Episodio 16

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La mañana finalmente había llegado, ambas representaciones seguían plácidamente dormidas sobre esa elegante cama, el soviético mantenía abrazado al alemán y este último se removió un poco incómodo al estar tanto tiempo en la misma posición, cuando sintió que no podía moverse libremente fue abriendo los ojos lentamente, la luz del día se asomaba levemente por la ventana logrando que la habitación estuviera lo suficientemente iluminada.

Reich volvió a moverse y está vez logró sentarse, aunque al hacerlo sintió un peso caer sobre su regazo, al mirar pudo ver un brazo que obviamente no era el suyo, comenzó a ponerse nervioso, miró a su lado y pudo ver al ruso plácidamente dormido a su lado. Sus ojos se abrieron en sorpresa, saltó de la cama ignorando todo el ruido que provocó esa acción, aparte de todo el movimiento que logró en la cama al levantarse tan rápido. Vio a Urss removerse en la cama en signo de despertar, Reich apegó su espalda a la pared como si esta pudiera ocultarle, miro al ruso abrir sus ojos de manera perezosa, su pánico aumentó cuando este apoyó su cabeza en su mano derecha elevándola un poco así y le sonrió ladino.

URSS: ¿Por qué las buenas vistas tan temprano en la mañana? -dijo mirando el cuerpo de Reich de la cabeza a los pies-.

Al principio no entendió, bajó su mirada encontrándose primero con las mordidas y chupetones en su pecho, seguido del resto de su cuerpo completamente desnudo y expuesto. Su rostro enrojeció, se acercó a la cama para tomar una frazada y poder cubrir su cuerpo, más que nada su parte baja que era lo que más vergüenza le daba mostrar. Urss frunció levemente el ceño, al parecer su amado quería evitar recordar lo que pasó anoche, agarró su mano cuando estuvo cerca y le jaló con algo de fuerza haciéndole caer en la cama bajo su cuerpo, afirmando sus muñecas a cada lado de su cabeza.

ThirdReich: ¡Urss! -intentó liberarse incluso de darle una patada, pero el ruso afirmó sus piernas con las suyas dejándole inmóvil-.

URSS: Cálmate Reich... -pidió con voz suave al ver que aún intentaba resistirse-.

ThirdReich: No puedo estar calmado cuando despierto completamente desnudo contigo a mi lado -comenzó a ruborizarse cuando el mayor acercó su rostro al suyo-.

URSS: Tienes una pésima memoria para estas cosas Reich, tendré que refrescártela repitiendo lo de ayer... o en parte eso -afirmó ambas manos del alemán sobre su cabeza con una sola de las suyas-.

El menor palideció e intentó forcejear nuevamente sintiendo como el ruso se ponía entre sus piernas separándolas y acercando su mano a la sábana que cubría su parte baja.

ThirdReich: ¡N-No! ¡No la quites! -pidió con vergüenza y desespero-.

Urss se quedó pensando unos momentos con su mano a centímetros de la única cosa que le impedía ver el cuerpo de su amado completamente desnudo y a su merced otra vez. Dudó, pero ya no soportaba la mala memoria del menor cuando estas cosas pasaban, de un rápido movimiento tomó la sábana y la jaló para quitarla, el pequeño alemán giró su cabeza cerrando sus ojos como si eso pudiera salvarlo de la actual situación.

El soviético admiró el cuerpo de su pareja, sobre todo las marcas que había dejado en el, su mano libre acarició su piel desde su muslo hasta su pezón, comenzó a jugar con este mientras se inclinaba para lamer las marcas que había dejado en su cuello y volver a morderlas. Reich no pudo evitar que algunos jadeos se le escaparan mientras los recuerdos de la noche anterior venían a su cabeza avergonzándole más si se podía. Sintió como el ruso bajaba sus besos, pasando a lamer y morder esos botones, dejándolos sensibles nuevamente. Continuó bajando besando el estómago y ombligo esta vez, usó su cuerpo y única mano libre para mantener las piernas del menor separadas, Reich le miró jadeante con vergüenza y su rostro ruborizado.

ThirdReich: Ya basta... -pudo murmurar cuando su respiración se calmó-.

URSS: Me daría pena dejarte así -señalo con su mirada el miembro erecto del menor-. Al menos... déjame ayudarte con eso ya que yo lo provoqué -sonrió tomando con su mano el miembro ajeno-.

El menor iba a decirle que no era necesario, pero su espalda se arqueó y sus ojos se abrieron con sorpresa cuando sintió algo cálido y húmedo acariciar toda la extensión de su pene, no pudo ahogar el gemido de placer y vergüenza que salió de su garganta. Al lograr ver qué pasaba se encontró con el soviético lamiendo su virilidad como si fuese un dulce, se mordió el labio con fuerza en un intento de silenciar sus gemidos hasta sentir ese peculiar sabor metálico de la sangre en su boca, sus ojos se encontraron con los del ruso que no detuvo su acción en ningún momento, este le miraba con intensidad cosa que hizo estremecer al pasivo.

El soviético decidió soltar las manos del menor a la vez que metía su miembro en su boca para que no tomase medidas contra el, fue bastante efectivo pues su amado no opuso más resistencia aparte de su intento de cerrar las piernas siendo estas separadas nuevamente por las manos del ruso y así tener mejor acceso a la virilidad del menor.

ThirdReich: ¡U-Urss! ¡Ba-aah~sta! -llevó una de sus manos temblorosas a la cabeza del mayor en un intento de alejarle mientras la otra se aferraba a la sábana bajo su cuerpo-.

(Versión sin censura en mi Twitter)

Urss sintió esa mano temblorosa sobre su cabeza, le resultó divertido ver como intentaba alejarle pero con la poca fuerza que tenía en esos momentos resultaba ser una extraña caricia a su cuerpo.

Comenzó a mover su cabeza en un vaivén placentero para el menor, el cual no pudo evitar que los sonidos obscenos de sus gemidos se escaparan desde el fondo de su garganta, se sentía bien... demasiado bien para su pequeño cuerpo que no resistiría más a esas exquisitas sensaciones que recorrían su cuerpo como corrientes eléctricas.

Podía sentir su miembro entrar y salir de esa cálida cavidad, el cómo la lengua contraria se encargaba de acariciar toda su extensión al ritmo de su cabeza, Reich ya no aguantaba, así que después de muy escasos minutos intentó advertirle al soviético de lo que venía, dándole un golpe muy suave en su cabeza para avisarle de cierto modo que se quitara de ahí, más el ruso hizo caso omiso a pesar de haber entendido el mensaje que el más pequeño le quería transmitir.

Entonces, sin poder evitarlo, el pequeño alemán se corrió dejando salir un sonoro gemido que con suerte solo ellos dos escucharían. Por su parte el soviético sintió toda esa esencia llenar su boca, sacó el miembro de su boca con cuidado de no derramar ni una sola gota hasta que la tragó sin dificultad como si fuese algo natural, Reich notó eso y su mueca se hizo relucir mientras tomaba una almohada lanzándola al rostro del ruso.

ThirdReich: ¡Cómo haces eso! ¡Gott! -su cara entera estaba ardiendo en sonrojo por la vergüenza-.

URSS: Tranquilo, no creo que vaya a pasar nada malo -dijo con tono calmado atrapando la almohada que se deslizó por su rostro-.

ThirdReich: ¡Uhgh! -solo soltó un gruñido avergonzado a la vez que tapaba su cuerpo con las mantas nuevamente-.

URSS: Pero más importante -volvió a colocarse sobre el cuerpo contrario, sin aplastarle y con sus manos a cada lado de su cuerpo, "aprisionándole"-. ¿Logré refrescarte la memoria?

ThirdReich: Was... -(Qué...) se ruborizó aún más si se podía-.

URSS: No puedes negármelo, tú cuerpo parecía recordar perfectamente cada lugar que toqué~ -dijo con voz pícara-.

ThirdReich: No es cierto -se negó, pero al ver el rostro del mayor acercándose al suyo entró en pánico-. ¡Está bien, está bien! ¡Si lo recuerdo, pero no te me acerques!

El mejor alejo el rostro del ruso con sus manos, impidiendo cualquier intento de que este llegará a sus labios para besarle y es que no quería que eso pasará con lo recién ocurrido, no señor.

El ruso por su parte soltó una risita divertida mientras se quitaba de encima de su amado "liberándole" seguido de levantarse de la cama dando unos pasos en dirección al baño, entonces se le ocurrió una idea y volteó a mirar al jóven.

URSS: ¿Nos bañamos juntos? -sonrió-.

ThirdReich: ¡Nein! -le aventó otra almohada la cual el ruso esquivo en su huida al baño entre risas divertidas hasta que se encerró en el-.

El pequeño alemán pudo respirar más tranquilo, habían pasado muchas cosas en tan poco tiempo que su corazón y cerebro aún parecían estar asimilándolo, aunque una cosa si tenía clara y era que ese ruso ya no era su amigo sino su pareja. Suspiro levemente esbozando una sonrisa pequeña a la vez que se levantaba de la cama buscando su ropa interior y su camisa de dormir, quería ponerse eso al menos mientras esperaba su turno de usar la ducha sin tener que sentirse tan expuesto.

Un pensamiento llegó repentinamente a su cabeza, esa noche no había tenido el sueño de las constantes advertencias de su padre y tampoco fragmentos de lo que había sido su niñez en compañía del ruso. Este último si que le tenía distraído de todo eso con sus repentinas preguntas y curiosidades que salían cuando hablaban de cosas triviales. Aunque supone que lo acabado de pasar era lo que más distraído le tenía, provocando que sus mejillas se encendieran y la vergüenza le dominara.

URSS: Reich, ya puedes usar el baño.

El nombrado dio un respingo al oír la voz del ruso tan cerca suyo y es que al voltear su cabeza le tenía de pie justo a su lado, se levantó de la cama de un salto para alejarse de él y así irse rápidamente sin decir ninguna palabra. El mayor le vio entrar al baño seguido de cerrar la puerta, soltó un suspiro sentándose en el borde de la cama, ahora era su turno de pensar en lo que había pasado en ese poco tiempo, se reprendió mentalmente por su falta de autocontrol, pero sabía que con poder ver el rostro, más bien, expresión que ponía su amado en cada uno de esos actos, se olvidaba de eso y se decía que valía mucho la pena.

Sonrió de manera inconsciente tras recordar que el menor correspondía sus sentimientos, con todo lo ocurrido ya eran pareja, pero tendría que hacerlo oficial y hacerle la gran pregunta ¿no? De esa manera ambos estarían seguros de todo y tendrían un recuerdo más normal aparte del momento carnal en el que ambos habían dejado al descubierto los sentimientos que tenían por el otro.

ThirdReich: ¡Urss! ¡Vamos a desayunar! -dijo desde la puerta de la habitación-.

Esta vez fue el soviético el que salió de sus pensamientos, giró su cabeza viendo a Reich vestido de manera más casual, con unos pantalones negros, botas, y un suéter de cuello largo color carmín, no tuvo que pensar mucho en la razón de ese suéter porque no hacía frío ese día, o al menos para él. Se levantó de donde estaba y siguió al menor hasta el comedor donde no tardaron en servirles la primera comida del día, se alivió de que el pequeño alemán no actuara distante con él o incómodo con su presencia. Eso sí, había veces en las que sus ojos se topaban y el menor desviaba rápidamente la mirada con sus mejillas tomando ese tono carmín que tanto le gustaba ver al mayor. Así la hora del desayuno paso de manera normal y tranquila.

Reich fue a la sala para leer un poco, Urss le siguió al no tener nada que hacer, estuvieron en silencio, el alemán leía de manera tranquila al contrario de su acompañante que miraba todo con aburrimiento, ambos estaban en el mismo sofá así que el ruso se acercó al más bajo para abrazarle por la cintura acercándole un poco y apoyar su cabeza en su hombro derecho, el alemán solo dio un pequeño respingo antes de volver a su lectura.

URSS: Oye Reich... -le llamó para tener su atención cuando este continuó leyendo-.

ThirdReich: ¿Mmh? -con ese sonido logró informarle que le estaba escuchando-.

URSS: ¿Quieres ser mi pareja? -preguntó con su cabeza aún apoyada en el hombro ajeno-.

El que debía responder esa pregunta abrió sus ojos levemente, no estaba sorprendido con todo lo que ya había pasado pero una nube de inseguridades comenzó a nublar su corazón al oír la pregunta, ¿Por qué, si ya creía que eran pareja ahora se sentía inseguro? Cerró su libro para dirigir toda su atención al ruso que poco a poco fue enderezando su cuerpo para poder mirarle también. Urss le miraba expectante de su respuesta y Reich pensaba en las palabras que diría a continuación.

ThirdReich: ¿Sabes que cuando acabe esta semana no podremos vernos tan seguido verdad? Tú tendrás que volver a hacerte cargo de un enorme territorio y yo tendré que seguir intentando levantar estas tierras derrotadas, no tendremos tiempo para vernos, o al menos, no mucho.

URSS: Lo sé, por eso me aseguraré de escribirte seguido y visitarte cuando tenga tiempo, para pasar al menos un día contigo...

ThirdReich: Pero... eso puede llegar a ser agotador para ti, te aburrirás y entonces... -sintió las manos del mayor sobre sus mejillas-. Me dejarás...

URSS: Hey... eso no va a pasar, además, se qué lo que haces por estas tierras es aún más agotador -sonrió de manera comprensiva-. Y ¿dejarte solo por eso? Tendría que estar muerto para que eso pasara... -vio las mejillas de su amado tomar ese lindo color carmín-.

El menor de ambos se sintió aliviado, sus ojos se habían aguado un poco por la mezcla de sentimientos que llegó a sentir en ese pequeño momento. Urss le miró enternecido, su pequeño demostraba ser frío e imponente cuando estaba frente a otros, pero frente a él solo era un jóven que no sabía lidiar con todos sus sentimientos y que solo él podía sacar a relucir. Limpió las pocas lágrimas que se asomaron en los ojos de su amado con sus dedos.

URSS: ¿Qué dices? -volvió a acariciar sus mejillas con cariño-.

ThirdReich: S-Si... -dijo a la vez que asentía-.

El soviético sonrió contento, también levemente ruborizado, afirmó el rostro de Reich con suavidad para acercarlo al suyo y poder besar esos labios de manera amorosa, sin que les importara nada más que ellos dos.

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