Salidas nocturnas
Angelic
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El timbre que anuncia el final de las clases suena haciendo que todos nos levantemos rápido para salir del salón, mientras la profesora grita que hagamos la tarea. Camino por el pasillo hasta llegar a mi casillero, dejo los libros y tomo algunas cosas que necesitaba para hacer la tarea. Cuando ya lo tenía todo salí al estacionamiento para ver donde estaba Demian. Lo veo platicar con Alec apoyado en el auto respiro hondo y caminó hacia ellos mientras sonrió. Mientras caminaba hacia ellos pude observar que Alec también tenía el mismo tatuaje que Demian la única diferencia era que el de Alec no tenía una Luna. Eso hizo que mi sospecha fuera confirmada: el tatuaje de Demian no tenía nada que ver con su mamá. Lo que sospechaba porque Demian se pone muy nervioso cuando miente y ese día estaba muy alterado cuando se fue. Pero tenía una forma para sacarles la verdad les diría que me haría el mismo tatuaje, ya que me gustaba como les quedo. Ellos me ven y sonríen parando su conversación, eso me dijo que tenían algo que ocultar de mí.

—Hola, chicos —me posicioné entre medio de ellos.

—Hola, Angelic —hablaron ambos al unísono.

—¿Qué hablaban?

—Cosas de la graduación ya sabes —contestó Alec.

—Interesante —noté como Demian se tensaba a mi lado —¿Oye Alec donde te hiciste ese tatuaje? —no podía apartar la mirada de ese bendito tatuaje.

—No lo recuerdo bien ¿Por qué?

—Porque yo quiero hacerme uno igual al que tiene Demian y como veo que tú tienes uno casi igual pensé que se lo habían hecho con el mismo tatuador —mire de reojo a Demian que ocultó su rostro en su mano.

—Eres muy pequeña para tatuarte —se rió con cinismo Alec.

—¿Ustedes dos a que edad se tatuaron? —contraataque arqueando una ceja.

—A los dieciséis hermanastra querida, pero el que firmó mi autorización fue mi papá —habló con tono burlón Demian.

—¿Y crees que no firmen la mía también? —lo mire desafiante quería ver hasta dónde podía sacarle información. Porque intimidando no podía, Demian es dos cabezas más alto que yo.

—Estoy seguro de que no te lo firmaran porque papá no te dejara hacerte nada y dirá que eres muy pequeña aun —toco mi nariz con su dedo índice.

—Agg, pero... mejor vayámonos a casa —me subí al auto furiosa porque Demian tenía razón.

—Lo que tú digas Angelic —se comenzaron a reír los amigotes.

Esos dos estaban muy equivocados si pensaron que burlándose de mí conseguirían que dejara de preguntar acerca de sus tatuajes. Yo tenía que llegar al fondo de todo esto, debía saber cuál era el secreto tan grande que ambos tenían con esos tatuajes. Mientras observaba el camino recordé la marca en el cuello de Demian y mientras él manejaba pude observar mejor, era como si algo lo hubiera mordido. Pero no era la mordida como la de un vampiro o un ser sobrenatural era como si un lobo lo hubiera mordido. Ahora la pregunta era ¿qué lo mordió? Y ¿cuándo lo mordió? Si Demian pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación. Y nosotros no teníamos mascotas el único acceso a animales salvajes es ese bosque lleno de lobos aterradores comedores de carne. El pensar en esos animales me aterró al recordar mi primer enfrentamiento con un lobo en este pueblo. Lo recuerdo muy bien a detalle todo lo que pasó ese día, aunque era pequeña me traume tanto que lo recuerdo aún en mis pesadillas.

Corría por el bosque mientras Demian contaba, estábamos jugando a las escondidas por el bosque. Eso era una de las pocas cosas que podíamos jugar juntos sin pelearnos o terminar gritándose el uno al otro. Cuando escuché el grito de mi hermanastro de que ya había salido para buscarme me escondí entre unos arbustos. Me agaché para que nadie pudiera verme, pero siento que toco algo blando y pegajoso, cuando observo mi mano está llena de sangre. Cuando miro donde estaba tocando puedo ver el cuerpo de un venado a medio comer se ve que por lobos hambrientos. Me levanté, pero resbalé con la sangre y rodé por un desnivel en el suelo del bosque cayendo boca abajo. Levanto mi mirada y puedo ver dos patas enormes enfrente de mí blancas, sigo subiendo y veo el hocico de un lobo todo lleno de sangre. Este debe ser el lobo que mató al venado que estaba entre los arbustos pensé mientras lo miraba. El animal empezó a gruñir al sentir mi olor a sangre en la ropa y las manos yo quedé en estado de shock no podía moverme. El animal se empezó a acercar más a mí y yo solo cerré mis ojos esperando lo peor.

Escucho el crujir de unas ramas y abro mis ojos para ver de dónde provenía y el lobo también miro el mismo lugar que yo. Aproveché para escapar de aquel animal y empecé a correr sintiendo el aullido del lobo detrás de mí, me asuste y caí. Cuando miro atrás el lobo iba a saltar encima de mí, cerré mis ojos esperando que el animal atacara. Pero no sentí nada, escuché como el lobo aullaba de dolor y cuando abrí mis ojos otro lobo enorme negro corría lejos de nosotros. El que me quiso atacar estaba en el suelo lastimado. Demian llegó a mi lado y me ayudó a levantarme, me llevó a la casa tomando mi mano. Y desde ese día no me gustan los lobos, no quería que se me acercara ninguno, tuve muchas pesadillas a partir de ahí. Me quise volver vegetariana, pero mi cuerpo no toleraba la falta de proteínas ni siquiera tomando medicinas y el doctor me obligó a consumir al menos una vez a la semana una ración de carne.

Salgo de mis pensamientos cuando Demian estaciona enfrente a la casa, bajó del auto y entro a la casa encontrando a mamá con el almuerzo listo. Tenía tanta hambre que ese día comí más que una porción de carne junto con Demian. Luego de lavar los platos me fui a mi habitación, estaba muy cansada y confundida con los tatuajes de Demian y Alec. Pero recordé que había que hacer la bitácora de investigación, eso fue como si las energías volvieran a mí. Tome una carpeta que tenia que nunca usaba, le puse hojas y busque en las redes sociales de Demian y Alec alguna foto de sus tatuajes. Y las encontré, saqué esas fotos y la de sus perfiles para hacer la investigación más detallada, pero también encontré una foto donde Demian está sin camiseta y se ve la marca de su cuello muy bien. Imprimí todas las fotos y las fui ordenando en la bitácora. Hasta que escucho un ruido afuera, sigilosamente miro por la ventana y observo a mi lindo hermanastro salir hacia el bosque. Me levanté dispuesta a seguirlo, pero el aullido de lobos me detuvo y volví a mirar por la ventana, Demian seguía su camino mientras más lobos se ponían a aullar. Algo en mí despertó haciendo que salga corriendo de la casa hasta donde estaba Demian, corrí tanto que cuando quise ver estaba chocando con la espalda de mi hermanastro. Él voltea a mirar que lo golpeo cuando me veo su mirada pasa de enojo a confusión. Los lobos nos sacan de nuestro trance haciendo que vuelva a la realidad y viendo donde nos encontrábamos en medio del bosque. Miré a nuestro alrededor para ver si había alguien más y lo único que vi fue un enorme lobo negro, me asusté mucho comencé a caminar hacia atrás lentamente.

—¿Angelic que haces aquí? —me pregunto Demian enojado.

—Es lo que me pregunto no sé qué hago aquí si los lobos están aullando —en ese momento todo comenzó a darme vueltas y se volvió negro llevándome al mundo de la inconsciencia.

Demian
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Veo que Angelic cae al suelo y corro a ella para ver que tiene, tomo su rostro y veo que se desmayó algo la habrá puesto nerviosa. Cuando siento unas pisadas detrás de mí, me giro y veo a mi papá que viene en su forma de lobo corriendo hacia nosotros. Se transforma en humano y se sienta a mi lado viendo a Angelic desmayada.

—Llévala a la casa y asegúrate de que no salga —ordenó preocupado.

—Pero papá hoy es noche de Luna llena, noche de caza —no me quería perder esta noche hacía mucho que no comía carne cruda.

—Lo sé hijo ya te llevaré algo en la noche, pero sabes que Angelic te siguió y sería peligroso que vuelva al bosque sola cuando está lleno de lobos gigantes, si alguien la descubre la mataran para que no diga el secreto —se enderezó papá palmeando mi hombro.

—Está bien papá me llevó a Angelic y me quedo en la casa —la cargué en mis brazos. Su cabeza se movió hacia atrás es un peso muerto.

—Es por proteger a tu hermana —se transformó yendo detrás de un venado.

—¡Suertudo! —grité mientras lo veía correr.

Mientras caminaba cargando a Angelic note que alguien nos seguía por lo que apresure mi marcha para salir lo más rápido del bosque posible. Pero no lo logre el lobo gris se posicionó delante de nosotros, pero cuando veo que se trata de Alec suelta el aire que guardaba. Sigo mi camino con Alec a mi lado hasta que salimos del bosque.

—No puedo casar esta noche Alec —lo miré por un segundo y él asintió.

Seguí caminando hasta la casa esperando que mamá no esté por allí para descubrirnos, entre por la puerta de la cocina y corrí con Angelic aun desmayada a su habitación. La deje suavemente en su cama y cuando me disponía a irme ella tomó mi muñeca, haciendo que la mire a esos ojos azules que parecían tener a la misma Luna en ellos. Nos quedamos así unos minutos viéndonos sin decirnos nada, pero el aullido de los lobos nos hizo salir de esa especie de juego de miradas.

—¿Estás bien? —pregunté sin apartar mi mirada de ella.

—Sí, ¿pero qué pasó? —se tocó la cabeza desconcertada.

—Te desmayaste en el bosque... mientras me seguías a mí —noté como se sonrojaban sus mejillas.

—Yo ammm... te perseguí porque los lobos no paraban de aullar y yo no quería perder a mi único hermano en las garras de un lobo hambriento.

—Puedo cuidarme solo —me crucé de brazos.

—Que tengas dieciocho no te da el derecho a tener salidas nocturnas —me reprocho ella con enojo.

—Creo que si me da el derecho hermanita —gire sobre mis talones para irme.

—Entonces yo puedo hacer lo que tú haces también —habló ella a mi espalda y yo paré en seco mi caminar.

—No harás lo mismo que yo loca.

—¿Por qué no? —cuestionó. Parecía una niña pequeña que tiene un berrinche.

—Porque lo digo yo y punto —me fui de su habitación dando un portazo.

Voy a mi habitación y abro las cortinas dejando ver la puesta de sol pronto saldría la Luna llena y yo aquí encerrado en mi casa por culpa de Angelic. Escucho que Angelic pasa por mi puerta hablando por teléfono con su amiga supongo, luego de unos minutos vuelve, pero esta vez toca mi puerta.

—Pase —me senté en mi cama.

—Permiso —la puerta se abrió lentamente dejando ver a una melena castaña oscura emerger.

—¿Qué necesitas? —le hablo seco.

—Solo venía a decirte gracias por haberme traído cuando me desmaye y no haberme dejado como cena para los lobos —sonrió apartando un mechón de cabello de sus ojos azules.

—De nada si era solo eso lo que me venías a decir —le señale la puerta.

—Si era solo eso —ella recorrió con su mirada toda mi habitación como si buscara algo.

—¿Necesitas algo? —pregunté alzando una ceja.

—Puedes por favor cubrirse para que mamá y papá no sepan que salí en la noche —me estaba pidiendo que la ayude a escapar. La miré y ella juntó sus manos suplicando.

—¿Por qué haría eso?

—Porque eres mi hermano mayor —se cruzó de brazos sonriendo como niña pequeña.

—No te cuidaré sabes que no eres mi hermana.

—Entonces hazlo por mí como tu amiga, are lo que quieras —suplico otra vez.

—¿Seguro que harás lo que sea?

—Sí, dime que quieres que haga ¿qué ordena tu habitación?

—Bien te ayudo... si dejas de espiarme y de molestar con mi tatuaje —le extendí mi mano esperando que aceptará el trato.

—Está bien trato hecho —me tomo la mano de mala gana.

—Bien después de la cena sales por mi ventana —tendré que ir con Angelic después de todo ella arruinó mi noche de caza.

—¿Por qué tu ventana?

—Porque es más fácil para bajar por ahí está el árbol —señale mi ventana.

—Tienes razón es más fácil bajar así —ella colocó sus manos en sus bolsillos encogiéndose de hombros.

—Bueno después de la cena recuérdalo.

—Vendré después de la cena hermanito —intentó abrazarme.

—Oye nada de abrazar no me gusta —hablé apartándose de mí.

—¿Cuándo éramos niños te gustaban?

—Ya crecimos Angelic no es lo mismo ahora —sentencie mirándola frío.

—Mamá tiene razón cuando dice que cambiaste mucho —se fue dejándome un mal sabor de boca con sus palabras.