Episodio 28

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Despertó con un fuerte dolor de cabeza, abrió sus ojos muy levemente, pero le ardían con la mínima cantidad de luz que entraba en la habitación desde el exterior, ¿qué horas debían ser? Miró a su alrededor para buscar el reloj, finalmente le encontró: 7:06 am pensó que no era importante y realmente no quería levantarse ahora, su cabeza dolía mil demonios. Entonces proceso mejor la hora que era; ¡Tenía trabajo que terminar! Se sentó rápidamente en la cama arrepintiéndose en el acto, el dolor que sintió en su cadera y trasero era horrible, volvió a estirarse en la cama con todo su cuerpo adolorido.

ThirdReich: Que gran manera de despertar -murmuró haciendo una ligera mueca pues su cabeza palpitaba de dolor-.

Quería levantarse y darse un baño caliente para relajar su cuerpo con la esperanza de quitarse ese dolor. Maldecía en voz baja, cuando sintió unos brazos rodear su cuerpo y apegarle a una fuente de calor que había ignorado hasta ese momento. Al voltear la cabeza un poco para ver al dueño de ese calor, se topó con unos ojos dorados medio adormilados que le veían con dulzura.

URSS: Buenos días, ¿cómo te sientes? -murmuro sonriendo levemente-.

ThirdReich: Como si me hubiesen atropellado, ¿anotaste la patente del auto? -cerró sus ojos un poco adolorido-.

URSS: Oh si, era U-R-S-S -sonrió divertido ganándose un pequeño golpe en el pecho-.

ThirdReich: -sintió sus mejillas calentarse por la vergüenza, la respuesta le hizo recordar algunas cosas del día anterior y realmente le abochornaba recordar la voz obscena que había salido durante el acto-. Genial, tengo una demanda pendiente -murmuro-.

URSS: ¿Duele mucho? -preguntó esta vez con un tono preocupado-.

ThirdReich: Pues claro que sí, tonto. -dijo un poco molesto aún con las mejillas ruborizadas, viendo la cara de cachorro arrepentido de Urss soltó un suspiro-. Necesito darme una ducha, llévame hasta ahí

URSS: ¡Sí! -dijo entusiasmado pues, creyó que eso podría ser una especia de redención por su falta de tacto de ayer-.

El alemán solo hizo una mueca de dolor por su jaqueca ante ese ruido fuerte, el ruso se levantó de la cama, se estiro haciendo sonar alguno de sus huesos y se acercó al lado del menor. Le destapó viendo todas las marcas que había dejado en su cuerpo anteriormente y antes de que pudiese perderse en sus pensamientos reviviendo esas escenas, tomó al menor en brazos al estilo nupcial con cuidado procurando no causarle más dolor del que sentía. Así le llevó hasta el baño donde le dejó sentado en el retrete para poner agua tibia en la tina.

URSS: ¿Necesitas algo más? -pregunto una vez que la tina estuvo lista con el agua tibia-.

ThirdReich: No, gracias ya puedes dejarme solo -dijo mientras se levantaba apoyándose en el lavabo-.

URSS: ¿Seguro? -pregunto insistente, no quería dejar a su amado solo si sabía que estaba sintiendo dolor-.

ThirdReich: Urss, necesito pensar -le empujo con una de sus manos fuera del baño, aguantando el dolor que sentía por moverse demasiado-.

URSS: Pero- -se dio la vuelta para encontrarse con la mano del menor frente a su rostro-.

ThirdReich: estaré bien, no soy un niño, mejor ve a darte un baño también en el cuarto de invitados. -iba a cerrar la puerta, pero una fuerza le detuvo-.

URSS: -sostuvo la puerta antes de que la cerrara abriéndola para hacerse paso-. ¿No puedo bañarme contigo? ¡Prometo no hacer nada indebido!

ThirdReich: -sus mejillas se tiñeron de inmediato ante la propuesta-. ¿cuánto tiempo te quedaras en mis tierras? -pregunto de repente bajando levemente la cabeza-.

URSS: Tengo que volver hoy en la noche -dijo respondiendo un poco confundido por la repentina pregunta-.

ThirdReich: Bien pus barte aquí -dijo en voz baja casi inaudible-.

URSS: ¿Qué dices? No alcancé a oírte -preguntó mirando curioso al alemán que seguía con la cabeza gacha-.

ThirdReich: ¡Puedes bañarte aquí! -levantó la cabeza alzando la voz, su rostro estaba completamente rojo mientras se daba la vuelta para que el soviético no le viera-.

URSS: -se sorprendió de que aceptara su propuesta-. ¿Primero esas repentinas muestras de cariño ayer y ahora esto? -pensó el soviético, sonrió levemente mientras entraba en el baño cerrando la puerta tras de sí-. Supongo que solo me extrañaba y lo aceptó -volvió a pensar para sí mismo mientras abrazaba al menor por la espalda-.

ThirdReich: ¡hey hey hey! -dijo rápidamente llevando una mano a la del mayor-. ¡¿Adónde llevas tú mano?! ¡Dijiste que no ibas a hacer nada! -gritó avergonzado-.

El soviético rió divertido por lo que decía, pues solo había llevado su mano a la parte superior de la ropa interior del menor, pues pensó que iba a serle difícil quitársela con el dolor que sentiría al moverse demasiado.

URSS: Solo quiero ayudarte a quitarte esto, ¿piensas entrar así en la bañera? -preguntó intentando nuevamente en jalar el elástico de la ropa interior, siendo detenido por el menor-. Reich

ThirdReich: ¡Es vergonzoso no hagas eso! -admitió, era cierto que sentía dolor, pero su vergüenza era mayor-. ¡Me lo quitaré yo mismo, date la vuelta!

URSS: ¿En serio? No hay nada que no haya visto ya -dijo levantando una ceja sonriendo de lado-.

ThirdReich: Date. La. Vuelta. Urss. -le miró de reojo con el ceño fruncido-.

El mayor de ambos soltó un suspiro resignado, soltó al menor, se alejó unos pasos para darse la vuelta y darle así al alemán un poco de la privacidad que quería. Reich llevó sus manos al elástico de su ropa interior y los retiro con cuidado pues no quería sentir más dolor del que ya sentía. Una vez lo logró, dejó la prenda en una cesta de ropa soltando un leve suspiro, agradecía que el ruso no se hubiese dado la vuelta, avanzó unos pasos para meterse en la bañera, aunque al estar casi ahí sintió algo escurrirse entre sus glúteos hasta sus muslos interiores. Alarmado, bajó la mirada arrepintiéndose al instante, su rostro se coloreo aún más si es que se podía.

ThirdReich: ¡¿Pero qué?! -se tapó la boca, era obvio que eso iba a llamar la atención del ruso, se volteó a verle rápidamente y justo le vio voltear la cabeza-.

URSS: ¿qué tienes? ¿Te lastimaste? -dijo logrando ver el rostro ruborizado del menor por unos segundos cuando una de las manos de este mismo fue a su cara-. ¡Agh!

ThirdReich: ¡No mires! ¡Te dije que te dieras la vuelta! -dijo completamente avergonzado con su mano completa en la cara del ruso en un intento de impedirle que lo viera-.

URSS: ¡Estaba preocupado lo siento! -dijo abriendo levemente uno de sus ojos por entre los dedos de Reich-.

Al principio vio su rostro ruborizado y avergonzado, que solo le pareció una ternura a su vista. Luego su vista fue bajando por su cuerpo, viendo las marcas y chupetones que había dejado el día anterior. Y finalmente a su entrepierna o más bien, un poco más abajo, pudo apreciar la razón de su sorpresa y vergüenza, él también se ruborizo avergonzado por eso pues lo recordaba muy bien.

URSS: L-Lo siento, es mi culpa -se disculpó sin saber que decir exactamente, ¿qué dices cuando terminaste dentro de tu pareja sin decírselo? Lo primero que pensó fue en disculparse-. ¡Te ayudaré a limpiarte!

ThirdReich: ¡No necesito que me ayudes! -dijo esta vez quitando la mano del rostro del soviético para meterse rápidamente en la bañera ignorando por completo su dolor-.

URSS: -aún se sentía un poco avergonzado, pero no iba a dejar que eso le impidiera darse un baño con su amado, oh claro que no-. Me aseguraré de usar protección la próxima vez -dijo de manera tranquila mientras se acercaba a la bañera-.

ThirdReich: No tienes sentido de la vergüenza -dijo abochornado mientras tomaba el jabón en barra que siempre usaba y lo sumergía en el agua-.

El soviético solo rió, se quitó la poca ropa que tenía puesta y se metió en la bañera justo detrás del menor, este no se quejó ni nada por el estilo, solo pareció aceptarlo gustoso. El menor de ambos estaba un poco perdido en sus pensamientos se preguntaba si de verdad abría una próxima vez estaba tan inseguro e impotente por no poder detenerse a sí mismo. Sí decía algo, perdería su voluntad por completo, pero si no lo hacía, las consecuencias caerían en su gente y tierras. Soltó un suspiro que el mayor alcanzó a oír, pero inmediatamente comenzó a pasar la barra de jabón por sus brazos. Antes se seguir con su tarea de enjabonar sus brazos, las manos del soviético le detuvieron tomando las suyas.

URSS: Reich, ¿te encuentras bien? -murmuro como si fuese una pregunta delicada-.

El nombrado abrió sus ojos un poco sorprendido, como se notaba que el soviético era muy intuitivo, pero no iba a echar a perder todo por sentirse acorralado no podía arrastrar a Urss en esto nunca más.

ThirdReich: Por supuesto que estoy bien, solo estoy cansado y adolorido -respondió con su tono más natural-. ¿Tú estás bien? ¿No tendrás problemas por venir aquí?

URSS: Ya me encargué de todo, sabes que no podría venir si tuviera mucho trabajo -era verdad a la mitad, aún le quedaba mucho trabajo, pero quería estar en el cumpleaños de su amado-.

ThirdReich: -sonrió levemente-. Me alegra que te dieras un tiempo para venir -rió levemente sorprendiendo un poco al soviético-. No sabes cuanto lo necesitaba -pensó mientras le entregaba el jabón a Urss-. Ya que tanto querías ayudarme, te daré una oportunidad.

URSS: -rió levemente tomando el jabón-. Claro, su alteza -dijo divertido mientras comenzaba a pasar el jabón por el cuerpo del menor-.

Reich sintió su cuerpo relajarse cuando el mayor paseaba el jabón por su piel, era como un pequeño masaje que necesitaba. Mientras tanto el soviético estaba poniendo mucho empeño en limpiar la piel de su amado, repasando las marcas que había dejado el día anterior mientras vividas imágenes llegaban a su mente del evento. Intentaba quitarse esas imágenes de la cabeza pues no quería tener problemas con el menor por dejarse llevar por su libido. Se concentró en otra cosa, específicamente, las dos cicatrices que tenía en su espalda ¿cómo se las habría hecho? ¿tal vez en su entrenamiento militar? Ahora que lo pensaba, el joven alemán siempre portaba una posición típica de los militares, ¿habrá sido una etapa que le marcó? Se preguntó mentalmente, recordaba que cuando vivía en su hogar de niños, su cuerpo no tenía ni una sola cicatriz así que sin dudas se las hizo cuando volvió aquí.

URSS: Hey, ¿cómo te hiciste estas cicatrices? -preguntó pasando la yema de sus dedos en las mencionadas cicatrices con su mano libre-.

ThirdReich: ¿Mmh? -levantó una ceja extrañado por la repentina pregunta-. En el entrenamiento militar, hmm -intentó hacer memoria-. Creo que fue con un alambre de púas, no recuerdo bien -respondió-.

URSS: ¿qué? ¿No te llevaron a enfermería por eso?

ThirdReich: No me importó y solo continúe, ahora que lo dices creo que al terminar el entrenamiento me mandaron directo ahí -rió levemente-. Seguro temían que un desastre ocurriera si me hería aún más, ridículo.

URSS: No es ridículo, podría haberse infectado en ese transcurso de tiempo, debió ser muy doloroso

ThirdReich: Ese dolor no es nada Urss, un par de rasguños pueden curarse en unos días mientras le pongas alcohol a la herida, es muy sencillo. -apoyo su espalda en el pecho del mayor y miro hacia arriba-. En ese momento mi país entero estaba sufriendo de la peor manera, para sobrevivir deben comer lo que sea y trabajar en lo que sea con la muerte persiguiéndolos -sonrió levemente-.

URSS: Es cierto, pero me pondría triste si algo así te pasa frente a mí. -admitió-.

ThirdReich: -rió levemente-. ¿Qué dices? En ese momento no tendrías tiempo para preocuparte de lo que pase aquí. Mucho menos de mí.

URSS: Pero ahora es diferente. -dijo con una expresión seria-.

El menor de ambos no dijo nada, solo bajo la cabeza para apartar la mirada y rió bajo. Removiéndose un poco en la bañera para acomodarse. Roces que estaban desconcentrando al soviético de la situación actual.

ThirdReich: Es verdad, pero estoy completamente sano físicamente -volvió a acomodarse sintiendo su rostro calentarse un poco-. Urss ¿En serio?

URSS: Lo siento, eres demasiado bello para mis ojos y que te muevas mucho no ayuda -se cubrió los ojos con una de sus manos completamente avergonzado-.

¿Y cómo no estarlo? Estaban en medio de una conversación seria, pero su amiguito parecía mucho más animado por otra cosa que por la conversación. El alemán había sentido algo rozar su espalda baja que parecía endurecerse más y más mientras buscaba acomodarse en la bañera, y eso los trajo a esa situación.

El ruso seguía con los ojos cubiertos con su mano, se iba a morir de la vergüenza, justo cuando creyó que podía controlarse sucedía esto. El menor de ambos también se encontraba avergonzado con la situación, ¿a este tonto se le podía levantar con solo mirar su espalda y pasear un jabón por sus brazos? ¿Qué debería hacer ahora? No podía simplemente seguir limpiando su cuerpo con ese bulto detrás suyo, sería completamente incómodo para ambos.

ThirdReich: Maldición ¿por qué pasan estas cosas? -murmuro dándose la vuelta notando el rostro avergonzado de su pareja que cubría con su mano-.

El soviético se estaba preparando mentalmente para dar alguna excusa y salir del baño para no incomodar a su pareja, cuando se disponía a hablar descubriendo sus ojos lentamente, de su boca solo salió un jadeo al sentir un toque en su entrepierna, rápidamente pudo notar el rostro avergonzado de su pareja delante suyo.

URSS: Reich espera ngh -soltó un pequeño gemido ronco cuando el menor comenzó un vaivén con su mano en su virilidad-. R-Reich

ThirdReich: c-cállate, luego me agradeces -murmuro avergonzado mientras acariciaba ese falo-.

El mayor de ambos estaba un poco impresionado por ver nuevamente la iniciativa del menor, no les molestaba, sentir las manos de su amado acariciar esa zona delicada con un rostro avergonzado y lindo a sus ojos, era lo mejor. Se dejó hacer completamente, pues no sabía cuándo sería la siguiente vez que podrían llegar a hacer algo así o incluso el visitarle. Sus jadeos y pequeños gruñidos era la único que se oía en el baño aparte del sonido del agua ante los movimientos. Reich estaba avergonzado, pero no iba a detenerse pues en cierto modo le gustaba oír los sonidos de placer que soltaba su pareja.

URSS: Reich, ¿podemos llegar a final? -dijo entre jadeos mirando a su amado-.

ThirdReich: Claro que no, mi cadera aún duele -se quejó mientras aceleraba el ritmo de su mano para que el soviético no dijera nada más-.

URSS: Umngh mierda -murmuro apoyando su cabeza en uno de los hombros del menor, el que se estremeció al sentir el cálido aliento del mayor chocar con la piel de su pecho-.

No pasó mucho hasta que el mayor logró correrse en la mano de su amado alemán, el menor estaba abochornado aún sobre todo al oír los jadeos del soviético que intentaba recuperar el aliento. No quería quedarse sin hacer nada mientras su pequeño le había complacido, ¿debería ayudarle también? Pensó mientras abrazaba la cintura del contrario, pues este estaba arrodillado delante suyo. El alemán no dijo nada, lo que no espero fue sentir algo deslizarse en su entrada sin previo aviso, cosa que le hizo dar un leve respingo y soltar un pequeño quejido.

ThirdReich: ¡Urss! ¡Dije que no! - ahora intentaba alejar al mayor con sus manos, aunque sin éxito-.

URSS: Tranquilo, solo voy a ayudarte a limpiar aquí -dijo con voz seductora que le sacó en escalofrío al menor-.

ThirdReich: E-Ese lugar está ¡aah! -se inclinó un poco hacía adelante apoyándose en el soviético al sentir otro dedo entrar-. ¡sensible! ¡duele imbécil! -le dio un pequeño golpe en el hombro-.

URSS: Relájate, si te mueves mucho te dolerá más y sabes que estoy siendo muy suave -movió sus dedos dentro con mucho cuidado, tampoco quería lastimarle más-.

ThirdReich: ¡E-El agua! ¡Es incómodo! -dijo aun afirmándose en el cuerpo del mayor-.

Los pequeños quejidos que soltaba el menor le gustaban, pero ya había dicho que no haría nada más, sus sintieron algo dentro qué con un poco de esfuerzo y delicadeza pudo sacar para dejarle limpio, al fin y al cabo, eso había sido su culpa. Retiró sus dedos con cuidado sintiendo el cuerpo del menor temblar levemente, mismo que ahora estaba con todo el rostro rojo de la vergüenza.

URSS: Ya está no fue tan complicado -sonrió levemente, aunque el menor le miraba con el ceño fruncido-.

ThirdReich: Eres un imbécil Urss, te dije que no lo hicieras -dijo entre dientes sintiendo como el soviético tomaba su mano derecha-.

URSS: No seas así -hizo un rostro triste antes de dejar un beso en su mano-. Solo quería ayudarte devuelta.

El alemán solo apretó los dientes al ver la cara de cachorro que había puesto el mayor a modo de defensa, solo se dio la vuelta, quitó el tapón de la bañera para que se fuera el agua ahora sucia y abrió la ducha. Sin decir nada solo comenzó a lavar su cuerpo, tomó una toalla y salió.

ThirdReich: Iré a hacer el desayuno, apúrate -aviso saliendo del baño-.

URSS: Pff jajaja -no pudo evitar reír por el comportamiento de su amado, pero aun así obedeció y termino de lavar su cuerpo-. Я слишком сильно его люблю –(Lo amo demasiado.)-.

Reich se vistió con algo simple esta vez, pantalones, camisa blanca y zapatos negros, ese día no iría a trabajar para aprovechar su tiempo con el soviético. Bajó directo a la cocina, agradecía que las sirvientas no estuviesen ese día o se sentiría un poco incómodo. Preparó un desayuno simple y rápido pues moría de hambre, claro que el preparo algo para las preferencias alimentarias de ambos. Agradecía que su dolor de cabeza se había atenuado con el baño que tomo así que no estaría tan malhumorado. El soviético bajó hasta el comedor viendo al menor sirviendo algunas cosas en la mesa, inmediatamente se acercó para ayudarle.

URSS: Déjame ayudarte -dijo mientras iba a la cocina y traía las demás cosas-.

ThirdReich: Gracias -sonrió levemente-.

URSS: Parecemos pareja casada -pensó ruborizándose levemente, era una idea que le gustaba-.

El desayuno transcurrió sin problemas, junto con el resto del día, demasiado rápido para pesar de Reich, cuando Urss se fuera él volvería a estar encerrado. Soltó un suspiro mientras acomodaba el abrigo que traía puesto, ambos iban caminando hasta el aeropuerto, el alemán se había decidido por acompañarlo cosa que le encantó al soviético.

URSS: Mi avión ya está aquí, así que será mejor que me apresure, prometo volver cuanto antes -sonrió levemente acariciando la mejilla del menor-.

ThirdReich: -sonrió levemente también-. Pues claro, sabes que no me moveré de aquí por más que quiera.

URSS: Aguanta un poco más, seguro pronto podrás salir de aquí y viajar más seguido -le dio unas palmaditas amistosas en el hombro-. Cuando eso ocurra, debes asegurarte de visitarme en Moscú -sonrió-.

Nazi: -sonríe ampliamente al escuchar esas palabras-.

ThirdReich: Oh, es una buena idea -sonrió levemente, aunque luego puso una expresión un poco preocupada-. Pe-

Meine Damen und Herren, das Flugzeug nach Moskau startet in 20 Minuten.

(Señoras y señores, el avión a Moscú despegará en 20 minutos.)

ThirdReich: -cerró la boca al oír el anuncio-. Ese debe ser tú avión, date prisa -dijo dándole un leve empujón desde su espalda-.

URSS: Ah, pero -miró dudoso al menor, antes parecía que quería compartirle una preocupación-.

ThirdReich: Continuemos hablando por cartas -le sonrió levemente moviendo su mano en forma de despedida-.

URSS: Por supuesto -sonrió levemente-. Nos vemos Reich -dijo caminando hacia su vuelo-.

ThirdReich: Nos vemos -sonrió tranquilo y al perderlo de vista se dio la vuelta para salir del aeropuerto-.

El alemán tenía un rostro de dolor en el rostro, no solo porque había engañado al soviético con tal de pasar un tiempo con él, sino que su cabeza dolía horrores, imaginaba que era porque el dominio de Nazi aumentaba mucho más al suyo. El deseo de la venganza era más fuerte que el de la esperanza y la paz. Debía volver a la mansión rápido o terminaría desmayado en medio de la calle cosa que enfadaría a Nazi por arruinar su reputación.

Al llegar a su hogar, cerró la puerta de entrada apoyándose en esta y cayendo al suelo sentado. Se sentía muy mal, como si su cabeza fuera a explotar así que sin poder evitarlo cerró sus ojos mientras todo se volvía negro alrededor. Cuando los abrió noto que el lugar estaba oscuro, intento moverse, pero no podía pronto se vio así mismo atado a una silla, con sus manos y pies atados a cada extremidad de la mencionada con grilletes, como si fuese una silla de tortura.

Nazi: ¿Te divertiste estos dos días? -dijo Nazi que estaba frente a él-.

Reich ahora entendía que ese no era el mundo real, sino su subconsciente, su cabeza.

ThirdReich: Nazi -le miró con el ceño fruncido nuevamente estaba atrapado en su propia mente-.

Nazi: ¿Qué? Teníamos un trato y no sabes cuanto me alegra que hayas cumplido tu parte de no abrir la boca. -sonrió en grande contento-. Aunque si hubieses desobedecido hubiese sido más divertido jeje~

ThirdReich: Eres un demente -dijo molesto-.

Nazi: ¿Eres? ¿No sería mejor decir somos? como lo que te enseña ese elender Kommunist –(miserable comunista) dijo borrando un poco su sonrisa-.

ThirdReich: ¡Él único demente aquí eres tú! ¡Yo no quería nada de esto! -sintió una fuerte presión en su cuello, Nazi le estaba apretando con ambas manos con ojos aterradores-.

Nazi: Dime Reich ¿te gustan los shows de marionetas? Porque tengo una marioneta perfecta justo delante de mí, no me importaría hacer un show con ella y romper mi parte del trato si sigue abriendo su boca. -dijo con seriedad apretando su cuello aún más-.

Reich le miró al principio sorprendido, luego aterrado, no quería convertirse en un títere así que con algo de energía negó con la cabeza notoriamente siendo soltado casi de inmediato por el Nazi.

Nazi: ¡Eso pensé~! -dijo con voz cantarina sonriendo alegremente-. Volveré a tomar el control, tú deberías descansar un poco, ese dolor de cabeza debió doler mucho jaja, aunque ve el lado bueno, te he dado una estancia un poco más cómoda -volvió a reír mientras desaparecía-.

ThirdReich: -bajó el cabeza aterrado apretando sus puños-. Por favor alguien que termine con esto -cerró sus ojos con fuerza-.

Mientras tanto el soviético miraba a la gente moviéndose en el aeropuerto por la ventana de su avión, estaba preocupado por su amado, estaba seguro que quería decirle algo importante antes de que el anuncio de su vuelo lo interrumpiera y ahora no podía quitárselo de la cabeza, sin embargo, nada podía hacer ahora y tenía algo urgente que verificar por el resto de sus días en casa, sino con mucho gusto se hubiese quedado una semana entera en compañía del alemán.

Ese asunto urgente le había aparecido de repente el 16 de febrero de ese año, era pequeño, inocente y aún peor para él, usaba pañales. Eso solo significaba más trabajo para el soviético y solo esperaba que apareciese ese y ninguno más. Apenas llegara tenía que ponerse al corriente con el infante que había nombrado Lituania.

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