras el poder que su sangre me brinda, invade cada parte de mi, adaptándose, sembrándose en cada nervio, cada esquina de mi cuerpo.

No hay recuerdos, no hay nada, no me revela nada sobre él. Su esencia es solo este poder inmenso que sobrecarga mi cuerpo y me hace aferrarme a su muñeca para no caerme, mis piernas debilitándose.

La sangre de Kain sabe a poder puro y natural, a lo imposible, a oscuridad. Una conexión se forma entre nosotros pero no es un vinculo, parece ser un puente de energía temporal que él utiliza para pasarme lo que puede de su poder, el cual es tan impresionante que no se si pueda manejarlo.

Mi cuerpo lucha por retener la potencia de toda esta energía y decaigo un poco, sin embargo, Kain usa su mano enrollada en un puño de mi cabello para sostenerme y mantenerme pegada a él. Sus colmillos profundizan su invasión en mi piel.

Por un segundo, veo a un niño de espaldas a mi en un bosque en llamas. Lleva puesta una capa negra que tiene una capucha que cubre su rostro. Mis ojos bajan a sus pies y veo a un montón de animales muertos a su alrededor. Él niño mira a un lado y solo puedo ver el perfil de su cara pero en vez de una expresión de frialdad, lagrimas rojas gotean de su mentón antes de que él enderece su cara y se esfume en el aire.

Kain aprieta su agarra en mi cabello.

Mantente fuera de mi mente, gruñe en mi mente.

No lo he hecho a propósito, pero me llama la atención que Kain suene tan fuera de control. Él debió estar muy seguro de que no podría ver nada para compartir su sangre así conmigo. Pero si yo era el primer Purificador vivo después de él, puede que sea la primera vez que comparte sangre con uno, por lo tanto, desconozca la habilidad de que pueda indagar su mente en contra de su voluntad.

No lo hagas enojar.

Mi consciencia me recomienda, recordándome la naturaleza violenta de Kain.

Pero si quiero descifrar las intenciones de Kain, es mi única oportunidad.

Morgan.

El sonido de su voz es amenaza pura, él puede sentirme intentando indagar en sus recuerdos.

Estoy de pie ante una gran puerta de madera, me muevo a un lado y puedo ver rejas por todos lados, como si sus recuerdos estuvieran del otro lado y estas rejas me mantuvieran fuera pero eso no quiere decir que no puedo ver un poco a través de las mismas.

Meto mi cara entre las rejas, observando una aldea que luce tan antigua que me sorprende. Hay un alboroto, y gente en atuendos que nunca he visto grita en un idioma que aunque no se, por alguna razón puedo entender.

—¡Es un monstruo! ¡Llora sangre! ¡Es maldad pura!

Un señor grita, empujando a un niño al medio de la gente, es el niño de la capucha del recuerdo anterior.

—¡Todos los animales están muertos! Ha sido él, ha traído la desgracia a esta aldea, ¡Es un demonio! ¡Miren esas lagrimas sangrientas!

—¡Basta!— una niña también en capucha negra, más grande que él niño se hace lugar entre la gente para llegar al niño, —¡Él no es un monstruo!

Esa voz, esas facciones, ¿Kaya?

Entonces el niño es...

—Kain,— Kaya se arrodilla frente a él, —vamos, levántate.

El señor toma a Kaya del cabello, y la lanza a un lado.

—¡Quitate! Eres un demonio como él, ¡Bruja!

Kain no se mueve, no habla.

Una señora con una trenza de lado aparece al lado de ambos niños, su rostro lleno de polvo como si viniera de trabajar en algún campo.

—¡Parad!— ella enfrenta al hombre, —Deja a mis hijos en paz.

—¿Llamas hijos a esas aberraciones?— el hombre se ríe, —¿Por qué nos sorprendería? Ni siquiera sabes quien es el padre,— él escupe la cara de la señora, y Kain se pone de pie, apretando sus puños a sus lados.

La señora se limpia y ojea a Kain.

—Esta bien, no vale la pena.— como si supiera de lo que él es capaz.

—Escuchen todos, esta familia ha esparcido su maldad en nuestra aldea. Él,— señala a Kain, —ha matado a todos los animales del bosque y los ha quemado, ¿Qué cazaremos y guardaremos para el invierno? Nos moriremos de hambre por este engendro y su desvergonzada madre.

Murmullos alrededor de la madre, Kain y Kaya. Miradas de desprecio, de miedo. Y entonces, entiendo, en la era que Kain y Kaya nacieron los tiempos eran muy diferentes. Lo desconocido era tratado como la plaga con mucha más facilidad e incluso me pregunté si Kain y Kaya sabían o entendían lo que eran porque ellos fueron los primeros.

—Monstruos.

—Engendros.

—Qué los echen de la aldea.

—Bruja.

Y un montón de insultos siguen fluyendo entre los aldeanos.

—¡No quise hacerlo!— grita Kain silenciándolos a todos, —No quería hacerles daño, lo juro,— su voz se quiebra, —yo solo quería... tocarlos, acariciarlos, yo...— él llora abiertamente, —no quería herirlos, por favor, mamá,— él jala la falda de su mamá, —Diles que yo no soy un monstruo.

Su mamá se arrodilla frente a él y le da esa cálida sonrisa que me recuerda a mi madre, todas esas veces que me aseguró que todo estaría bien. Ella limpia las lagrimas rojas sobre las mejillas de Kain.

—Kain, tú no eres un monstruo.

—Pero mamá, yo... yo... solo quería tocarlos, no se porque...— él levanta su mano temblorosa, —no se que hice.

—Yo lo se, Kain, yo lo se.

Y luego todo pasa tan rápido, la señora se pone de pie pero antes de que pueda hablar, un aldeano la golpea en la cabeza con un palo, tumbándola de inmediato.

—¡No!— Kain y Kaya gritan al mismo tiempo.

La madre de Kain esta inconsciente sobre el suelo, un charco de sangre formandose debajo de su cabeza. Kain y Kaya se arrodillan a su lado, sosteniendo su cabeza.

—Madre, no, no, no.— Kaya suplica, sus manos resbalándose en la sangre que gotea de la cabeza de su madre, —¡Qué has hecho!— les grita a los aldeanos quienes lucen sorprendidos y se comienzan a alejar, —¡Ayudala! ¡Traigan al curandero! ¡Por favor! ¡Madre! ¡Madre!— la llama.

El pequeño Kain llora desconsolado, su labio inferior temblando mientras pide ayuda.

—¡Por favor!— le suplica a unos aldeanos a su lado, —Ayudala, se los suplico.

Los aldeanos miran hacia a otro lado y se van.

—¡No se vayan!— Kaya grita desesperada, tratando de detener la sangre, sus ojos se cruzan con el que parece el curandero de la aldea, —¡Milton! Ayude a mi madre, por favor, se lo ruego.

El curandero le da una mirada llena de lastima antes de darles la espalda y alejarse.

Kaya comienza a hiperventilar, desesperada. Kain acaricia la frente de su madre con gentileza.

—Madre.— Kain susurra, y lagrimas llenan mis ojos porque recuerdo la forma horrible en la que mi madre también murió en mis brazos, —por favor, lo siento, es mi culpa, lo siento mucho.

El cuerpo de su madre su vuelve pálido, su pecho no se mueve, se ha ido pero Kain y Kaya permanecen allí, llorando sin control.

Las lagrimas de Kain caen al suelo, una flor surgiendo del lugar donde cayeron y floreciendo al lado de su madre, creando el camino para que docenas de flores florezcan alrededor de ella, todas blancas, frondosas y hermosas.

No puedo evitar las lagrimas rodando en mis mejillas antes esta escena pero entonces pasa, los ojos del pequeño Kain se encuentran con los míos y me mira con rabia pura.

—Sal de mi cabeza, ¡Ahora!

Y lo hago, soy empujada fuera de sus recuerdos con tan fuerza que casi me caigo al volver a la realidad. Kain despega sus colmillos de mi cuello y arranca su muñeca de mi boca de golpe, dando un paso atrás.

Aprovecho para girarme hacia él pero cuando lo hago, él es más rápido que yo y cubre mis ojos con su mano, usando la otra para apretar mi cuello ligeramente.

—¿Por qué no me dejas verte?

—Tengo mis razones para eso.

—Lamento lo de tu madre—

—Para.— me interrumpe, —eso pasó hace mucho tiempo y si crees que me importa, estás muy equivocada.

Él aprieta mi cuello y hago una mueca de dolor. Puedo sentir su respiración sobre mis labios mientras habla.

—Lo único que tienes que recordar de eso es lo que dijeron los aldeanos, Morgan, porque tenían toda la razón.— murmura sobre mi boca, —soy un monstruo.

Y con eso desapareció, abrí mis ojos y la lluvia comenzó a caer de nuevo, todos descongelados frente a mis ojos, completamente ignorantes del hecho de lo que acababa de pasar.

De que me había encontrado con el primer Purificador del mundo, el único que había logrado hacer la Purificación y el que cada vez me confundía más. 

-------------------------------------

Nota de la autora: ¡Cómo disfruté escribiendo estos dos capítulos! Nos acercamos al final, quedan como dos capítulos más para llegar al final. Así que probablemente este fin de semana o cuando pueda, tendrán los dos capítulos especiales. ¡Preparense!

Ahora, aquí discutamos el capítulo, ¿Qué les han parecido estos dos capítulos? ¿Qué tal el tratado de Gulch y los Escudos? 

Y aquí una sección aparte, ¿Kain? 

Muakatela,

Ariana G. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro