Cap. 5: Luna, la sensible

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Lori no pudo entrar al cuarto porque Luna tenía las llaves para que nadie entrara. Y no les quedó de otra que dejar la puerta cerrada mientras escuchaban el fuerte llanto de la hermana rockera.

Al día siguiente, todos se despertaron cuando Rita los llamó para desayunar. Todos estaban felices por comer el desayuno excepto Luna, quien se veía muy triste.

Lincoln: Luna, ¿estás bien?

Lana: Si no quieres al desayuno no hay problema, yo me lo como(ríe un poco)

Lori: No es algo gracioso y no creo que sea el desayuno.

Lincoln: De nuevo, Luna: ¿estás bien?

Luna no respondió y sus ojos se volvieron brillantes, entonces unas lágrimas aparecieron en sus ojos y comenzó a llorar fuerte de nuevo, quitó el plato del desayuno y puso su cara en la mesa que estaba humedeciéndose por sus enormes lágrimas.

Lynn: Llora y llora y llora y llora, parece tener lágrimas infinitas.

Lincoln: Lynn, recuerda que la afectó lo que pasó en esa fiesta.

Luna con tan solo escuchar eso, se bajó de la silla y se fue llorando hacia su cuarto. Fue a la secundaria y estuvo llorando durante toda la mañana y cuando volvió a casa, tenía lágrimas negras debido a que su maquillaje se corría. Toda la familia se preocupaba por ella.

Lisa: Creo que deberíamos llamar a un especialista en la depresión alta.

Leni: ¿Qué?

Lisa: Que llamemos a un psicólogo.

Señor Lynn: Creo que sí deberíamos, es la persona que Luna necesita para esto.

El señor Lynn llamó al psicólogo por su celular.

Señor Lynn: Contesta, contesta, contesta

Psicólogo:(En la línea) ¿Hola?

Señor Lynn: Hola, necesito de su ayuda.

Psicólogo: ¿Qué necesita?

Señor Lynn: Mi hija Luna está en una enorme depresión y desde hace unos días no para de llorar porque dice que la persona que amaba le fue infiel.

Psicólogo: Ya veo.

Señor Lynn: Estamos en la residencia Loud, ¿podría venir?

Psicólogo: Lamentablemente estoy ocupado estos días, solo podré ir el sábado.

Señor Lynn: Oh bueno, creo que podría esperar, muy bien, entonces venga el sábado.

Psicólogo: Muy bien, iré, hasta luego.

Señor Lynn: Hasta luego(cuelga)bueno, familia, parece que tendremos que esperar hasta el sábado.

Lincoln: ¿Qué? 

Luan: ¿En serio? No soporto seguir escuchando llorar a Luna.

Lana: La casa de va a inundar por sus lágrimas.

Señor Lynn: Pues no hay de otra, el psicólogo está ocupado estos días pero vendrá el sábado.

Leni: Bueno, habrá que esperar.

Los hermanos no se sentían bien al ver a Luna tan deprimida. Muchas intentaban animarla mientras entraban a su cuarto, debido a que ya tenían las llaves y podían entrar.

Lori: Luna, te sacaré una selfie conmigo(saca una selfie con las dos)Eh, eh, quedó linda, ¿verdad?(sonrió nerviosamente)

Luna: Es tan bonita y(lagrimeando)me recuerda.....¡lo que creía tener con Sam!(Lloró de nuevo)

Lori: Rayos(salió del cuarto)No pude yo, ¿alguien más quiere intentar?

Leni: Yo iré esta vez(entró)Oye, Luna, mira este hermoso suéter que tengo para tiiiii.

Luna:(Lo vio y solo volvió a llorar cubriéndose la cara con sus manos)

Leni: Me llévala(salió)Tampoco pude yo.

Luan: Yo le contaré un chiste que siempre la hace reír(entro al cuarto)

Luna:(Llorando)Ahora tú.

Luan: ¿Cómo atrapas a un pez en la computadora? 

Luna: No sé.

Luan: Usando la red jajajajajajajajajajajajajajaja ¿entiendes?

Luna:(Se puso a llorar nuevamente)

Luan: Sí, no era muy buen chiste(salió)

Todas las demás hermanas trataban de animarla con lo que fuera, pero no lo lograron. Luna ya no era la chica rockera alegre de antes, sino una chica extremadamente sensible que lloraba de todo y de nada por lo que sentía en su corazón.

Luna: Ya ni estoy de humor para tocar música o cantar.

Lincoln: Pero tiene que haber una solución.

Luna: ¡No la hay! No puedes curar un corazón roto como el mío.

Lincoln: Llevas demasiado tiempo llorando y queremos ayudarte. El sábado llegará un psicólogo que te ayudará, solo ten esperanza, yo sé que estás muy triste y destrozada por eso y solo tratamos de solucionarlo.

Luna:(Secándose las lágrimas)Bueno, está bien, tendré esperanza.

Lincoln: Qué bueno que ya la tengas.

Los días pasaron hasta que llegó el psicólogo.

Psicólogo: Bueno aquí es.




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