Episodio 24

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Ese día había pasado volando, ya se encontraban en el aeropuerto para que el ruso pudiera irse a su nación. El ruso se había olvidado de la pesadilla que había tenido esa mañana, o al menos eso creía, pues esa pesadilla se había quedado grabada en su subconsciente, aunque ahora no pasaba precisamente por sus recuerdos.

Reich no estaba particularmente triste con su partida, pues sabía perfectamente que le vería dentro de poco, cosa el soviético no tenía ni idea, pero no planeaba contarle, quería que se quedara como una sorpresa. El soviético por su parte si estaba triste, pues no sabía cuándo podría volver a ver a su amado pequeño, y le inquietaba que Reich no se viera triste por su partida, pensamiento que cambió al oír las palabras del menos.

ThirdReich: ¡No te desanimes tanto! Volveremos a vernos pronto y seré paciente, tú también debes serlo ¿bueno? -le sonrió de manera amplia al mayor para calmar su tristeza-.

El mayor de ambos sonrió también, reconfortado por las palabras de su amado y por la hermosa sonrisa que sabía que solo le dedicaba a él.

URSS: Tienes razón, mantendré el contacto contigo mediante nuestras cartas, para que no me olvides -dijo sonriendo con una falsa arrogancia-.

ThirdReich: Veré si consigo un tiempo en mi apretada agenda para contestarte -sonrió de lado mientras miraba sus manos desinteresado, eso claramente no había salido como el ruso planeo-.

URSS: ¡No seas así! -le miró esta vez suplicando-.

ThirdReich: -soltó una carcajada antes de darle una palmada en el hombro-. Era broma, sabes que te responderé lo antes posible -sonrió al mayor-.

URSS: Si -sonrió aliviado, acercó su rostro al menor desprevenido, robándole así un beso en los labios que no se molestó en ocultar como la primera vez que se despidieron en el aeropuerto-.

Inmediatamente las mejillas del menor se colorearon y el asombro de notaba a plena vista en su rostro, se llevó una mano a la boca lanzándole un puñetazo con la otra al brazo del ruso.

ThirdReich: ¡Estamos en el aeropuerto tú dummkopf! –(tonto) dijo con la cara toda ruborizada mirando frenético a su alrededor por si alguien le había visto-.

URSS: Nadie nos vio -dijo riendo por la reacción del menor, aunque claramente tampoco se había fijado a su alrededor-.

ThirdReich: ¡Apuesto que ni siquiera te fijaste! -dije intentando mantener la voz baja para no llamar más la atención-.

URSS: Tienes razón no me fijé -admitió sonriendo al ver el rostro molesto de su amado y antes de que este pudiera volver a reclamarle, volvió a besar sus labios para callarle, sabiendo que esta vez podría darse por muerto-.

El joven alemán volvió a sorprenderse por el repentino beso, esta vez sí golpeo con más fuerza a Urss con todo el rostro rojo, el ruso se echó a correr al ver la repentina cara de furia del pequeño alemán, claramente Reich le estaba echando a patadas ahora a que tomara su avión. El soviético solo se iba riendo mientras caminaba por el pasillo que le llevaría a su vuelo, sin duda ese recuerdo se quedaría grabado en su mente.

Reich por su parte, vio al ruso irse y finalmente salió del aeropuerto para irse a su mansión, tendría que hacer unos cuantos preparativos antes de su visita a la reunión con la sociedad de naciones.

Había enviado una carta al día siguiente avisando de su visita, iba solo curiosear como iban las cosas con los otros países y con la esperanza de conocer a algún amigo. Sabía que SDN (Sociedad de Naciones) le recibiría con los brazos abiertos, aunque desconocía él porque era bueno con él en ese aspecto, siendo que ya había abandonado la organización

Efectivamente la respuesta por SDN fue una afirmativa, solo pedía como condición que no hablara de nada de lo que pasara en la reunión con alguien externo a ella, Reich accedió, respondiendo en su última carta que firmaría un contrato de confidencialidad de ser necesario. Por respuesta recibió una positiva, en caso de que se hablaran temas privados para otras naciones se le haría firmar el contrato al término de la reunión.

ThirdReich soltó un suspiro apoyando su espalda en el respaldo de su silla, dejando la carta correctamente doblada y guardada en su sobre, para dejarla junto a las otras en el cajón de su escritorio. Respondiendo esas cartas ya habían pasado tres días desde la partida del ruso a su nación.

Ahora solo le quedaba esperar al mes siguiente para asistir a la mencionada reunión, cosa que le tenía un poco ansioso, pues esa era una de las pocas ocasiones que tendría para abandonar sus tierras y visitar otras como esta vez era Suiza.

El tiempo pasó volando, Nazi se mantenía, según la perspectiva de Reich, bastante tranquilo y solo daba algunos comentarios en las decisiones políticas que debía tomar, le comentaba los pros y los contras, así que en ese lado había sido de bastante ayuda para el joven e internamente lo agradecía, gracias a eso su nación se estaba calmando y la esperanza aumentaba en él.

El día finalmente había llegado, se mantenía informado sobre que naciones se podría encontrar en la reunión y también estaba preparado mentalmente, había pasado mucho desde que había socializado con otras naciones de manera pacífica y que no se tratara de pactos o tratados políticos. Estaba cansado de eso, pero sabía muy bien que en el futuro se le vendrían unos 100 más. Suspiró pesado mientras caminaba acompañado de un guardaespaldas por los pasillos de esa sede en Ginebra, Suiza. No estaba mirando el camino cuando chocó con alguien por accidente, era alguien más alto que él, inmediatamente se echó hacia atrás y vio tanto a su guardaespaldas como el contrario preparándose para un enfrentamiento.

ThirdReich: Hoch! –(¡Alto!) se apresuró a decir en voz alta, levantando una de sus manos, el guardaespaldas del joven se detuvo de inmediato, pero seguía mirando al contrario-. Dile que se detenga, no quiero ningún enfrentamiento -dijo al hombre con el que se había chocado anteriormente-.

Este pareció entender de inmediato el mensaje, puesto que tampoco tenía intenciones de un enfrentamiento precisamente en ese lugar.

¿?: 停止して、あなたの場所に戻って! (Teishi shite, anata no basho ni modotte!) –(¡Para y vuelve a tu lugar!) dijo en tono de mando a su guardaespaldas, este le miró haciendo una reverencia y se posiciono nuevamente en su lugar detrás de el-.

El joven alemán soltó un suspiro de alivio cuando ambos guardaespaldas volvieron a sus zonas anteriores e inmediatamente miró al hombre intentando reconocer su rostro de todas las caras que había leído en su recopilación de datos, antes de decir cualquier otra cosa, sintió la mirada penetrante de contrario sobre sí, seguramente esperando una disculpa.

ThirdReich: Lamento el comportamiento de mi guardaespaldas y el haberme chocado con usted -dijo apenado, agregando una reverencia en forma de disculpas-.

¿?: No hay problema, mi guardaespaldas también fue hostil, lo siento por eso -dijo también haciendo una leve reverencia, pero sin apartar la vista del contrario-.

ThirdReich: Me presento, mi nombre es ThirdReich, la actual representación de los alemanes -dijo ocultando su incomodidad ante la persistente mirada del contrario-.

¿?: ¡Oh! Soy Imperio Japones, es un gusto conocerte, justamente SDN me había enviado para recibirte -dijo aligerando un poco su mirada, pero aún con ese rostro inexpresivo-.

ThirdReich: Un gusto conocerte igualmente -sonrió un poco más cómodo-.

I. Japones: Por favor, sígueme por aquí, te guiaré a la sala de reuniones. -dijo dándose la vuelta y dándole una mirada al alemán que este entendió y comenzó a seguirle-.

Reich comenzó, a indagar en sus recuerdos, estaba seguro de haber escuchado el nombre del japones antes de su investigación, mientras caminaban por los pasillos finalmente dio con el recuerdo que buscaba, se trataba de uno de los sujetos que Nazi estaba investigando quien sabe para qué. Tal vez podría pillarse con el otro en esta reunión e investigar sus comportamientos o saber más acerca de ellos. El japones se detuvo frente a una puerta doble grande, se escuchaba un poco de bullicio dentro, este no perdió tiempo en abrir la mencionada puerta de par en par llamando la atención de unos pocos.

Las miradas se fijaron en el japones por unos momentos, pero apenas el joven alemán dio un paso dentro, todas las miradas se fijaron automáticamente en él. El que era su escolta se acercó a SDN que permanecía sentado en frente de todos en un estrado alto, no se había dado cuenta, pero siguió al japones de todos modos con las miradas atentas de todos sobre él, su semblante permanecía serio, ignorando las miradas de los que estaban ahí. Miró de reojo mientras caminaba, pudo divisar la mirada sorprendida de Gran Bretaña y la de Francia que estaba a su lado. Por supuesto buscó rápidamente con la mirada a alguien en especial, y ahí vio al soviético mirándole con la misma sorpresa o más a comparación de los demás. Sonrió de manera imperceptible pues su sorpresa había resultado bastante bien a juzgar por la cara del ruso.

Detuvo su andar frente al estrado de SDN y este le sonrió.

I. Japones: Ya lo traje, ¿dejarás de molestarme ahora? -dijo con su rostro inexpresivo, pero con una voz un poco irritada-.

SDN: Ese solo fue un pequeño castigo por andar moviendo esa Katana por ahí como si fuese un juguete. -sonrió un poco burlón-. De todos modos, gracias por tu cooperación. -hizo un movimiento con su mano como espantándolo-.

El japones soltó un suspiro irritado mientras se alejaba hasta su lugar designado y se sentaba cruzándose de brazos.

SDN: Como siempre, eres muy puntual ¿no? -dijo esta vez dirigiéndose al joven alemán-.

ThirdReich: Es mejor llegar de manera puntual a tener que interrumpir en medio de una reunión. -dijo con su rostro serio-.

SDN: -soltó una pequeña risita-. Lo lamento ThirdReich, ¿I. Japones fue grosero contigo en el trayecto? -preguntó un poco preocupado-.

ThirdReich: -negó con la cabeza a la vez que respondía-. No, no lo fue. Nos chocamos por accidente, pero fue bastante comprensivo. -dijo con tranquilidad sin cambiar su semblante serio-.

SDN: Me alegra oír eso, también me alegra ver que has llegado sano y salvo a Ginebra. -le sonrió-.

ThirdReich: Una sonrisa autentica -pensó el alemán-. De todos modos, gracias nuevamente por permitirme asistir siendo que ya no estoy afiliado a esta organización.

SDN: No hay problema, luego hablaremos sobre el contrato de confidencialidad, por favor, puedes buscar un asiento vacío y sentarte en cualquiera que esté disponible -volvió a regalarle una sonrisa autentica-.

Reich se dio la vuelta para mirar el lugar casi repleto de naciones diferentes, comenzó a caminar a uno que divisó un poco a lo lejos, cuando llegó a este y se sentó pudo ver al soviético unas filas más allá, mirándole constantemente. El joven rió en sus adentros, mientras se acomodaba en su asiento, iba ahí de espectador así que no traía mucho consigo aparte de su maletín con un poco de información útil del lugar. Pudo sentir una mirada fija a su lado y no necesariamente del soviético, giró su rostro para confrontar a la persona que tenía al lado, encontrándose con la mirada curiosa y ¿nostálgica? de una nación desconocida para él. Tricolor, un ojo parchado con una estrella bordada en él y lo más curioso fue una ¿cola? Sabía que había países que podían tener características animales y que podían ocultar o mostrar cada una de estas características a su antojo, pero era la primera vez que veía a alguien en persona que las poseyera.

Vio a otro tricolor a su lado que empezó a darle codazos y se acercó a susurrarle algo, aunque Reich pudo escucharlo directamente.

¿?: ¡Wey! ¡Tu cola no mames, escóndela! -le susurro haciéndole señas de manera disimulada con sus dedos-.

??: Chucha -susurró el otro haciendo desaparecer de inmediato su cola riendo algo nervioso-.

Para Reich eso le pareció como un truco de magia, pero no podía seguir distrayéndose, vio de reojo los nombres que estaban en las mesas de esas naciones, Chile era el nombre del que tenía el ojo parchado y había hecho desaparecer su cola, y México era el nombre del otro tricolor que le había advertido. Por alguna razón sintió que había escuchado el nombre de Chile antes pero no recordaba de dónde.

Chile: Creo que es el hijo menor del Kaiser -susurró al tricolor el de ojo parchado-.

Esto impacto a Reich, ¿acaso ese hombre conocía a su padre? Pues ese era el apodo por el que era tan conocido, volteó a mirar al chico de reojo, quien seguía susurrándose quien sabe que cosas con el tricolor, para poder preguntar de qué conocía a su padre, había medio abierta la boca cuando la voz de SDN anunciando el inicio de la reunión le interrumpió.

No tuvo más opción que quedarse callado y mirar al frente donde SDN estaba. Tenía dudas en su cabeza y curiosidades que solo ese chico podría responderle, pero no era como si pudiera acercarse y preguntarle a un desconocido acerca de su padre. Así que se contuvo las ganas de preguntar lo que sea que tuviera relación son su padre, pensó que sería lo mejor, no quería revivir su memoria y deprimirse nuevamente al recordar el día que le vio partir. Nada más se dedicó a prestar atención a la reunión, mirando de reojo al soviético en un intento de distraerse de sus tortuosas dudas. Funcionaba cuando chocaba miradas con el mencionado y este le sonreía de manera dulce, haciendo ruborizar levemente al joven alemán. De esa manera fue olvidando el asunto poco a poco.

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