Episodio 31

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Habían pasado unas horas desde que Reich había caído por la fiebre de su resfriado, Urss se encontraba apoyado en la cama a su lado durmiendo pues ya era de madrugada y no quiso irse por lo preocupado que se encontraba.

El alemán que se encontraba postrado, abrió los ojos aún afiebrado, debía tomar la medicina para que bajara y no podían dársela si estaba durmiendo o podría ahogarse. Miró unos segundos a su alrededor confundido, miró a su lado y logró ver al soviético durmiendo plácidamente con su mano afirmada, frunció el ceño. Creyó que Reich podría aguantar todo el cansancio que su cuerpo llevaba, pero se equivocó, tal como pensó, Reich es demasiado débil ahora. Él podía soportarlo muy bien, pero eso no quería decir que no notaba su cuerpo más pesado de lo normal por la enfermedad, necesitaba un vaso de agua ahora, por lo que aparto su mano de la del soviético con cuidado de no despertarle y de apoco se levantó evitando mover demasiado la cama. Se encontraba con su pijama puesto así que sacó uno de sus abrigos negros y se lo puso encima cerrando los botones.

Finalmente salió de la habitación de manera silenciosa, agradecía que las puertas no emitieran ningún chirrido a la hora de moverlas. Camino por el pasillo, bajó las escaleras y después de caminar un poco más llegó a la cocina, fácilmente pudo ir al baño, pero el ruido más la luz encendida podrían despertar a Urss y realmente no tenía la energía para confrontarlo. Finalmente tenía un vaso con agua en sus manos así que bebió la mitad en unos segundos su cuerpo realmente lo necesitaba. Se sentó en el comedor para estar tranquilo, estaba a oscuras, no quería encender la luz pues sus ojos y cabeza dolían con solo pensarlo.

De un momento a otro sintió una mano cubrir su boca y rápidamente logró ver un destello por el lado derecho de su cabeza, con su mano izquierda afirmo esa mano, con la poca fuerza que le quedaba, que se acercaba a su cuello con un filoso cuchillo intentando enterrarse en su cuello.

Escuchaba como la otra persona hacía fuerza para intentar clavar el cuchillo en su cuello lo cual Nazi sabía perfectamente que podría ser fatal. Sintió el filo rozar su piel cortándola poco a poco por su lado derecho, soltó un gruñido que fue ahogado en la mano de su atacante. Aún sostenía el vaso en su mano derecha por lo que se concentro en lo que iba a hacer. Puso toda la fuerza restante que le quedaba en su mano izquierda, rápidamente quitó la mano de su atacante de su cuello, se dio la vuelta y le estampó el vaso de vidrio en la cara rompiéndolo en pedazos. Algunos de los vidrios cortaron su mano, pero no era importante en ese momento, su atacante soltó un grito por el golpe y más los vidrios que pasaron a cortar su cara, cayendo sentado al suelo.

Nazi: Oh mierda, quien diría que aprovecharían a que estuviera débil para intentar matarme -rió levemente con la voz jadeante pues estaba agotado mientras se levantaba de la silla con dificultad agarrando su cuello sangrante-.

El sujeto que estaba en el suelo no perdió mucho tiempo, se calmó rápidamente y se abalanzó sobre el joven tirándolo al suelo. Nazi inmediatamente agarro las manos del asesino con las suyas para evitar que le clavara el cuchillo nuevamente en el pecho, usaba toda la fuerza que podía pues se encontraba débil. Podía ver el filo del cuchillo bajar lentamente quedando a unos centímetros de su pecho, el alemán ya estaba perdiendo la fuerza de por sí no sabia de donde la había sacado en primer lugar. Frunció el ceño cuando sintió el cuchillo presionarle suavemente por sobre la ropa que traía puesta y rápidamente unos pasos que se acercaron a él desde su lado derecho. Cerró los ojos unos segundos al ver como alguien le quitaba de encima a ese asesino de una patada. Levantó un poco la cabeza rápidamente para ver qué pasaba, pudo ver la silueta de quien le había salvado abalanzarse sobre el asesino y golpear su rostro repetidas veces hasta dejarle inconsciente o muerto, no lo sabía con exactitud. Pronto vio un par de ojos dorados mirarle, primero se sintió alerta por la furia que reflejaban esos ojos que pronto cambio a preocupación, le vio levantarse y acercarse rápidamente a él. Ya sabía de quien se trataba así que fingiría desmayarse, volvió a apoyar la cabeza en el suelo cerrando los ojos, su cuerpo comenzó a doler de apoco, el corte en su cuello y en su mano también, se suponía que solo iba a fingirlo, pero termino desmayándose de verdad segundos después de que sintió como alguien le tomaba en brazos.

Sintió una luz molestarle en los ojos así que los abrió levemente, su fiebre parecía estar mejor y no recordaba que había pasado, lo ultimo que recordaba era estar bebiendo con Urss hace unas horas. Se movió un poco notando que una de sus manos estaba siendo afirmada por algo, volteó la cabeza sintiendo un dolor punzante en el cuello hizo una pequeña mueca y finalmente pudo ver a Urss durmiendo a su lado sosteniendo su mano. Cuando iba a decir algo sintió su garganta seca y con algo de dolor.

ThirdReich: Urss -susurró esperando que el soviético le hubiese escuchado-.

El soviético se removió un poco y finalmente abrió los ojos cuando sintió que apretaban su mano de manera débil. Se reincorporo rápidamente para ver a Reich sorprendido, tenía unas leves ojeras bajo sus ojos, pero eso no le quitaba la preocupación que sentía por el alemán. El menor solo le miró un poco extrañado por su preocupación pues no encontraba nada extraño aún.

URSS: ¿Te encuentras bien? -preguntó afirmando sus manos con delicadeza-.

ThirdReich: Agua -dijo en voz baja con algo de dificultad-.

URSS: Espera un momento -respondió con rapidez, levantándose y yendo al baño a por un vaso de agua fresca, que entregó de inmediato cuando estuvo cerca de Reich-. ¿puedes beberla bien?

ThirdReich: -asintió levemente con la cabeza, tomó el vaso y por fin pudo beber un poco de agua-. Huff -soltó al terminar la mitad del vaso sintiendo su garganta aliviada-.

URSS: ¿Estás bien? -preguntó con notoria preocupación-.

ThirdReich: ¿Qué fue lo que pasó? -pregunto finalmente, estaba muy confundido-. ¿Por qué siento mi cuerpo tan pesado? ¿Qué tengo en el cuello? ¿Qué pasó anoche?

URSS: Tranquilo responderé lo que sé ¿bueno? -dijo para calmarle-. Estas resfriado por el exceso de trabajo y el desvelo continuo. Eso responde tu primera pregunta y creo que en parte la ultima -le miró como regañándole-.

ThirdReich: Ah suelo olvidar el tiempo cuando trabajo -dijo algo nervioso jugueteando con el vaso en sus manos-.

URSS: Te daré un severo castigo si lo haces de nuevo ¿comprendes? -le miró de manera intensa-.

ThirdReich: -al ver sus ojos no pudo evitar estremecerse y sonrojarse. Así que solo desvió la mirada y asintió levemente-.

Al soviético le encantaba cuando Reich actuaba así con él, porque él era hostil con todos a su alrededor, en cambio con el era bastante sumiso y abierto, amaba ser el único que conocía esas facetas de él.

URSS: Entonces -cambio de tema para no pensar en cosas indebidas-. Ayer alguien disfrazado de sirviente te atacó en medio de la noche y casi te mata. -apunta a su cuello-. Tuviste mucha suerte de que el corte no alcanzara a tocar tu arteria o te habrías desangrado

ThirdReich: ¿Qué? -preguntó atónito, no creía que alguien hubiese querido entrar a su casa para matarle-. ¿Qué pasó con ese sujeto?

URSS: Casi le mato a golpes, pero desafortunadamente fue un casi, lo tienen encerrado tus guardias y le están interrogando, algo me dice que lo que hice ayer no será nada comparado a lo que tus guardias le harán, lo pude ver en sus caras. -dijo divertido-.

ThirdReich: Tengo que saber quien lo envió. -dijo serio, dejó el vaso a un lado y luego movió las frazadas de su cama para poder levantarse-.

URSS: Espera -le detuvo afirmándole por los hombros-. No creo que deberías hacerlo ahora, aún te estas recuperando, tu cuerpo sigue fatigado por el trabajo excesivo.

ThirdReich: Pero este es un asunto serio. Alguien se infiltro en mi residencia e intentó matarme -dijo algo enojado, no quería sentirse inseguro en su propia casa con el pensamiento de que alguien podría matarle-.

URSS: Comprendo eso, pero estas débil y enfermo ahora esforzarte de más solo empeorará tu situación. -dijo con preocupación-.

ThirdReich: Oh no Urss, debes irte de aquí. -dijo repentinamente con preocupación-.

URSS: ¿qué? -preguntó confundido por el repentino cambio de tema-.

ThirdReich: Creo que pueden llegar a culparte por esto -su voz denotaba preocupación-.

URSS: No lo creo, al fin y al cabo, te ayude en ese momento -no creía que podían culparlo por salvarlo ¿no? -.

ThirdReich: Esperemos que no te culpen por eso, claro, la ultima palabra la tengo yo así que tranquilo -le sonrió levemente-.

URSS: Tienes razón -sonrió levemente al ver la intención del alemán de protegerlo-. Espera aquí, iré a por algo de comer para ti. -dijo volviendo a levantarse-.

ThirdReich: Per-

URSS: Tranquilo. -dijo con firmeza para luego sonreír-. Vendré de inmediato.

ThirdReich: Bueno -dijo enfurruñado, no le gustaba estar sin nada que hacer y mucho menos que fuera su invitado el que le atendiera-.

El soviético solo se retiró en silencio, pero con una amplia sonrisa, iría a prepararle algo fácil de comer y que se adecuara a sus gustos, sobre todo debía ser nutritivo para aumentar las fuerzas que perdió por el exceso de trabajo.

El menor se encontraba pensativo, más bien confundido, ¿cómo pudo alguien infiltrarse a su mansión cuando todos eran revisados de manera estricta antes de entrar? No comprendía, sobre todo porque Nazi notaria de inmediato si algo iba mal con su personal. ¿Tal vez el cansancio le afectó también? Aunque no lo aparentaba nunca, solo cuando el tomó el control del cuerpo terminó por enfermarse sin poder soportarlo. Se odiaba por ser débil y no poder aguantar ni siquiera un poco de cansancio cuando Nazi podía hacerlo sin problemas, era frustrante para él admitir que necesitaba a Nazi junto a su fuerza, sino el habría colapsado hace mucho tiempo por el trabajo excesivo.

El mayor de ambos regresó después de unos minutos, no se había tardado nada en hacerle algo de comer a Reich, alimento que Reich aceptó gustoso a pesar de su falta de apetito.

Mientras tanto en otro país un joven de 21 años se encontraba impaciente por las recientes noticias que había recibido, si bien no había sucedido hace mucho, vino a enterarse unas horas después, demasiadas horas para su paciencia. Se movía de un lado a otro mientras sus guardias y secretarios le miraban en silencio por su comportamiento, para ellos era la primera vez que veían esa clase de comportamiento en la honorable e impasible representación de su país.

I. Japonés: ¿Averiguaron quien está detrás de esto? -pregunto sin quedarse quieto pues era su única manera de liberar su enojo de manera pacífica-.

Secretario: No señor, no tenemos nada sobre el culpable aún. Pero sospechamos que fue enviado de alguno de los países vecinos al del señor ThirdReich. -dijo un poco intimidado por el notable enojo que se veía en el japonés-.

I. Japonés: Bien, investiguen a los países cercanos, tengo una pequeña sospecha de quien podría ser, pero no puedo guiarme solo por mis sospechas.

Secretario: Si señor. ¿Desea algo más?

I. Japonés: Prepárenme un vuelo privado hacia Alemania ahora mismo, también un poco de ropa, me quedaré unos días allá hasta que sepa quien es el culpable. -ordenó mientras finalmente se quedaba quieto-.

Secretario: Pero señor, aun tiene trabajo que hacer aquí. -dijo preocupado-.

I. Japonés: No importa, me llevaré la mitad y lo terminaré allá, lo confidencial se queda aquí. -dijo con voz firme-.

Secretario: Si señor. -hizo una reverencia sin oponerse, no quería hacerlo enfadar más de lo que estaba y finalmente se retiró-.

I. Japonés: Cualquiera que se haya atrevido a lastimarte pagará el precio. -murmuro apretando los puños furioso-.

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