Capítulo 21🌙

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Las amigas sean unidas
Angelic
🌙🌙🌙

Despierto al sentir el ruido de la puerta cerrarse y el miedo me invade al encontrarme algo desorientada, miro hacia la puerta y veo a mi mamá observándonos. Aún me parecía raro que ella y mi papá nos hayan dejado tener una relación más allá de ser hermanos, en mi mente ellos se enfadarían y nos separarían para enviarme a un internado en Noruega y a Demian a las fuerzas militares. Baje de la cama saliendo sin moverme mucho para que Demian no despierte y mucho menos causarle algún dolor por los movimientos bruscos. Frotando mis ojos solté un bostezo para luego acomodar mi pelo y la ropa arrugada por mi repentina siesta.

—Mamá me dormí —mire a Demian que seguía plácidamente dormido a pesar de sus heridas —Creo que iré a casa a descansar un poco —tome mi mochila del suelo sabiendo que el muchacho estaba en buenas manos dejándolo con mamá.

Ella asintió sin decirme nada más y se sentó al lado de la cama tomando la mano de Demian que no se inmutaba ya de casi nada. Me retire de la habitación en sumo silencio por respeto a Demian y los demás pacientes, caminando por el pasillo que ahora estaba lleno de gente entrando y saliendo de las habitaciones de los enfermos. Mi celular comienza a vibrar en mis bolsillos antes de comenzar a sonar el tono de un nuevo mensaje.

Bai-Bai
Angelic necesito a mi mejor amiga ¿puedes venir?

Yo
Voy para allá Bailey – envié el mensaje guardando mi celular en mis bolsillos.

Cubrí mi rostro con la capucha mientras el gélido frío recorría mis huesos la nieve cubría el césped y parte de la acera. La casa de Bailey se oía muy silenciosa lo cual me pareció extraño porque mi mejor amiga siempre está escuchando música armando un alboroto en el vecindario. Apresuré mis pasos cuando noté que las cortinas del cuarto de mi amiga estaban cerradas y no había luz en su habitación. Corrí por la acera estaba resbaladiza pero no me importó Bailey me necesitaba. Golpe la puerta de su casa con mucha impaciencia. Nadie contesta vuelvo a tocar la puerta con más insistencia hasta que oigo la perilla girar lento. Me abre la puerta una Bailey con los cabellos algo desordenados atados con un moño algo flojo. Su mirada triste y ojos llorosos me parten el corazón. Abro mis brazos para que ella se sienta segura dándome un abrazo, rompe en llanto abrazándome fuerte. Acarició la espalda de mi mejor amiga que comienza a calmar un poco su llanto y se separa de mí para dejarme entrar.

Paso dentro de la casa que luce bastante normal por lo que veo Bailey toma a su gata Jade en sus brazos y sube hasta su habitación. Yo la sigo desde atrás por miedo a que se caiga. Entramos en su habitación que parece un desastre muchos pañuelos desechables por el suelo y sobre la cama de Bailey. Potes de helado vacíos alrededor de la cama y la única fuente de luz provenía de la televisión donde estaba un programa de Netflix. Camine esquivando los pañuelos y los tachos de helados vacíos hasta que logre llegar a la cama donde Bailey estaba acostada con Jade que ronroneaba ante las caricias de su dueña. Me senté mirando a mi amiga que tan solo seguía acariciando a su gata.

—Bai ¿dime que ocurre? —tome su mano para animarla a hablar.

—Ay Angie tengo tanto que contarte —soltó un suspiro apretando mi mano y con la otra secando una lágrima solitaria que rodó por su mejilla.

—Sabes que tenemos todo el tiempo del mundo —me saque los zapatos para luego acostarme a su lado tapándome con las sábanas.

—Creo que debo empezar por la fiesta de Alec el día en que casi mueres en el incendio del bar —suspiro poniendo una mano en su frente —Esa noche hubo una conexión entre Alec y yo.

—¿Quieres decir que tú y él son...?

—No espera déjame terminar —respiro profundo y trago saliva para continuar —Nosotros comenzamos a correr juntos por el bosque y creo que el vernos tan seguido hizo que algo dentro de mi cambiara. Hace poco tiempo empezamos a salir todo estaba siendo demasiado perfecto —sonrió tímida sonrojándose —La cosa es que nos volvimos novios y yo hace un par de semanas lo vi besándose con otra chica Angelic yo empezaba quererlo y él me traicionó con otra —rompió de nuevo en llanto.

La abrace dejándola llorar es lo que necesita sacar toda esa tristeza hacia afuera. Espere a que me siguiera contando si había pasado algo más, pero deseaba que no porque ya quería ir a matar a Alec por hacer llorar a Bailey.

—¿Te hizo algo más Bai? —frote mi mano en su espalda intentando calmar los sollozos.

—Vino hace unos días a hablar conmigo y mi padre lo echo, creo que venía a terminar para irse con esa pelirroja —arrojó una de las pequeñas almohadas a una pared —No hay que matarlo si es lo que piensas sólo me engañó no quiero verlo de nuevo es todo —reposo su cabeza en mi pecho y suspiro —Pero duele sabes... él me empezaba a importar —se separó para mirarme —Necesito hablar de otra cosa ¿Cómo sigue tu hermano? —aún no le decía a mi mejor amiga que mi hermanastro es mi novio ahora.

—Tengo algo que decirte Bai espero que no me mates ni que te enojes conmigo porque es algo que no debe de pasar y yo...

—Angelic deja de divagar y dime de una vez que pasa —a Bailey siempre le gustó ir directo al grano sin dar tantos rodeos al asunto.

—Lo que pasa es que... Demian es mi novio desde hace exactamente tres semanas, sí sé que soy la peor por no decirte nada y meterme con mi hermano —tape mi rostro con las sábanas intentando ocultar mi vergüenza.

—Y me lo dices hasta ahora tienes que contarme todo ya no quiero pensar en... el mejor amigo de tu novio ahora necesito salir de esta depresión que estoy entrando —se acostó de nuevo a mi lado y miro el techo —Soy toda oídos.

Le conté todo a Bailey y ella me habló de todo lo que paso con Alec. Pero no hablo acerca de los licántropos ella aún no lo sabe. Trataré de que siga sin saberlo ya es bastante peligroso que yo lo sepa como para que Bai se involucre. Me dormí abrazada a Bailey es lo que hacemos cuando una de las dos está triste. No me separare de ella hasta que se digne a limpiar su habitación y los potes de helado desaparezcan del refrigerador.

Demian
🌙🌙🌙

En el hospital el doctor se sorprende de que me haya recuperado de heridas grabes tan rápido en tan poco tiempo. Me hice el que no sabía la razón, pero es normal porque por ser lobo me curo rápido dependiendo de la gravedad de las heridas tardo más o menos. Las heridas que recibí yo fueron hecha por un valiu y a menos que sus uñas hayan sido impregnadas con flor de mata lobos no entiendo por qué no me cure enseguida.

Pese a que tarde en recuperarme hoy saldré del hospital, al fin ya quería ver a mi pequeña no la había visto en varios días. No porque no haya querido venir a verme sino porque ella estaba cuidando de su amiga Bailey. Por lo que me contó por mensajes ella no se encontraba muy bien no estaba pasando por un buen momento. Y no era la única mi amigo Alec tampoco se veía lo notaba muy decaído y se veía descuidado. Las veces que vino a cuidar de mi lo note algo pensativo y melancólico, muy extraño en él por lo general está feliz y de fiesta en fiesta.

Al llegar a la recepción de las enfermeras firmo mi alta médica, una enfermera me llevo en silla de ruedas por políticas del hospital hasta el estacionamiento donde me subí al asiento del copiloto donde papá me estaba esperando. En los asientos traseros estaban Angelic y Bailey quien no lucía muy bien. Traía puestos un pantalón deportivo holgado negro una remera blanca y una sudadera negra que le quedaba enorme. Su cabello oscuro estaba revuelto y parecía que no se había peinado en unos días. Debajo de sus ojos había unas ojeras bastante marcadas, se veía demacrada. Angelic no mentía cuando dijo que estaba muy mal Bailey.

—Hola chicas —salude a ambas muchachas que dejaron de hablar entre ellas para verme. Angelic sonrió y Bailey apenas me miro por más de dos segundos antes de volver a mirar a su amiga.

—Hola —susurro Bailey apenas sonriendo sin querer verme mucho tiempo es como si yo le recordara eso que tanto la ponía triste. Angelic noto esto y se movió un poco al frente quedando entre medio de los asientos viendo a mi padre.

—Papi estaría bien si antes de ir a casa podemos parar por un café —pregunto mi pequeña mirando con ojos compradores a mi padre y haciendo puchero con sus labios. Ese gesto siempre compro a mi padre y libro a mi hermana de muchos castigos por parte de mi padre y de otros tantos que nuestra madre quiso ponerle.

—No creo que sea buena idea Angie —contesto Bailey captando la atención de la chica de ojos azules que la veía mientras esta se intentó esconder dentro de la enorme sudadera.

—Necesitas salir Bailey, hace días que no duermes bien y no has querido comer nada —mi pequeña la abrazo frotando sus brazos para animarla un poco. Lo que pareció funcionar porque Bailey asintió escondiendo su rostro en la sudadera.

—¿Bailey tus padres estarán en tu casa esta noche? —pregunto mi padre captando la atención de ambas chicas que miraron a mi progenitor. La castaña acomodo si cabello tras su oreja y trago saliva para mirar a mi padre y respóndele.

—No, mamá sigue en una reunión en New York y papá trabajara toda la noche —contesto soltando un suspiro para luego mirar a la calle a través de la ventana como si lo que estuviera afuera la ayudara a pensar mejor.

—Si quieres puedes quedarte en casa, dormir junto a Angelic en su habitación, a Crystal no le molestara poner un plato más sabes que ella te adora —mi padre miro un segundo el espejo retrovisor mirando a Bailey que giro su rostro a verlo con una tímida sonrisa. Hacía mucho tiempo que la chica no se pasaba por la casa con todas las cosas que habían pasado Angelic no tenía tiempo para pijamadas.

—Muchas gracias por esto —la castaña fue abrazada por Angelic que se notaba muy contenta por tener una pijamada con su amiga. Lo que supone una noche de películas, pizzas, música fuerte y gritos de chicas. Tampoco me olvido de las bromas que estas dos jovencitas intentan hacerme mientras duermo, pero siempre las escucho abrir mi puerta y nunca terminan logrando su cometido.

Ambas chicas hablaron de todo lo que necesitaban para la pijama, la idea de papá pareció distraer un poco a Bailey que se emocionó por no pasar esta noche en completa soledad. De todos modos, pasaremos a su casa por las cosas de la castaña y su mascota que no puede dejar sola. Las chicas dejaron de hablar cuando el auto freno al estacionarse frente a una cafetería llamada Las tartas de Marie. Por fuera el lugar se veía pintoresco, nada extravagante para decir que era un diseño moderno, ni tampoco muy viejo para decir que era un clásico. Papá fue el primero en bajar y viendo por el espejo retrovisor note como Angelic abría la puerta para salir tomando la muñeca de su amiga.

Al bajar del auto note el aroma de mi amigo Alec era un perfume sutil en el ambiente no tan fuerte como en otras ocasiones, quizá él haya pasado por este lugar y es eso lo que huelo. Comenzaba a sospechar que lo que sea que haya entre Bailey y Alec no era una simple tontera adolescente y que sus sentimientos en verdad eran reales. Me preocupaba el hecho de encontrarlo aquí porque si él llegaba a ver a Bailey en este estado que no es el mejor de todos temía que Alec se pusiera aún peor.

—¿Angie puedo quedarme a esperar junto al auto? —hablo Bailey deteniendo el andar de la chica de ojos azules que se giró a verla con una sonrisa.

—Vamos nada malo puede pasar, compraremos un moca con caramelo como te gustan y nos iremos a tu casa a preparar la pijamada de esta noche —arrastrando a la castaña Angelic abre la puerta del local ingresando junto a nosotros. La campanilla de la cafetería sonó y una persona en la barra se giró para vernos. Hubiera deseado que no se volteara nunca. Frente a nosotros estaba Alec.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro