Episodio 13

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URSS: Vaya... Es un lugar muy grande y concurrido -dijo mientras se bajaba del auto mirando el centro de la ciudad-.

ThirdReich: Si, me alegra ver que algunos aún pasean por aquí -bajó del auto después de él-.

Chofer: Zu welcher Zeit soll es an Ihnen und ... Ihrem Freund vorbeiziehen? -(¿A qué hora debería pasar por usted y... su amigo?) Miró de reojo al ruso con odio-.

ThirdReich: -miro de reojo al ruso también y luego con el ceño fruncido a su chofer-. Respekt, Soldat! -(¡Respeto, soldado!) dijo en tono serio-.

Chofer: -da un respingo-. Es tut mir leid, führer -(Lo siento, líder) se disculpa de inmediato poniéndose firme-.

ThirdReich: Gut... Kommen Sie um 8 Uhr hierher. -(Bien... Ven aquí a las 8 en punto.) recibió un "Ja (Si)" Por respuesta de su chofer, que poco después se subió al auto y se marchó-.

Reich miró al ruso que continuaba mirando cada parte del lugar sin moverse de donde estaba parado, se ruborizo un poco al darse cuenta que prácticamente le había "defendido" de la mirada de odio de su soldado, se intentó calmar y se acercó a él parándose a su lado, el más alto notó su presencia y volteó su mirada hacia él.

URSS: Reich, ¿de qué hablabas con ese chofer? -preguntó pues no sabía mucho alemán, lo básico, a decir verdad-.

ThirdReich: Solo le decía la hora en que viniera por nosotros... -desvío su mirada a algún punto del lugar-.

URSS: Comprendo -dijo no muy convencido pues había notado molestia en la voz del menor anteriormente-.

ThirdReich: Mejor empecemos el recorrido antes que se haga más tarde -comenzó a caminar por la acera en la que habían sido dejados-.

URSS: Tienes razón -olvidó el asunto y se dispuso a seguir al joven alemán-.

Comenzaron su recorrido por las calles de Berlín, extrañamente nuestro joven alemán había olvidado su vergüenza e incomodidad que le provocaba estar cerca del soviético y este último lo notó, pero solo sonreía al ver los ojos de su amado con ese peculiar brillo de emoción que le ocasionaba esa repentina salida a la ciudad.

Ambos iban en silencio observando la ciudad capital del alemán, aunque era algo gracioso porque de vez en cuando el ruso preguntaba por algo y el menor respondía con sumo detalle y emoción a en sus palabras. Urss no pudo evitar pensar en lo lindo y adorable que se veía su acompañante cuando hablaba de algo que le gustaba como lo era Berlín. Tenía ganas de llevarlo a un callejón vacío y llenarlo de besos que seguramente le dejarían sin aire y jadeante, con mejillas sonrojadas y ojos llorosos que... ahem, URSS sacudió su cabeza sacándose esos pensamientos lujuriosos de su mente, reprendiéndose en silencio por pensar tales cosas cuando ahora era su oportunidad para conquistar por completo el corazón de Reich, ya tendría tiempo en el futuro para hacer realidad sus fantasías, siempre y cuando, tuviese la aprobación y permiso de su amado alemán.

URSS: Reich -llamó su atención-. ¿Porque no vamos a a tomar un café? Ya llevamos más de una 1 hora caminando y parece que aún no se te quita el frío -sugirió apuntando a lo que supuso era una cafetería-.

ThirdReich: Hum... -lo pensó unos momentos, es verdad que aún tenía frío y les serviría a ambos descansar un poco antes de continuar-. Está bien, pero no vayamos a esa cafetería... -miró el lugar que URSS había apuntado-.

URSS: ¿Por qué no? -preguntó extrañado, le parecía un café bastante normal y con nada fuera de lo común-.

ThirdReich: Es uno de los cafés que se llena de mis soldados, será incómodo tener sus ojos sobre mí todo el tiempo -desvío la mirada-. Será incómodo para ti si comienzan a mirarte con odio... -pensó, pues sabía que su gente aún guardaba rencor por las cosas sucedidas durante y luego de la guerra que hizo caer a su padre-.

URSS: Oh, está bien, en cierto modo tienes razón, me gusta más cuando eres tú mismo y no el Reich que apenas habla y mantiene un semblante serio todo el tiempo -admitió sonriendo levemente-.

ThirdReich: -se ruborizo levemente y le dio un pequeño golpe en el brazo-. ¡No digas esas cosas aquí! Idiota -le dio la espalda algo avergonzado y comenzó a caminar-.

URSS: -soltó una risita antes de seguir al menor hasta un café una cuadra más allá-. Solo decía la verdad jaja...

Reich detuvo sus pasos unos momentos, abrió un poco su abrigo metiendo su mano en el hecho de un movimiento rápido se dio la vuelta con una pistola apuntando a la cabeza del soviético, quien solo palideció quedándose quieto con la vista en la pistola que le apuntaba, miró al menor, su expresión no mostraba nada o tal vez sí, pero era algo que él no podía descifrar en esos momentos.

URSS: ¿R-Reich? -no recibió respuesta aparte de ver como su dedo se movía presionando el gatillo sin llegar a disparar-. Reich... no es gracioso, baja el arma... -de nuevo sin respuesta, sintió una gota de sudor bajar por su frente-. Reich...

Reich estaba en sumo silencio con un rostro inexpresivo apuntando aún al soviético con su arma, la gente que presenciaba la escena se alejaba rápidamente entre pequeños gritos de sorpresa y miedo reflejado en sus rostros, más que nada al ver el arma que fácilmente podría acabar con una vida humana si se sabía usar, claro, eso quita el hecho de que de manera accidental también se pueda acabar con una vida, pero ese no era el caso esta vez. ThirdReich sabía perfectamente cómo manejar un arma debido a su entrenamiento militar y Urss estaba completamente consciente de eso, pero ni lo entendía, ¿cómo pasaron a una situación tan tensa después de tantas risas y diversión? El alemán era impredecible y se estaba dando cuenta de la peor manera.

URSS: Reich -volvió a llamarle en vano-. Baja el arma Reich -nuevamente fue en vano-.

El joven alemán continuaba mirándole con su dedo haciendo cada vez más presión en el gatillo, URSS abrió sus ojos con sorpresa, ¿de verdad iba a matarle ahí mismo? Su cuerpo se negaba a moverse por más órdenes que su cerebro mandara. Cerró los ojos con fuerza al ver el gatillo cada vez más presionado hasta que...

"Click"

¿"Click"? El ruso fue abriendo los ojos desconcertados por el sonido, pero más le desconcertó el escuchar la repentina risa del alemán que antes le apuntaba, no comprendía nada hasta que el menor tomó el arma con ambas manos y sacaba el cargador de esta entre risas que intentaba calmar.

ThirdReich: No está cargada -soltó una carcajada mostrándole el cargador al mayor, efectivamente, estaba completamente vacío-. Jajajajaja -volvió a reír con ganas afirmándose el estómago-.

Urss aún no entendía que rayos había pasado, pero se alivió al ver el cargador de la pistola vacía pues supo que el menor no había tenido intenciones de matarlo, solo fue una broma, una que asustó a mucha gente (que ahora también parecía aliviada, aunque no entendían mucho la situación) y al mismísimo Urss.

El soviético soltó un suspiro pesado combinado con alivio, su amado sí que tenía mal gusto para las bromas.

Urss: Casi me matas del susto Reich -admitió viendo como el otro ya se estaba calmando de su risa-.

ThirdReich: ¡Lo sé! Se vio en toda tú cara jaja -volvió a ponerle el cargador vacío a la pistola y así guardarla entre su abrigo, se limpió las lágrimas que su risa provocó antes de volver a hablar-. Bueno muchas risas por ahora, vamos al bendito café -acomodó su abrigo para volver a caminar aún divertido-.

El soviético observó a su amado alejarse unos pasos como si nada hubiera pasado, pero algo bueno había salido de esta mala broma, eso era que había logrado oírle reír de manera tan abierta otra vez, como en esa guerra de almohadas que habían tenido de niños, pero había algo más que descubrió, el Reich que se cubría la boca para reír y comer había olvidado aparentemente hacer eso en esta ocasión, dejando que el ruso pudiera ver sus puntiagudos dientes de tiburón en medio de su linda risa. Ya entendía por qué los cubría, pues esos dientes podían asustar a cualquier con tan solo ampliar una sonrisa, pero para Urss no era así, le había encantado descubrir algo nuevo de su amado y esos dientes lejos de parecerle aterradores, le parecían adorables y lindos en cierto modo.

ThirdReich: ¡Urss, no te quedes atrás! -le llamó en voz alta al ver que estaba bastantes pasos por detrás de él-.

URSS: -escuchó la voz del menor y apresuró su paso para alcanzarlo-. Hey, ¿por qué traes un arma descargada contigo? -quería salirse de la duda-.

ThirdReich: Diría "para defensa propia" Pero ¿de qué sirve un arma si no está cargada? -se cuestionó así mismo mirando el camino-.

URSS: ¿Entonces? -preguntó extrañado-.

ThirdReich: Uhm... ¿Para asustar... tal vez? -ni él estaba convencido de esa respuesta-.

URSS: Vamos, cuéntame la verdadera razón -sabía que el menor le estaba dando excusas para no contar el verdadero motivo-.

ThirdReich: Bueno... no me gusta usar armas, la última vez que dispare una a alguien casi le amputan una pierna, por eso siempre las tengo descargadas -admitió tocando la zona de su abrigo donde llevaba el arma-. Además, esta arma es algo especial y prefiero no tenerla cargada -se detuvo frente al café y sonrió levemente-.

URSS: Oh... -dijo con un poco de sorpresa, creyó que su amado si sería capaz de usar armas como vio en su broma, pero al oír esto le quedó claro que era todo lo contrario y ahora sentía mucha curiosidad sobre esa persona a la que le disparó-. ¿Este es el café? -miró la cafetería bien decorada-.

ThirdReich: Sí, vamos -dijo mientras entraba al lugar sintiendo un agradable calor y aroma a café al instante-.

URSS: Es un lugar agradable... -dijo una vez se sentaron en una mesa vacía-.

ThirdReich: Si... -sonrió levemente, como supuso, en este lugar no había ninguno de sus soldados, solo unos pocos civiles-.

Una jovencita les dejo la Carta del menú sintiéndose un poco intimidada por la presencia de ambas representaciones, es que a simple vista estos dos si daban miedo con su sola expresión sería, se retiró de inmediato y ambos entre pequeñas charlas ordenaron, les sirvieron y continuaron con su charla de trivialidades.

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