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<3 ──،🖋{Three Shot}|💖💖💖


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── Déjame ser tu hombre.

Mientras Jimin desahogaba todo su dolor en los brazos de su ex novio Taemin; Un muy molesto -Y celoso- Yoongi se acercaba a paso firme y apurado hacía la linda pareja de jóvenes...

Al encontrarse frente a los menores, fingió una muy falsa tos y carraspeó su garganta bastante más fuerte de lo normal.

── Jimin, ¿Podemos hablar? ──Inquirió con seriedad observando unicamente al jóven que prácticamente hipaba en lo brazos de ──Según el mayor── su copia barata.

Jimin es más guapo.

── Yo creo que ustedes ya hablaron suficiente por si no te has dado cuenta ──Respondió Taemin observandolo con furia al saber que él era culpable de las lágrimas del peli negro.

Taemin y Jimin eran compañeros de trabajo hace unos años, ambos eran grandes y prestigiados modelos, los más queridos del pais. Muchos les decían "los gemelos de oro" porque a pesar de no ser familia, ambos compartían muchos rasgos faciales y expresiones corporales que los hacía parecer gemelos. Gracias a su fama y a que pertenecían a la misma empresa, se habían vuelto muy cercanos, prácticamente grandes amigos en poco tiempo.

Tres años de amistad provocaron que sin esperarlo, el mayor de ambos ──Taemin── comenzará a desarrollar sentimientos por el hermoso e irresistible Park Jimin; lo cierto es que él muy bien conocía del amor imposible que este sentía por su mejor amigo, por ende, jamás se atrevió a confesarle sus sentimientos hasta hace unos pocos meses cuando para sorpresa suya el menor aceptó con un dulce : ── Podemos intentarlo.

El tema es que el rubio muy bien sabía que Jimin no superaba aún a Min Yoongi, cada vez era más notable. Asi que luego de dos meses de una fallida relacion, por más que le doliera al mayor, no tuvo más remedio que decidir seguir siendo solo amigos. Aunque eso no quería decir que se habia rendido, para nada. Seguía con la idea de conquistar a ese tierno chico poco a poco. Justo por eso estaba allí, quería sorprender al menor e invitarlo a bailar como sabía que tanto le gustaba, pero la sorpresa se la terminó llevando él cuando lo vio sentado en la acera con su rostro entre las manos y sollozando a más no poder.

── Si me disculpas, estoy hablando con el original, no con la copia ──Dijo fríamente el pálido dándole una severa y minima mirada al rubio antes de posar sus ojos de nuevo en el azabache que lloraba desconsolado entre los brazos de la copia coreana de Ken.

Yoongi conocía ──Personalmente── a ese chico hace menos de dos minutos y ya le estaba cayendo como baño público sin papel higiénico; De la mierda.

Aunque a juzgar por las miradas del contrario, el odio era mutuo.

── ¿Que quieres Y-Yoongi?, ¿Q-ue haces aquí? ──Preguntó entre sorbidos de nariz e hipidos cortos el menor, volteandose a mirarlo por fin.

Al mayor muchas veces le daba igual que los demás lloraran, le daba incluso vergüenza ajena cuando veía a sus feminas parejas derramar lágrimas y rogar por sus atenciones, pero en ese momento podía jurar que un golpe en el pene hubiera dolido menos que ver a Jimin con los ojos rojos y la cara empapada a causa suya.

── Tenemos que hablar ──Murmuró casi en súplica viéndolo fijamente.

Jimin suspiró cansado limpiando sus mejillas sin muchos animos.

── No hay nada que hablar... ya me dejaste todo bastante claro.

── No, eso creí yo, pero aún hay mucho por hablar entre tu y yo ──Dijo convencido acercandose a él unos pasos.

── Ya lo oiste, claramente no quiere hablar contigo, asi que vete antes de que lo lastimes más ── Gruñó el rubio acercándose al menor de forma protectora.

── ¡Contigo no estoy hablando, asi que cierra el maldito hocico! ──Bramó furioso el mayor ya con su poca e inexistente paciencia al mínimo, observando al rubio con el enojó ardiendo en sus pupilas.

Antes de que las cosas empeoraran entre esos dos, Jimin tocó el puente de su nariz claramente agotado, soltó un suspiro y dio unos pasos para interponerse entre ambos mayores.

El azabache le otorgó una mirada cansada al de hebras plateadas antes de exhalar con pesadez y cerrar sus ojos ── Taemin-ah, ¿Te importaría dejarme a solas con... el caballero? ──Preguntó delicadamente el pelinegro girandose a observar con una suave sonrisa al contrario.

Una clara mueca de decepción se reflejó en el rostro del rubio, pero ésta rapidamente fue reemplazada por una calida sonrisa de comprensión y un leve asentimiento.

── Está bien, bonito, respeto tú decisión. Si me necesitas, sabes que puedes llamarme en el momento que sea ──Murmuró con dulzura el rubio acariciando levemente el rostro del contrario siendo correspondido con una linda sonrisa y un leve movimiento afirmativo.

Yoongi estaba a segundos de cometer un asesinato, hasta que vió a los dos menores separarse y al irritante rubio alejarse lentamente hacía su auto.

── Adiós, anciano ──Lo escuchó murmurar por lo bajo el peligris.

── Adiós, plato de segunda mesa ──Contraatacó Yoongi con una sonrisa de superioridad en su rostro al escuchar el resoplido del otro.

── Min Yoongi ──Habló Jimin con advertencia viéndolo con una tierna mirada molesta, que para Yoongi no parecia real, aúnque lo erá; más que ninguna que le hubiese dado en el pasado──. Quita esa estupida sonrisa antes que yo lo haga con una merecida cachetada ──Advirtió el azabache señalandolo──. Tienes cinco minutos y esta es tu última oportunidad porqué, si no te quedó claro, se te acabó tu rogón eterno ──Y con esa sincera y dura aclaración, se alejó para ir a abrir la puerta de su apartamento, dejando al mayor con una mueca de preocupación que inflaba sus cachetes haciendolo lucir tan tierno como una gomita.

No hay vuelta atrás, Min Yoongi...

── Toma ──Murmuró bajito el mayor otorgándole su pañuelo al azabache sentado a su lado que aún sollozaba e intentaba inútilmente limpiar su rostro con las mangas de su traje.

El contrario simplemente lo observó antes de tomar el pañuelo en silencio y limpiar sus lagrimas.

Habían pasado tres minutos en los que ambos permanecieron callados en la estancia silenciosa y oscura de la lujosa sala del menor. Yoongi no quizó reprochar si quiera cuando lo vió entrar y sentarse directamente en el grande sofá azul rey sin preocuparse por encender las luces. Así que simplemente imitó sus actos en silencio mientras intentaba pensar en una forma correcta de iniciar la conversación.

Y la presión de su tiempo acabandose, no le estaba ayudando en absoluto.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando sintió como el menor se arrecostaba dejando caer su cabeza en el respaldo del sofá, con sus ojos cerrados y un pesado suspiro saliendo de sus labios. El peligris con su cerebro con funcionamiento al mínimo en ese momento, no supo que hacer más que imitar nuevamente al contrario, solo que en este caso fijando su vista en el blanquecino techo.

── Si venías a ser un androide que copia todos mis movimientos, me hubieses avisado para preparar un baile ridículo ──Bromeó Jimin por lo bajo aún con sus ojos cerrados y la voz rasposa por el reciente llanto.

Ambos rieron suavemente llenando el vacío con ese dulce sonido. Suspiraron en unísono y después de unos minutos, el mayor se decidió a hablar por fin.

── No voy a empezar con la típica mierda de: "No sé que me ocurre" y blah blah blah, ya pasé por eso y sé que no lleva a ningún lugar ──Resopló──. Sé lo que me ocurre... estoy conciente de ello, pero no sé como afrontarlo. Es algo complejo y difícil de asimilar. No sé como empezar, por eso... necesito de ti, de tu ayuda. Ayudame porque todo esto es nuevo para mi Jimin, y por eso siempre terminó cagandola creyendo que huir es la mejor solución.

Jimin abrió lentamente sus ojos al oir aquello, giró su rostro para observar el perfil del mayor y permaneció unos segundos así hasta achicar sus ojos y fruncir sus labios y entrecejo con desconfianza pura.

── Y si lo hago... ¿No va a ser lo primero que hagas?, ¿Salir huyendo y lloriqueando por tu masculinidad? ──Trató de sonar divertido el menor aúnque su duda y enfado eran más que claros.

── Jiminie, la poca masculinidad que me quedaba, la tiré por el inodoro de los baños de esa disco ──Bromeó Yoongi provocando la risa de ambos.

La risa del menor fue disminuyendo hasta convertirse en una leve sonrisa de labios cerrados.

── En realidad, la masculinidad no depende solo de una etiqueta sexual, Yoon, es mucho más que eso... ──Murmuró sorbiendo su nariz y girando su rostro para apreciar el perfil del mayor que era iluminado por la tenue luz que se filtraba por los ventanales.

── Lo sé, pero es difícil darte cuenta que no es el mismo concepto de "Hombria" que la sociedad tiene ──Murmuró el mayor con deje pensativo.

── La sociedad es una mierda, tú mismo lo has dicho ──Le recordó girando el cuerpo y apoyando su rostro en su mano para poder mirar de frente al pálido.

El mayor rió suavemente y asintió de nuevo dándole la razón. ── Si, lo es...──Aceptó en un suave susurró antes de respirar profundo y encararlo──. Oye, y... ¿Que era eso de: Déjame ser tu hombre? ──Inquirió confundido, observando al pelinegro que jugaba dulce y timidamente con sus dedos largos.

Sonrió por milesima vez en los últimos minutos al ver las mejillas blanquecinas del contrario tornarse de un rojo carmesí.

── L-lo entendiste bien, no te hagas el tonto...──Se defendió el menor avergonzado y dubitativo por primera vez en la noche.

── Te estoy diciendo que soy nuevo en este mundo, no sé como tomar eso, tienes que enseñarme Minnie ──Murmuró siendo ahora él quien jugueteaba con las pequeñas manos.

── Y... ¿Qué pasó con tu inquebrantable heterosexualidad? ──Alzó la mirada divertido el pelinegro.

El mayor se encogió de hombros.

── Supongo que la enscondí en el closet del que saqué mi plumero.

Una vez más, ambos rompieron en carcajadas, logrando que el menor tuviera que arrecostar su cabeza en el hombro del mayor por los espamos de la incontrolable risa. Luego de un silencio acogedor entre ambos, el menor limpió sus lágrimas y entrelazó timidamente sus manos con un tanto de temor, levantando su mirada para observar los felinos e hipnotizantes ojos del contrario.

── ¿Estas completamente seguro de que esto es lo que quieres?

── No del todo para serte sincero, pero... confío en ti ──Susurró tímidamente el mayor desviando la mirada avergonzado.

── ¿No te vas a arrepentir después? ──Preguntó nuevamente Jimin lleno de dudas, miedos e inseguridades.

Hacerlo no era ningún sacrificio, por el contrario, era un premio para él. Lo real es que él si ponía en juego sus sentimientos y su corazón, y temía salir perdiendo... nuevamente.

El mayor suspiró y se giró a limpiar los rastros de lágrimas que quedaban en el bello rostro del contrario── No sé, no puedo asegurarte nada ahora... pero todo depende de ti supongo ──Susurró de repente, cambiando su expresión y observandolo ahora con picardía.

Jimin sonrió avergonzado y le propinó un leve golpe en el hombro, para minutos después tomar valentía y acercarse con decisión a unir sus labios en un beso lento y pasional sin necesidad de mucha profundidad.

Yoongi lo tomó con más calma de la que imaginó y simplemente se dedicó a disfrutar del suave tacto de labios y a seguir el ritmo pausado del otro. Cuando se separaron por falta de aire, sin esperar más, el menor lo tomó de la mano y lo arrastró hacía las escaleras que llevaban a su habitación con apuro.

── ¡Hey, pero invitame a un café primero! ──Se burló el pálido tras de él──. Ya has abusado bastante de mi hoy.

── No es abuso si tú también lo disfrutas; y no lo niegues, lo estás haciendo porque de lo contrario no estarias aqui ──Dijo el menor dedicándole un guiño seductor──. Además, ya se me acabó el café ──Bromeó provocando la risa del mayor.

Ambos chicos entraron a la habitación entre besos lentos y sensuales dónde sus lenguas se acariciaban y recorrían cada centimetro de la cavidad bucal del otro. Poco a poco y entre más se acercaban a la cama, este se volvía más desesperado y errático, hasta el punto de llenar el vacío de la habitación con chasquidos ante cada toque de labios, y con los pequeños hilos de saliva escurriendo por sus mandibulas.

Cuando el borde de la cama tocó la parte trasera de las piernas del mayor, el pelinegro con decisión introdujó sus manos por dentro del sweater negro que el palido portaba y aprovechó para acariciar cada centimetro del abdomen marcado que este poseía, con lentitud, haciéndolo estremecer.

En respuesta, el peligris gruñó e intentó desesperadamente deshacerse del estorboso mono rosa para de igual forma, poder tocar con libertad la piel blanquecina del contrario, qué ─cómo se estaba imaginando hace horas atrás-, seguramente era tan suave y tersa como la de un infante.

Cuando se separaron por falta de oxígeno, Jimin aprovechó el momento y empujó delicadamente el cuerpo contrario hacía el colchón, tomando a este por sorpresa y provocando que le otorgará una mirada confundida. Sonriendo complacido por ello, sin esperar más, se posicionó de rodillas a su lado para después llevar sus manos agiles hacia el botón y la cremallera del Jean que este portaba.

El pálido tragó saliva con dificultad y lo miró nervioso.

── ¿Q-Que vas a hacer?

Una risita divertida fue lo unico que salió de los bellos y rellenos labios contrarios.

── ¡Relajate Gi! Dijiste que confiabas en mi, entonces tranquilizate y dejámelo todo a mi... ──Susurró deleitado mientras se encargaba de deshacerse de la prenda, dejando a la vista los boxers color negro que apresaban la creciente erección del mayor.

── Jimin, podré ser gay pero no pasivo, ¿Entendiste? ──Advirtió el peligris con total seriedad haciendo reir al azabache.

── Yoongi, yo tampoco tengo ganas de ser tu domador -Comentó entre risas──. Bueno, almenos no hoy... ──Añadió con un guiño que no le gustó para nada al mayor.

── En tus sue... ──Su reproche fue reemplazado por un gruñido gutural cuando una de las pequeñas manos se escabulló dentro del boxer acariciando su miembro suavemente.

── Ya hemos hablado mucho, mejor déjame terminar lo que empezamos en el baño.

Y dicho esto, Jimin se deshizo del estorboso boxer con premura y comenzó a masturbar el miembro del mayor con experticia, viendo como el glande rojizo brillaba por el líquido pre-seminal que ya brotaba de este. Relamiendo sus labios, luego de unos cuantos movimientos con su mano, llevó su boca al grande y firme trozo de carne y lo comenzó a lamer y succionar con incluso más ganas que antes.

Yoongi con su respiración acelerandose ante cada movimiento del pelinegro, aferró sus manos a las blancas sabanas que adornaban la cama y cerró sus ojos dejándose llevar por las placenteras sensaciones que el menor le estaba causando.

── ¡M-mierda Jimin! ──Fue lo único que logró modular cuando el ritmo de las succiones aumentó.

El pelinegro lo hacía de una manera tan ágil y unica, que bastaron unos pocos minutos para tener al mayor gimiendo y jadeando errático y con el climax a poco de llegar.

── ¡Joder! Mmgh, quítate si no quieres que... te t-ermine en la boca ──Advirtió con voz ronca el pálido entre jadeos echando la cabeza hacia atras cuando la experta lengua del modelo rodeó su glande antes de succiónar con esmero y dedicación dicha parte.

Pero las advertencias fueron en vano, ya que en vez de retirarse, el menor aumentó sus movimientos volviendolos más profundos, mientras sus manos acariciaban y apretaban suavemente los testiculos, logrando que este no resistiera más y terminará corriendose en su boca.

Yoongi lo observó sorprendido y casi que gimió cuando lo vió tragar todo con disfrute y sonreír orgulloso, retirando con sus pequeños dedos los restos que escurrian por la comisura de su boca y chupandolos después para limpiarlos.

Bastó solo esa lasciva imágen para que el miembro del mayor volviera a erguirse y endurecerse rogando ser apresado cuanto antes por la piel del sexy azabache frente a él.

── ¡Joder! Park Jimin, nunca creí que diria esto pero... me vas a matar ──Gruñó por lo bajo agitado el mayor provocando la risa "inocente" del contrario.

El de hebras plateadas no esperó más y dejándose llevar unicamente por el libido del momento, tomó el brazo del contrario y lo atrajo hacía si mismo para unir con desespero sus labios en un beso netamente pasional, hambriento y casi pornográfico.

Un gemido ahogado escapó de la boca del menor cuando una de las grandes manos apretó y azotó una de sus nalgas con gusto. Y mientras las caricias y besos desesperados se apoderaban de ambos, Jimin despojó al pálido de su sweater, dejándolo completamente desnudo ante si. Tomando provecho de esto, y sin poder evitarlo, se tomó unos segundos para apreciar y observar cada músculo del formado, nivea y caliente cuerpo que poseía el mayor, mordiendo sus labios con gusto y deleite.

Sacando ventaja de la mínima distracción del pelinegro, Yoongi tampoco se quizó quedar más atras; llevó sus manos al abdomen del menor y agilmente deshizo el nudo del mono que cubría la esbelta figura del modelo. Cuando vió como este se exaltaba ante su tacto, llevó su boca hacía el provocativo cuello y comenzó a dejar besos húmedo y una que otra mordida como método de distracción sacándole suspiros y leves gemiditos al contrario mientras terminaba de desnudarlo.

── Umm, Yoongi... ──Jadeó extasiado Jimin ante los actos de su Hyung.

Cuando la prenda cayó al suelo y el menor quedó solo con su boxer azul rey cubriendolo, el pálido cumplió sus deseos y comenzó a recorrer con sus grandes manos cada ángulo y curvatura del menudo y esbelto cuerpo, que sin duda era perfecto como todos coincidían.

Un gritito de sorpresa rebotó en el eco de la amplía habitación, cuando con un ágil movimiento el peligris dejó al azabache aprisionado bajo su grande cuerpo.

── Para ser heterosexual lo estas disfrutando bastante ──Murmuró burlón Jimin observando al pálido con una ceja levantada y una sonrisa divertida que achicaba su mirada.

── Me estoy dejando llevar como pediste ──Fue la única defensa del mayor encogiendose de hombros.

── Lo estas haciendo muuuy bien ──Celebró el de cabellos oscuros con una sonrisa complacida, rodeando sus brazos en el cuello de este y volviendo a fundir sus labios en un apasionado ósculo.

Mientras sus lenguas se enredaban entre sí, por instinto propio, una de las manos del mayor comenzó a desender por el torso del azabache hasta introducirse en sus boxers y tomar con firmeza el regordete y erguido miembro de este para comenzar a masturbarlo con una tortuosa lentitud que estaba desarmando al menor en jadeos y agudos gemidos que terminaban siendo ahogados por la boca de su mejor amigo.

── ¿Que sigue ahora? ──Susurró Yoongi con voz gruesa en el oído de quien luchaba por respirar correctamente bajo su cuerpo.

── ¡A-Ah! Mhg, mierda... Yoon, no soy un jodido extraterrestre... Mm, solo... continúa con lo que haces... asi... ──Pidió el pelinegro retorciendose por los movimientos firmes y certeros que hacian las grandes y calidas manos del mayor.

El pálido detuvo todo movimiento y sacó su mano de la prenda provocando un resoplido de frustración por parte del contrario;── Jimin, si no me dices que hacer ¿Como carajos pretendes que yo sepa? ──Bufó, escondiendo asi la diversión de su tortura.

── Eso me pasa por acostarme con virgenes ──Resopló Jimin falsamente indignado, viendo como la furia se hacía presente en el rostro de Yoongi.

── Entonces ve a que te folle otro más experto ──Gruñó el mayor, intentando safarse de su agarre para poder levantarse, pero este no cesaba.

── Es broma, Gi -Se rió bajito el menor──. No aguantas nada... ──Rodó sus ojos divertido── Ven, dame tu mano ──Pidió pero el contrario no se movió ni un centimetro, sin borrar la mueca molesta de su rostro──. Yo siempre me aguanto tus comentarios sarcasticos y tus malas bromas, estamos a mano; asi que no hagas dramas y ya dame tu mano.

Yoongi se resistió durante unos segundos más hasta que se rindió ante los besos que el contrario repartía por su cuello nivea y terminó haciendo lo que le habia pedido con un gruñido molesto.

No entendía como cada vez ese azabache lograba tener más control sobre él.

Estaba jodido, totalmente jodido por los encantos de Park Jimin... Y para ser sincero, cada vez se le hacía menos extraño y más excitante todo lo que le estaba sucediendo en compañia de aquel hermoso pelinegro.

── Bueno, antes que nada, debes prepararme... lograr que esté lo suficientemente lubricado y listo para recibirte, asi que para eso debes usar tus... d-dedos. Algo asi como lo que haces con... las mujeres ──Explicó en un tímido susurro el menor, sintiendo sus mejillas calentarse y colorearse.

── ¿Dónde? ──Preguntó confuso el pálido, bajando lentamente su mirada hacía la cadera del mayor y viendo como este abría sus piernas y levantaba su pelvis──. ¡¿Allí?! ──Murmuró exaltado──. ¡Jimin, me vas a cagar los dedos!

El pelinegro no soportó y estalló en carcajadas dejando confundido al peligris.

── ¡Dios, Min Yoongi, quien te viera diría que eres un santo, virgen y puro! ──Dijo entre espasmos de risa el menor limpiando las pequeñas lágrimas que había soltado por las escandalosas carcajadas. ──Ya no digas tonterías y dame tu mano, antes de que termines de matar la poca pasión que nos queda por tu mal chiste ──Pidió una vez más con una suave sonrisa, mientras con su otra mano se deshacía de su boxer.

El mayor con un poco de recelo le dió nuevamente su mano y vió atentamente como este tomaba dos de sus dedos y los chupaba de forma suave y seductora sin despegar los ojos de los suyos, dando una leve mordida en las yemas para luego con suma decisión dirigirlos por si mismo hasta su entrada.

── Introducelos, Yoonie Susurró en una suplica ansiosa mordiendo su labio inferior.

El mayor lo miró nervioso pero al ver el asentimiento seguro que este le otorgó, no esperó más e introdujó sus dedos de una fuerte estocada, provocando que el menor se arqueara y gimiera pero de dolor por la fuerza con la que lo hizo.

── ¡Joder, pero despacio, animal! ──Gruñó Jimin apretando su agarre a los brazos fuertes del pálido.

── ¡Tú me dijiste que lo hiciera! ──Contraatacó el mayor entre la molestia y la preocupación por haberlo lastimado. ── ¿Estas bien? ──Inquirió observandolo con una mueca de disculpa y relajandose cuando este asintió levemente. ── Mierda, me vas a romper los dedos ──Gruñó poco después sintiendo lo apretada que era la cavidad del contrario.

── ¡Muevelos ya, Yoongi! ──Ordenó el más joven apretando las sabanas bajo si, por la incomodidad.

Sin saber muy bien cómo, el pálido empezó a mover sus digitos, sacandolos e introduciendolos nuevamente con lentitud, viendo como poco a poco el pelinegro soltaba jadeos y suspiros de satisfacción.

Gracias a esto, logró tomar un poco más de confianza y aceleró levemente el ritmo, llegando más profundo entre las estrechas paredes anales.

── Mhhg si, asi Yoonie Susurró el menor entre jadeos──. Haz... movimientos... circulares o de tijeras, eso ayudará ¡Ahg!

Guiado más que nada por su instinto, el mayor acató el pedido y comenzó a hacer movimientos circulares entre cada tanto y a abrir y cerrar sus dedos simulando el movimiento de unas tijeras, logrando ──Como bien había dicho el pelinegro── obtener cada vez más profundidad. Cuando creyó pertinente, decidió añadir otro dedo más, siendo ahora tres los que penetraban la estrecha entrada del menor.

Los gemidos de Jimin se volvían más constantes, agudos y ruidosos, y por la forma en como se removia y mordia sus labios, quería decir que lo estaba haciendo bien, lo cual enorgullecia a su mayor.

En un momento dado, los tres dedos se introdujeron por completo tocando un punto que Yoongi no estaba seguro de cuál era, pero que al parecer era el indicado porque Jimin gemia sin parar y aferraba sus cortas uñas a sus hombros enrojeciendo esa zona por la presión.

── A-Asi Yoongi, sigue ¡Ah! Si, lo...haces... muy bien ──Susurraba entre gemidos el menor.

Encantado con los dulces sonidos que soltaba el precioso pelinegro; el pálido sonrió de forma ladina al tener una traviesa idea surcando su mente. Sin detener los movimientos de sus dedos, y por el contrario, acelerando el ritmo y martillando de forma hábil y constante el punto dulce del menor, besó con una sensual lentitud los rellenos y rojizos belfos de este, ahogando sus gemidos en un óslo lujurioso y tortuoso.

Las respiraciones erraticas de ambos hacían chocar sus pechos momentáneamente en medio de la danza de labios que ambos llevaban a cabo, acompañadas de lamidas, mordidas y deliciosas succiónes. Jimin estaba muy cerca de su orgasmo gracias a los ágiles digitos del peligris castigando su próstata sin piedad ni pausa; así que decidió elevar más el nivel de disfrute y movió su cadera al compas del mayor, logrando un golpeteo seco y delicioso en ese zona.

El mayor ya comenzando a sentir su miembro doler y endurecerce cada que este rozaba con el del contrario y siendo estimulado por los gemidos y sonidos obscenos que salían de los dulces labios del otro, se acomodó encima del pequeño cuerpo empezando a frotar ambos falos entre sí, sintiéndo su cuerpo arder en un calor apresante y muy placentero, como nunca antes se había sentido.

Ahogando sus gemidos en la garganta del otro, y con las manos del menor enterradas en la humeda cabellera del pálido. Este llevó su mano hacia el miembro del azabache para masturbarlo solo unas cuantas veces antes que el menor terminará por correrse, manchando ambos torsos y abdomenes con la dulce esencia.

Jimin soltó un último gemido de satisfacción cuando sintió los dedos del contrario saliendo de su interior. Separando sus belfos de los contrarios, culminó asi con el hambriento encuentro para luego dejar caer su cabeza en las almohadas con su respiración pesada e irregular y varios mechones de cabello ya pegados a su rostro debido al sudor.

── Dios... Yoongi, eres... un.. g-gran aprendiz ──Susurró con los ojos cerrados y una mínima sonrisa en sus rellenos labios.

── ¿Dónde tienes condones? ──Preguntó con casi desespero el mayor ignorando las palabras de este y con una mueca incómoda haciendo precencia en su rostro por la presión molesta que se había apoderado de su miembro.

Una inmensa sonrisa divertida ──al mismo tiempo que satisfecha── se formó en el rostro de Jimin; ── En... el segundo cajón ──Le indicó sin abrir sus ojos, señalandole débilmente el lugar.

Yoongi se estiró un poco alcanzando la mesa de noche y revisando con apuro en el lugar que el menor le habia dicho, soltando inmediatamente una maldición al no encontrar nada. Jimin rió bajito y con delicadeza lo apartó. ── Espera, tengo más en el armario ──Informó levantándose con sus piernas hormigueando, dirigiéndose a su inmenso armario que se encontraba justo en frente de la cama.

Por su parte, el mayor se sentó en la cama a esperar, mientras en su cuerpo las ansias se fundian con los nervios de la que sería su primera vez... con un hombre, al menos.

Pero todo pensamiento de duda o miedo fue disipado cuando sus ojos observaron la increible y seductora imágen frente a él; El fino y esbelto cuerpo del menor era perfectamente iluminado por la luz de la luna, provocando que este brillará gracias al sudor que lo cubría. Los hombros rectos, la cintura delgada y fina en conjunto con los muslos fornidos, las piernas largas, ese trasero pomposo y bien formado... sin duda era una vista digna de ser visto por cualquier mundano.

Pero solo uno estaba siendo afortunado por poder admirarlo; El único que Jimin habia deseado tanto que lo recorriera de pies a cabeza y que encendiera todos sus sentidos con esa simple mirada antes de recorrerlo con sus manos y hacerlo delirar entre besos y caricias.

Y cuando la opresión no se hizo presente solo en su miembro, si no tambien en su corazón, fue cuando Yoongi se dio cuenta que estaba realmente perdido.

Sin tardarse demasiado, el menor rebuscó entre sus cajones hasta encontrar tres condones regados en uno de ellos junto a un lubricante sabor fresa; se vió tentando a tomarlo pero decidió no hacerlo al darse cuenta que no era realmente necesario después de lo recientemente ocurrido. Cerró el cajón con apremio y caminó hacia el mayor con lentitud y sensualidad, escondiendo los condones tras de si con travesura.

En el aire se podía respirar la excitación y pasión que destilaban ambos. Solo bastaba ver como los ojos gatunos viajaban por el cuerpo seductor y perfecto del menor, para saber que la tensión sexual que los envolvía estaba a muy poco de explotar tan feroz como un volcán haciendo erupción.

Cuando el menor estuvo de nuevo frente al palido, y vió sus felinos ojos oscureserse el triple, fue cuando se sintió realmente seguro de que nada sería en vano.

Estaba ganando la batalla contra las dudas y miedos del peligris...

Jimin se posicionó a horcajadas encima del regazo del pálido, mordiendo su labio al sentir el miembro firme del contrario rozar su muslo al acomodarse.

── ¿Estas listo? ──Inquirió sensualmente susurrando en el oído del mayor mientras le enseñaba los tres preservativos que habia hallado.

Éste sonrió de forma ladina y tomó uno de los preservativos para proceder a abrirlo con agilidad.

── La pregunta debería hacértela yo Jiminie, porque si me conoces bien sabes que el sexo lento y romantico no es lo mio ──Sonrió con suficiencia terminando de enfundar su miembro con el látex, antes de encararlo──. Asi que prepárate porque voy a romperte ese bonito culo hasta que no puedas caminar ──Susurró con voz gruesa en el oido del menor, quien gimió al oirlo.

── Es lo que más he deseado que hagas en todos estos años ──Confesó en un gemido suave──. No me defraudes Yoonie, rompeme el culo con tu grande polla ──Pidió sin pudor mordiendo el lóbulo del mayor.

Gruñendo y sin poder esperar más, las venosas manos de Yoongi se posicionaron en los redondos glúteos contrarios para alinearlo con su grande erección que ya se encontraba bañada en liquido pre-seminal y doliendole como el infierno.

Con la ansiedad y excitación al máximo, el menor mordió sus labios y dirigió sus manos a su trasero para abrir sus propios glúteos y facilitarle la entrada al mayor. Al ver como este respiraba agitado y tragaba saliva nervioso, decidió hacer todo por si mismo para brindarle seguridad al peligris: Entonces, con lentitud se dejó caer en el miembro de este hasta tener solo el glande en su interior.

Ambos gimieron en unísono cuando sus pieles hicieron contacto.

── M-Mierda Jimin, me estas tragando el pene... de una maldita forma ──Gruñó el mayor, con los dientes apretados.

El mencionado con toda la satisfacción y el orgullo recorriendole el cuerpo, sonrió y relamio sus labios aferrandose a los hombros del pálido y bajando poco a poco su cadera hasta tener la mitad del grande miembro apresado en su interior.

── Bienvenido al verdadero placer, cariño Susurró el menor con un agudo gemido en el oído contrario.

El mayor, ya sin poder aguantar mucha tortura más, tomó con firmeza la delgada y perfecta cintura del pelinegro y con un movimiento rudo lo obligó a bajar por completo su cuerpo, hasta tener la firme erección encerrada totalmente entre sus estrechas paredes anales. Con el ego al cien, y el libido al mil, el peligris sonrió lacsivo cuando su cuello recibió el fuerte y placentero gemido de quién ahora era su amante.

Sin dar tregua a nada más, aún siendo guiado por sus manos, Yoongi hizo que el pelinegro comenzará a dar leves pero profundos saltos sobre su falo.

── ¡Ahgg! Yoon... así ──Jadeó el azabache aferrandose con fuerza al cuello de este y concentrándose en cumplir con el ritmo acelerado que imponía el contrario.

Las caderas del menor subían y bajaban en un ritmo casi salvaje, logrando que el choque de pieles y el sonido acuoso inundará la habitación en conjunto con los agudos gemidos del pelinegro, logrando crear asi una melodía sensual y erótica para ambos chicos.

── ¿E-Era esto... lo que... querías Ji-min? ──Inquirió con voz ronca el mayor entre jadeos debiles, acompañado de un fuerte azote en una de las redondas, pomposas y blanquecinas nalgas──. Respondeme ──Demandó── ¿Asi... s-soñabas que te rompiera ese bonito culo?, ¿Eh?

El menor gimió agudamente al escuchar aquello, intentando con todas sus fuerzas buscar aire para lograr hablar, siéndole practicamente imposible cuando las caderas del mayor comenzaron a arremeter con propio salvajismo su interior.

── ¡Umh, S-i... Yoongi! ──Logró murmurar debilmente en medio de sus incontrolables gemidos y suspiros, aferrando sus uñas a la pálida y sudorosa espalda contraria.

── ¡Mierda! V-Voy a cumplir... tus fantasias y voy... a cojerte como n-nunca lo han... hecho ¡Ah! ──Susurró nuevamente el peligris en el cuello del contrario repartiendo besos humedos alli y dejando una que otra marca que tardaría dias en borrarse.

La imágen del menor era un total desastre; el rostro sudoroso y enrojecido, los labios rojizos de tanto morderlos y sus ojos llorosos y entrecerrados debido al placer que su mayor le estaba haciendo sentir. Porque si, Min Yoongi se lo estaba cojiendo como nunca antes nadie lo habia hecho, justo como en tantos de sus indebidos sueños.

¿Para qué negarlo? Si, Jimin lo estaba disfrutando como nunca.

A pesar de ser un "Inexperto" en estos... ambitos... Yoongi lo estaba haciendo de maravilla. Sus movimientos eran duros y certeros, masacrando sin piedad el punto dulce del pelinegro, logrando deshacerlo en gemidos y chillidos agudos que seguramente hasta la primera planta se escuchaban, mientras movia sus caderas en circulos al compas de su amante.

Cuando el cosquilleo en sus vientres se hizo notar y el calor apresante comenzaba a abrazarlos con furor; Yoongi decidió que era momento de cambiar de posición. Abrazando fuerte el tembloroso y pequeño cuerpo entre sus fuerte brazos, el mayor recostó al azabache en el suave colchón con una delicadeza poco creible a comparación con el salvajismo con el que seguía atacando la próstata del contrario.

Los delgados y temblorosos brazos de Jimin rodearon el cuello del pálido, mientras sus piernas repetían la acción con su cadera.

── ¡Ahg!... Mhhg, Yoongi... ¡Oh D-Dios! ──Lloriqueó el pelinegro entre gemidos fuertes con sus ojos llorosos viendo fijamente los oscuros y felinos que lo observaban con atención junto a un ceño fruncido por el esfuerzo.

Los suaves y delicados gemidos del menor eran opacados por lo roncos y profundos jadeos y gruñidos que soltaba entre tanto el de hebras plateadas. Su mirada estaba fija en la excitante y hermosa vista que estaba teniendo del estado del pelinegro. Mechones de cabello humedo pegado a su rostro, sus tan bonitos orbes grisaseos totalmente dilatados y cristalizados, las mejillas sonrojadas y los labios abiertos en busca de un poco de aire. Todo aquello por causa suya.

No, no lo iba a negar, se estaba sintiendo muy orgulloso...

- ¡Joder J-Jimin! Eres... in-creible... -Aceptó el pálido gruñendo antes de atacar los belfos del contrario con ansias. Acariciando, apretando y azotando con gusto las perfectas nalgas de este, que tan malditamente bien lo estaban haciendo sentir.

Tal vez mañana se iba a arrepentir de esto, pero ahora, ahora nada importaba.

Nada era más importante que lo que su cuerpo estaba experimentando a causa de su tan irritable mejor amigo...

Cuando Yoongi sintió el temblor de los brazos y piernas del menor y lo vió arquearse bajó su cuerpo, entendió que el orgasmo estaba por llegar. Entonces, decidió darle un toque más de placer a su precioso amigo. Una de sus manos se dedicó a masturbar con experticia y rapidez el miembro del joven pelinegro provocando un pequeño gritito de placer de su parte que fue rapidamente acallado por sus labios mientras continuaba con sus salvajes e incansables penetraciones.

Sin poder resistir más, el menor soltó un último gemido de satisfacción mientras su escencia salía a borbotones manchando los abdomenes, pechos y parte de la mandibula de ambos. Cuando los espasmos de su cuerpo disminuyeron un poco, abrió sus ojos despacio y observó con una hermosa sonrisa de satisfacción al mayor, apreciandolo mientras este continuaba sobre estimulandolo con estocadas ahora un poco más lentas pero sin perder el ritmo y la profundidad de cada una de ellas.

Con la idea de no dejar atrás a Yoongi, Jimin usó la poca fuerza que le quedaba para lograr girar el grande cuerpo del mayor, consiguiendo con éxito invertir las posiciones, esta vez el quedando sentado arriba del contrario.

── ¡Mierda! De verdad... eres... maravilloso ──Murmuró con una sonrisa complacida el peligris, provocando la del azabache de igual manera, mientras este se dedicaba a comenzar a subir y bajar en un ritmo lento y tortuoso en su miembro.

Mordiendo sus labios para contener un poco sus gemidos, Yoongi tomó las estechas caderas del menor para aumentar el ritmo y la intensidad de estas, amoldandolas al sexo salvaje y duro que a él tanto le gustaba.

Apreciando la hermosa vista del menor prácticamente cabalgando encima de su cuerpo, con la cabeza echada hacia atras, sus caderas danzando en circulos de vez en cuando aumentando el placer para ambos y sus gemidos siendo musica para los oídos del mayor, este entendió que tal vez caer en los juegos de ese pelinegro había sido la mejor decisión de su vida.

Mientras su miembro era apresado duramente entre las calidas paredes del jóven ──Y ciertamente── hermoso modelo, sus felinos ojos se centraban en la perfecta figura que dicho jóven poseía, perdiendose entre la tinta negra de la palabra en inglés que se situaba en sus costillas: Nevermind...

Sonrió castamente posando su mano alli y acariciando dicho tatuaje, mientras recordaba como a los 18 años Jimin le habia prácticamente rogado para que lo llevará a hacerse un tatuaje como celebración de su mayoría de edad, ya que sus padres no se lo querían pagar.

Sin dudarlo Yoongi cumplió con el capricho del ──En ese entonces── rebelde pelirrosa. Si, ambos se habían ganado un buen regaño de sus padres, pero el mayor podia jurar que nada podia ser tan bonito como la sonrisa imborrable que acompañó al chiquillo por el resto del mes presumiendo a todos el tatuaje que le habia regalado su increible mejor amigo.

── Nunca... nos separaremos... ¿L-Lo recuerdas Yoonie? Abrió los ojos el mayor al escuchar el suave susurro de la debil y entre cortada voz del azabache, quién repartía besos en su cuello y no detenía en ningún momento los deliciosos movimientos de su cadera.

"Nevermind, porque; significa 'nunca' en inglés, y tú y yo, Min Yooongi... nunca nos vamos a separar"

El pálido sonrió levemente al recordar las palabras que le habia dicho cuando le preguntó porque había decidido tatuarse esa simple frase, y asintió en respuesta ya que le fue prácticamente imposible hablar cuando el ritmo del menor aceleró y su ávida lengua se dedicó a lamer y jugar con sus pezones, haciéndolo experimentar sensaciones nuevas y delirantes.

── ¡Jim-in!, ¡Joder! Ya no... p-puedo más ──Murmuró soltando un ronco gemido y atrayendo el rostro del menor al suyo para unir sus labios en un beso desesperado.

Segundos más tarde, Jimin sintió su interior llenarse y calentarse cuando la escencia del mayor término en el condón y un suspiró de alivió murió en sus labios cuando ambos se separaron.

── ¿Superé... tus expectativas de la primera vez? ──Inquirió con burla el azabache con su rostro descansando en la curvatura del cuello del mayor, con la respiración agitada y una imborrable sonrisa surcando en sus labios.

── No estuvo... tan mal... ──Respondió de igual forma el mayor con falso interes, encogiendose de hombros y sonriendo burlesco aunque este ni siquiera lo estuviese viendo.

El menor frunció su ceño e hizo un falso puchero herido, girando su cabeza hacia el lado contrario, escondiendo asi su felicidad y provocando que la ronca risa del mayor acariciara sus oídos.

Sin fuerzas, ni ganas de romper con la intima posición que ambos compartían, Jimin se dejó vencer por el cansancio y terminó durmiendose encima del cuerpo de Yoongi, abrazado a su cuello, quién tampoco se quejó y terminó acompañandolo en su visita a Morfeo.

Para nadie era un secreto que Yoongi odiaba el sol. Ahora más que nunca lo estaba aborreciendo. El Hijo de puta llevaba casi media hora alumbrandole en todo el rostro sin permitirle dormir a gusto, y tras de eso, recordandole que ayer se habia pasado un poco de su limite de copas de Whisky con la horrible migraña que le estaba causando. Y claro, habia intentado mil veces cambiar de posición intentando evitar el irritante resplandor; pero gracias al peso de una pequeña y dormilona garrapata que descansaba encima de su torso, no había podido cumplir su objetivo.

Le compraré cortinas a Jimin como regalo de navidad...

Gruñó frustrado abriendo por fin sus ojos sin más remedio, confirmando que efectivamente el sol lograba filtrarse a casi toda la habitación gracias al inmenso ventanal. Cuando su vista se deslizó a su pecho, notó como Jimin si estaba logrando dormir en total paz y calma, con el rostro escondido en la curvatura de su cuello y sus brazos y piernas aferrados a su cuerpo.

El cuerpo desnudo del profundo azabache encima suyo, no eran las unicas pruebas de la estrepitosa noche que ambos habian vivido, cuando sus orbes notaron también el condón usado tirado en una esquina del lugar, fue cuando realmente la migraña se hizo presente en su cabeza.

Yoongi era un bebedor experto, lo consumía hace años ──Sobre todo el Whisky── y se podia decir que ya había acostumbrado a su cuerpo a los estragos del alcohol a la mañana siguiente, por lo que decir que no recordaba nada de lo sucedido era una vil mentira. Recordaba todo, perfectamente y a lujo de detalle. Y eso era lo que más lo estaba atormentando.

No podía asegurar que se arrepentia de lo ocurrido, porque realmente no sentia arrepentimiento. Tampoco dicha ciertamente, pero había un cierto sentimiento extraño en él que lo hacían sentir... diferente.

Con sus felinos ojos pegados al rostro del menor, ni siquiera se dio cuenta en que momento empezó a recordar los cientos de momentos que habian vivido juntos en todos sus años de amistad; Como cuando tenían 10 años y Jimin lo habia acompañado a adoptar a su primera mascota: Holly. Ambos habian decidido el nombre y semanas después el menor había llegado a su casa con bolsas repletas de comida, ropa y juguetes para la canina. Incluso un tierno y pequeño piano para bebés, con la excusa de que ella tendría que ser tan buena pianista como su padre.

A Yoongi al principio le habia parecido ridiculo tratar a un perro como un bebé, ──Tal y como el menor lo hacía── pero no sé quejó, en realidad con el tiempo empezó a agradarle y hasta a hacerlo él también; y es que la forma en la que Jimin reía mientras inútilmente le enseñaba al animal a usar el piano o cualquier otro juguete, lo hacían sentir extrañamente feliz.

También recordó cuando en la adolecencia, Jimin había decidido comenzar las clases de danza contemporánea; era el mejor de dicha asignatura, verlo bailar era tal y como ver un pluma deslizarse por el viento y caer sutilmente en tierra. Yoongi de verdad lo admiraba, no solo por su talento, si no también por su disciplina. Lo cierto era que a pesar de tanto talento desbordante, Jimin aún dudaba de sus capacidades, a pesar de que todos lo elojiaran cada dos por tres.

Yoongi recuerda muy bien el dia de la primera presentación de baile que organizó la academia, Jimin estaba aterrado, llorando sin parar y con el cuerpo tembloroso atiborrado de nervios. Estuvo horas en ese estado, incluso minutos antes de salir al escenario estuvo a punto de desmayarse, de no ser por el mayor, muy seguramente lo hubiera hecho. Pero bastó con verlo allí para que su cuerpo se fuera contagiando de valor. Bastaron simplemente unas palabras de aliento tan sencillas y burlescas como: ── Tú puedes hacerlo porque eres el mejor... para mí lo eres, y si ellos no creen lo mismo, pues tienen cataratas porque tú desbordas talento. Para que él retomará su confianza y esa noche hiciera el mejor de los espectáculos del que todo mundo habló por meses.

Y podría contar mil anécdotas más, pero jamás acabaría.

Y justo en ese instante, con cada uno de esos recuerdos reproduciendose en su mente como una pelicula vieja, fue cuando Yoongi entendió ese sentimiento diferente.

Si, estaba enamorado. Siempre lo estuvo pero nunca quiso aceptarlo. Porque era dificil para él. Alguien tan clásico y encajado como él, no podía imaginarse una relación con ningún hombre, mucho menos con su mejor amigo. Y si, Jimin tenía razón. Era cobarde, muy cobarde para aceptar que desde él momento que vió a ese niño con mejillas sonrojadas y regordetas, esa sonrisa que achicaba sus ojos y esa melena oscura, algo se había agitado en su pecho.

Incluso después de veinte años ese sentimiento seguía allí, por más que quisiera ocultarlo eso seguía ahí. ¿Quién sabe? Tal vez el estallido de ese sentimiento tan fuerte que era escondido, fue lo que le hizo caer en las trampas de seducción de su mejor amigo...

En el momento en que el mayor sintió a Jimin removerse inquieto en su pecho y soltar un quejido adormilado, fue cuando regresó su mente a la realidad.

── Joder, me duele la cadera ──Murmuró adolorido con un puchero tierno en su rostro acomodandose por fin en el suave colchón que se había negado a tocar en toda la noche.

── ¿Noche agitada? ──Inquirió burlesco el mayor observandolo.

── No te burles o la próxima tú serás el que amanezca así ──Advirtió en un bufido tierno de molestia.

De inmediato, la ronca risa del mayor inundó el espacio.

── Oh no, en tus sueños ──Bufó Yoongi──. Si hay un activo en esta relación ese claramente seré yo ──Comentó con tranquilidad haciendo un pequeño énfasis en la palabra: relación.

── Espera... ¿Escuché bien?, ¿Relación? ──Se giró a verlo totalmente confuso el azabache.

── Si, relación Reiteró sereno el pálido, tomando asiento para arrecostarse al espaldar de la cama y observar con detenimiento el rostro de confusión del menor, y si, tal vez también un poco su cuerpo desnudo. Pero solo un poco...

El azabache al escuchar aquello, lo imitó aún perplejo, observandolo con sus latidos al mil.

── Min Yoongi, no juegues así conmigo o te juro que no te lo voy a perdonar.

── No estoy jugando Jimin ── Lo miró con decisión──. Pensé bien las cosas, y me di cuenta que tenias razón, que ya no quiero seguir fingiendo algo que no soy. Que no quiero ser. Y guardar lo que realmente siento y quiero por el qué diran. Me vale mierda lo que vayan a decir mañana de mí, solo sé que...──Suspiró nervioso peinando un poco su cabello y desviando su mirada── Quiero intentar algo contigo por que... no eres el único de los dos que ha estado enamorado en secreto.

El menor abrió sus ojos con sorpresa, y lo observó por unos segundos. Tratando de asimilar cada palabra y entender si realmente se había despertado o aún estaba soñando.

── ¿Es-Estas hablando... en serio? ──Inquirió aún incrédulo con sus ojos cristalizados.

── Jamás he hablado tan enserio, Jimin.

Al escucharlo, el pelinegro abrió sus labios levemente soltando un jadeo de impresión y mordió su labio procesando cada palabra. Después de unos segundos, con lagrimas de felicidad desbordando de sus ojos, se lanzó a los brazos del mayor en un abrazo efusivo que hizo sonreir al contrario.

Sin esperar demasiado, tan pronto el abrazó terminó, sus labios se encontraron en un beso lento y pasional.

── Gracias... ──Susurró el menor contra los belfos contrarios.

── No me agradezcas. Es tu culpa por seducirme en todos estos años ──Respondió de la misma forma el peligris.

La risa inocente de Jimin no se hizo esperar.

── No me arrepiento para nada... ──Confesó con felicidad sin querer despegarse aún del calido contacto.

Una ronda de besos y caricias después, ambos se encontraban viendo la ciudad a través del imenso cristal, en una posición totalmente intima y protectora. Jimin descansaba comodamente entre las fornidas piernas del mayor, con su espalda en el pecho del contrario y su cabeza en el hombro, recibiendo gustoso las caricias que este dejaba en su torso y abdomen de manera casi inconsciente.

── Estuve pensando, y... ¿sería mejor que te mudes tú aqui o yo a tu casa? -Murmuró de repente el menor con deje pensativo.

── ¿Mudarnos? ──Lo miró confundido el mayor.

── Si... ya hemos perdido mucho tiempo, no podemos perder más ──Puchereó el azabache──. Y para tu información, no soy un chico facil, asi que después de lo que pasó anoche, tienes un compromiso conmigo. Asi que ve comprando el anillo ──Advirtió risueño.

El mayor negó entre risas para después observarlo con burla :── Park Jimin, eres todo un caso.

El mencionado se encogió de hombros con orgullo.

── Asi me amas.

El mayor lo miró incrédulo y fingió molestia.

── Si, desgraciadamente asi te amo ──Dijo con astío aunque su inmensa sonrisa decía todo lo contrario.

Con las sonrisas enmarcando sus rostros, ambos volvieron a fundir sus labios en un lento y pasional beso.

── Bueno, aún no me haz hecho la pregunta oficial ──Recordó con finjido enojó Jimin cruzandose de brazos.

── Creo que ya quedó claro que tenemos algo ¿No? ──Comentó divertido Yoongi.

── Asi no se hacen las cosas en una relación seria Yoongi, tienes que tómartelo enserio ──Bufó frustrado el menor haciendo rodar los ojos al nombrado.

── Está bien... Park Jimin, ¿Te gustaría ser mi... chico?

── Si, Min Yoongi, quiero ser tu hombre...

•>>♡ F I N.

~~~~ 3/3

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