Episodio 5

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Eran cerca de las tres de la mañana en ese país, la mansión del Nazi estaba en completo silencio aparte de algunos relojes que habían en las paredes. En una habitación bien decorada y elegante, se entraba la representación misma se la Alemania Nazi, dormía plácidamente o así parecía, pues en su mente una voz no paraba de repetirle las mismas palabras.

"Reich..."

"¡Reich no debes!"

"¡Te hará daño!"

"¡Reich!"

"¡REICH!"

ThirdReich: ¡Vater! -(¡Padre!) gritó abriendo los ojos con la respiración agitada, nuevamente ese sueño, no lo comprendía ¿Qué quería decirle realmente?-.

Reich se sentó en su cama, se levantó de esta y caminó hasta la puerta para poder salir de esa habitación dirección a la cocina, necesitaba despejarse un poco, no se molestó en encender las luces, completamente a oscuras sacó la botella de leche del refrigerador, tomó un vaso y se sirvió un poco, guardó nuevamente la botella para disponerse a tomar su vaso de leche. Así estubo por unos minutos hasta que con pequeños sorbos se tomó todo el líquido del vaso, dejó el mencionado en el lavabo, hasta que cuando estaba por salir de la cocina escuchó un ruido por el pasillo y tuvo que detener su acción de volver a la habitación de golpe, aún a oscuras se quedó en silencio mirado el pasillo intentando buscar lo que provocó el ruido, pero no veía nada fuera de lo normal, finalmente retomó su camino a las escaleras que daban al segundo piso, tuvo que frotar sus manos en sus brazos pues sintió frío mientras caminaba.

Escuchó unos pasos detrás de él, pero no parecían humanos, se volteó rápidamente sin detener su lenta y alerta caminata para no encontrar nada, si tuviese un arma en la mano no lo pensaría dos veces para armar un tiroteo y espantar o matar a quien sea que estuviera por ahí.

Volvió su vista al frente encontrándose con las escaleras, iba a subirlas de no ser porque sintió algo pisar su pie sin mucha fuerza seguido de escuchar una especie de chillido raro, eso lo alertó y no dudó en salir corriendo escaleras arriba, meterse en una habitación cualquiera y taparse hasta la cabeza con las mantas que tenía la cama de ahí, quedándose completamente quieto, queriendo no hacer ruido. Se tranquilizó cuando no escuchó nada fuera de lo normal a excepción de una calmada respiración a su lado.........

ThirdReich: was zur Hölle? -(¿Qué demonios? Susurró inaudible para si mismo, asomando su cabeza lentamente por las mantas, espero a que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad, alta fue su sorpresa al ver al soviético plácidamente dormido sin enterarse de nada a su lado-.

Reich tuvo que taparse la boca para no soltar una maldición, no quería despertar al ruso y quedar en una situación completamente incómoda a la par de vergonzosa. De manera muy cuidadosa se levantó de la cama sin apartar su mirada del soviético, se sintió aliviado cuando este no despertó y al comenzar a caminar hacia la puerta, se detuvo cuando lo vió moverse, volteó a mirar la puerta y luego al soviético para seguido reanudar su sigilosa caminata a la salida. Abrió la puerta de manera lenta y salió cerrando la con cuidado, al fin podría volver a su habitación y seguir durmiendo como si nada hubiera pasado. Así lo hizo, el alemán apenas llegó a su habitación, cerró la puerta y se lanzó a su cama tapándose con las mantas e intentar dormir, ya mañana revisaría quien había sido el intruso que le pisó en las escaleras, claro, solo si se acordaba.

(7:00 am.)

El alemán abrió sus ojos como acostumbraba a esas horas de la mañana, pero por alguna razón se sentía cansado, supuso que era por lo que pasó hace unas horas por ese extraño sueño que había estado teniendo desde ayer. Se levantó de su cama para dirigirse al baño, se dió una ducha más larga de lo que acostumbraba y al salir se puso su uniforme. Luego salió de su habitación caminando por el pasillo para poder bajar al comedor, aunque una mano en su hombro y cierta voz le hizo detenerse cuando estaba por pisar el primer escalón para bajar.

URSS: Reich, buenos días -saludo sonriendo levemente el rudo dando unas cuantas y suaves palmadas en el hombro del menor-.

ThirdReich: No te permito que me llames así -dijo con el ceño levemente fruncido apartando la mano del ruso de su hombro con suavidad-.

URSS: ThirdReich, buenos días -se corrigió luego de rodar los ojos, algún día le dejaría llamarle de manera más cercano-.

ThirdReich: Guten morgen, URSS -(Buenos días, URSS) respondió con expresión más relajada luego de que el soviético se corrigiera-. ¿Descansaste adecuadamente? -preguntó mientras bajaba las escaleras con el mayor siguiendole-.

URSS: Si, la cama es muy cómoda -sonrió mientras bajaban y luego caminaban rumbo al comedor-. Me sorprende tú amabilidad al preguntarme... Nazi... -se atrevió a decir-.

ThirdReich: -paró sus pasos en seco al escuchar ese apodo, si había algo que odiaba más a que le dijeran Reich (cuando no creía que fuesen tan cercanos) era que le dijeran "Nazi" como su padre hacía cuando era niño. La razón, pues le traían recuerdos de su infancia sobre todo de los últimos días de su padre, Reich dejaba que solo aquellos a los que consideraba familia le llamaran así-.

URSS: ¿Qué tienes? -preguntó un poco preocupado al verle detenerse y quedarse tan pensativo con el ceño fruncido-.

ThirdReich: No es nada -soltó en un gruñido cuando volvió del mundo de sus recuerdos-. Solo no me llames así. -dijo de manera cortante y sería antes de reanudar su caminata-.

URSS lo miró extrañado por unos segundos antes de reanudar su caminata, finalmente llegaron al comedor y estaba todo servido para que ambos desayunar antes de manera tranquila. Reich se sentó donde siempre hacía, a un extremo de la mesa, sirviéndose un café que le ayudaría a mantenerse despierto. El ruso por su parte se sentó a un lado de Reich sirviéndose una taza de té. Así estuvieron en silencio durante minutos hasta que el ruso decidió hablarle al jóven de traje militar.

URSS: Oye, tengo una pequeña duda -empezó a hablar-. ¿En esta casa hay fantasmas?

ThirdReich: ¿Fantasmas? -le miró extrañado-. Claro que no -bebió un poco de su taza, aunque lo que pasó hace unas horas lo había dejado pensativo-.

URSS: ¿De verdad? Porque anoche mientras dormía escuché la puerta de mi habitación y sentí que alguien se tiró a mi lado tapándose con las mantas -explicó el ruso mirando al alemán-.

ThirdReich: Ughk, cof cof cof -empezó a toser luego de atragantarse con el café cuando escuchó la historia del supuesto fantasma cuando en realidad había sido el-.

URSS: ¿Estás bien? -preguntó cuando escucho y vió a su amigo tosiendo de esa manera tan exagerada-. ¿Llamo a un doctor?

ThirdReich: No es n-necesario -dijo una vez pudo calmarse, tomando una servilleta para limpiar el poco café que se había escurrido por su labio inferior-.

URSS: ¿Seguro? -preguntó sin estar convencido pues su amigo parecía agitado-.

ThirdReich: Seguro. -respondió ya más calmado el nazi-. Solo trague mal ese poco de café, pero volviendo al tema, aquí no hay fantasmas eso debió haber sido tú imaginación por el cansancio tal vez...

URSS: Umm... -se quedó pensativo unos segundos-. Tienes razón, debió ser mi imaginación -sonrió levemente el ruso mientras se terminaba su taza de té-.

ThirdReich: -soltó un suspiro silencioso de manera aliviada, terminó su café y las sirvientas no tardaron en retirar todo de la mesa una vez comprobaron que ambos terminaron-. Será mejor que me apresure a ir al Palacio, aún tengo trabajo trabajo que hacer... -dijo a la par que se levantaba-.

URSS: ¿Quieres que te acompañe? Podría ayudarte también -se levantó también-.

ThirdReich: ¿Ayudarme? ¿Estas loco? Si haces eso podrían avisarte de espía y comenzar una guerra ¿sabes?

URSS: Ah, es verdad mi error, ¿pero y acompañarte? -volvió a preguntar-.

ThirdReich: Siento que terminaré más rápido si no estas ahí -dijo con rostro neutral pero voz sincera-.

URSS: Auch, eres más frío que Russia -actuó dolido para luego sonreír-. Prometo no molestar -comenzó a "suplicar"-. если? -(¿Sí?) volvió a pedir haciendo ojitos de cachorro-.

ThirdReich: Agh, gut... -(bien...) se rindió el alemán comenzando a caminar para salir de su mansión rumbo al palacio-.

URSS solo sonrió victorioso y siguió al alemán no sin antes ir rápidamente a buscar un libro a su maleta. Una vez en el Palacio ocurrió casi lo mismo al día anterior, sólo que esta vez si intercambiaban palabras una que otra vez cuando el Nazi se detenía a descansar por unos 5 minutos.

Ya cerca de las 2pm, el ruso salió a buscar el almuerzo para ambos, aunque al volver se quedó mirando al Nazi por unos minutos, ¿la razón? Se había dormido apoyado en el respaldo de su silla, el ruso se acercó y con sumo silencio dejó la bandeja sobre el escritorio con cuidado. Caminó a un lado del alemán agachandose a la altura de el para ver mejor su rostro dormido.

URSS: Ya no luces como el niño travieso que conocí hace 11 años... -susurró acercando una mano al alemán y así acariciar su mejilla con delicadeza-. ¿Porque me sentí tan triste cuando te fuiste? Y ahora... ¿Porque tengo esta extraña pero cálida sensación en mi pecho ahora que te vuelvo a ver? -murmuro el ruso audible casi solo para él, sin apartar su mirada del dormido rostro del alemán que no se enteraba absolutamente de nada-. Jaja... debo tener algo mal... tal vez estoy enfermo... -dijo levantándose lentamente pero pasó a golpearse una de sus rodillas con el asiento lo que le hizo inclinarse hacia adelante-.

El ruso por poco caía completamente sobre el Nazi de no ser porque se afirmó de la misma silla, quedando a una distancia considerablemente corta del rostro contrario, URSS tenía los ojos abiertos con sorpresa y se alivio al ver que el menor seguía sin enterarse de nada. Al estar tan cerca del rostro contrario no pudo evitar comenzar a mirarlo más detalladamente, aunque sus ojos se detuvieron al ver los labios entreabiertos del alemán, se veían tan suaves... delicados... sabrosos y apetecibles que sin darse cuenta comenzó a acercar su rostro al contrario, completamente perdido en lo que podría sentir al chocar sus labios con los de su "amigo".

Luego de unos segundos... el alemán abrió los ojos confundido y desconcertado

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