11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Segunda Parte

─¡Ayuda!─ gritaba Samuel desesperadamente─. ¡Ayuda!─ una y otra vez─ ¡por dios alguien que me ayude!─. Sentía pasos apresurados detrás de él, pero temía voltearse, estaba en pánico. Tropezó con una roca y cayó apoyado de sus manos y rodillas─. ¡Mierda!─ miró hacia atrás, ya no había nadie. Se puso de pie y una mano cubrió su boca─. ¡Ayu...─ la presión de la extremidad ahogó el grito.

─Shh, Samuel soy yo─. El jóven reconoció la voz.

─¿Martín?─ se volteó para verlo mejor, al comprobar que era él lo abrazó fuertemente─. Martín tengo tanto miedo, me...─ su voz se entrecortó─ trataron de matarme.

─¡¿Qué?!─ lo observó con estupor. Analizando sus palabras.

─Me...─ tomó aire, agarrando fuerzas─ me dispararon, lanzaron una flecha pero no me dió─. La herida en su rostro comenzó a sangrar.

─¡Dios mío!─ dijo al darse cuenta de la cortada y comprobar la veracidad de sus temblorosas palabras─. Vámonos de aquí, es peligroso, regresemos al campamento.

Mientras se iban una mano con guantes de cuero y que al parecer sostenía un arco los apuntó, pero ya iban demasiado lejos.

.

─¿Aquí no nos verán?.

─No─ tranquilizó un jadeante Omar, y eso que aún no comenzaban a desnudarse.

Eso no duró mucho, en pocos minutos el proceso de la noche anterior se repitió, allí estaban, jadeando, deseándose con intensidad, dándose el mejor sexo oral de sus vidas, follando a niveles extraordinarios, sin duda Marina era toda una experta en el campo, y lo aprovechaba para enseñar a Omar, guiarlo por ese camino de lujuria desenfrenada. Omar la colocó debajo de él, ahí, mirándose, gimiendo como verdaderos locos la penetró tan fuerte que el ruido de sobresalto por parte de ella ya que la tomó desprevenida se escuchó estrepitosamente por todos los alrededores.

─Omar─ gemía su nombre.

─Eso me gusta─ dilo otra vez.

Pero no se encontraban solos en ese recóndito lugar, desde lejos, un diferente Manuel los observaba, pero no el de siempre, sino más sádico, más perverso, se masturbaba mientras los veía teniendo sexo.

Cuando bajaban por la ladera de la montaña, aún todos en silencio, un silencio de ultratumba, sepulcral, Viki estaba abrazada de Rey, aferrada a él como si sintiera que eso pudiera cambiar lo ocurrido, se sentía a salvo en su caluroso pecho.
Paula parecía absorta en sus pensamientos, completamente ida del mundo, jamás se le borraría de la cabeza esa imagen de Pablo, completamente sin piel en el rostro, ese olor putrefacto tan horrible, definitivamente su frágil mente jamás procesaría por completo esa escena. Betty trataba de mantener la cordura, cosa que de por si ya era muy difícil en ese lugar. Alma ya no sabía ni que pensar ni que decir, ese dolor punzante en el pecho que no se le quitaba, esa angustia tan terrible.

─¿Ese es un hombre?─ le preguntó a Gui pero este pareció no oírla. Definitivamente, un hombre se les acercaba, no era un estudiante, no era un profesor conocido, entonces ¿quién era ese extraño?. La cosa empeoró cuado divisó algo aterrador, el desconocido portaba un arma, un hacha─. ¡Teresa!, ¡ese hombre está armado!─ nadie la escuchó y el desconocido se acercaba cada vez más. Dejó de respirar cuando notó a el asesino frente a sus ojos, esos iris azules tan bellos y embelezadores que le revolvían el estómago por alguna extraña razón.

─Hola Alma─. Su voz sonaba familiar, pero a la vez aterradora. Alma miró hacia los costados, pero sus amigos e incluso Gui habían desaparecido.

─¿Qué quieres?─ no supo de donde sacó las fuerzas para encararlo.

─Solo quiero hablar contigo, no me debes temer, yo no soy tu enemigo, no te haré daño.

─¿Quién eres?, ¿por qué apareces en mi vida desde que acepté venir a este campamento?.

─Demasiadas preguntas ¿no crees?─ ladeó su cabeza con vacilación.

─¡Respóndeme!.

─Solo te diré una cosa Alma, debes cuidarte mucho, si, soy el vengador, pero estoy aquí para hacer justicia, a partir de ahora comenzaré a castigar a los mentirosos y pecadores, me deberías agradecer, te haré un favor.

─¿A qué te refieres?, ¿como eres tan retorcido como para justificar crímenes con "hacer justicia"?, ¿quién eres?.

─En su momento lo sabrás. Existen personas a tu alrededor, no tan peligrosas como yo, pero te diré que tienen que ver con la muerte de tu madre.

─¡¿Qué?!, ¿de qué hablas?.

─Ya lo sabrás mi "Soul", ya lo sabrás─. Deslizó un cuchillo por su rostro, disfrutando como la hoja acariciaba la tersa piel de la joven─. Busca los registros, ahí están las respuestas.

Esos ojos azules, esos maravillosos iris que siempre me volverán loca, completamente loca...

─¡Alma!, ¿estás bien?─. El ruido la despertó.

─¿Qué...qué pasó?, ¡oh por dios Gui!─ lo abrazó tan fuerte, como si el mundo se fuera a acabar─. Lo ví, yo lo ví─ hablaba tan rápido que no se le entendía nada.

─Alma tranquilízate─ Viki le pasó una mano por el cabello─ te desmayaste al golpearte con una roca.

─¿Estás bien?─ Betty le acarició el rostro.

─Creo que esa se ha vuelto la pregunta mas formulada aquí─ dijo Rey, provocando que Betty lo golpeara en el hombro.

─Eres un idiota─ rebatió.

─¿Por?, solo digo la verdad, desde que llegamos Alma tiene ataques de pánico, paranoias.

─Pues tal vez no soporta la idea de que aquí ocurrió el accidente de su madre, digo, solo tal vez─ una pizca de sarcasmo emanó desde los labios de Viki.

─Si wey, estás siendo insensible─ Gui lo miró con cara de pocos amigos.

Alma solo los escuchaba pelear, pero una cosa si tenía segura, debía encontrar esos registros.
Ahora estaba más segura que nunca, el vengador era real, alguien de carne y hueso, no un demonio, slenderman como su mente la obligó a pensar en su momento. Sonaría loco pero no le importaba tener a un asesino en serie respirándole en la nuca, solo quería saber la verdad que se escondía tras es accidente de su madre, algo había ahí que le daba muy mala espina.

.

─Eres muy malo en esto, definitivamente─. Dri desordenaba el cabello de Vicente.

─Y tú eres una tramposa─ ladeó la cabeza.

─¿Dónde está Manuel?.

─¿Qué importa?, se debe estar masturbando, el pobre no tiene a nadie.

─¡Vicente!, eres un pervertido.

─Que te encanta.

─No le digas esto a nadie pero, Manuel si tiene a alguien, está con Marina.

─¡¿Qué?!, definitivamente esa Marina jamás me agradó.

─No estás así por Marina ¿verdad?, lo estás por Omar. Sabes, nunca te lo pregunté pero desde hace tiempo vengo notando tu comportamiento con Omar, es raro, como si quisieras protegerlo de todo y todos, ¿por qué lo haces?.

─Me temo que eso no te lo puedo responder en este momento, y no es que no te tenga confianza, solamente no puedo aún.

─Te entiendo─ apretó sus manos con fuerza─ no te sientas presionado.

Manuel regresó a las salas de informática y recibió una llamada de Teresa contándole todo.

─Quiero que reúnas a todos en el comedor, ellos llegarán.

Llegados al campamento Alma les pidió a Betty y Viki hablar a solas.

─Chicas, esto sonará de locos, pero vi a el vengador, estuve cara a cara con el asesino.

─¿Cómo?─ la peliroja la observó sin entender.

─No sé, lo vi en un sueño mientras estaba desmayada, este lugar es muy extraño. Me dijo que revisara los registros, que ahí encontraría algo sobre la muerte de mi madre, la verdad no entendí muy bien.
Desde que coloqué un pie en este sitio lo sentí, hay algo oscuro, muy oscuro aquí, no se explicarlo.

─Alma se que esto es jodidamente loco, para nosotras lo está siendo el doble, pero te ayudaremos, para eso estamos─ la pecosa acarició su rostro y Viki se les unió.

Todos estuvieron reunidos en el comedor, los que sabían las noticias se mantenían inertes, expectantes a que los profesores rompieran el hielo.

─¿Wey que sucede?─ inquirió Daniel.

─Si, nos están asustando─ añadió Dri.

Samuel y Martín se guardaban lo que les había pasado.

─Pablo está muerto─ soltó la directora, tajante, sin ningún tipo de rodeos.

Silencio.

Se escuchó una risa sarcástica proveniente de Daniel que rompió el hielo.

─Creo que no deberían bromear con eso.

─No...─ la voz de Paula volvió a ser un hilo─ no es mentira.

─Tiene que ser una broma, ¡¿co...como puede estar muerto?!─ Dri miró de soslayo a Vicente. Como si este pudiera confirmar que no era cierto.

Marina reparó en Manuel con unos ojos que lo decían todo "malditos asesinos".

Samuel agarró la mano de Martín, con fuerza, no tuvo que decir nada, estaban tan complementados que se comunicaban a través del cálido tacto.

─Sé lo que estas pensando─ Martín sonaba serio.

─¿Tú...lo hiciste?─ sus ojos se cristalizaron─. ¿Tú lo mataste?

─¿Cómo puedes pensar eso de mi?, tú me conoces, si, lo acepto, a veces tengo ataques de ira, acepto también que peleé con Pablo..

─Lo amenazaste─ corrigió.

─¡Pero no soy un asesino, por dios!.

Un abrazo lo inundó, Samuel lo envolvió en sus brazos sin importar nada ni nadie.

─Te creo.

Tal y como era de esperar el pánico cundió en el comedor.

─¿Es un asesino?, ¿vamos a morir?─ Claudia lagrimeó, a pesar de que Daniel la tuviera sujeta de la mano. La situación solo empeoró.

─¡Mierda, mierda!─ Daniel trataba de asimilar la muerte de su hermano, su amigo Pablo, la única persona verdaderamente noble de todo ese lugar.

─Lo siento─ musitó Claudia, a media voz.

─Yo lo traté muy mal la última vez que nos vimos, esta bien, se equivocó pero ese no era motivo para herirlo─ sus ojos a punto de echar un mar de lágrimas.

─Haber por favor tranquilos─ dijo Teresa a regañadientes─ sus padres y la policía ya están en camino, y por favor quítense esa idea de la cabeza, aquí no hubo ningún asesinato, Pablo sufrió un trágico accidente.

Los murmullos y los llantos no cesaban. Todos tenían los nervios a flor de piel, y eso que aún ni comenzaba su tormento.

─Chicas─ murmuró Alma─ creo que aprovecharé este momento para ir al despacho de Pilar y buscar esos registros.

─Yo las cubro─ remarcó la peliroja─ vallan ustedes.

Betty y Alma se escabulleron por las viejas y sombrías paredes del lugar, parecía como si nunca lo hubieran restaurado en verdad.

─¿Me quieres contar un poco más sobre tu sueño con ese asesino?.

─Betty ahora estoy más segura de que no es un ser sobrenatural como pensaba anteriormente, sabes, la historia de Vicente me hizo tener dudas en su momento, esa presencia que veía desde que acepté venir a este campamento, desde que tuve ese sueño de esa bomba explotando en el Golden Hand. Solo que en ese último sueño, fue diferente, vi sus ojos, esos iris color cielo, tan bellos, tan hermosos─ un brillo alzándose en la mirada de Alma,

─Amiga, ¿no has pensado en la posibilidad de que estés unida a esa persona de alguna manera?.

─¿A qué te refieres?.

─No lo sé, solo piénsalo, de alguna forma u otra se las arregla para que solo tú lo veas, para que solo tu sientas su presencia, para aparecer en tus sueños. ¿No dices que esos ojos azules te producen algo extraño?, tal vez lo conozcas, tal vez lo hayas visto en algún lugar.

Alma se sentía mucho más confundida ahora, acaso ¿conocía al asesino?, ¿conocía a ese psicópata?. Todo hera demasiado fuerte para ella, pero no podía doblegarse, no cuando estaba a punto de conocer la verdad sobre la muerte de su madre.

─Javier─ Amalia se acercó temblorosa─ no me estoy sintiendo bien─. Estaba muy pálida.

─¿Qué tienes?, ¿que sientes?─ la examinó asustado. Amalia se desplomó hacia el suelo─. ¡Ayuda!─ la auxilió y la llevó a la enfermería con ayuda de Simón.

─Concentrémonos en la plaza principal en espera de todos─ explicó la directora Teresa.

─Vamos a morir, lo sé, moriremos todos─. Los nervios se apoderaron de Victoria.

─Te prohíbo decir eso, ¿me oyes?─ Rey sonó fuerte, decidido─ lo de Pablo fue un terrible accidente, la policía ya está en camino, así que no te preocupes─ la envolvió con un reconfortante abrazo.

─Tengo miedo Rey, mucho miedo.

─Lo sé, pero no te preocupes, o piensas que yo dejaré que le pase algo a mi primera novia de verdad.

─¿Como dices?, eres muy cínico.

─¿Qué?, ¿por qué?.

─Ja, ahora me vas a salir con que todas tus relaciones fueron temporales.

─Pues si, no tengo razón para mentirte, eres la que derritió el hielo que tenía por corazón.

Viki esbozó una sonrisa, no sabía pero Rey había logrado sacarle una sonrisa después del llanto. "Cosas de gente loca".

─¿Como te sientes?─ Vicente sonaba preocupado, Dri estaba muy callada.

─No sé ni que pensar, estoy en el lugar donde murió mi madre, con mi hermana loca y asesina, resulta que tiene un cómplice aún más loco que ella y que ya mató a uno de mis compañeros yo...─ hizo una pausa para respirar─ la verdad no sé, simplemente no sé.

Samuel y Martín llamaron a los profesores, incluído Fabián.

─Nosotros...tenemos algo que decir─ Samuel sonaba tembloroso.

─Hermano ¿qué pasa?, ¿estás bien?.

─A tu hermano lo trataron de matar─ intervino Martín.

─¡¿Qué?!─ Fabián no lo podía creer─ ¿cómo fue?, ¿quién fue?.

─No lo sé─ Samuel estaba un poco más calmado─ pero ahora estoy cada ves mas seguro de que alguien nos espía, nos vigila, nos quiere matar igual que lo hizo con Pablo.

─Espera ¿qué?─ Omar no pudo evitar escuchar─ ¿te trataron de matar Samuel?.

La situación empeoró, el ambiente que de por si ya era lo suficientemente hostil solo aumentó Alma y Betty lograron entrar al despacho.

─¿Y que buscamos exactamente?─ Betty examinaba el lugar con un ápice de duda.

─Los antiguos registros del campamento, tienen que existir anuarios como en el Golden Hand, si nuestros padres estuvieron aquí 13 años atrás debe constar. Tal vez el vengador estuvo o está relacionado de alguna manera con el accidente donde murió mi madre, tal vez por eso solo me aparece a mi, y por eso me dijo que buscara en los registros, que él no era mi enemigo.

─¿Te dijo eso?─ Betty hizo un mohín de duda.

─Si, la verdad no sé por qué.

─Creo que es psíquico o algo así.

─¿Por que deduces eso?.

─¿Y de que otra forma crees que pueda introducirse en tu mente?.

─Tienes razón.

.

Teresa y Manuel intentaron abrir la puerta del comedor pero estaban encerrados.

─¿Que mierda es esto?, ¡Javier, Simón!, ¡estamos encerrados, abran la puerta!─. Pero ambos estaban muy ocupados atendiendo a Amalia en la enfermería, esta recobró la conciencia poco después,

─¿Qué me pasó?.

─Creo que te desmayaste─ Simón acarició su cabello, la situación con Javier ahí comenzó a volverse incómoda.

─Creo que mejor me voy─ Javi carraspeó─. Entonces escucharon los gritos procedentes de el comedor.

─¡Ayuda!

─¡Javier sáquennos de aquí!

─¡Mierda nos quieren matar socorro!.

Eran solo varios de los gritos que se entendían.

─¡Silencio!─ Teresa alzó la voz─ aquí nadie va a matar a nadie.

─¿Teresa?, ¿qué pasa?, creo que la puerta se atascó─ Javier pateó el umbral.

─¡Pues ayúdanos!─ indicó obvia.

─Creo que iré a buscar ayuda.

─No, pídele a Simón que te ayude con la puerta, la policía ya viene en camino.

─No podemos darnos el lujo de esperar, alguna persona debe vivir por los alrededores, prometo que trataré de volver lo más rápido posible.

─¡Javier!─ Amalia gritó, había conseguido ponerse de pie con ayuda de Simón─. Cuídate mucho ¿si?─ lagrimeaba. Javier le dió una sonrisa de boca cerrada.

A través de el gran cristal que había por ventanas los profesores se vieron cara a cara para tratar de conversar, los de dentro y los dos que permanecían fuera.

─Lo de Pablo fue un accidente__alegó Teresa, insistía en sus argumentos─ si lo mantenemos oculto no perjudicará nuestra institución.

─Te has vuelto completamente loca─ Amalia hizo un gesto de dolor, aún le dolía la cabeza─. Un asesino anda suelto ¿y tú solo piensas en el prestigio?.

─No digas tonterías─ Pilar le lanzó una mirada asesina.

─Tienes razón─ Manuel la apoyó.

─En mi bosque no vive nadie─ continuó la encargada─ tal como dijo Teresa fue un accidente y no se habla más.

Continúa
⬇️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro