Capítulo 18: Amigos

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Karma

Arropaba a Mayu en su cama mientras escuchaba las risitas que dejaba escapar de vez en cuando mientras se oponía a irse a dormir.

-- Esta pequeña pulga tiene que irse a dormir – dije mientras la obligaba a quedar dentro de las sábanas.

-- ¡¡Den quiere seguir jugando y yo también!! – el pájaro revoloteó emocionado dándole la razón.

-- A veces pienso que quieres más a ese pájaro que a mí.

-- ¡Claro que no! Te quiero mucho a ti, a mamá, a Nagisa, a Rio, a Akari, a Asami y... no, a Yoichi no, el huele a popo – hizo cara de asco al mencionar a su compañero.

-- ¿A si? – pregunté un poco incrédulo.

-- ¡Sí! ¡El corazón es demasiado grande para solo querer a una persona! ¡La abuela Rioko lo dijo! – Exclamó refiriéndose a la madre de Manami – ¡Yo creo que entre más gente tenga la familia es mejor, así sería más divertido!

Sonreí recordando la plática que había tenido con Rio esa misma tarde. En el transcurso del día sus palabras parecían colgadas en el aire, sin dejarme pensar en otra cosa que no fuera eso. Le sonreí para después alborotar su pelo y tomar las sábanas y envolverla como si fuera un taco.

-- La niñera vendrá en un rato, así que es mejor que te duermas de una vez – le dije poniendo a su peluche al lado del taco.

-- ¿Por qué no ha venido Nagisa, papá?

Desde hace una semana aproximadamente Nagisa había vuelto a desaparecer como era su costumbre y eso nos preocupaba.

-- No lo sé, de seguro está ocupada.

-- A veces siento que Nagisa está muy triste -- exclamó el taco parlante – Me recuerda a ti cada vez que veías la foto de mamá. Quiero ayudarla, papá, quiero a Nagisa; ella hace dulces muy ricos, es muy amable, divertida y es muy cálida... – sus parpados se volvieron pesados hasta cerrarse -- Te quiero papi -- dijo antes de quedarse completamente dormida

Salí de la habitación sintiendo ese vacío en mi pecho que sus palabras habían dejado.

-- Yo también... -- susurré para mí mismo escuchando el timbre sonar.

...

Trabajo, trabajo y más trabajo. Ni siquiera estábamos por terminar la primera semana de marzo cuando todo el personal estaba ahogado en café y miseria. El dolor de cabeza me mataba y Sakura ya no podía estar con zapatillas así que nadaba por todos lados descalza al igual que la mayoría de mis empleadas. Estaba seguro que si alguien entraba a este piso pensaría que era un tipo de apocalipsis zombie, por los rostros apagados y cansado de todos, además de los uniformes desalineados, el olor a muerto y las ojeras prominentes.

Desde hace tres días no había podido volver a casa, por lo que le llamé a Rio para que cuidara a Mayu mientras yo estaba ausente, por las cortas llamadas telefónicas que recibía, al parecer entre Terasaka, Rio y Mayu se la pasaban bien, aunque mi hija seguía extrañando a Nagisa y a mí. La presencia de aquellos dos adultos la hacía feliz.

>>Por lo menos espero que a Mayu le esté yendo mejor<< pensé mientas cerraba los ojos momentáneamente para dormitar unos cinco minutos antes de que llegara más trabajo.

Mayu

Miraba a Den aletear al otro lado del cristal mientras la maestra daba clase. Era una lástima que no dejaran pasar animales al salón, por eso Den siempre tenía que estar afuera esperándome. Muchas veces mi maestra me preguntó como lo había adestrado o donde lo había conseguido, y nunca me creía cuando le decía que era mágico, porque Den era mágico, no había otra explicación.

Balanceaba mis pies por debajo del escritorio y mire nostálgica al pizarrón.

>>Extraño a papá<< pensé triste.

Desde hace algunos días no lo había podido ver y muy pocas veces platicábamos por teléfono, y en todas esas ocasiones lo noté muy cansado. No quería molestarlo ni quitarle su tiempo, sin embargo, tampoco le había podido contar lo que pasaba con Asami. El mismo día que mi papá se había quedado a trabajar, Asami había llegado desanimada a la escuela. No era difícil notarlo, su mirada era triste y su cabello no estaba recogido como siempre.

Pero como era de esperarse, Yoichi es un idiota que por más que le dije no se daba cuenta, a veces me daba ganas de estrellarle una silla, pero por respeto a la silla no lo hacía. El caso es que el indiscreto fue a echarse directo de cabeza haciéndole la pregunta de la forma menos delicada posible. No pasó mucho para que Asami se pusiera a llorar y a decirnos que sus padres se habían peleado y que su padre se fue de la casa por algunos días. Era obvio que estaría triste.

Yo no supe que hacer para que se sintiera mejor, menos Yoichi. Y las personas más sabias que yo conocía en el planeta, eran Nagisa y mi papá; pero no tenía a ninguno de los dos cerca y Asami nos había suplicado que no le contáramos a nadie. Lo prometí inmediatamente y obligué a Yoichi a hacerlo a base de golpes.

Era el tercer día y el estado de ánimo de mi amiga no parecía mejorar. Incluso intenté hacerle un postre para alegrarla, pero era inútil. Aunque, al final me sonrió y me dio las gracias, creo que me había salido bien después de todo. A nuestros esfuerzos se sumó Den y en los recreos jugábamos con ella y eso parecía animarla un poco – he ahí otra prueba de que Den era mágico – Tal vez lo más divertido de esos días es que Yoichi trajo consigo una revista de modas que su padre tenía guardada e intentamos peinarla entre nosotros, nos fue fatal, Yoichi no seguía mis órdenes al momento e cepillarla. Increíblemente esta mañana había llegado con un estuche completo lleno de cepillos y adornos para el cabello; y en contra de mi voluntad, fui su ayudante esta vez. Aunque nos llevamos todo el tiempo del receso Yoichi resultó tener habilidad con el cepillo, su trenza era perfecta y los adornos estaban bien colocados. Obviamente eso era pura cuestión de suerte, pero bueno Asami se veía mucho más feliz con eso.

Estábamos en la última clase y habíamos acordado comprar algunos dulces en la salida y comerlos juntos, ya que no pudimos comprar nada en el recreo. Estaba concentrada en la famosa "inmortalidad del cangrejo" cuando el sonido de la campanita de los avisos sonó por los altavoces del salón.

-- Señorita Yuuki, favor de pasar a la oficina del director con sus cosas. Señorita Yuuki, favor de pasar a la oficina del director con sus cosas.

Todos nos espantamos al escuchar el apellido de Asami ser nombrado. Yoichi y yo intercambiamos miradas asustadas y mientras Asami recogía sus cosas su expresión era la misma que la de nosotros. Sin perder tiempo pateé la rodilla de Yoichi para que fuera a ayudarla a recoger y a cargar su pesada mochila – Ella practicaba ballet, así que llevaba muchas cosas – Cuando salieron solo pude desearles suerte con la mirada.

A la salida Yoichi me contó que su mamá la estaba esperando en la oficina del director y que el ambiente se veía muy pesado, lo cual me preocupó mucho.

>>Espero que todo salga mejor mañana<< deseé con todo mi corazón mientras acariciaba la cabeza de Den

...

Al parecer para la cena de esa tarde mi papá por fin podría volver a casa ya que su trabajo se habría terminado, me alegré mucho, pues al fin, después de cuatro días, podría contarle lo sucedido y podría pedir un consejo. Nagisa no había aparecido y algo me decía que no podía esperar más tiempo, algo iba mal, muy mal, lo sentía en mi barriguita.

Ese día en particular Asami no había podido llegar a las primeras clases y eso no hizo más que aquel presentimiento retenido en mi pancita se hiciera más fuerte. Cuando llegó, su estado no era mejor que el de los días anteriores; su cabello de nuevo estaba desalineado – Yoichi ya lo presentía, así que había traído su maleta milagrosa de nuevo – sus ojos estaban muy hinchados y esta vez no se esforzaba en sonreír.

Al parecer era la única con la suficiente cabeza y percepción para notarlo, pues todo el salón actuó normal. Parecía que estar en mucho contacto con Yoichi les había pegado su mala vista.

No podíamos platicar con ella hasta la hora de la salida, así que tuvimos que esperar y ese tiempo era una eternidad. Miré a Den desde el cristal preocupada y el solo me devolvió un aleteo en respuesta.

>> ¿Tú también estás preocupado, eh?<< susurré sabiendo perfectamente que recibiría el mensaje.

Cuando la campana del recreo sonó Asami fue la primera en salir del salón. Y sin pensarlo, Yoichi y yo la seguimos, pero pareciese una sombra, pues la perdimos de vista muy rápidamente; por suerte, Den tenía mejor vista que nosotros y su poder de rastreo eras impresionante – Y nadie quería creerme que era mágico – por lo que la encontramos escondida en un rincón un poco lejos de la puerta de salida por la que los demás alumnos comenzaban a irse.

Nos sentamos al lado de ella e inmediatamente nos corrió a ambos. Yoichi estaba dispuesto a dejarla en ese estado, por supuesto lo tomé del brazo y lo obligue a quedarse. En ese momento Asami tenía la misma aura que Nagisa y mi papá, una de profunda tristeza y soledad; yo sabía bien que las cosas de adultos eran eso, cosas de adultos y yo no podría cambiar las cosas, mucho menos ayudarlos, pero Asami no era un adulto, era como yo, pequeña, y sobre todo era mi amiga desde siempre. Por supuesto no la iba a dejar así.

Asami lloraba pero ella misma se esforzaba por callar su llanto entre sus rodillas, esperamos un poco a que se tranquilizara, pero de repente nos dijo:

-- Mi papá se va a separar de mi mamá...

Cuando nos quedamos en silencio lo único que se podía escuchar eran los sollozos de Asami. La rodeamos en un abrazo pero ella de inmediato se alejó. Su expresión era de enojo y tristeza a la vez.

-- No quiero que me tengan lástima. Mamá dice que no sirve de nada.

-- ¿Pero estás segura de eso? – preguntó Yoichi cuidando su distancia.

-- Ayer hablaron conmigo, dijeron que las cosas seguirían igual, pero yo sé que no es así...

-- ¡Pero estoy segura de que todo se solucionará! – Aseguré – ¡Las cosas siempre se resuelven! – Insistí mirando a Yoichi buscando apoyo, pero el solo negó con su cabeza intentando hacer que parará -- ¡Solo tienes que ver el lado positivo de las cosas, tal vez...!

-- ¡No hay lado positivo, Mayu, entiéndelo! – Me miró con los ojos hinchados y enfurecidos -- Todo lo que conocía se está desmoronando y no hay como arreglarlo.

-- ¡Estoy segura de que hay una alternativa...!

-- Mayu... -- Yoichi me susurró para después hacer negar repetidas veces con la cabeza, cosa que ignoré.

-- Comprendemos que te sientes triste ahora pero...

-- Ese es tu problema Mayu, ¡Tú nunca escuchas! – Asami se levantó y nosotros la imitamos – ¡Crees que comprendes pero no es así! ¡No puedes entender como me siento en este momento, por lo menos Yoichi puede tener una idea, porque tiene a sus dos papás, pero tú has estado sola desde que naciste, ¡No puedes saber cómo me siento!, ¡Tu ni siquiera tienes mamá! Ella no puede abandonarte...

Bajé la mirada y de repente comprendí su punto.

-- Oigan no creen que deberíamos... -- escuché a Yoichi a lo lejos.

Ella tenía mucha razón, yo no podía opinar nada al respecto. Ya no podía escuchar a Yoichi, que al parecer quería arreglar las cosas, solo tomé mi mochila y me fui corriendo.

-- ¡Mayu! – me gritaron pero no podía dejar de correr.

Cuando pasé la puerta de la escuela me sentí mal por haber roto mi promesa con Rio de esperarla e irnos juntas. En ese momento solo podía pensar en lo que me había dicho Asami. Realmente nunca me había afectado ese asunto, mi papá siempre se encargó de que nunca me preocupara por ello y nuestra familia estaba feliz... Las pocas ocasiones que pensaba en ello era cuando miraba a las madres en los festivales o escuchaba los relatos de los demás con sus madres o su familia, papá llenaba el vacío con sus comentarios y sus bromas, él siempre dijo que su felicidad era la mía y eso era suficiente.

-- Tiene razón Den, yo no tengo a nadie más que a mi papá, ¿Pero eso está bien, no? Él es mi persona más importante... ¡¿Pero por qué no puedo dejar de llorar?! – seguía llorando mientras corría sin dirección alguna.

De inmediato pensé en ir a buscar a mi papá, pero también pensé en lo cansado y ocupado que debía estar, además de que si me veía triste él también lo estaría y lo que menos quería en el mundo era causarle problemas. Le prometí a mi abuela Rioko que serías una buena niña y ayudaría a mi papá todo lo que pudiera. No quería que papá fuera infeliz.

A mi mente vino aquel claro en la montaña, en aquel lugar tranquilo lleno de platas e insectos y el olor dulce de la cabaña. >> Quiero estar con Nagisa<< Tan pronto como pensé eso unas mariposas de un color dorado comenzaron a aparecer a mi alrededor, no sabía con certeza que eran, pero me daban muchas confianza. Den comenzó a aletear rápido y las mariposas volaron en una dirección en concreto por lo que las seguí.

Nagisa

La tarde comenzaba a caer. Terminé de tender la ropa mientras Jack jugueteaba con un palo viejo. Me reí y sentí como una brisa proveniente del sauce, alborotaba las sábanas recién lavadas, los pájaros en sus jaulas comenzaban a alterarse y Jack dejaba el palo para sentarse y mirar hacia la nada.

Por alguna razón en particular sentí el famoso dejavú, pero por más que lo pensaba no encontraba incidencia en mis recuerdos. Me extrañé un poco por el comportamiento de todos, pero seguí con mis labores; poder respirar con tranquilidad después de tanto tiempos se sentía realmente bien. Mis heridas ya habían cerrado y tal vez lo único preocupante sería la venda en mi cabeza, por suerte no era grave, y en otro día más estaría como nueva.

>>Para volver a tu dulce mentira, Nagisa<< la voz en mi mente me recordó. Lo prefería así, era mejor que pasar toda la vida en el infierno. Si podía mentirme aunque sea un poco, lo haría, pero me seguía preocupando por la reacción de los Akabane cuando supieran la verdad.

>>Eres una mentirosa Nagisa<<

Suspiré inhalando el aire tratando de ignorar las voces en mi cabeza. Me alarmé un poco cuando sentí un cambio en el aire. Alguien había entrado a la montaña sin duda, y rezaba con todas mis fuerzas por que no fuera él. Quise decirle a Jack que se escondiera por si acaso, sin embargo, él se fue corriendo a recibir al intruso. Escuché una voz jadeante y los ladridos de alegría de Jack sumados al canto de un ave que supe reconocer enseguida.

-- ¿Den? – De inmediato dejé la canasta que tenía en las manos para correr en dirección del ruido -- ¡Mayu!

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yO DIGO QUE LA aSAMI SE PASÒ DE VRG* and u can't change my mind

Según Wattpad es un capítulo cortito, peeeero según mi sufrimiento y el de mi editora es un capitulo normal así que creo que esta bien.

La recomendación de esta semana es que duerman bien, no se desvelen leyendo, o en mi caso, escribiendo, porque leí que a la larga eso te puede matar (aunque eso suene bien para personas como yo) DUERMAN BIEEEN

Besitos en su colita, chao

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