Episodio 19

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Ya era el siguiente día, nuestro comunista abrió sus ojos por la luz que lograba entrar entre las cortinas de la ventana, se movió hacia un lado con la intención de evitarla y pudo sentir un extraño calor junto a él, abrió los ojos levemente notando la hermosa vista de su amado durmiendo a su lado con total tranquilidad, sonrió levemente antes de abrazarle, no recordaba que el alemán fuese a dormir con él durante la noche, así que supuso que se había escabullido en la habitación durante la noche para finalmente acostarse a su lado a dormir. Ese gesto le pareció adorable, demasiado, que, si no fuera porque no quería despertarlo, ya se lo hubiera comido a besos, le costaba controlarse a su lado, pero lo lograba con esfuerzo.

Pasaron los minutos y el pequeño alemán finalmente daba indicios de querer despertar, Urss le vio abrir los ojos con lentitud, aún lucía adormilado y le parecía muy tierno.

URSS: ¡Buenos días! -dijo con voz animada pero no tan alta-. ¿Dormiste bien?

ThirdReich: -asintió levemente soltando un pequeño bostezo mientras cubría su boca con su mano-. ¿Qué hora es?

URSS: Hm -volteó su cabeza para mirar el reloj que había sobre la mesita de noche-. Las 8am ¿Por qué?

ThirdReich: -Abrió los ojos sorprendido a la vez que se sentaba en la cama con rapidez-. Maldición, me quede dormido -dijo y seguido se levantó de la cama-.

Urss le miraba sin entender, pero se levantó segundos después de él al ver su sorpresa, parecía que había olvidado algo importante, iba a preguntar, pero Reich desde la puerta de la habitación procedió a despejar sus dudas.

ThirdReich: Tengo una reunión con Reino Unido a las 9:00, para firmar un acuerdo -dijo de manera rápida antes de salir casi corriendo hacia su habitación-.

No le dio tiempo al soviético de hablar para preguntar más sobre el tema, mejor decidió darse una ducha rápida para poder acompañar a su pequeño a esa reunión, le esperaría afuera si era necesario, pero tenía mucha curiosidad sobre el asunto y sobre todo por la presencia de Reino Unido en tierras alemanas. Reich se ducho lo más rápido que pudo, se vistió con su traje formal de siempre y procedió a salir de la habitación para bajar, tenía media hora para llegar a tiempo, pero eso le bastaba y sobraba.

URSS: ¿Me dejarás acompañarte verdad? -preguntó mientras caminaba a su lado-.

ThirdReich: ¿Qué? -le miró un poco sorprendido-. Urss, esto es un tema de mi nación, ya hablamos de esto varias veces -la verdad era que temía que conociera a Nazi-.

URSS: Al menos déjame esperarte afuera ¿Sí? Así no te molestare ni interrumpiré -le miró con suplica-.

ThirdReich: -soltó un suspiro pesado-. Está bien, pero espérame afuera -apresuró su paso-.

El ruso sonrió victorioso y le siguió fuera de la mansión, el auto de Reich ya les estaba esperando, no perdieron tiempo, apenas se subieron el auto arrancó con velocidad hacia el palacio de Bellevue para llegar a tiempo a la reunión o mejor minutos antes. Una vez ahí Reich se bajó del auto, afortunadamente 10 minutos antes de la reunión, unos soldados se acercaron al menor para escoltarlo, solo que con tan solo ver al soviético asomarse por la puerta del auto para bajar, todos ellos sacaron sus armas y le apuntaron, gritándole en su idioma natal que levantara y mostrara las manos, Reich intervino de inmediato.

ThirdReich: ¡Alto! ¡Bajen esas armas, él es un invitado de mi persona! -gritó con voz autoritaria-.

Los soldados le miraron dudosos, pero luego de comprobar con la mirada que el soviético venia desarmado y parecía sorprendido, decidieron guardar sus armas y disculparse con ambos.

URSS: ¿Qué fue eso? Ayer no reaccionaron así -dijo mientras caminaban con los soldados detrás-.

ThirdReich: Están tensos y a la defensiva, Reino Unido esta aquí, así que es obvio que estén algo alterados -dijo comprensivo-.

URSS: oh, comprendo -miró de reojo a los soldados que cuidaban el palacio, efectivamente parecían nerviosos-.

Caminaron en silencio hacia la sala de reuniones, una vez en la puerta se detuvieron, Reino Unido ya debería estar ahí, y había llegado minutos antes de la hora acordada, por poco claro está, pero a tiempo de todos modos.

ThirdReich: Entonces, espérame aquí y no deambules mucho si no quieres terminar lleno de hoyos de bala -le advirtió-.

URSS: Gracias, eso me tranquiliza mucho, eres bueno en esto -dijo con un poco de sarcasmo y a la vez divertido-.

ThirdReich: -sonrió levemente-. Nos vemos en unos minutos -cerró sus ojos mientras se daba la vuelta, al abrirlos sonrió ampliamente mostrando sus dientes-.

URSS: Buena suerte -dijo mirando su espalda sonriéndole-.

Nazi: Gracias. -dijo en un tono algo frio-.

El soviético sintió un pequeño escalofrió al oír esa voz, inclusive sintió la necesidad de detener al menor cuando este estaba abriendo la puerta para ingresar a la sala, pero se detuvo, su mano solo quedó en el aire, esa debía ser una reunión importante y Reino Unido estaba aquí para firmar un acuerdo de quien sabe que cosa, así que esa fue su principal razón para detenerse, aparte que sintió algo de miedo aunque no sabía exactamente de qué.

Los soldados entraron junto a Nazi a la sala de reuniones, como guardaespaldas, siempre era mejor estar protegido en este tipo de reuniones, dentro de la sala Reino Unido le esperaba sentado en su lugar, aunque se levantó de inmediato al escuchar la puerta abrirse para poder saludarle por último con un apretón de manos, él también traía soldados consigo y el ambiente se notaba algo tenso.

Nazi: Reino Unido, que gusto verte aquí y conocerte finalmente en persona -sonrió levemente mientras se acercaba a él-.

Reino Unido: lo mismo puedo decir sobre usted ThirdReich -ambos se dieron un apretón de manos con cordialidad antes de sentarse en sus respectivos asientos-. Can we start if you dont mind? –(¿Podemos empezar si no te importa?)-.

Nazi: Of course we can. -(Por supuesto que podemos.)-. Entonces, estamos aquí para firmar un acuerdo naval ¿cierto?

Reino Unido: Así es, pero, tiene un límite del 35% de lo que es la Marina Real Británica. -dijo con seguridad-.

Nazi: lo comprendo, parece que los rencores siguen presentes, aunque me da algo de curiosidad ¿Por qué el repentino cambio? -miró son seriedad y frialdad al mayor-.

Reino Unido: Quiero apaciguar un poco las cosas por aquí sé perfectamente que tú gente la está pasando muy mal y quiero al menos hacer algo para remediarlo

Nazi: ¿Qué? -le miró incrédulo unos segundos antes de echarse a reír-. Jajajaja, no puedo creerlo, sabes que ya es muy tarde ¿no? -dijo con una sonrisa antes de cambiarla a una mueca de odio-. El daño ya está hecho lamentablemente.

El menor de ambos se levantó del asiento con brusquedad, casi tirando la silla al suelo, los soldados detrás de Reino Unido se acercaron un paso acercando sus manos a las fundas de sus armas, el británico noto sus intenciones y levantó una mano rápidamente deteniéndolos sin levantarse de su lugar.

Nazi: Tú eres una nación como yo, debes saber perfectamente como se siente esto en una representación. -dijo apoyando las palmas en la mesa mientras seguía de pie-.

Reino Unido: Lo sé y lo siento mucho por eso. -bajo levemente la cabeza sin quitarle la mirada de encima-.

Nazi: ¡Bah! Tus disculpas poco sirven ahora. -escupió sin escrúpulos notando una mueca en el inglés-. Ustedes, nos echaron la culpa de todo ¿tanto miedo tenían de nosotros? ¿tanto le temían al poder de mi padre? -dijo en voz baja con la vista pegada en sus manos-.

Reino Unido: ThirdReich-

Nazi: No digas nada. -le interrumpió rápidamente, metió su mano de entre su saco sacando un arma, apuntándole al británico y jalando el gatillo-.

Nadie pudo reaccionar de manera rápida, ni Reino Unido, ni sus guardaespaldas. Pero algo que si aprendió el inglés era que ThirdReich podía ser muy cambiante, explosivo y por lo tanto, muy impredecible.

¡Click!

La sala se quedó en un silencio demasiado tenso y pesado, los ingleses estaban en shock por la rápida acción del menor, los guardaespaldas del alemán ya conocían ese lado cambiante de él, por lo que no estaban tan sorprendidos, solo preocupados de ser el centro de la furia del joven si llegaban a cometer un error.

Nazi: No está cargada -sonrió mostrando sus filosos dientes, los contrarios sintieron temor, aunque el británico parecía ser el que mejor lo disimulaba-.

Los guardaespaldas ingleses esta vez si desenfundaron sus armas y apuntaron al menor, Reino Unido esta vez no los detuvo, los guardaespaldas alemanes hicieron lo mismo al ver la posible amenaza para su Führer.

Reino Unido: No disparen. -ordenó-.

Nazi: ¡En fin! -ignoro por completo el ambiente del lugar, acomodó su silla y volvió a sentarse guardando el arma-. ¿Cuáles son los papeles?

El británico abrió sus ojos con sorpresa, ¿cómo podía ese chico estar así como si nada después de lo que hizo? Eso fácilmente podía tomarse como una amenaza o peor, una declaración de guerra. Reino Unido intentó recomponerse, levantó la mano primero, para hacer a sus hombres guardar sus armas y que los alemanes hicieran lo mismo, el tener esas armas apuntando a los contrarios solo aumentaba la pesada tensión que había en la sala. Uno de los soldados británicos se acercó a Reino Unido y le entrego una carpeta con papeles.

Reino Unido: Este es el contrato, acuerdo, términos, como quieras llamarlo -le lanzo la carpeta deslizándola por la mesa con la suficiente fuerza para que llegara justo frente al alemán-. Puedes echarle un vistazo si así lo deseas.

Nazi: Si, pienso hacerlo, por supuesto que pienso hacerlo -dijo mientras abría la carpeta y leía los papeles que había dentro con rapidez-.

La sala volvió a quedar en un silencio incómodo para los soldados que estaban ahí como guardaespaldas, de ambos bandos, Reino Unido estaba incomodo con la indirecta que le había dado, obviamente el joven alemán había hecho énfasis en lo de leer esos papeles como si temiera que algo tan malo como el Tratado de Versalles estuviera escondido en alguna de las líneas de esos acuerdos.

Nazi: Todo parece correcto, solo no me gusta la idea de tener solo el 35% del tamaño de tu flota naval, pero nada se le puede hacer a esto. -soltó un suspiro mientras tomaba una pluma para poder firmar-. Miedo es miedo después de todo -dijo con desinterés mientras firmaba-.

Reino Unido: -hace una mueca antes de recibir el papel para firmarlo de igual manera-. Lamentablemente es algo que no puedo cambiar en el acuerdo. -cerró la carpeta y se levantó tomándola-. Estos papeles quiero guardarlos yo, si no te molesta, o en el caso de que estés pensando que haré otras cosas con ellos, puedes guardarlos tú, eso no me molesta.

Nazi: Que considerado. -sonrió levemente mientras se levantaba de su asiento y tomaba la carpeta-. Entonces prefiero tenerlos yo, te enviaré una copia de ellos por correo, de esa manera también te sentirás más seguro, ¿no?

Reino Unido: Eso lo agradecería ¿Hemos terminado?

Nazi: Así parece fue un placer hacer acuerdos contigo -dijo con aire divertido mientras extendía su mano hacia él-.

Reino Unido: Lo mismo puedo decir -acerco su mano y ambos se dieron un fuerte apretón de despedida-. Espero volvamos a tratarnos en el futuro.

Nazi: Espero lo mismo -sonrió viéndole darse la vuelta para salir de la sala-. No sabes cuánto -sonríe ampliamente-.

■◆■◆■◆■

Urss se encontraba por el pasillo de la sala en que había entrado ThirdReich y en la que sabía que Reino Unido también estaba. De vez en cuando miraba por la ventana, o caminaba en círculos, o miraba los cuadros del pasillo, no tenía mucho que hacer, y no podía alejarse más de ese lugar o podría pasarle algo malo como le había advertido antes el alemán. Solo se sentía inquieto y es que cada vez que miraba la puerta de esa sala de reuniones podía sentir un aire muy pesado emanando de ella, uno muy tenso. Solo esperaba que nada malo hubiera pasado, pero confiaba en que Reich no sería tan tonto como para hacer algo que perjudicara a su gente cuando de por sí ya la estaban pasando muy mal.

Escuchó pasos acercarse a la puerta, luego vio la misma ser abierta por guardaespaldas ingleses para darle paso al británico, quien al notar la presencia de Urss paró en seco para mirarle.

Reino Unido: ¿Urss? -dijo con notoria sorpresa de verlo ahí-. ¿Qué haces aquí? -preguntó acercándose un poco a él-.

URSS: Hola, Reino Unido, también es un placer verte -sonrió-.

Reino Unido: Me disculpo por mi falta de cortesía, tuve una reunión un poco intensa con ThirdReich, aunque supongo que eso lo sabes, ¿también vienes a hacer algún acuerdo con él?

URSS: -abrió un poco sus ojos antes de decir con seguridad-. Así es, aunque como verás no soy muy bienvenido en este país. -dijo mirando de reojo a algunos soldados alemanes que patrullaban y le miraban con disgusto-.

Reino Unido: Oh comprendo, espero que no tengas una reunión tan tensa como la mía -sonrió levemente, al menos se sentía un poco mejor-. Aún tengo cosas que hacer, nos vemos Urss

URSS: Claro, nos vemos -sonrió levemente-.

Reino Unido: Una cosa más -se volteó levemente para mirarlo-. Ten cuidado con ThirdReich, él es algo... impredecible.

URSS: -le miro sin entender un momento-. Claro, gracias por la advertencia... -el británico le asintió, luego soltó un suspiro cuando le perdió de vista-.

El soviético miró a su alrededor, y esperó un poco para ver si Reich salía de la sala. Minutos pasaron y no había señales de él, solo vio a sus guardaespaldas salir minutos después de que Reino Unido lo hiciera, se acercó a la puerta, miró a todos lados antes de abrirla solo un poco de manera silenciosa, se detuvo cuando escucho a Reich susurrar algunas cosas, al principio no entendía, pero luego le vio mejor pasearse por la sala hablando con quien sabe quién de manera enojada. Tal vez uno de los guardaespaldas había hecho algo mal y Reich le estaba sermoneando justo ahora.

Decidió abrir la puerta para ver qué estaba pasando y entrar a la sala.

URSS: ¿Reich? -preguntó extrañado viendo como este detenía todos sus movimientos-.

El joven alemán se volteó ligeramente a mirarlo sorprendido, seguía siendo Nazi, Urss abrió sus ojos sorprendido al mirar mejor la sala, no había nadie ahí.

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